miércoles, julio 06, 2011

Lo que Grecia puede aprender de Argentina

Lo que Grecia puede aprender de Argentina

MATT MOFFETT

BUENOS AIRES—En momentos en que la economía de Grecia pasa apuros para lidiar con una deuda gigantesca y un euro sobrevaluado, algunos políticos y economistas en Atenas están hablando de la "solución argentina".

Se trata de una referencia a las medidas radicales que el país adoptó hace una década cuando su economía se hundió arrastrada por una pesada deuda y su crecimiento y exportaciones sufrieron por un peso sobrevaluado que tenía paridad con el dólar. A fines de 2001, Argentina se declaró en cesación de pagos y devaluó el peso. Tras pasar por el purgatorio de una recesión atroz, el país ha disfrutado de una década de crecimiento vigoroso.

ARIS MESSINIS/AFP/Getty Images

El Parlamento griego

Pero ex funcionarios del gobierno argentino que ejercieron durante la crisis y la recuperación dicen que si bien la actual estrategia de Grecia de constantes ajustes se ve insostenible, no están seguros de que el remedio argentino podría funcionar en el país heleno. La profunda integración de Grecia con la Unión Europea haría muy difícil que Atenas incumpla el pago de su deuda o abandone el euro de la forma en la que Argentina, más aislada geográfica y geopolíticamente, lo hizo.

El Parlamento griego aprobó la semana pasada un plan de austeridad de cinco años, como condición para recibir un nuevo rescate de sus acreedores.

Pero incluso si los pagos de deuda se eliminaran, Grecia seguiría con un déficit presupuestario muy alto.

Además, Grecia no cuenta con un motor de crecimiento que iguale el sector agrícola de Argentina, que pudo explotar la debilidad del peso para impulsar la recuperación de su economía.

"En el diagnóstico del problema, se ven fuertes paralelos (entre Argentina y Grecia), como la sobrevaluación, una política fiscal indisciplinada y el aprovechamiento de una estabilidad aparente para asumir una pesada deuda", dijo Alfonso Prat-Gay, presidente del banco central desde 2002 hasta 2004.

"Pero los paralelos terminan cuando se empiezan a mirar las soluciones que funcionaron para Argentina, que bien podrían no funcionar para Grecia", comentó. El ex funcionario agregó: "No es obvio que Grecia pueda dejar la unión monetaria de la forma que Argentina dejó su (paridad con el dólar). Tampoco está claro que sea algo recomendable para Grecia o la UE."

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El costo humano

Por su parte, Martín Redrado, ex presidente del banco central de 2004 a 2010, dijo que cree que se debería evitar la cesación de pagos a cualquier costo debido al costo que supone para los contribuyentes. El ex funcionario se refirió a la creciente pobreza, el desempleo y "una sensación de anarquía".

Sin embargo, Redrado agregó que los paquetes económicos que se concentran solamente en la austeridad y la venta de activos, como el que aprobó Grecia la semana pasada, también están destinados al fracaso, de la misma forma que lo hicieron en Argentina antes del colapso. "La carga de las tasas de interés que Grecia está soportando en estos momentos no es sostenible y en mi opinión no hay ajuste fiscal que pueda hacer de contrapeso".

Su recomendación es que los acreedores de Grecia le den a Atenas cierto margen de maniobra, reduciendo las tasas de interés que el país paga a un nivel máximo de 3% frente al actual 7% u 8%. A cambio, apuntó, los bancos deberían estar autorizados a mantener bonos griegos en sus libros a 100 centavos por dólar si los mantienen hasta la fecha de vencimiento. Redrado explicó que Argentina siguió una estrategia similar con los bancos locales que tenían bonos y le dio buen resultado.

Daniel Marx, el principal negociador de la deuda de Argentina hasta poco antes de la cesación de pagos, se sorprendió por la gravedad de los problemas griegos actuales comparados con los de Argentina en 2001.

Sin embargo, Grecia tiene algunas ventajas que Argentina no tenía. El enorme rescate financiero que Grecia ha recibido del Banco Central Europeo eclipsa la ayuda internacional que Argentina obtuvo cuando se encontraba al borde del abismo. La UE es reacia a dejar que Grecia colapse porque eso podría contagiar a otras economías frágiles como Portugal e Irlanda y haría peligrar la unión monetaria.

Martín Lousteau, que ejerció brevemente como ministro de Economía, también ve las similitudes entre Grecia y Argentina pero, debido al tamaño de la deuda griega y los posibles coletazos, advirtió que una cesación de pagos "es un asunto más grande y abandonar el euro es abandonar la cumbre de la civilización europea".

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