lunes, junio 13, 2011

Del opio de los pueblos

Del opio de los pueblos a la coca de los proletarios

Whatever Works Por Armando Ribas
Antes de empezar creo procedente aclarar que no soy crítico de cine, por lo tanto lo que voy a escribir acerca de la película “Si la Cosa Funciona” dirigida por Woody Allen tiene otras connotaciones. Igualmente debo hacer otra aclaración. Yo aprendí del Génesis que a Adán y Eva los habían echado del paraíso, por querer ser como dioses y comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Por tanto no voy a criticar la discusión sobre las moralejas morales que plantea el desarrollo de la película en cuestión. 
Ahora bien, sigo preocupado por lo que considero una creciente confusión en el mundo, a partir del racionalista pensamiento socialista. Por tanto voy a plantear una discrepancia fundamental con las expresiones iniciales del protagonista, al respecto de Jesús y Marx. Y creo que a su vez, tengo tal derecho a discutir su proposición pues el le habló al público (cosa que no había visto nunca antes) y yo formaba parte de él. Así si mal no recuerdo y como muestra del planteo moral posterior planteó la siguiente preposición: “Marx y Jesús tenían una propuesta similar, pero se equivocaron porque los dos tenían la ilusión de que el hombre era como no era” (SIC).

Podría decir que esa proposición inicial, constituye una falacia de composición, que muestra la ignorancia del protagonista o de su director. Por esa razón le recomendaría a Woody Allen que leyera “El Nuevo Testamento” y “El Manifiesto Comunista” antes de plantear a la platea una disquisición tan falaz.


Empecemos por “El Nuevo Testamento” y allí nos encontramos que “El justo peca siete veces y que el que esté libre de pecado arroje la primera piedra”. Creo que las anteriores observaciones constituyen una noción clara de la falibilidad de la naturaleza humana y en consecuencia la tolerancia como presupuesto de la libertad individual. Por el contrario Marx en el manifiesto Comunista, decididamente influenciado por Rousseau cree en la creación de un “hombre nuevo” que disfrutará de su condición idílica, en el paraíso comunista, una vez que hayan desaparecido los capitalistas y por consiguiente la propiedad privada. En ese mundo idílico el estado desaparecería y se viviría en un supuesto paraíso anárquico.

Siguiendo entonces con “El Nuevo Testamento”. Nos encontramos con otro principio que significó magníficamente el presupuesto de la libertad y así dice Cristo: “Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Ese principio significa el reconocimiento de la existencia del gobierno y la consecuente separación del Estado de la Iglesia. Durante mucho tiempo en la historia este principio liminar fue ignorado y finalmente criticado por Locke, fue puesto en práctica en Inglaterra después de la “Glorius Revolution” de 1688.

Por su parte Marx que era ateo consideraba a la religión el “opio de los pueblos” y por tanto era supuestamente el deber de la sociedad el prohibir su ejercicio. No obstante el derecho al ateísmo, que desde mi punto de vista es otra creencia, lo que considero otro de los presupuestos del totalitarismo es que a partir de lo que he llamado el oscurantismo de la razón, se pretendía sustituir la muerte a los infieles por muerte a los fieles. Así ocurrió durante la Revolución Francesa en nombre de la Diosa Razón, y siguió con el comunismo en el Imperio Soviético.

Debemos recordar también lo que dijera John Locke en su Carta Sobre la Tolerancia y que por supuesto condice con el principio de dar al Cesar lo que es del Cesar..”El Evangelio frecuentemente declara que los verdaderos Discípulos de Cristo deben sufrir persecución: pero que la Iglesia de Cristo debe perseguir a otros, y forzar a otros mediante fuego y espada abrazar su Fe y su Doctrina, nunca lo he podido encontrar en ninguno de los libros del Nuevo Testamento”.

