Por Ricardo López Göttig, Buenos Aires*
Dinastías del Proletariado
El régimen del socialismo hereditario, sin embargo, no está dentro de los cánones del marxismo ortodoxo, una categoría impensada para Karl Marx y Friedrich Engels, aun cuando hubo otros ejemplos exitosos y fallidos de "dinastías del proletariado". Una dinastía fallida fue la que encabezó Nicolae Ceausescu en Rumania, el enfant terrible del campo socialista soviético que, con sus extravagancias y devaneos de autonomía dentro del Pacto de Varsovia, mantuvo con puño de hierro su dictadura hasta diciembre de 1989, cuando él y los miembros de su familia fueron fusilados tras un juicio sumario. Durante sus largos años en el poder, la propaganda oficial lo ensalzó como "el genio de los Cárpatos" y como "líder sabio y visionario", la "conciencia del mundo" y "pastor y salvador de la nación".
Los resultados distaron de ser tan elocuentes: una Rumania arruinada por la destrucción de los recursos, la malnutrición, la violencia de la Securitate –policía secreta- y el atraso económico. La dinastía exitosa del socialismo real es la de Corea del Norte, fiel al stalinismo y a una doctrina de aislamiento internacional, pomposamente denominada Juche que proclama la confianza en sí misma de la Corea comunista. El régimen totalitario de Corea del Norte fue establecido por Kim Il Sung tras la liberación de las tropas japonesas hacia fines de la segunda guerra mundial con el apoyo soviético y cambió de amo en 1994, cuando el "Gran Líder" falleció y fue sucedido por su hijo Kim Jong il, el "Amado Líder".
Poco es lo que se conoce de cuanto ocurre en el interior del país, más allá de las paradas militares que recuerdan la tenebrosa escenografía nacionalsocialista, las amenazas de desarrollo de misiles y armamento atómico para obtener alimentos del mundo democrático, y del culto obsecuente a la personalidad de los Kim, traspasando los límites del ridículo. Tanto Cuba como Corea del Norte mantienen vigente el sistema de partido-Estado, siguiendo el modelo "constitucional" soviético, que proclama al Partido Comunista como "vanguardia del proletariado" y protector indiscutible de la dictadura del proletariado y el socialismo. Así, por ejemplo, puede leerse en el artículo V de la Constitución de Cuba, impidiendo el pluralismo y la libre discusión.
Es el Partido el que gobierna y el que da mandatos al parlamento y a los ministerios, que se limitan a aprobar y ejecutar las directivas de los comités centrales. Las elecciones, en las que sólo pueden participar los candidatos designados por el PC, no son una competencia en la que se debaten propuestas y visiones alternativas, sino un acto de demostración de la unidad, la fuerza y la adhesión hacia los postulados del socialismo real.
Como sostenía Václav Havel en su célebre ensayo "El poder de los sin poder": eventos como las elecciones, las manifestaciones masivas y la denuncia a "saboteadores" y "conspiradores", son señales que se emiten hacia arriba, para demostrar que se acata la orden. Pero, ¿qué señal emiten hacia el resto del mundo, que observa con preocupación cuanto ocurre en Cuba? Si hay una transición, esta es de hierro y no de terciopelo; si hay cambios, serán extremadamente lentos y conducidos con dureza por el partido y las fuerzas armadas. Lejos, pues, de las exitosas transiciones pacíficas a la democracia liberal que en 1989 se iniciaron en Polonia, Hungría y la ex Checoslovaquia.
Por Ewald Scharfenberg *
¿Por qué Chávez se metió en un conflicto ajeno?
AÚN ENCERRADO EN UNA TORRE DE CRISTAL LEVANTADA POR LA ADULACIÓN Y LOS DELIRIOS MESIÁNICOS, TRAS CASI DIEZ AÑOS DE EJERCICIO EN EL PODER, CHÁVEZ PUEDE ESTAR PERCIBIENDO LA DESNUDEZ PROPIA DEL REY. |
"El imperio tiene el perfil psicológico de todos nosotros”, dijo el presidente Hugo Chávez en una rueda de prensa ofrecida el miércoles en la noche en el Palacio de Miraflores de Caracas, junto a su par ecuatoriano, Rafael Correa.
