miércoles, junio 22, 2011

¿Se la van a cobrar a AMLO?

¿Se la van a cobrar a AMLO?

Vaya que López Obrador ha errado. La elección de 2006, más que ganarla Calderón, la perdió Andrés Manuel.

Leo Zuckermann

¿Qué va a pasar el 4 de julio en el PRD si ocurre lo que indican las encuestas en el Estado de México, es decir, que el candidato del PRI arrase en las elecciones de gobernador? ¿Alguien le va a cobrar a AMLO el error de haber bloqueado la posibilidad de una alianza electoral de la izquierda con el PAN a fin de competirle de verdad al PRI y quizá propinarle un golpe a Enrique Peña Nieto? No lo creo. Así lo sugiere la historia. Y es que una parte de la izquierda adora a AMLO y otra le tiene pavor. Por eso, no lo tocan ni con el pétalo de una rosa. Por eso, sus errores no le cuestan.

Vaya que López Obrador ha errado. La elección de 2006, más que ganarla Calderón, la perdió AMLO. El hoy Presidente tuvo la habilidad de capitalizar las equivocaciones de un candidato que unos meses antes de los comicios tenía una cómoda ventaja en las encuestas. AMLO se equivocó, por ejemplo, al no asistir al primer debate. Pero quizá lo que más le costó en la carrera presidencial fue no responder a las campañas negativas en su contra del PRI y del PAN. Eso le afectó mucho porque, de acuerdo a cualquier libro de texto de mercadotecnia electoral, el candidato que no contesta un ataque negativo lo hace creíble. El que calla, otorga. El periodista Jorge Ramos en una ocasión le comentó a AMLO que este tipo de campañas son comunes y se valen en una democracia. AMLO le contestó: “Siempre y cuando el afectado tenga posibilidad de respuesta, de réplica. Aquí nos cerraron por completo los medios de comunicación”. Falso. En medio de la campaña presidencial de 2006, AMLO pudo haber utilizado spots de radio y televisión, que estaban a su alcance, para responder los ataques en su contra. Más aún, en ese entonces, los medios se peleaban por entrevistarlo. Él era quien se daba el lujo de rechazarlos.

¿Y qué tal el error del plantón en Reforma y el centro del Distrito Federal para protestar por un supuesto fraude electoral que sus abogados nunca pudieron comprobar? ¿Acaso no se equivocó al estrangular una parte de la capital? Hasta él lo reconoce. De acuerdo al perfil que escribió Jorge Zepeda sobre él, AMLO “ha reconocido que la decisión del plantón podría no haber sido adecuada”, pero “era la menos mala de sus opciones”. Así lo ha racionalizado AMLO: no quería parecer timorato como Cuauhtémoc Cárdenas después de la elección de 1988 y temía que sus seguidores cometieran actos violentos de protesta; ergo, escogió el plantón como una opción intermedia. Una decisión que sin duda le costó a él y a la izquierda en la opinión pública. Ni el PRD ni AMLO han podido recuperarse de la mala imagen que tienen en las encuestas.

¿Alguien le cobró este error a AMLO dentro de la izquierda? No. Porque unos siguen adorándolo y otros, que perciben dicho fervor, tienen miedo de enfrentarlo. En las encuestas, Marcelo Ebrard no le hace ni cosquillas entre los izquierdistas. AMLO es el preferido. Y por eso nadie tampoco le va a cobrar que le vaya mal a la izquierda en el Estado de México. Además, siempre tendrá el recurso de desconocer la derrota (“es que la mafia que controla el país nos volvió a robar, bla, bla, bla”) o admitir que perdieron pero con el orgullo de no haberse aliado a “los mafiosos del PAN que son los mismos que los del PRI”.

Lo cierto es que, después de haber impedido la alianza, luego de haber impuesto a Alejandro Encinas como candidato de la izquierda a la gubernatura, AMLO prácticamente desapareció del territorio mexiquense. Ayer Carlos Puig le preguntó si había abandonado a Encinas. Respondió que él antes había recorrido el estado con el candidato mexiquense: “Alejandro está haciendo una muy buena campaña, hay mucha participación ciudadana, lo están apoyando de modo que está bien acompañado […] yo no tengo la menor duda de que va a llegar a la gubernatura”.

No lo creo, porque así lo indican las encuestas. En el mejor de los casos, Encinas ocupará un segundo lugar muy lejano. Y la izquierda, lejos de cobrarle el error a AMLO, procederá a ungirlo como su candidato presidencial.

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