viernes, mayo 23, 2008

23 mayo, 2008

El peligro de los héroes

por Alberto Benegas Lynch

Alberto Benegas Lynch es académico asociado del Cato Institute y Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina.

La historia está plagada de actos violentos y, lamentablemente, se toma a los inspiradores de semejantes vandalismos como benefactores de la humanidad. En las plazas de muchas de las grandes ciudades se fabrican estatuas de guerreros blandiendo sables como ejemplo malsano para las juventudes. No pocos himnos de países variopintos exaltan el tronar de cañones y pretenden convertir en loable al salvajismo mas cavernario, siempre en defensa de una mal entendida libertad, en la práctica, maltrecha, denostada y denigrada por los bufones del momento.

Hay obras que encierran el germen de la destrucción de las libertades individuales como el “superhombre” y “la voluntad de poder” de Nietzsche o “el héroe” de Thomas Carlyle. Este último, en su célebre conferencia en Londres del 22 de mayo de 1840 —si bien en conferencias anteriores aludía a otros grandes hombres— estima que “puede reconocerse como el más importante entre los Grandes Hombres aquél a cuya voluntad o voluntades deben someterse los demás [...] es resumen de todas las figuras del Heroísmo [...] toda dignidad terrena y espiritual que se supone reside para mandar sobre nosotros, enseñarnos continua y prácticamente, indicarnos que tenemos que hacer día tras día, hora tras hora”.

Difícil resulta concebir una visión de más troglodita, de más baja estofa y de mayor renunciamiento a la condición humana y de mayor énfasis y vehemencia para que se aniquile y disuelva la propia personalidad en manos de forajidos, energúmenos y megalómanos que, azuzados por poderes omnímodos, se arrogan la facultad de manejar vidas y haciendas ajenas.

Este tipo de razonamientos y propuestas inauditas son los que dieron píe a los Hitler de nuestra época. De las ideas de Carlyle, eso dice Ernst Cassirer, el filósofo político, autor de numerosas obras, ex Rector de la Universidad de Hamburgo y profesor en Oxford, Yale y Columbia: “los primeros indicios del misticismo racial”, “una defensa abierta al militarismo prusiano” y “la divinización de los caudillos políticos y una identificación del poder con el derecho”. Por su parte Borges, consigna en su prólogo a la obra que reúne las seis conferencias de Thomas Carlyle sobre la heroicidad que “los contemporáneos no lo entendieron, pero ahora cabe una sola y muy divulgada palabra: nazismo [...] escribió que la democracia es la desesperación de no encontrar héroes que nos dirijan [...] abominó de la abolición de la esclavitud [...] declaró que un judío torturado era preferible a un judío millonario”.

La manía del héroe y el líder indefectiblemente conducen a la prepotencia y al abuso de poder y, finalmente, al cadalso. Por eso resulta tan pernicioso que se les enseñe a estudiantes la historia como una narración bélica con elogios y salvas para la guerra y los guerreros, cuando no deben memorizar los pertrechos de cada bando sin entender el porqué de tanta trifulca. Lamentablemente, es cierto que la historia está colmada de hechos violentos pero enseñarla como algo glorioso, un hito y algo que debe ser venerado y objeto de admiración resulta sumamente destructivo y una buena receta para perpetuar y acentuar el mal.

Cada uno debe constituirse en líder de si mismo. Los caudillos y tiranuelos que son aclamados como líderes no hacen más que expropiar lo más preciado que posee el ser humano, cual es el uso de su libre albedrío para la administración de su propio destino al realizar sus potencialidades únicas e irrepetibles. Dice la primera acepción de héroe en el Diccionario de la Real Academia Española: “Entre los antiguos paganos, el que creían haber nacido de un dios o una diosa y de una persona humana, por lo cual le reputaban más que hombre y menos que dios”. Si bien es cierto que hay otras acepciones, la expresión de marras está teñida de un pesado tufillo a guerra, sangre, batalla, violencia y ferocidad.

Pero, en todo caso, si se insiste en recurrir a la expresión “héroe” debería aplicarse a personas excepcionales como Ana Frank, Sophie Scholl, Sor Juana Inés de la Cruz, Lucretia Mott, Voltairine de Cleyre, Rose Wilder Lane, Mary Wollstonecraft, Germaine de Staël, Isabel Paterson, Hannah Arendt, Taylor Caldwell, Victoria Ocampo, Anna Politkovskaya, Ayn Rand o Mallory Cross Johnson, solo para citar unos pocos nombres del mal llamado sexo débil que han dado extraordinarios ejemplos de fortaleza y coraje moral. Esas personas ya no están con nosotros, hago una excepción al agregar el nombre de una joven que hoy vive en la isla-cárcel cubana desde donde se debate con una perseverancia arrolladora: Yoani Sánchez (cuando la revista Time la incluyó entre las cien personas más influyentes y apareció bajo el subtítulo de “Héroes y pioneros”, escribió que prefiere “la simple categoría de ciudadana”).