En el momento, no quedó claro si la primera persona del singular incluía sólo a su colega presente, o si Chávez aludía también al público congregado en la Sala de Prensa “Simón Bolívar” del palacio presidencial, donde se reunían a esa hora, once de la noche local, los miembros del gabinete ejecutivo, representantes del alto mando militar venezolano, y los mosqueteros oficialistas que esta vez servían de público de galería para un puñado de corresponsales extranjeros autorizados a hacer preguntas.
Fuera de toda duda quedó, en cambio, la referencia que con ese “todos nosotros” hacía sobre Álvaro Uribe, a quien acababa de calificar como “psicótico” y “obsesivo” durante la alocución, transmitida en cadena nacional a todo el país. De acuerdo con el líder de la autodenominada revolución bolivariana, los cuerpos de inteligencia de Estados Unidos se habrían valido de esa condición atribuida a Uribe para manipularlo y llevarlo a asumir el rol de ejecutor de las políticas del imperio en la región andina.
Así fue como el discurso de Chávez desembocó en un reto insólito: si Uribe accedía, ambos mandatarios podrían acudir a enfrentar un examen psicológico para determinar la salud mental de cada uno y “ver quién de los dos la pasa”.
Insólitas, irrespetuosas, o descarnadamente francas, en cualquier caso, las expresiones de Chávez muestran lo importante que desde hace tiempo se ha tornado, si no la psicología, al menos sí la jerga psicológica para recoger e interpretar la diatriba política venezolana.
“¿Por qué lo hizo?”, la pregunta sin respuesta que atormenta a los deudos de un suicida, al cónyuge abandonado y a cualquier otro al que se ha dejado en abandono, es la que desde el domingo pasado acucia a buena parte de la sociedad venezolana, aunque no refiera en esta ocasión a un ausente: “¿Por qué el presidente Chávez se entrometió de esa manera en el incordio que enfrenta a Colombia y Ecuador?”.
A juzgar por la rueda de prensa de anoche, más parecida a la puesta en escena de un happening o a una junta de condominio donde los participantes se afanan en hablar mal del vecino que dejó de asistir, de nuevo los venezolanos deberán explorar en los confines del alma –tanto la presidencial como la colectiva- para conseguir una explicación para el súbito escenario bélico que se dibujó frente a sus narices.
Quijote en Miraflores
“Chávez es un gran administrador de fracasos, asegura para Semana.com un general retirado del ejército que estuvo a cargo de altas posiciones en el gobierno del ex teniente coronel. Parece como si tratar con problemas y reveses lo entusiasmara”.
En respaldo del testimonio acude el propio historial de Chávez, que recoge los prodigios con que el presidente de Venezuela pudo, por ejemplo, en 1992, transformar una rendición militar durante su intentona de golpe, en una victoria política.
Aunque esa faceta del ex comandante acaso refleja su tendencia a huir hacia delante, no tanto por audacia, sino como método de evasión de la realidad. “En el gobierno todo era improvisación, sigue el oficial en situación de retiro, que prefiere mantener su nombre en reserva. Yo me enteré de que había sido nombrado en un cargo porque el presidente se lo anunció al público en una visita que hacía a Ciudad Bolívar (localidad al sureste de Venezuela, a orillas del río Orinoco); ni siquiera me lo había consultado”.
Desde esta perspectiva, Chávez se sentiría tan atraído por lo épico como repelido por gerenciar la rutina, una labor que exige constancia y suele poner de relieve la carencia de capacidades organizativas o de planificación.
Esta visión coincide en ciertos puntos con la imagen evocada por Axel Capriles, un respetado psicólogo junguiano, en entrevista que ofreció ayer al circuito Unión Radio de Caracas. “Cuando veo a Chávez me viene a la mente El Quijote, explicaba, ese personaje que quedó atrapado en sus fantasías de caballería y que luchaba contra molinos de viento o se metía en una pelea en una taberna porque creía que la gente allí estaba contra él”.
A Chávez se le vio el domingo, cuando pidió en vivo la movilización de diez batallones de blindados a la frontera oeste del país, “una reacción afectiva” que, según Capriles, tendería a dar sustento a quienes piensan que existen afinidades programáticas y espirituales entre el presidente de Venezuela y las Farc. “Lucía tocado por algo muy cercano. Esta crisis no se debe a un problema de dimensiones nacionales, sino simplemente a la reacción de un hombre el presidente Chávez ”.
