La ola populista en Estados Unidos
¡Qué tragedia! Justo cuando Estados Unidos necesita desesperadamente abrir nuevos mercados de exportación para enfrentar lo que puede convertirse en su peor crisis económica desde la depresión de 1929, una nueva encuesta que se hará pública en la Conferencia de las Américas de Miami revela que los
estadounidenses se están volviendo cada vez más aislacionistas.
Ante la pregunta de qué habría que hacer con el acuerdo de libre comercio de Estados Unidos con México y Canadá, el 42 por ciento de los estadounidenses dijeron que debería ser revisado, el 17 por
ciento dijo que Washington debería retirarse, y el 21 por ciento dijo que habría que dejarlo como está, según la encuesta realizada por Zogby International.
Ante la pregunta de si el Congreso debería ratificar el acuerdo de libre comercio con Colombia, el 18 por ciento de los estadounidenses dijeron que debería ser ratificado, el 14 por ciento dijo que debía ser rechazado y el 30 por ciento que debería ser ratificado con condiciones adicionales referidas a derechos humanos, algo que de hecho forzaría una nueva negociación del acuerdo.
Preguntados sobre el muro construido por Estados Unidos en la frontera con México, el 58 por ciento dijo que apoya una expansión del muro, y el 34 por ciento que se opone a extenderlo, según la encuesta. (Los resultados completos de la encuesta, que incluye temas sobre inmigración, Cuba y Venezuela, se pueden encontrar en www.miamiherald.com)
''En Estados Unidos, cada vez que se vive un momento de tensión económica como la de ahora, se produce este tipo de reacción colectiva: una reacción contra los de afuera, contra las economías de afuera, contra la gente de afuera'', dijo John Zogby, el autor de la encuesta copatrocinada por el grupo Diálogo Interamericano de Washington D.C.
''Pero también puede ser un reflejo del rechazo de la gente a las políticas de Washington. Hay una grave crisis de confianza en nuestras instituciones gubernamentales'', agregó Zogby. Señaló que esta y otras encuestas demuestran que, en general, los estadounidenses aún apoyan el libre comercio y un trato humano de los inmigrantes indocumentados, especialmente de los niños traídos por sus padres a
Estados Unidos.
Cuando le leí los resultados de esta encuesta a Marcelo Giugale, director de las políticas económicas para Latinoamérica del Banco Mundial, su reacción fue: ``Estas cifras
me asustan''.
''La encuesta dice que Estados Unidos está dejando de confiar en el resto del mundo'', dijo Giugale. ``Ahí hay un problema de comunicación enorme. Los beneficios para el país, especialmente en un momento como éste, de integrarse comercialmente con el mundo no se le han explicado suficientemente bien a la gente''.
Mi opinión: Estoy de acuerdo. Hay varias razones por las cuales los estadounidenses deberían buscar una mayor integración con Latinoamérica y el resto del mundo, ahora más que nunca.
Económicamente, aún si se logra la aprobación de un nuevo acuerdo de rescate financiero en el Congreso próximamente, la actual parálisis crediticia paralizará la economía, y disminuirá el crecimiento económico estadounidense y del mundo. Agradezcan a los 133 congresistas Republicanos conservadores y los 95 demócratas liberales que votaron en contra del paquete de rescate por las inmensas pérdidas económicas que agravaron con su irresponsabilidad.
En los últimos meses, las exportaciones han sido una de las pocas cosas --si no la única-- que han andado bien en la economía estadounidense y que han ayudado al país a compensar su cada vez mayor endeudamiento. Estados Unidos necesita más acuerdos de libre comercio y debería profundizar los que tiene, para poder exportar más y crear nuevos empleos.
En el plano financiero, Estados Unidos depende en gran medida de otros países que compran sus bonos del Tesoro y otros instrumentos de deuda, algo que ha permitido que el gobierno de George W. Bush siguiera gastando alegremente mucho más de lo que entra en las arcas del país. Si la irresponsabilidad de los congresistas republicanos lleva a una recesión profunda y los países dejan de confiar en Estados Unidos y comienzan a invertir en otra parte, los estadounidenses dispondrán de menos dinero para mantener su estándar de vida.
En lo político, si el Congreso no aprueba un paquete de rescate financiero, el caos financiero de Wall Street tendrá un efecto inevitable sobre la imagen de Estados Unidos como un país que funciona. Al próximo presidente le costará predicar la democracia y la libertad económica. El mundo será aún menos civilizado
que hoy.
Es fácil ser populista y culpar a otros en momentos como este. Sin embargo, es irresponsable y --como lo demostró la vertiginosa caída de la bolsa el lunes-- nos hará a todos más pobres. Lo que se necesita ahora son líderes que arremetan contra el populismo, y expliquen a los norteamericanos que sólo una mayor integración económica les permitirá vender más al resto del mundo, y evitar la pérdida de millones de empleos amenazados por el clima aislacionista reinante en el país.
Se vienen años de vacas flacas
ANDRES OPPENHEIMER
No se engañen con el universal suspiro de alivio que se oyó el viernes cuando el Congreso de Estados Unidos aprobó un paquete de rescate de $700 mil millones para salvar al sistema bancario del país. La medida contribuirá a evitar un colapso financiero, pero la economía estadounidense seguirá en baja, y Latinoamérica recibirá un golpe más grande que el que muchos suponen.
Es cierto, la crisis de Wall Street que sacudió a los mercados mundiales durante las últimas semanas no significará ''la debacle del capitalismo'', tal como el presidente venezolano Hugo Chávez proclamó triunfalmente, ni significa que el Primer Mundo ''se derrumba como una burbuja (sic)'', como dijo la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Eso no ocurrirá. Lo más probable es que signifique un movimiento pendular, desde una economía de libre mercado excesivamente desregulada durante el gobierno de Bush hacia una economía más regulada, como ha ocurrido muchas veces en Estados Unidos después de ciclos de gastos excesivos e impuestos insuficientes.
Pero a juzgar por lo que escuché de boca de varios presidentes latinoamericanos, ministros de economía y economistas durante la Conferencia de las Américas del Miami Herald horas después de la aprobación del rescate financiero, la crisis crediticia de Estados Unidos nos afectará a todos durante el resto de este año y en el curso de todo el 2009, si no más tiempo. Se vienen años de vacas flacas.
''El golpe ha sido tan grande que a los consumidores estadounidenses les llevará cierto tiempo empezar a comprar otra vez, o a pedir créditos'', me dijo Mustafa Mohatarem, jefe de economistas de General Motors. ``El gasto de consumo se reducirá durante un período de por lo menos dos años''.
Eso significará una desaceleración del crecimiento económico estadounidense, que es el motor de la economía mundial y la principal fuente de comercio, turismo e inversión de muchos países latinoamericanos. Mientras que antes de esta crisis los economistas pronosticaban un crecimiento anual de 3 por ciento en Estados Unidos durante los próximos años, ahora se calcula que la economía crecerá un 1 por ciento el año próximo, o que no crecerá en absoluto.
Como resultado, los países latinaoamericanos verán caer sus exportaciones al mercado más grande del mundo, y recibirán menos turistas estadounidenses y menos remesas familiares de Estados Unidos. Esto perjudicará especialmente a México y Centroamérica, cuyas economías están estrechamente vinculadas al mercado estadounidense.
Pero también Sudamérica se verá afectada por una reducción de los precios de las materias primas, porque el menor crecimiento de la economía mundial resultará en una menor demanda de petróleo, soja y otras materias primas que han sido la base del crecimiento de Venezuela, Argentina y otros países de la región.
''La burbuja de los commodities, aunque no ha estallado, se está desinflando considerablemente'', dijo Mohatarem.
En el plano financiero, Latinoamérica tendrá mayores dificultades para acceder a préstamos externos para pagar sus proyectos de infraestructura o cumplir con los pagos de la deuda externa. Además, la crisis financiera se produce en un momento en el que muchos países ya están haciendo frente a mayores gastos por sus importaciones de petróleo y de alimentos.
