sábado, junio 11, 2011

Hank: el quinazo de Calderón

Hank: el quinazo de Calderón

Martín Moreno

No nos hagamos bolas: Jorge Hank Rhon es priista, representa al PRI y es el emblema de los abusos, la corrupción y la decadencia del priato. Si desde joven se fue a Tijuana, eso no lo desliga del poder político del Estado de México, llámese Grupo Atlacomulco o lo que sea. Asesino intelectual de periodistas. Señalado por el gobierno de EU como socio de narcos. Presunto coleccionista ilegal de armamento. Indefendible.

El apellido Hank simboliza gran parte del dominio político y financiero de la poderosa familia en la entidad gobernada por Peña Nieto, su futuro candidato presidencial.

¿Que no afecta a Peña Nieto la detención de Hank Rhon? Ya lo veremos. No descartemos que sea el inicio de una estrategia planeada y calculada y no —como pudiera parecer— un descontón político vulgar y aislado.

El operativo contra Hank Rhon fue respaldado por Los Pinos. El Ejército obedece al Presidente, y fueron soldados quienes detuvieron al ex alcalde de Tijuana, obedeciendo a su comandante supremo. El operativo AM —como ya se le conoce— tuvo la bendición presidencial.

La PGR ya amplió el plazo contra Hank —de 48 a 96 horas— y lo investigan por crimen organizado. Es una acusación gravísima.

¿Que fue un golpe político? Por supuesto. ¿Qué esperaba el PRI? ¿Que en Los Pinos se cruzaran de brazos rumbo a 2012? ¿Que les dijeran: Sí, cómo no, pase usted? Que no salgan ahora los priistas con que hay una “embestida” contra ellos.

“Es una cacería de brujas”, dijo, de bote pronto, Humberto Moreira, en un lance desafortunado, porque todos tenían enfrente a un presunto responsable de acopio de armas y eso está penado por la ley. Llámese Hank o Pérez.

Que la PGR compruebe el delito, es otro cantar. Alejandro Poiré rechaza que se trate de una “cacería de brujas”. Hank alega que le “sembraron” las armas.

En realidad, Moreira defendió a un presunto delincuente que en su casa tenía 88 armas, cuando el límite para cualquier ciudadano es de diez. Hay una posible omisión a la ley.

Entonces, ¿cuál cacería de brujas?

Y si mañana es presentado un ex gobernador u otro priista prominente, con pruebas suficientes de su culpabilidad bajo cualquier cargo —delincuencia organizada, enriquecimiento inexplicable u otro—, ¿también hablaremos de cacería de brujas?

Ya lo adelantábamos en nuestra columna del viernes pasado, titulada “El miedo del PRI”:

“El miedo del PRI radica, precisamente, en que cualquiera de los ex gobernadores mencionados —y algunos más seguramente— tienen fuertes antecedentes de haber sido complacientes con el crimen organizado durante sus mandatos, y a falta de argumentos sólidos para defenderlos, se recurre a la advertencia de que detener a cualquier priista nos llevaría a la inestabilidad social”.

Es el arma de doble filo para el PRI: defender a delincuentes priistas, bajo el pretexto de “terrorismo político” contra el tricolor.

Pretenden victimizar a Hank. Sí, el mismo que mandó matar a los periodistas Héctor El Gato Félix Miranda y Francisco Ortiz Franco, columnista y editor del semanario Zeta, respectivamente.

El Hank Rhon de Calderón es La Quina de Salinas: la demostración del poder presidencial.

Un quinazo, desde la perspectiva de dar un manotazo en la mesa, recurriendo al mismo delito —acopio de armas—, para doblar al rival político. Salinas, a La Quina. Calderón, al PRI.

Un quinazo por diferentes razones históricas, sí, pero, a final de cuentas, es manifestar todo el poder del Estado. Y del Presidente.

Allí están documentados tantos casos de abusos del poder priista —matanza estudiantil en 1968, saqueos a la nación, corrupción al amparo del gobierno, robo de elecciones, fraude electoral en 1988, asesinatos de perredistas, amenazas contra enemigos políticos, manipulación política de crímenes (Colosio y Ruiz Massieu)— y un rosario más cometidos durante la dictadura perfecta.

Así que no venga hoy el PRI, con lágrimas de cocodrilo, a decirnos que lo están “intimidando”. Chorradas.

Si alguien sabe intimidar, ese es el PRI.

Y si Hank es culpable, que lo prueben y lo castiguen. Y si no, que el gobierno se prepare para hacer el ridículo.

Hank y el PRI. El mismo rostro.

ARCHIVO CONFIDENCIAL

* ZÁRRAGA. El 27 de julio de 2009, José Francisco Zárraga, de 18 años, y Blanca Patricia Sierra Reyes, fueron asesinados por el policía municipal de Atizapán de Zaragoza, Edomex, Juan José Vértiz Hernández, quien dejó gravemente heridos a cuatro integrantes más de la familia Zárraga. Sus compañeros de corporación: Lidya Valencia, Porfirio Manuel Chávez y Miguel Ángel Vega Chávez, arrojaron gases y cubrieron la huida de Vértiz. Todos están detenidos. Está por dictarse sentencia y hay la posibilidad de que solamente se castigue a Vértiz y se libere a sus cómplices. El caso lo lleva la jueza primera del Penal de Barrientos, Libertad Castañeda. Estaremos muy cerca del caso para denunciar, de ser necesario, cualquier irregularidad.

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