El día en que en las plazas aparezcan las efigies de estas personalidades, podremos conjeturar que el mundo va en buena dirección...ya que como tituló uno de sus libro Jerzy Kosinski: No Third Path. En esta misma línea de mantener la brújula firme y los principios en alto, Albert Camus escribe en la introducción de El hombre rebelde: “No siendo nada verdadero ni falso, bueno ni malo, la regla consistirá en mostrarse mas eficaz, es decir, el mas fuerte. Entonces el mundo no se dividirá ya en justos e injustos, sino en amos y esclavos”.

Las inmundicias de los Stalin, Pol Pot, Mao, Hitler y Mussolini de este planeta son consecuencia de las alabanzas al “hombre fuerte” en el poder, para los que se tejen todo tipo de cánticos que rebalsan en referencias a lo heroico y grandioso a cuales les siguen personajes detestables tales como los Perón, Trujillo, Stroessner, Pérez Jiménez, Somoza y Rojas Pinilla que, si los dejan, se ponen a la altura o incluso superan en saña a sus maestros. En esta instancia del proceso de evolución cultural, solo hay la opción entre la democracia y la dictadura, no importa de que signo sea y, éstas, están siempre paridas de libros, artículos y conferencias que ensalzan al héroe como el mandamás de las multitudes.

Paul Johnson en Commentary de abril de 1984 (pag.34) relata uno de los casos en que se trata como héroe a un canalla “en las Naciones Unidas en ocasión de la visita oficial de Idi Amin, presidente de Uganda, el primero de octubre de 1975. Para esa fecha ya era un notorio asesino serial de una crueldad indescriptible; no solo había liquidado personalmente algunas de sus víctimas sino que las desmembraba y preservaba partes de las anatomías para consumo futuro: el primer caníbal con refrigerador [...] A pesar de ello fue electo presidente de la Organización para la Unidad Africana y, en esa capacidad, fue invitado a dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Su discurso fue una denuncia a lo que denominó 'la conspiración zionista-nortemericana' contra el mundo y demandó no solo la expulsión de Israel de las Naciones Unidas sino su 'extinción' [...] La Asamblea le brindó una ovación de pie cuando llegó, lo aplaudieron periódicamente en el transcurso de su discurso y, nuevamente, se pusieron de pie cuando dejó el recinto. Al día siguiente el Secretario General de la Asamblea [Kurt Waldheim] le ofreció una comida pública en su honor”.

Ecuador: ¿Chile o Zambia?

por Gabriela Calderón

Gabriela Calderón es editora de ElCato.org y columnista de El Universo (Ecuador).

Guayaquil, Ecuador— La semana pasada hablé sobre el cambio positivo que está experimentando el Perú porque han dejado atrás taras ideológicas y complejos nacionales. En el caso de la minería, los comunicados de ese país celebran la creciente inversión en el sector y le atribuyen a un marco jurídico estable eso y la producción nacional récord que se obtuvo en el 2007 de cobre, zinc, plata y plomo.1 En Ecuador insistimos en retroceder.

El reciente mandato minero —expedido como todos los otros mandatos, ilegítimamente— es un nuevo paso atrás. No solo desde el punto de vista ambiental sino también con respecto a mejorar la calidad de vida de los trabajadores mineros y aumentar las oportunidades de desarrollo de ellos y del país. Es la política del perro del hortelano para la minería: no quieren que venga el capital de afuera, pero tampoco pueden garantizar que habrá suficiente capital interno o conocimiento tecnológico para lograr un desarrollo siquiera comparable.

Seguimos en la discusión —caducada el siglo pasado— sobre si la explotación minera está inherentemente peleada con el medio ambiente. Desde la ONU hasta un sinnúmero de estudios,2 reconocen que es la minería pequeña y no mecanizada la que más daño le causa al medio ambiente. Son esos pequeños mineros los que causan la contaminación con mercurio y los que no tienen el conocimiento tecnológico o los recursos para adoptar las tecnologías más “limpias” que se han desarrollado.3

Pero el retroceso ambiental no es lo más dañino. Lo más dañino de esta involución en el sector minero del país es la reducción de oportunidades —a cero en muchos casos— para los que hasta la semana pasada vivían de las más de 4.0005 concesiones mineras (80% del total de las concesiones) que han sido extinguidas sin compensación alguna.5

La falta de compensación nos lleva a la segunda consecuencia que pagará el país: ¿Quién va a invertir en un país donde luego de que invierte en exploraciones, el gobierno muy probablemente le confiscará el fruto de su inversión sin compensación alguna?