''Hay cuatro crisis simultáneas que están afectando a nuestros países'', dijo el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández. ``La crisis financiera, la crisis energética, la crisis de alimentos y la crisis climática. Esto va a tener una incidencia directa en lo inmediato''.
Augusto de la Torre, director del departamento latinoamericano del Banco Mundial, me dijo horas después del rescate bancario que la economía latinoamericana probablemente crecerá entre un 2.5 por ciento y un 3.5 por ciento en el 2009. Antes de la crisis, el Banco Mundial y la mayoría de las instituciones financieras internacionales estaban proyectando un crecimiento de alrededor de más de 4.5 por ciento el año próximo para la región.
Mi opinión: el rescate financiero es una buena noticia, pero no será suficiente. No reactivará el crecimiento mundial si Washington no empieza a reducir su deuda de más de 11 billones de dólares, y la gente vuelve a confiar en la economía. El próximo presidente estadounidense debería imponer un paquete de austeridad, no muy diferente a los que se prescribían a los países latinoamericanos durante sus crisis financieras de los años ochentas y de los noventas.
En cuanto a que países latinoamericanos resultarán más perjudicados, paradójicamente la lista probablemente incluya a varios de los que han celebrado la crisis financiera de Estados Unidos como un presunto ''colapso'' del
capitalismo, y que ya tienen poco acceso al crédito internacional.
La caída del precio de las materias primas reducirá los ingresos y puede aumentar las tensiones políticas en Venezuela, Argentina, Ecuador y otros países exportadores de materias primas que han estado gastando más de lo que deberían. Sus políticas populistas estaban cimentadas en los estratosféricos precios de las materias primas, y es posible que ahora estén entre las principales víctimas de la desaceleración de la economía global.
Lula registra altas y bajas en elección
BRASILIA --
Los partidos de la base de gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva ampliaron su presencia en las alcaldías de Brasil tras las elecciones regionales del domingo, pero la derrota de aspirantes oficialistas apoyados por el mandatario despertaron dudas sobre su capacidad de transferir votos con miras a los comicios presidenciales de 2010.El Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, proyectó un aumento de al menos 160 alcaldías desde las elecciones de 2004 y ganó en primera vuelta 6 de las 26 capitales estatales del país.
Otros dos partidos aliados del presidente, el Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y el Partido Socialista Brasileño (PSB), también aumentaron en más de 120 el número de sus alcaldías y consolidaron su presencia en capitales estatales.
Por el contrario, los tres principales grupos de oposición a Lula, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Demócratas (DEM) y el Partido Popular Socialista (PPS) perdieron cuantiosas alcaldías desde los comicios de 2004.
La mayoría de los 5.562 municipios eligieron sus alcaldes en el primer turno, mientras 29 deberán ir a segunda ronda el 26 de octubre. Entre las que tendrán nueva vuelta están las ciudades más pobladas del país: Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte y Salvador.
Analistas consideraron que los resultados dejaron a la base de 14 partidos que apoya a Lula en una posición privilegiada para las elecciones presidenciales de 2010.
No obstante, tres ciudades en las que Lula intervino directamente en apoyo de candidatos tuvieron resultados por debajo de lo esperado para un gobernante con más de 70% de respaldo popular, según las encuestas.
En Natal, Lula apoyó a Fátima Bezerra, candidata del PT, derrotada en primer turno por Micarla de Sousa, del Partido Verde (PV), respaldada por rivales del presidente en el estado de Río Grande do Norte.
Asimismo, en las ciudades de Sao Paulo y Sao Bernardo do Campo, cuna del PT, la intervención de Lula no pudo evitar que sus candidatos debieran ir a segunda ronda el 26 de octubre.
En Sao Paulo, principal colegio electoral de Brasil, la ex ministra Marta Suplicy llegó en segundo lugar detrás del actual alcalde Gilberto Kassab, pese a que las encuestas la daban como favorita.
Mientras tanto, en Sao Bernardo, donde Lula vota e inició su carrera pública, el ex ministro Luis Marinho estuvo cerca de ganar en primera vuelta, pero deberá disputar la segunda vuelta.
No obstante, analistas descartaron que esas derrotas significan una pérdida de poder electoral de Lula.
