miércoles, junio 22, 2011

Drogas: contraalegato

Drogas: contraalegato
Día con día
Héctor Aguilar Camín

Sylvia Longmire, la autora de un libro inminente sobre el narcotráfico: “Cartel. The Coming Invasion of Mexico’s Drug Wars” (“Cártel: La próxima invasión de las guerras de la droga en México”), ha publicado en The New York Times un artículo sosteniendo que la legalización de las drogas no acabará con los cárteles (“Legalization won’t Kill the Cartels”).

La autora pierde por completo el centro de la discusión desde el título de su artículo, pues nadie en su sano juicio sostiene que la legalización de las drogas matará al crimen organizado o acabará con él.


El argumento serio es que le quitará los gigantescos recursos de que ahora dispone y lo hará menos capaz de corromper, reclutar y armarse. Nadie que haya argumentado con rigor en este tema pretende acabar con el crimen organizado. La pretensión es regresarlo a niveles de criminalidad manejables.


La autora vuelve a perder el fondo de la discusión cuando concentra su alegato en la legalización de la mariguana, que representa 60 por ciento del mercado. Precisamente porque el 40 restante es todavía mucho dinero, la propuesta de legalización o regulación legal de la droga debe ser completa.


La cifra más conservadora del negocio de las drogas en México es de 13 mil 800 millones de dólares al año. 40 por ciento de eso es todavía una cantidad enorme, infinitamente mayor que la que puedan recoger los cárteles en las otras actividades delictivas, que Sylvia Longmire describe en su artículo: secuestro, robo de gasolina, piratería, extorsión, tráfico de personas.


Según la autora, algunos expertos en crimen organizado, como Edgardo Buscaglia, sostienen que los ingresos por estos conceptos son ya la mitad de los ingresos del crimen organizado, es decir que los cárteles mexicanos harían por lo menos otros 13 mil 800 millones de dólares secuestrando, extorsionado, robando gasolina y apropiándose de mercados piratas.


La verdad parecen cuentas alegres. En todo caso, no es por estos negocios laterales que los cárteles matan y se matan, desafían al gobierno y aterrorizan a la sociedad, sino por el negocio base, el de las drogas prohibidas, sus plazas y sus rutas.


Una cosa es que la legalización de las drogas no sea viable políticamente, por la ceguera de los gobiernos y el tabú bien sembrado de la prohibición, y otra que no sea el camino más efectivo para arrebatar al crimen organizado la fuente mayor de su peligrosidad: el dinero.


Legalizar las drogas sin duda terminaría reduciendo la violencia en México.

No hay comentarios.: