martes, junio 07, 2011

Europa opta por la derecha ante la crisis

Internacional

Europa opta por la derecha ante la crisis

Solo cinco de los 27 países de la UE aún no han puesto sus gobiernos y economías en manos conservadoras


Europa opta por la derecha ante la crisis
En 1995, diez de los entonces quince estados miembros de la UE estaban gobernados por socialistas. Después de la derrota de José Sócrates en Portugal este domingo, con una Europa lastrada por los efectos de la crisis financiera, solo 5 de 27 pertenecen a esta familia política. Los ciudadanos europeos desconfían cada vez más de las propuestas tradicionales de la izquierda y prefieren poner la economía en manos del centro derecha. Los dirigentes socialistas empiezan a alarmarse ante el alcance de esta transformación, que no ha pasado desapercibida para nadie
En la actualidad, España es el único país importante con un gobierno socialista y las encuestas revelan claramente que si Rodríguez Zapatero convocase hoy elecciones generales, sería derrotado sin remisión. En Austria Werner Faimann gobierna gracias a una coalición y los demás gobiernos socialistas son los de Eslovenia (Borut Pahor) y Chipre, presidido por el ex comunista Dimitris Christophias. Grecia es el único caso en que el socialista Papandreu ganó las elecciones porque la crisis —que no venía solo de la gestión de los conservadores de Nueva Democracia sino de una larga tradición de engaños a la Comisión en la que participaban todos los partidos— estalló cuando estaba en la oposición.

La única posibilidad de ampliar el campo de países con gobiernos socialistas sería una hipotética solución de la crisis política belga que entregase el gobierno federal a una extravagante coalición presidida por el valón Elio Di Ruppo.

El «fenómeno ultra»

Y mientras tanto, en varios países antaño feudos indiscutibles de la socialdemocracia, desde Suecia a Dinamarca, pasando por Finlandia o por Holanda, los estudios sociológicos afirman que muchos de los antiguos votantes socialistas apoyan ahora opciones de ultraderecha y nacionalismos populistas que traspasan los límites de lo políticamente correcto.
En las reuniones del grupo socialista europeo (que esta legislatura tuvo incluso que cambiar formalmente su nombre para no asustar a sus socios italianos por el de «socialistas y demócratas»), los responsables no ocultan su estupor ante esta situación.
«Si los ciudadanos se quejan por los efectos de la crisis, no tiene mucho sentido que voten a aquellos que se sabe que van a tomar medidas mucho más radicales que los socialistas», se ha oído decir a los más altos dirigentes de la izquierda continental. La eurodiputada socialista española María Badía, vicepresidenta del grupo parlamentario socialista, ha organizado una conferencia en Barcelona el próximo día 21 en la que los invitados van a reflexionar sobre esta tendencia a la debilidad de la izquierda, que a su juicio está relacionada con la gestión de la crisis y afecta también a los gobiernos conservadores.

Adaptarse o no adaptarse

«El resultado de las elecciones en Portugal —dice Badía— sigue la tendencia de la mayoría de las elecciones que se han sucedido en Europa desde el principio de la crisis. Los ciudadanos están penalizando a los gobiernos en el poder por su gestión de la crisis. Nadie escapa a esta tendencia, también las opciones conservadoras están sufriendo importantes retrocesos como demuestra el batacazo electoral de Sarkozy en las cantonales francesas, la derrota de Berlusconi en los feudos de Milán y Nápoles en las municipales italianas o la derrota de Merkel en Baden-Württemberg en favor de Los Verdes.».
Sin embargo, que el número de gobiernos socialistas disminuya en la UE «debe llevarnos a una reflexión. Se han tenido que hacer sacrificios muy duros, pero es la opción socialdemócrata la que debe liderar la reconstrucción de la Europa social que conocemos. Esta no es una crisis de la socialdemocracia, es una crisis del neoliberalismo y consecuencia directa de la desregularización financiera predicada por los gobiernos conservadores».
«Todos los partidos de la derecha europea (en Francia, en Alemania, en Gran Bretaña y en Escandinavia) han centrado su mensaje, mientras que el socialismo europeo no ha defendido una política alternativa contra la crisis» afirmaba el historiador Alain Bergounioux, después de la derrota de la socialdemocracia alemana.
«Al socialismo europeo le espera un gran trabajo político e ideológico. Ya no puede regresar la visión de un Estado redistribuidor, como a principios de los 80, ni puede ignorar las insuficiencias del social-liberalismo que constituyó la llamada tercera vía de los laboristas británicos», añadía.

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