Otro general retirado, que ocupó un puesto en el gabinete ministerial de Chávez, asegura por su parte: “Ese es el problema del Presidente, que dice todo lo que siente", algo que podría constituirse en una virtud de no ser porque mal se aviene con la diplomacia.
De allí que el militar se sume a una hipótesis que gana adeptos en medios venezolanos: la operación contra Raúl Reyes y el campamento guerrillero apuntaba, en realidad, contra Chávez. “No debe haber sido la primera vez que localizaban a Reyes en territorio colombiano, dijo el ex general en conversación con Semana.com, y aunque la cabeza de Reyes ya era un trofeo suficientemente importante, lo que se ejecutó debe estar en la planificación de una estrategia mayor cuyos resultados, de ser positivos, prometían ser tan buenos que valía la pena correr con algunos costos”.
El carácter mercurial de Chávez, fuente de algunas de sus posturas más sorprendentes, se habría constituido en una variable predecible a estas alturas. Y no se trata de una exclusiva de sus adversarios o detractores, pues hasta en el “chavismo” se acepta.
Manuel Antéliz, quien se identifica como periodista y es uno de los colaboradores habituales que publican notas en Aporrea.org –sitio web oficioso de la revolución y voz del ala izquierda del chavismo-, por ejemplo, escribía hace unos días que “El comandante Chávez cayó en el anzuelo, la carnada nada más y nada menos fue la muerte de Raúl Reyes, la caña de pescar fue Colombia y el pescador el departamento de Estado de los EEUU”. La conspiración tendría por objetivo “pescar a Hugo Chávez y lo lograron”. Como se ve, no haría falta ser un analista de contrainteligencia para adivinar con qué viene Chávez frente a determinados estímulos.
Espesando con algo más de sofisticación y agudeza esta línea de pensamiento, Colette Capriles, psicóloga social, filósofa y profesora universitaria, le daba ayer vueltas a una idea en su columna del diario El Nacional de Caracas: “El gobierno colombiano decidió crear una crisis para desplegar en todo su esplendor el papel del gobierno de Chávez en los distintos escenarios domésticos de los países vecinos. (…) Colombia tratará de demostrar que, precisamente, lo que no hay aquí es ni política ni ideología, ni buenas intenciones, ni socialismo: lo que hay aquí es mercaderes que trafican con drogas, con personas, con ideas, con esperanzas”.
Rey desnudo
Cabría esperar que, aún encerrado en una torre de cristal levantada por la adulación y los delirios mesiánicos, tras casi diez años de ejercicio del poder Chávez estaría en condiciones de percibir la desnudez propia del rey. Si se expuso el domingo pasado a ordenar en público el despliegue de fuerzas disuasivas, igual como corrían en cueros los streakers de los años 70, habría un muy convincente motivo, mucho más tangible, para hacerlo.
El más evidente es el efecto de cortina de humo para una realidad que ahora el Presidente descubre en sus propias preocupaciones casi 80 años después de que el presidente Eleazar López Contreras sentenciara que “Venezuela es como un cuero seco, que si lo pisas por un lado, se levanta por el otro”.
Tras la derrota electoral del 2 de diciembre –primera sufrida por el líder en las urnas, mismas que, por cierto, todavía no arrojan un resultado final de los comicios, tres meses después de realizados- en la consulta para la Reforma Constitucional que propuso, Chávez lidia por estos días con la grave crisis de escasez de productos alimentarios, las querellas fraticidas en el partido único de la revolución, y las denuncias cruzadas de corrupción en su gobierno -en primer lugar, el Caso Antonini que se ventila en Miami-.
Maniobra de distracción o de evasión, la finalidad del dispositivo aparecido resumida a cabalidad en una viñeta de Pedro León Zapata, el caricaturista venezolano por excelencia, publicada el pasado martes: “Mambrú se fue a la guerra, decía la caricatura, infestada de moscas en goloso vuelo, y dejó la casa hecha un chiquero”.
De Galtieri a Durán Ballén, una guerrita fronteriza siempre ha tenido el efecto del viagra para las popularidades alicaídas en América Latina y el resto del mundo.
