domingo, febrero 19, 2012

El horizonte asiático

China 2012-02-19

&quote&quoteMuchas cosas se mueven en el mundo, y el sistema que sustituya con algún grado de permanencia al cada vez más lejano de la Guerra Fría no acaba de definirse, excepto en que en él, China jugará un papel importante
Por mucho que sea el más vulgar de los conocimientos que lo importante es China, y por ende Asia, nuestra absorción en la crisis que padecemos  y en un Oriente Medio siempre rico en llamativos acontecimientos no nos permite concederle al horizonte más lejano la importancia que todos proclamamos. La visita de cinco días a Estados Unidos del vicepresidente Xi, más que probable próximo número uno de China, es una buena ocasión para echar un vistazo más allá de nuestras cercanías.


Muchas cosas se mueven en el mundo, y el sistema que sustituya con algún grado de permanencia al cada vez más lejano de la Guerra Fría no acaba de definirse, excepto en que en él, China jugará un papel importante. Es ya el número dos económico, en PIB, pero todavía muy detrás de los desarrollados en renta per capita. Ciertas extrapolaciones de tendencias actuales, que el largo plazo con frecuencia desmiente, predicen el adelantamiento a los Estados Unidos hacia mediados de nuestra centuria. Pero a China le esperan muy complicadas transiciones políticas y económicas, a las que los que mandan no parece estar muy dispuestos. Es una apuesta razonablemente segura que el modelo actual no alcanzará la mitad del siglo. Una evolución gradual, parece difícil. Muchos son los problemas que ya supuran y pueden enconarse.
En su milenaria historia, China ha dominado toda su periferia en todos sus periodos de unidad y esplendor. Ha sido siempre una civilización muy xenófoba, muy desdeñosa de todo lo exterior, sin curiosidad por conocer lo de fuera ni interés por innovar siguiendo el ejemplo ajeno. Los países que en diversas épocas han sido sus súbditos o feudatarios y la necesitan ahora como mercado, quieren precaverse frente a subordinaciones y pleitesías, lo que les ha llevado a una nueva demanda de la presencia americana en la orilla asiática del Pacífico.
En este punto, como en los procedimientos de lucha contra el terrorismo, la política de Obama ha desarrollado la de Bush sin solución de continuidad. El último documento estratégico de la actual Administración lo proclamaba de hecho, sin llegar a reconocerlo. El tejido de alianzas e instituciones multilaterales en la zona se está reforzando y volviendo más tupido. Todas quieren contar con la presencia americana ocupando una posición preminente. Esto no significa que adopten un tono expreso anti-chino o incluso que excluyan la participación de Pekín. No se pretende crear un dispositivo de cerco, sino de integración/prevención. Contener sin rechazar. Esquemas y relaciones que favorezcan a todos y a China también, siempre que no pretenda descargar su enorme peso para dominar. No se trata de exclusiones, pero las puertas se abrirán para que sirvan al propósito de paz, estabilidad, libertad, prosperidad para todos.
En ese contexto los temas militares tienen gran importancia. China lleva ya mucho tiempo aumentado su presupuesto anual de defensa en varios puntos por encima de lo que ha sido el espectacular crecimiento de su economía. Su prioridad es la armada. El diseño de una Asia pacífica requiere transparencia militar china.

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