miércoles, junio 22, 2011

Partidos libertarios

Partidos libertarios: Agenda política y apoyo anarquista

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Esta es una Introducción al libertarismo publicada por The Future of Freedom Foundation. Al final se incluye una nota editorial de este sitio, Anarquista 101.
El libertarismo es una filosofía política que mantiene que el ser humano debe tener la libertad de hacer lo que quiera con su propia vida, siempre y cuando su conducta sea pacífica. Por lo tanto, los libertarios bogan porque, mientras uno se abstenga de asesinar a los demás, de violarlos, de robarlos, de defraudarlos, de invadir su propiedad y de cometer algún otro acto violento contra ellos o contra su libertad o su propiedad, el Estado debe dejarlo tranquilo. Efectivamente, los libertarianos creen que uno de los propósitos principales del Estado consiste en enjuiciar y en castigar a las personas antisociales que inician la fuerza contra los demás.


¿Qué implica en la política este llamado “principio de la no agresión”?

Cada persona debe tener la libertad de participar en cualquier proyecto económico sin tener que pedir permiso del Estado o que soportar sus ingerencias. Por ende, los libertarios nos oponemos a las leyes que exigen licencias para poder llevar los negocios y a los reglamentos económicos de la actividad comercial. Los libertarios además creemos que cada persona tiene el derecho de quedarse con lo que se gana y de decidir por sí misma lo que vaya a hacer son su propio dinero: gastarlo, invertirlo, ahorrarlo, acapararlo o dárselo a otros.
Ello quiere decir necesariamente que los libertarios preconizamos el mercado libre, el que es sencillamente un proceso mediante el cual los seres humanos actúan entre sí de manera pacífica para el beneficio mutuo.

¿Cómo se aplican los principios libertarios a los problemas del mundo real? – Agenda para los partidos libertarios

La enseñanza: Los libertarios proponemos la separación total de las escuelas y del Estado, lo cual implica la abrogación de las leyes que exigen la asistencia de los niños a las escuelas, así como de los impuestos para mantener las escuelas públicas. En otras palabras, proponemos dar fin a toda ingerencia estatal en la enseñanza. De tal modo existiría un mercado completamente libre para la enseñanza, en el cual el consumidor podría decidir cuál es el mejor medio para enseñar a sus hijos y los empresarios (tanto los de las empresas comerciales como los de las organizaciones benéficas) podrían satisfacer las necesidades del consumidor.
El Seguro Social: La abolición inmediata del Seguro Social, el que no es más que un programa coactivo en el que los más viejos pueden robar a los más jóvenes. Como hemos dicho, cada ser humano tiene el derecho a quedarse con sus propias ganancias. Si uno no se prepara para la jubilación, tiene que depender de los actos de caridad y de la buena voluntad de su familia, de sus amigos, de la iglesia y de los demás miembros de la comunidad. Los libertarios mantenemos que es inmoral el emplear el Estado para tomar de otros lo que no nos pertenece.
La asistencia pública: La abrogación inmediata de todos los programas de asistencia pública, no sólo por inmorales sino también por motivo de los aspectos nefastos de la beneficencia estatal. Cada persona tiene el derecho a sus propias ganancias y nadie tiene el derecho de quitárselas contra su voluntad. Además de lo cual, nadie se vuelve una persona más moral porque el Estado le haya quitado su dinero para dárselo a otro. Finalmente, la asistencia estatal crea un sentido de dependencia y la falta de esperanza en el que la recibe.
Las leyes antidrogas: La guerra contra las drogas, que ya ha durado varios decenios, es inmoral y ha resultado ser sumamente perjudicial. Cada persona tiene el derecho de hacer cosas autodestructivas, siempre y cuando su conducta sea pacífica. La narcomanía debería tratarse como un problema social, médico y psicológico y no criminal. La legalización de las drogas pondría fin de un solo golpe a los narcotraficantes y al gansgsterismo del narcotráfico, así como a la violencia que se ve relacionada con la guerra antidrogas: los robos y los atracos que resultan de los precios astronómicos que los que toman drogas han de pagar en el mercado negro para poder costear sus hábitos.
El  IVA y el impuesto sobre la renta: Que se eliminen para que el pueblo pueda gozar de los frutos de su esfuerzo y decidir por sí mismo lo que vaya a hacer con sus ganancias.
El control de las armas de fuego: El pueblo tiene el derecho de resistir la tiranía de su propio Estado y de protegerse de la violencia de los criminales privados.
El medio ambiente: El Estado es el mayor agente destructor del medio ambiente. Efectivamente, si seguimos la pista de los problemas del medio ambiente, nos damos cuenta que la mayor parte de ellos se debe a la propiedad pública de los recursos, y no a la propiedad privada. La solución radica en privatizar la propiedad pública en el grado mayor posible.
El cuidado médico: La crisis en el cuidado médico, especialmente relativa a los costos cada vez más altos, se debe a la ingerencia extensa del Estado en el cuidado médico: los programas de Medicare y de Medicaid y las leyes que exigen que los que vayan a proporcionar el cuidado médico obtengan licencias del Estado. Estos programas y estas leyes todas conspiran para aumentar el costo del cuidado médico y deberían abrogarse para poder establecer un mercado completamente libre en el cuidado médico.
La inmigración: Los libertarios nos oponemos a todos los controles sobre el libre movimiento de bienes y personas, tanto en el marco doméstico como en el internacional. El ser humano posee el derecho de viajar y de buscar una vida mejor. Sin embargo en la actualidad quizás este es el único punto discutido de esta agenda, otros libertarios preconizan que una migración controlada es consistente con una politica libertaria, por el derecho de exclusión de los individuos y la seguridad interna de sus comunidades (N. del E.).
Relaciones exteriores: Los libertarios estamos en contra de la asistencia a los países extranjeros y de participar en sus guerras. El gobierno debería limitarse a proteger al país de las invasiones y no debería entrometerse en los asuntos de los demás países.
Libertades civiles: Los libertarios preconizamos fuertemente la Primera Enmienda (la prohibición a que existan leyes sobre la libertad de culto, expresión, reunión, etc) y los aspectos procesales del proceso de ley, tales como el derecho de no tener que someterse a los registros e incautaciones arbitrarias y, en los casos criminales, el derecho a la representación legal, al aviso y la audiencia y al juicio por jurado.

Editorial de Anarquista 101

Hablemos del apoyo anarquista. Es importante que los anarcocapitalistas participen en algún nivel de estas iniciativas políticas en vez de aislarse, puesto que el objetivo minarquista de limitar y reducir el Estado es condición necesaria -aunque no suficiente- para caminar ordenadamente hacia la anarquía.
Una vez acordado este punto los anarquistas debieran incluir en el programa de acción de la plataforma partidista el rechazo -expreso o tácito, el lirismo es lo de menos- del concepto de “soberanía del Estado”, lo que en la práctica significa: el derecho de los rebeldes, disidentes y/o anarquistas a separarse del Estado por vía pacífica, progresiva o inmediata, principalmente por medio de la creación de ciudades libres y dinero privado. Después de todo, minarquistas y anarquistas podemos vivir -al menos teóricamente- juntos, aunque separados.
A modo de conclusión, la batalla moral e intelectual para determinar el rumbo de nuestros países y nuestro destino, se libra entre los que preconizan la libertad — los libertarios — y los que favorecen el control estatal de las actividades pacíficas — los “estatistas.”

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