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viernes, febrero 29, 2008
Las FARC y la manipulación chavista
Chávez demuestra una amiguismo penoso con quienes secuestran y asesinan sin piedad. Y luego se regodea de que sean "tan benevolentes" en liberar a sus víctimas. Todo es una vergonzosa paradoja.
Hay una cierta creencia de que la liberación de los rehenes de las FARC corresponde a la virtud del círculo chavista que tiene más conexión con los guerrilleros (como era de esperar) que cualquier otro estado o grupo de presión (por ejemplo, la Iglesia católica). Que los escasos logros obtenidos en la liberación de personas se deben al espíritu bolivariano de emancipación.
Pues la realidad –vista sin dogmatismo- parece indicar lo contrario. Lo que hay es una enorme presión internacional y del propio gobierno de Uribe para hacer ver a esta facción apoyada por el narcotráfico que su obra será un fracaso. Que tarde o temprano habrá una legalidad, habrá un sentido común que evidenciará el enorme perjuicio que su mentalidad mesiánica produjo al pueblo colombiano.
Uribe ha intentado todo para acorralar a las FARC e imponer la legalidad. Ha recurrido a la negociación personal, al arbitrio de actores externos (caso Sarkozy) y a todo tipo de aproximación para terminar con esta para-legalidad. Pero, comprensiblemente, quien mejor ha conectado con los guerrilleros ha sido Chávez; se ha sentido amigo de la causa de las FARC.
Lamentable engaño
Pues esto no es de sorprender. Lo que ocurre es que se confunde el fin con los medios. Quien gana en cada operación de rescate no es Chávez. No es la infamante revolución bolivariana, sino las familias de los secuestrados y aquellos que pelean diariamente por encontrar un resquicio de garantía moral. Chávez aparecerá en la foto (seguramente). Pero no será su megalomanía la que habrá de triunfar.
Puede decir el lector que cualquier medio es bienvenido si lo que se logra es la liberación de los rehenes. Pero debe advertir además que esta situación no puede ser utilizada, bajo ningún concepto, como muestra orgullosa de una retórica "amiguista" con el terrorismo de las FARC. Quienes ganan con esto son las personas que sufrieron –precisamente- la metodología revolucionaria. Y además, quienes aspiran a terminar con este vagabundaje moral.
A decirlo con todas las letras. Chávez demuestra una amiguismo penoso con quienes secuestran y asesinan sin piedad. Con quienes intentan consolidar un orden para-legal. Y luego se regodea de que sean "tan benevolentes" en liberar a sus víctimas. Todo es una vergonzosa paradoja.
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