Algunos observadores han reparado, sin embargo, en la obviedad de esta hipótesis, prefiriendo por lo tanto buscar en otros móviles, aunque no en otra parte, el detonante de la desproporcionada reacción venezolana. La intemperancia de Chávez no les ha ahorrado hallazgos a quienes hacen notar que el sábado 1 de marzo, día de la operación militar colombiana contra la base de Raúl Reyes, la reacción inicial de Chávez fue del tenor siguiente: “En caso de que a Colombia se le ocurriera hacer lo mismo en la frontera con nuestro país”, sería una “causus belli” –un yerro que no escapó a Alexis Márquez Rodríguez, un periodista y escritor que por años ha sido el cazador de gazapos en la prensa venezolana, que replicó entonces en su columna del diario TalCual de Caracas: “La expresión usual en Derecho Internacional no es ‘causus belli’, sino ‘casus belli’ (…) Por otra parte, en el supuesto negado de que la frase dicha por Chávez fuese válida, no sería ‘causus belli’, sino ‘causa belli’. El suyo fue, pues, un doble disparate”.
¿O triple, quizás? Es más que una sospecha, según observadores. Pues, sostienen, acaso contemplar como repetible esa circunstancia, ¿no equivale a admitir la posibilidad de que haya asentamientos guerrilleros en Venezuela? Una inferencia no muy complicada y que en nada ayudaron a contrarrestar las palabras del ministro de Defensa, general Gustavo Rangel Briceño, quien el miércoles volvió a insistir en que las fuerzas colombianas “dirigidas por agentes del imperio estadounidense” podrían incursionar en territorio patrio con la excusa de ajusticiar a algún líder guerrillero alojado en Venezuela. “¿Es posible que ocurra en nuestro país un evento como el que ocurrió en Ecuador, se preguntaba como recurso retóricó. La más elemental reflexión permite decir que sí”.
REFLEXIONES LIBERTARIAS
LA BURBUJA DE CLINTON II
Ricardo Valenzuela
Hace diez años publicamos un artículo titulado“La Burbuja de Clinton” y en él, hacíamos una serie de cuestionamientos a la política monetaria de los EU en lo referente a la gran cantidad de dólares sin respaldo emitidos por el FED, que se utilizaban para los rescates promovidos por el FMI en los países que misteriosamente caían en debacles financieras- económicas y de esa forma mantenían los procesos inflacionarios, que esa emisión exagerada provoca, lejos de sus costas. Señalábamos el peligro que ante una probable competencia al dólar de parte de otras monedas como el Euro, el Yen, o inclusive el ciberdinero privado provocaba esos dólares dejaran de ser demandados e iniciar su retorno a casa presionando un grave proceso inflacionario y su pérdida de valor.
Días después aparecía un artículo de Roberto Salinas León en el que, entre otras cosas, cita al economista chileno de UCLA Sebastián Edwards criticando cómo los países han ya caído en el vicio de utilizar la emisión de moneda para financiar su desarrollo, en lugar de la creación de capital. Tal vez ahora este sea un tema de actualidad. En los últimos meses el mercado de valores de los EU ha sufrido un verdadero derretimiento. El Dow Jones de haber llegado casi a la marca de 15,000, en las últimas semanas ha llegado a descender a menos de 12,000, lo que significa una pérdida de un 30% en unas cuantas semanas. En estos momentos de nuevo se escucha la voz disidente del famoso Dr. NO arremetiendo contra Bush, Clinton, y ahora de forma especial en contra de Super Alan Greenspan.
El Dr. NO es nada menos que el Dr. Ron Paul, congresista republicano por el estado de Texas, medico cirujano pero también experto en asuntos monetarios, y un gran apasionado del patrón oro. El Dr. NO ha escrito una serie de interesantes libros al respecto. Ron Paul adquirió su apodo de Dr. NO, por su conocido antagonismo a todas las legislaciones antimercados aprobadas por el congreso americano en el periodo en el que ha sido representante. El Dr. Paul es un muy admirado diputado federal y aunque se dice republicano, confiesa en el fondo ser libertario.
El Dr. Paul nunca ha entendido el aura de súper hombre que se le dedicaban al famoso Presidente del Fondo de la Reserva Federal, Alan Greenspan. Según él, nadie en Washington, en Wall Street, o en los medios de difusión, ha cuestionado de forma alguna las “políticas inflacionarias” del FED. Todos ellos parecen convencidos de que la prosperidad de la que el país ha gozado ya por años, y de la cual Clinton, aun en la banca, no cesa de presumir, continuará siempre y cuando el mago deje príncipe heredero para continuar su legado.
