General Electric prepara la venta de su tradicional división de electrodomésticos
Por Dana Cimilluca, Carol Hymowitz, Matthew Karnitschnig y Rick Carew
General Electric Co. se prepara para vender su división de electrodomésticos, dicen fuentes cercanas. La medida constituye un nuevo paso en la campaña emprendida por el presidente ejecutivo Jeffrey Immelt para cambiar el rostro del conglomerado industrial, financiero y de medios de comunicación.
Immelt se ve presionado para reducir significativamente la amplia gama de negocios de GE, luego de que en abril anunciara ganancias decepcionantes para el primer trimestre y redujera sus perspectivas sobre las utilidades anuales del grupo. Tales anuncios provocaron la mayor caída diaria de la acción de GE en más de 20 años.
La venta pondría punto final a los más de 100 años de GE en el mercado de los electrodomésticos. Aunque la empresa ha evolucionado desde su nacimiento en 1907 y se ha transformado en un conglomerado con presencia en áreas tan diversas como las finanzas y la energía nuclear, GE sigue siendo identificada por los consumidores por sus lavadoras y refrigeradores. Durante años, la filial de electrodomésticos también ha servido de campo de entrenamiento para altos ejecutivos, como el propio Immelt.
GE contrató a Goldman Sachs Group Inc. para que conduzca una subasta por la división de electrodomésticos, o línea blanca, que podría generar entre US$5.000 millones y US$8.000 millones, dicen fuentes cercanas. Según una de ellas, en las próximas semanas GE y Goldman empezarían a distribuir los materiales de venta a posibles compradores en Europa, Asia y tal vez el resto del mundo.
GE también ha puesto en venta su negocio de tarjetas de crédito y se anticipa que se desprenda de otras piezas de su división financiera en los meses venideros, al igual que partes de sus filiales industriales, posiblemente la unidad de iluminación.
Immelt también ha estado evaluando cambios en la cúpula de la filial de salud, GE Healthcare, y ha empezado a involucrarse de forma más directa en sus decisiones, dicen fuentes cercanas.
El ejecutivo de 52 años, no obstante, ha defendido el modelo de negocios del conglomerado. Además, la división de electrodomésticos, cuyas ventas ascienden a los US$7.000 millones al año, representa apenas una fracción de la facturación de GE, estimada en US$173.000 millones. Por ende, el impacto de cualquier venta será limitado.
Immelt tiene programado asistir a un encuentro en Florida la próxima semana donde los analistas de Wall Street seguro le pedirán que venda más unidades de GE.
Bajo la dirección de Immelt, GE ya ha vendido partes de su negocio industrial, como GE Supply, una operación de suministro eléctrico, y la filial de fabricación de materiales de silicio y cuarzo. El año pasado, Immelt acordó vender el negocio de plásticos a la saudita Saudi Basic Industries Co. por unos US$11.600 millones.
"GE siempre ha estado dispuesta al cambio", dijo Immelt durante la asamblea anual de la empresa el 23 de abril. La venta de negocios en los últimos años ha generado US$50.000 millones, acotó.
Sin embargo, las ganancias netas del primer trimestre cayeron a US$4.300 millones, frente a los US$4.570 millones de igual lapso del año previo. La noticia propició un descenso de casi 13% en la acción en una jornada, algo de lo que el conglomerado aún no se recupera. La acción, que ayer cerró en US$32,51 en la Bolsa de Nueva York, ha regresado a su nivel de principios de 1999.
La división de electrodomésticos podría venderse por menos de lo que GE habría recibido antes de la caída del mercado hipotecario. Ahora, el alza en los precios de las materias primas y los problemas económicos han opacado el desempeño del negocio de electrodomésticos de GE. Los pedidos bajaron 6% en el primer trimestre y la contracción del crédito ha reducido el apetito de las firmas de capital privado, que a principios de año habrían sido consideradas como compradoras naturales.
Es posible que GE mantenga una participación en el negocio. Asimismo, es probable que cualquier comprador siga usando la marca de GE, como ocurre con las transacciones que involucran marcas fácilmente reconocidas por los consumidores.
"Había un mejor entorno para vender hace tres o cuatro años, antes de la crisis financiera e inmobiliaria", apunta Scott Davis, analista de Morgan Stanley. "Los electrodomésticos de GE son una gran marca, pero es difícil protegerla una vez que la vendes, lo cual es el motivo por el que GE no lo ha hecho".
La subasta de la subsidiaria de electrodomésticos de GE puede ser una oportunidad para que los compradores no estadounidenses aprovechen la debilidad del dólar y se queden con el último gran activo estadounidense en el mercado de electrodomésticos grandes. GE ocupa el segundo lugar en el mercado detrás de Whirpool Corp., la cual compró Maytag Corp. en 2006 por US$1.700 millones.
Entre los posibles postores figuran la alemana BSH Bosch und Siemens Hausgeräte GmbH y la china Haier Group Co., un fabricante de electrodomésticos que perdió la puja por Maytag, dijeron fuentes de los bancos. Igualmente, firmas de capital privado y el socio mexicano de GE, Controladora Mabe SA, podrían mostrar interés, añadieron.
Un reto incluso mayor para Immelt que vender divisiones débiles puede ser sanear las divisiones enfermas que quiere mantener. La lista la encabeza GE Healthcare, cuyas ventas se han estancado y sus ganancias van en declive.
La subsidiaria prosperó bajo la batuta de Immelt, una de sus paradas antes de asumir la presidencia ejecutiva del grupo hace siete años, pero últimamente se ha visto perjudicada por una serie de vicisitudes.
Problemas de calidad, por ejemplo, desembocaron en el cierre por 20 meses de una planta en Salt Lake City que fabrica equipos de rayos X. Un vocero de GE confirmó que Immelt se ha involucrado más estrechamente en las decisiones de la filial.
GE atribuyó su tropiezo del primer trimestre mayormente a la crisis crediticia, la cual impidió que su negocio financiero completara ventas de bienes raíces y la forzó a reducir el valor de los préstamos. Sin embargo, los magros resultados de unidades como GE Healthcare también tuvieron un impacto.
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