VENEZUELA
El derrumbe del régimen
Por Gustavo Coronel
Después de ocho años viviendo en auto-exilio, en un país organizado, modesta y dignamente, ya nada me ata materialmente a Venezuela. Pero espiritualmente tengo todavía bastante que perder. Por ello, continúo pendiente de lo que allí sucede. |
La zarzuela chavista está en pleno desarrollo, ahora con el grotesco episodio habanero. Según la versión oficial, Chávez se sintió mal en La Habana y Fidel Castro, según las palabras que Chávez usó, le ordenó hospitalizarse y someterse a una operación que, aun para la medicina cubana, es relativamente sencilla y tiene un 97 por ciento de éxito: el drenaje de un absceso pélvico.
El problema no es el suceso, sino la manera como el régimen lo está manejando. En primer lugar, el país no sabe lo que sucede realmente. No hay un parte médico fehaciente, como sería lo natural. Parece ser que la operación no fue de emergencia, sino planificada, lo que confirmaría la desconfianza de Chávez hacia la medicina venezolana. Desde Cuba, en humillante postura de dependencia emocional de los Castro, Chávez pretende seguir gobernando por control remoto, a pesar de que ello viola las leyes del país. Jaua, el extirapiedras universitario, ahora nuestro vicepresidente, no conoce sus deberes, pues dice: "No se equivoquen conmigo, yo soy muy leal y no tomaré las riendas del gobierno"; a pesar de que eso es claramente lo que le dictan las leyes. Jaua es "leal" a Chávez, no al país. Parte del gabinete está o ha estado en Cuba, mientras Chávez está drenando su absceso o lo que realmente le aflija.
Evidentemente, el país se enfrenta a una profunda crisis de gobernabilidad, la cual se ha venido gestando por un largo tiempo. No tengo dudas de que esto que se llama revolución se viene abajo estrepitosamente. Las ratas como José Vicente Rangel están deseosas de saltar del barco. El mismo Chávez, en una carta muy cursi dirigida a Soto Rojas en demanda de más dinero, admite que el gobierno está "tres pasos por delante del caos". Define a su gobierno, sin darse cuenta, como un verdadero esquema Ponzi político, pues es fácil ver a Chávez pedaleando furiosamente mientras el caos amenaza rebasarlo.
Desafortunadamente, este derrumbe del régimen coincide con una gran mediocridad del liderazgo opositor. Entre la oposición hay gente excelente: Leopoldo López, Capriles Radonsky, María Corina Machado, Antonio Ledezma, entre otros; pero el bloque de legisladores da ganas de llorar, y las actuaciones de la MUD son de una debilidad patética. Es necesario que emerja una sociedad civil fuerte y decidida que tome las riendas de la reconstrucción nacional.
Mientras tanto, asistimos asombrados a la implosión de un régimen grotesco.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario