miércoles, julio 06, 2011

¿Por qué ganó el PRI?

¿Por qué ganó el PRI?

La competencia quedó entre un político joven y cercano a los mexiquenses, como Ávila, y dos patricios sin mucha presencia en la entidad.

Leo Zuckermann

¿Cómo fue posible una victoria tan apabullante del PRI en el Estado de México? Algunos alegan que se debe a trampas y malos manejos. Si es así, tendrán que comprobarlos frente a las autoridades electorales. Yo quiero ver las pruebas. Mientras tanto, me parece que podemos adelantar algunos factores que permitieron que el PRI le sacara una diferencia de más de cuarenta puntos porcentuales a la izquierda y más de cincuenta al PAN. En Imagen Electoral invité a dos expertos en cuestiones electorales, Alejandro Cruz y Francisco Abundis, que a lo largo de su vida han vivido decenas de elecciones locales, a hacer una reflexión de qué explica los 2.8 millones de votos a favor de Eruviel Ávila, 1.9 millones más que Alejandro Encinas y 2.3 más que Luis Felipe Bravo Mena.

El primer factor tuvo que ver con los candidatos. De los comicios del año anterior, el gobernador entendió que no podía elegir al personaje más cercano a su corazón como candidato priista, sino al que maximizara las posibilidades de ganar. Ese era Ávila. Panistas y perredistas lo sabían. De hecho, esperaban que Peña se equivocara para ellos ofrecerle la candidatura a Ávila, tal como lo hicieron con Mario López en Sinaloa. Pero Peña no erró y lanzó al presidente municipal de Ecatepec, un personaje relativamente conocido en la entidad con una carrera política exclusivamente local. La izquierda y el PAN, en cambio, optaron por dos personajes que tuvieron que traer de la Ciudad de México. Políticos de la antigua guardia que ya habían competido en el Edomex 18 años atrás. De esta forma, la competencia quedó entre un político joven y cercano a los mexiquenses, como Ávila, y dos patricios sin mucha presencia en la entidad. Eruviel por lo menos podía presumir que él había tratado de resolver los problemas de su municipio en los últimos años cuando los otros dos se encontraban lejos del Edomex.

El segundo factor que explica la victoria del PRI es la política pública del gobernador. A lo largo de su sexenio, Peña hizo cuantiosa obra pública (como dice Ulises Beltrán: “Los políticos venden cemento”) y ejecutó programas sociales con muchos beneficiarios. Esto generó una percepción de un gobierno con resultados que favorecieron al partido gobernante. De acuerdo con Abundis, la victoria del domingo ya se venía anunciando, tanto en las elecciones de presidentes municipales como de diputados federales de 2009. No es gratuita, en este sentido, la popularidad de Peña en su estado. Existe la percepción de que ha cumplido. Desde luego ha ayudado la intensa campaña mediática en la televisión para vender la imagen de Peña y de un gobierno exitoso.

El tercer factor es un asunto que debe preocupar a perredistas y panistas. De acuerdo con las encuestas, el PRI capturó a los votantes más jóvenes: los que ya no recuerdan cómo gobernaron los priistas porque estaban muy chicos. Este segmento votó masivamente a favor del tricolor. Lo ven como una mejor opción que los partidos de izquierda y derecha.

Un cuarto factor que explica la contundente victoria del PRI fue la brevedad de las campañas. Fueron 45 días. Muy poco para el tamaño del Edomex. Esta nueva legislación benefició al partido gobernante (PRI) y a su candidato. También contribuyó a la victoria priista una participación electoral relativamente baja de 43 por ciento. La cifra sugiere que salieron a votar los votantes duros de cada partido y ahí el PRI tiene una ventaja. Los votantes independientes se quedaron en sus hogares ya sea por el mal clima, porque ninguno de los candidatos los convenció o ambos.

Finalmente está el tema de la caída del PAN en el estado. Ya venía ocurriendo desde la última elección local. Es evidente que los panistas tienen graves problemas en el Edomex. Además, de acuerdo con Cruz, en encuestas y grupos de enfoque se encontraron con un electorado insatisfecho, incluso enojado, con el gobierno federal. Este descontento, quizá producto del desgaste natural de 11 años de gobernar el país, lo capitalizó más el PRI que los partidos de la izquierda.

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