"Aquí no está en discusión el prestigio de Lula, que continúa imbatible", sostuvo Carlos Lopes, analista político de la consultora Santa Fe Ideias. "Pudo ser un error de evaluación pensar que un nombre nacional podía influenciar una decisión que fue de carácter municipal".
En el mismo sentido, en politólogo David Fleischer, de la Universidad de Brasilia, destacó que "las encuestas muestran que la fuerza de Lula y su capacidad de transferir votos continúa fuerte", y consideró que en una elección municipal pesa más la influencia del gobernador del estado que la del presidente.
Lopes señaló que el resultado electoral muestra el crecimiento del PT y su consolidación como el partido mejor estructurado de Brasil, mientras que el PMDB, su aliado en el gobierno federal, se mantuvo como el de más presencia en los municipios, aumentando su posición en capitales estatales.
En una proyección para las elecciones de 2010, cuando Brasil escogerá presidente, gobernadores y congresistas, los analistas opinaron que la economía podría afectar la opinión sobre Lula y su gobierno.
"Los brasileños ahora están relativamente bien, la inflación está en baja, el desempleo es bajo, hay disponibilidad de crédito, y ese sentimiento positivo ayuda a los candidatos oficialistas", comentó Fleischer.
No obstante, señaló que la perspectiva de una baja en el Producto Interno Bruto (PIB) en 2009 y 2010, como proyectan los economistas, podría perjudicar la popularidad de Lula y su capacidad de apuntar a su sucesor.
Lopes coincidió en que con el PIB creciendo al menos 5% en 2008, la economía tiende a favorecer al oficialismo, pero la situación podría cambiar en el próximo proceso electoral.
Prensa cubana admite que alza de combustibles fue inoportuna
Un semanario oficial cubano admitió este domingo que la fuerte alza en los combustibles, hace un mes, fue inoportuna en medio de dos destructores huracanes, pero la consideró "indispensable'' para el beneficio de "la mayoría'' de la población.
"Quizás el momento de dar a conocer la nota no fue el más oportuno por su coincidencia con el azote del huracán Gustav, pero era una necesidad impostergable'' asegura la sección de correspondencia de Tribuna de La Habana, en un primer comentario público tras la medida.
El 8 de setiembre Cuba decretó un alza inmediata de los precios de los combustibles que van de 57 por ciento a 68 por ciento para la gasolina, y 86 por ciento en el diésel, cuando los huracanes Gustav e Ike barrieron toda la isla, dejando pérdidas de $5,000 millones, según cifras oficiales.
Tribuna de La Habana precisa que "la realidad es que esas disposiciones incluyen sólo a los propietarios de los vehículos particulares'' que adquieren el combustible en divisas, mientras que para el amplio parque estatal rigen otros precios.
El litro de gasolina regular pasó de 0.80 pesos convertibles (CUC, $1) a 1.35 CUC ($1.68), es decir un 68 por ciento.
La gasolina especial, que se cotizaba a 0.95 CUC ($1.19) ahora se expende a 1.50 CUC ($1.87) para un alza del 57 por ciento, mientras que la súper especial -poco usada por la población- pasó de 1.15 CUC ($1.44) a 1.65 CUC ($2.05), un 43 por ciento.
El salto mayor se registró en el diésel, que pasó de 0.75 CUC ($0.94) a 1.40 CUC ($1.75), un 86 por ciento.
Una nota oficial publicada entonces explicó que los precios en vigor hasta esa fecha eran del año 2005 y de mantenerse "se generarían pérdidas por 388 millones de CUC ($440 millones) e implicaría un subsidio estatal del 36 por ciento, lo cual no es sostenible para la economía del país''.
El incremento de precios, que ha provocado malestar entre los propietarios privados "no es un capricho ni una mala intención'', afirma Tribuna de La Habana, al publicar que es ‘‘indispensable'' para la economía del país y "por tanto eso también beneficia a la mayoría''.
Venezuela gesta nuevo sistema financiero
El presidente venezolano Hugo Chávez afirmó el domingo que en su país se está gestando "un nuevo sistema financiero'', basado en una alianza con sus socios estratégicos de Irán, Rusia y China, y que se lleva a cabo con el asesoramiento del líder cubano Fidel Castro.
