sábado, junio 11, 2011

EE.UU. busca al agente de fronteras incorruptible

EE.UU. busca al agente de fronteras incorruptible

Patrulla de fronteras de EE.UU.

Los agentes de fronteras son tentados por los carteles con altas sumas de dinero y con favores sexuales.

Estados Unidos busca un antídoto contra un mal que se extiende y que tiene difícil cura: la compra de sus agentes fronterizos por parte de los carteles de la droga.

Los Zetas y otras organizaciones criminales recurren "sistemáticamente" a los sobornos para introducir droga e inmigrantes en EE.UU. desde México, según reconocieron esta semana altos cargos del gobierno encargados del control fronterizo.

La preocupación no es nueva. Conforme se agravaba la guerra contra el narco en México en los últimos cinco años, han aumentado los casos de corrupción de agentes estadounidenses y el gobierno ha introducido más controles internos.

El último en enero: es obligatorio desde entonces que los nuevos agentes se sometan al polígrafo o máquina de la verdad.

Sin embargo, muchos advierten que resulta muy complicado mantener la integridad de un cuerpo de policías que es tentado por organizaciones que disponen de miles de millones de dólares procedentes de la droga.

Además, el dinero no es el único señuelo del que disponen los criminales.

Los funcionarios que este jueves informaron del creciente problema, durante una audiencia ante un comité del Senado, dijeron que los agentes a su cargo también son comprados con favores sexuales.

En los últimos seis años, han sido arrestados o condenados por actos de corrupción 127 agentes del servicio de Aduanas y Protección Fronteriza, un cuerpo de cerca de 60.000 empleados, que tiene desplegados a 20.500 patrulleros en la frontera con México.

Más agentes

Frontera de EE.UU. y México.

En los últimos seis años han sido arrestados o condenados por corrupción 127 agentes de aduanas y fronteras.

El número de efectivos en la frontera mexicana es el doble de los que había en 2004, un rápido aumento que paradójicamente podría haber favorecido a los carteles, según dijo a BBC Mundo Mark Krikorian, que dirige en Washington el Centro para Estudios de Inmigración, una entidad que solicita políticas más estrictas contra los indocumentados.

"Cuando por motivos de urgencia la administración contrata de forma masiva, suele reducir los controles a su nuevo personal para aligerar el proceso de entrada", afirma Krikorian.

"Ha pasado otras veces", agrega. "Por ejemplo, cuando hace años la policía de Washington D.C. aumentó de forma acelerada su plantilla".

Otro de los problemas que salió a relucir en la audiencia ante el Senado es de tipo burocrático.

Durante años, el servicio de Aduanas y Protección Fronteriza ha pugnado con otra agencia gubernamental, la Oficina del Inspector General por la competencia para investigar a los agentes, como resalta el columnista de The Washington Post, Joe Davidson.

Los responsables de ambas agencias, Charles Edwards y Alan Bersin respectivamente, les dijeron a los senadores que los problemas del pasado están arreglados e hicieron propósito de enmienda.

El gran problema, según Krikorian, es que todos los esfuerzos que se hagan para mantener la integridad del cuerpo de patrulleros fronterizos serán pocos frente a criminales cargados con bolsas de dinero.

"Lo tiene más fácil el gobierno de un país pobre que quiere que sus agentes de tráfico dejen de cobrar sobornos a cambio de retirar una multa. Un aumento de sueldo puede ofrecer buenos resultados para combatir la corrupción", ejemplifica.

"Pero un aumento del sueldo del 5% no es suficiente para convencer a un agente al que le ofrecen US$100.000 por mirar para otro lado cuando pasa el camión cargado de droga".

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