miércoles, junio 08, 2011

Escalada de horror: La narcotortura

Escalada de horror: La narcotortura
Rodrigo Vera

Llevada al paroxismo, la narcoviolencia desbordada por todo el país tiene un sello aterrador, el de la tortura como sistema, cuyas altísimas dosis de perversión dificultan los mejores intentos por hallarle una explicación a este fenómeno, por comprenderlo de una manera que pudiera llamarse racional… Especialistas consultados por Proceso acometen este esfuerzo y de entrada coinciden en que los desollamientos, los desmembramientos, las decapitaciones, buscan sobre todo sembrar el terror entre la población, enviar mensajes a los enemigos y eventualmente pulverizarlos en sus estructuras físicas, morales y de poder.
MÉXICO, D.F., 4 de junio (Proceso).- Los variados métodos de tortura aplicados por los cárteles mexicanos de la droga –que generalmente terminan en la ejecución de las víctimas–se realizan con instrumentos rudimentarios, lo que, según los especialistas, hablan de un retorno al “salvajismo más primitivo y sanguinario”, extendido ya a todo el país.


La mutilación, el desollamiento, la lapidación o la decapitación son sólo algunos de estos procedimientos que se realizaban en distintas épocas y lugares. Hoy son retomados por el crimen organizado, y se han vuelto tan comunes que ya conforman una expresión más de la llamada cultura del narcotráfico.
La “innovación” de los cárteles mexicanos en ese terreno consiste en la mutilación de personas con vida que después son ejecutadas y cuyos miembros son dispersados en distintos lugares para evitar su identificación.
La historiadora Evelyn Valle Contreras, especialista en métodos e instrumentos de tortura, comenta a Proceso:
“Actualmente, México atraviesa por una etapa de salvajismo muy primitivo y sanguinario que se suponía superado. Y la prueba es la alarmante escalada de torturas que realizan los cárteles de la droga”.
–¿Éstos utilizan algún tipo específico de tortura que los caracterice?
–No, más bien recogen métodos que ya se han aplicado en otras épocas, pero son de los más rudimentarios y sangrientos. A los especialistas nos llama la atención que, con las ganancias multimillonarias que deja la droga, los cárteles utilicen instrumentos tan arcaicos como el mazo, el palo, el hacha o el cuchillo.

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