"Hemos estudiado esto con paciencia de relojero'', sostuvo Chávez al anunciar que está creando ‘‘un nuevo sistema financiero en Venezuela'' para salvarla de las turbulencias de los mercados.
El mandatario reveló que su canciller, Nicolás Maduro, estaba el domingo en Teherán, donde gestiona la creación de un banco binacional Venezuela-Irán, que sumaría sus operaciones al que ya está formado con China y próximamente con Rusia.
"Quizás los llamemos ‘Casa de Valores Chávez-Ahmadinejad', ‘Casa de Valores Chávez-Medvedev' y ‘Casa de Valores Chávez-Hu Jintao''', bromeó el mandatario venezolano tras hacer el anuncio durante una visita de inspección a obras petroquímicas en el estado Carabobo, al suroeste de Caracas.
Irán, Rusia y China son considerados "aliados estratégicos'' por el gobierno venezolano, quien mantiene un duro enfrentamiento con las autoridades de Estados Unidos, a quienes responsabiliza de la actual crisis internacional.
Sin dar mayores detalles de cómo sería la nueva estructura financiera pla- neada para Venezuela, Chávez informó que el proyecto cuenta con el asesoramiento del veterano ex gobernante cubano Fidel Castro, quien se encuentra alejado del poder desde hace dos años por razones de salud.
"Me asesora Fidel, mi padre político'', dijo el jefe de Estado venezolano, tras añadir que el ex líder cubano le "manda cartas casi todos los días, orientándome, abriéndome los ojos'' sobre la evolución de la crisis mundial.
La Fed amplía las subastas de liquidez y pagará intereses por las reservas bancarias
Edificio sede de la Reserva Federal de Estados Unidos.
La Reserva Federal de EEUU ha anunciado hoy una serie de nuevas medidas para ayudar a canalizar enormes cantidades de liquidez hacia los paralizados mercados del crédito. Las medidas incluyen un aumento del tamaño de sus líneas de financiación para los bancos hasta los 900.000 millones de dólares y el ofrecimiento del pago de intereses sobre las reservas de las entidades en el organismo monetario.
La Fed ha anunciado en un comunicado que incrementará el volumen de sus operaciones de subasta temporal de liquidez (TAF) tanto a 84 como a 28 días en 150.000 millones de dólares (110.323 millones de euros) con efectos desde el día de hoy.
De este modo, la cantidad de liquidez puesta a disposición de las entidades alcanzará los 600.000 millones de dólares (441.252 millones de euros). Además, la Fed indicó que también incrementará el volumen que adjudicará a través de las dos subastas que llevará a cabo en noviembre, lo que permitiría alcanzar los 900.000 millones de dólares (661.860 millones de euros) a disposición del mercado a finales de año.
"Estas acciones combinadas deberían animar las condiciones de préstamo en varios mercados financieros de manera que alivien las presiones y promuevan la capacidad de los hogares y empresas para acceder al crédito. La Fed permanece dispuesta para tomar medidas adicionales si fuera necesario fomentar las condiciones de liquidez de los mercados monetarios", ha explicado el banco central estadounidense.
Pago de intereses
Por otra parte, la institución presidida por Ben S. Bernanke abonará a las entidades por las reservas que mantienen un interés equivalente a la media del tipo federal fijada por el Comité Federal de Mercado Abierto (Federal Open Market Committee. FOMC) para cada periodo de reserva menos diez puntos básicos.
"El pago de intereses sobre las reservas debería en esencia eliminar el coste de oportunidad de mantener dichas reservas, fomentando la eficiencia del sector bancario", mantiene la Fed.
Asimismo, el banco central estadounidense pagará un interés equivalente al objetivo más bajo para los tipos federales menos 75 puntos básicos existente para cada periodo de reserva.
Por su parte, el Departamento del Tesoro indicó que está estudiando diferentes opciones respecto a la frecuencia y las emisiones de cupones nominales adicionales, entre las que destacó la posibilidad de reintroducir los bonos a tres años.
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