“Lo siento pero es demasiado tarde afirma el Dr. No.” En lugar de basar el desarrollo actual de los EU en la producción y ahorros para capital, la economía de hoy día se sostiene con el nuevo capital surgido de la maquinaria de crédito del FED. Cuando el crédito es creado sin bases con propósito de inversión, y los tipos de interés son artificialmente mantenidos, el resultado son inversiones mal estructuradas y serios problemas económicos y financieros. Esta inflación monetaria, afirma Paul, ha edificado el escenario para la ya próxima recesión.
Continua el Dr. NO afirmando; “el dinero sin respaldo es incompatible con los mercados libres. Las distorsiones de la economía están ya posicionadas y cómo el mas reciente ciclo de prosperidad ha sido especialmente largo, significa también que habrá mas creación de crédito sin respaldo y, por lo mismo, mas distorsión de lo normal.” Por otra parte, las debacles financieras de otros países-que son los principales consumidores de los dólares sobre producidos—parecen haber cesado debido a una recuperación mundial. Por todos esos motivos, el efecto negativo en la economía deberá ser más grande. La única alternativa para el FED en estos momentos, es seguir inflando la moneda para dilatar la dolorosa corrección, pero el mercado finalmente pasará la factura, no hay duda.” ¿Suena familiar Sres. políticos mexicanos?
Cada vez que el mercado amenaza con una corrección, de inmediato el FED sale al rescate con influjos masivos de dinero nuevo y bajas de los tipos de interés. En 1997 la excusa fue la crisis asiática; en 1998 fue la quiebra del fondo Long Term Capital Management; y en 1999 fue la crisis potencial del Y2K que desestablizaría el mundo. En los últimos años el crédito bancario se ha incrementado a un ritmo de 30% anual. Los tipos de interés se han incrementado, pero al mismo tiempo se ha inflado el dólar. El FED siempre tratará de evitar un colapso del mercado de valores, pero solo puede hacerlo por un periodo determinado de tiempo. Al final, los mercados pasarán la factura y deberán prevalecer, siempre lo hacen.
Igualmente, los bancos centrales del mundo por años han manipulado el precio del oro. Un aumento en el precio del oro, es un voto de no confianza al papel dinero sin respaldo que todos manejan. Eso nunca lo permitirían, pues está de por medio su credibilidad y la especulación mundial. Pero hay que recordar que durante los años 50s y 60s el precio del oro estaba fijo a $35 la onza, y en los 70s los mercados vencieron al poderoso FED y a la Tesorería de los EU vetando ese precio, entonces Nixon muy cómodamente destruyó Bretton Woods. En esos momentos se inició el casino mas grande del mundo; el sistema monetario internacional. Hoy día la compra venta de monedas a nivel mundial representa un negocio de 2 trillones de dólares diarios; 20% es comercio internacional, 80% es especulación.
Greenspan en una época fue el discípulo consentido de la famosa filósofa del capitalismo Ayn Rand, y gran promotor del patrón oro. Esto afirmó en una ocasión refiriéndose a las políticas del FED en los años 20s anteriores a la gran depresión:
“El exceso de crédito que el FED inyectó a la economía inundó el mercado de valores provocando un gran burbuja especulativa. Tardíamente los oficiales del FED intentaron controlar las reservas excesivas de dólares, y finalmente lograron romper el boom. Pero era demasiado tarde. Para 1929 los desbalances estaban incontrolables y en el intento de lograr lo contrario, el controlarlos, se provocó la gran depresión.”
El debate hoy día debería ser, no quien es el mejor “manejando” la economía determinando la oferta de dinero y los tipos de interés apropiados. Debería ser sobre si debemos o no tener un sistema monetario manipulado, “manoseado,” y controlado. En lugar de argumentar sobre si deberíamos y cuando deberíamos provocar alzas y bajas en los tipos de interés, deberíamos debatir si los intereses y precios que fija el mercado son superiores al confeti que usamos como dinero para prevenir inflación, recesiones, y dolorosos periodos de masivo desempleo.
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