Cuando el capital no está a la vista. Por Jeffrey A. Tucker.
Un episodio de No
Reservations, un programa centrado en la cocina del Travel Channel
presentado por Anthony Bourdain, llevaba a los televidentes a Puerto Príncipe,
en Haití. Había oído que el programa mostraba de una forma original el país y
sus problemas. No podía imaginar cómo. Pero resultaba ser cierto. A través de
la lente de la alimentación, podemos tener una visión de la cultura, y de la
cultura a la economía, y de la economía a la política y finalmente a lo que
está mal en este país y lo que puede hacerse.
A través de esta pequeña lente,
tenemos mayor conocimiento del que habríamos tenido si el programa se hubiera
dedicado completamente a asuntos económicos. Un episodio sobre economía habría
incluido aburridas entrevistas con funcionarios del tesoro y expertos del FMI y
un montón de cháchara acerca de balances comerciales y otros agregados
macroeconómicos completamente desviados.
El bloqueo y los intentos de matar de hambre a Alemania. Por Ralph Raico.
Los estados a lo largo de la
historia han persistido en dificultar severamente e incluso prohibir el
comercio internacional. Sin embargo, casi nunca las consecuencias de dicho
intento (tanto en los resultados evidentes inmediatos como probablemente en los
de largo plazo) pueden haber sido tan devastadoras como en el casi del bloqueo
naval aliado (realmente británico) a Alemania en la Primera Guerra Mundial.
Este bloqueo de hambre pertenece a la categoría de las atrocidades estatales
olvidadas del siglo XX. (Igualmente, ¿quién recuerda hoy a las decenas de biafreños muertos por hambre
durante la guerra de independencia por la política de los generales nigerianos
apoyados por el gobierno británico?)
Así, C. Paul Vincent, un veterano historiador y actualmente director
de la biblioteca, en el Keene State College en New Hampshire, merece nuestra
gratitud por traerlo a la memoria en este estudio erudito y equilibrado.
El origen inflacionista de la deflación
Por David Howden.
Un lamento que se escucha hoy
a menudo (tanto ala oeste como al esta del Atlántico) es que los niveles de
inflación son peligrosamente bajos. Aunque la mayoría de los bancos centrales
pongan un objetivo de inflación en torno al 2-3%, los índices generales de
precios de la mayoría de los países occidentales están cayendo por debajo del
límite inferior de ese objetivo. Está apareciendo un miedo a la deflación
(apoplitorismofobia, como la llama
Mark Thornton).
Sin entrar en si la deflación
es buena, mala o benigna, deberíamos evaluar de dónde viene la inflación. (El
lector interesado puede consultar Less than Zero: The Case for a Falling
Price Level in a Growing Economy, de George Selgin, y “¿Quién teme a la deflación?”, de Philipp
Bagus, para ver el lado positivo de una caída en el nivel de precios).
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