El modelo chino crece en el Caribe Más de 350.000 autónomos emprenden negocios privados sin libertad política. Juan Jesús Aznarez
Las más de 300 medidas aprobadas por el VI Congreso del Partido
Comunista de Cuba (PCC) en abril del pasado año, abordadas en la Primera
Conferencia Nacional del partido, el 28 de enero, carecen del calado de
las reformas emprendidas por el comunismo chino y vietnamita en el
arranque de sus procesos aperturistas, pero han permitido a 357.000
personas emprender negocios en 188 oficios y actividades, concentradas
fundamentalmente en el sector de servicios y la agricultura. Hasta
ahora, los emprendedores han contratado cerca de 40.000 ayudantes. El
objetivo de las reformas es corregir los ruinosos fracasos de la
economía centralizada y reducir los subsidios y la asfixiante carga
financiera derivada de una plantilla de más de cinco millones de
trabajadores estatales, buena parte innecesarios e improductivos.
La tiranía de la memoria Fidel Castro confunde la narración de su vida con el relato de la historia de Cuba, y no duda en alterar detalles. ¿Cómo podría reivindicar la vida del padre Varela si esta es incompatible con un régimen de partido único?
¿Por qué un político como Fidel Castro, que gobernó durante medio
siglo Cuba y que no siguió gobernándola sólo porque su salud se lo
impidió, que tiene a su hermano menor al mando del país y que jamás es
cuestionado en la opinión pública de la isla, dedica su retiro a
justificar insistentemente su lugar en la historia? En los últimos seis
años, Castro ha publicado cuatro libros de memorias y ha agenciado la
publicación de alguna biografía favorable. ¿Cuál es la raíz de esa
obsesiva administración de un legado político?
El Asad: ¿Y qué hago ahora?. Moisés Naím
Esto se debe preguntar a diario el tirano sirio. Si bien se discute
mucho sobre las opciones que tienen las democracias del mundo para
detener la matanza, menos se ha discutido sobre las opciones que le
quedan a El Asad. Me lo imagino reflexionando sobre sus posibilidades
mientras contempla dos fotografías del año pasado. La de su bella esposa
Asma, en un elogioso reportaje que le hiciera la revista Vogue, y la
del cadáver de Muamar el Gadafi. La primera le recuerda una vida y
alternativas que ya no tiene y la segunda le ilustra sobre cuál podría
ser su destino. La esperanza, simbolizada por el artículo de Vogue, de
que El Asad pudiese reformar la brutal dictadura que heredó de su padre,
ya no la tiene nadie. Los miles de inocentes que ha asesinado le
cierran esa puerta. Pero si esta y otras se le han cerrado, ¿cuáles
siguen abiertas?
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