Volviendo a la noción de la propiedad privada, ya sabemos que Marx otra vez siguiendo las nociones de Rousseau consideraba que el origen de las desigualdades del hombre era la propiedad Y ese lamentable principio rige hoy a través de los llamados derechos humanos que justifican los planteos socialistas que han determinado la crisis actual en el llamado mundo occidental. Pasando entonces al Evangelio nos encontramos con principios antitéticos en la parábola de la Hora Nona donde se plantea la problemática siguiente:

“El propietario de un predio ha contratado el trabajo de sus trabajadores por un precio determinado. Pasada la hora Nona contrata a otros por el mismo sueldo. Los primeros trabajadores consideran esta contratación injusta y van a protestar al dueño.. El dueño de la tierra contesta: yo contraté con ustedes en determinados condiciones y las cumplí, lo que yo contrate con los otros no es de su incumbencia. En esta parábola del Evangelio nos encontramos el reconocimiento pleno de lo que Marx llamaría el sistema capitalista, o sea el reconocimiento de la propiedad privada y de la validez de los contratos.

Siguiendo pues con las tesis marxistas, en la “Ideología Alemana” Marx escribe: “En la sociedad comunista, donde nadie tiene una esfera exclusiva de actividad, sino que cada cual puede estar satisfecho con cualquier rama que desee, la sociedad regula la producción general y así hace posible para mi el hacer una cosa hoy y otra mañana, cazar en la mañana, pescar en la tarde, arrear ganado en la noche y criticar después de la cena, tal como yo lo tengo en mente, sin que jamás me convierta en cazador, pescador, pastor o critico.” Sandeces de esta naturaleza jamás se encuentran en el Evangelio.

Predicha esta estupidez, pasamos nuevamente al Nuevo Testamento y en San Mateo nos encontramos la parábola de los talentos. En la misma se reconoce la responsabilidad individual por los resultados de la acción y por el contrario se descalifica, a quien no se toma el trabajo de crear.

Por todo lo dicho anteriormente creo que entre el cristianismo original y el marxismo nos encontramos la antítesis entre la libertad individual y el totalitarismo ya fuere comunista o nacional socialista. Hegel mediante. Este reconocimiento lo encontramos en la Rerum Novarun donde León XIII saca a la Iglesia del ultramontanismo del Sylabus de Errores y en 1891 publica la encíclicas Rerum Novarum donde dice: en contra de los socialistas. “Porque ha puesto en sus hombres la naturaleza misma grandísimas y muchísimas desigualdades. No son iguales las facultades de todos ni igual el ingenio ni la salud ni las fuerzas: y la necesaria desigualdad de estas cosas sigue necesariamente la desigualdad en la fortuna. La cual es por cierto conveniente a la utilidad así de los particulares como de la comunidad; porque necesita para su gobierno, la vida común de facultades diversas y oficios diversos”. Perdón por la longitud de la cita, pero me parece trascendente en estos momentos en que con posterioridad a 1931, pareciera que la Iglesia abandonara la sabiduría de León XIII de reconocer la mano invisible, y acercarse a los principios igualitarios del socialismo.

He traído a colación esta problemática a partir de Woody Allen pues insisto en mis preocupaciones, por la demagogia socialista reinante. Así creo que es propicia la oportunidad para recordar que en el Cristianismo se encuentran las fuentes del sistema político que a partir del reconocimiento de la falibilidad del hombre permitió la libertad y la creación de riqueza por primera vez en la historia. Nada más apartado y antitéticos que los principios cristianos y el marxismo y espero que así se comprenda, para bien de todos, pues “un espectro sigue rondando a Europa y América Latina.

1 comentario:

i4everluis dijo...

¿Y qué parte sugiere que se lea para comprender que el nuevo testamento es distinto al manifiesto comunista?

(Desde mi visión objetivista) Creo que Jesús pedía que el hombre sacrificara la existencia para alcanzar un paraíso fuera de este mundo. Y esas días llevadas al extremismo provocaron todo ese periodo histórico conocido como el oscurantismo, que se caracterizó por la represión a las ideas que no fueran de acuerdo con el cristianismo.