Otra rareza que no se entiende del mandato minero,6 además de que dice en su artículo 12 que “no será susceptible a quejas”, es la creación de una empresa estatal minera. Es mucho más efectivo utilizar las herramientas fiscales para obtener parte de la renta de los recursos naturales explotados, pero en Ecuador insistimos en esa fe ciega en la capacidad del Estado. Seguramente esa fe ciega se debe al “excelente” desempeño de empresas tan productivas, eficientes e innovadoras como Petroecuador…

En 1970 la producción de cobre de Chile y Zambia era casi igual —710.681 toneladas métricas (TM) y 684.064 TM, respectivamente. Para 2005, Chile producía 5.321.000 TM (un aumento de 648%) y Zambia 447.000 TM (una reducción de 34,6%).7 El distinto desempeño de la minería de estos dos países —Zambia inclusive teniendo condiciones naturales más competitivas que las de Chile8 — indican que en el desarrollo importan mucho más las instituciones sólidas y un marco jurídico estable que las condiciones naturales de las cuales se parte.

En Chile se dejó atrás la mentalidad del perro del hortelano y casi todo el sector minero se abrió a la inversión extranjera del mundo y fortaleció los derechos de propiedad por sobre el recurso hallado y explotado. Hoy provee más 35% del cobre en el mundo,9 siendo el principal proveedor. ¿Hacia adonde va Ecuador? ¿Chile o Zambia?

Presidentes de América Latina ratifican tratado de Unasur

Soldados vigilan las calles de Brasilia los días previos a la inauguración de la reunión cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ,fijada para el viernes 23 de mayo de  2008. En la reunión participarán los jefes de estado de los 12 países sudamericanos.
Silvia Izquierdo / Foto AP

Soldados vigilan las calles de Brasilia los días previos a la inauguración de la reunión cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ,fijada para el viernes 23 de mayo de 2008. En la reunión participarán los jefes de estado de los 12 países sudamericanos.

Los presidentes o altos representantes de los 12 países de Sudamérica ratificaban el viernes el tratado que crea oficialmente la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), un intento regional de integración.

A la cita de un día en Brasilia asistían todos los jefes de estado de la región, con excepción de Uruguay que envió a su vicepresidente, Rodolfo Nin Novoa.

Los dignatarios preveían firmar el tratado de constitución oficial de Unasur, un grupo nacido en una cumbre de presidentes en diciembre de 2004, en Cusco, Perú, pero cuyas normas de funcionamiento y organización faltaban por definir hasta ahora.

Quizá en una muestra de las dificultades de ese proceso de integración regional y las diferentes visiones que tiene cada país sobre lo que debe ser esa integración, ya Unasur sufrió la víspera un revés: su secretario general, el ex presidente ecuatoriano, Rodrigo Borja, renunció al cargo.

El ex mandatario (1988-1992) dijo que los jefes de estado desoyeron sus recomendaciones para que Unasur sea una instancia que englobe a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y al Mercosur.

Correspondía a Colombia recibir la presidencia rotativa del Unasur, pero declinó alegando las tensiones políticas con algunos de sus vecinos como Ecuador y Venezuela. Por lo tanto, siguiendo orden alfabético de los países, será Chile, el que lo reciba de manos de Bolivia.

A su llegada al borde de la medianoche, la presidenta chilena Michelle Bachelet dijo a los reporteros que el presidente Borja "tuvo sus razones", pero los jefes de estado de la región "sabremos encontrar un secretario general".

"Lo que de verdad importa...y nuestros pueblos esperan es que nos fijemos metas concretas". dijo la mandataria chilena. "Lo que los países no pueden darse el lujo es de farrearse...de perder esta tremenda oportunidad" para la integración, aseguró.

El presidente venezolano Hugo Chávez, a su arribo esta mañana, destacó a Sudamérica como "un nido donde se ha anidado y se está empollando un proyecto nuevo", a la vez que reiteró sus ataques al "imperialismo de los Estados Unidos... el enemigo número uno de la unión del sur".

Chávez tenía previsto participar en un desayuno con el anfitrión de la cita, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, así como con los gobernantes Evo Morales, de Bolivia, y Rafael Correa, de Ecuador.

Con un comercio intrarregional de unos 72.000 millones de dólares en 2006, según datos de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), el producto interno bruto de la región, incluyendo el Caribe, creció en 2007 un 5,7%, completándose así cinco años consecutivos de repunte económico, de acuerdo con la Cepal.

No hay comentarios.: