La vida de chilenos en la RDA según los espías de la Stasi
Tal como los seguimientos relatados en la exitosa película "La vida de los otros", los senadores Camilo Escalona y Ricardo Núñez; el ex embajador en España, Osvaldo Puccio Huidobro; el director de la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia, Juan Carvajal; el ex secretario general del Partido Socialista, Carlos Altamirano; el actual candidato a la Presidencia, Jorge Arrate, y el asesor Enrique Correa, fueron retratados por la policía secreta del gobierno comunista en fichas privadas que develan las actividades que desarrollaron en su paso por Alemania Oriental, en plena Guerra Fría.
Andrea Sierra Berlín, Alemania
"Es considerado como una persona solitaria, no deja a nadie entrar a su círculo personal. Es muy difícil llegar a él".
Con estas palabras, el informante 30815/1/82 de la policía secreta de la República Democrática Alemana (RDA) describe al director de la Secretaría de Comunicaciones (Secom) de la Presidencia, Juan Carvajal, en una de las miles de fichas que hoy guarda la oficina de la Comisión Federal para los Documentos del Servicio de Seguridad Pública de la antigua RDA (Bundesbeauftragten für die Unterlagen des Staatssicherheitsdienstes der ehemaligen Deutschen Demokratischen Republik, BStU) y que por años estuvieron bajo estricto secreto.
En carpetas agrupadas bajo el nombre "exiliados chilenos", cientos de páginas amarillentas escritas a máquina develan pasajes desconocidos de las funciones que cumplieron los chilenos que llegaron a Alemania Oriental en plena Guerra Fría, los problemas políticos que tuvieron y parte de sus vidas. Todo, narrado por los espías de la Stasi (ver recuadro), quienes hacían seguimientos bajo la supervisión del Ministerio de Seguridad, al cual evacuaban por escrito gran parte de la información obtenida.
"Los informantes deben llevar a cabo un exhaustivo control y conocimiento de cada inmigrante chileno, lo que se resume con la pregunta quién es quién. Esto es, resolver la cuestión de quiénes son los contactos del inmigrante en la RDA y en el exterior capitalista, para así evitar actividades imperialistas, oportunistas, de extrema izquierda y trotskistas. Gracias a este modus operandi se logró desentrañar y conocer el círculo personal de cada persona", puntualiza un informe de la Stasi de 1975 al que tuvo acceso "El Mercurio".
Si bien políticos como Osvaldo Puccio, Camilo Escalona, Ricardo Núñez o el propio Juan Carvajal eran muy jóvenes en esa época y no tenían rangos de poder al interior de la RDA, no escaparon del ojo controlador de la policía secreta.
Mientras, los chilenos que ostentaban cargos importantes dentro de la RDA fueron vigilados al extremo, al punto que algunos hasta tuvieron sus teléfonos intervenidos y compartieron con espías sin saberlo. Fue el caso del ex secretario general del PS, Carlos Altamirano, quien durante su paso por Berlín fue fuertemente custodiado "para evitar acciones conspirativas en su contra", dice una ficha de noviembre de 1975, que detalla una serie de técnicas que utilizó la Stasi para resguardarlo.
Osvaldo Puccio Giesen: "Hablador e indisciplinado"
"Como vicepresidente de la oficina Chile Antifascista es muy poco presente. Le cuesta mucho trabajar colectivamente en la RDA, porque en Chile trabaja mucho con lazos personales. Las tareas que se le dan quedan pendientes muchas semanas. A las sesiones de la secretaría llega muy tarde y es indisciplinado. Telefonea, se sienta, sale de la sesión y recibe visitantes. Su forma de ser es muy amistosa y habladora. Con la dirigencia de su partido no tiene buena relación. Él resume esto, diciendo que su ideología está muy a la izquierda".
La frase corresponde a fragmentos de un "reporte" del 4 de julio de 1977 sobre Osvaldo Puccio Giesen, padre del ex ministro del mismo nombre y del médico de la Presidenta (José Miguel), quien llegó a Berlín Oriental con su familia para ocupar el segundo cargo de importancia en el centro que recibía a los chilenos exiliados en la RDA.
"Entre el presidente y el vicepresidente hay una notoria rivalidad. El camarada Puccio no está dispuesto a dejarse mandar por la autoridad del presidente y que éste lleve un control sobre él", agrega la ficha.
Los hijos veinteañeros de Puccio Giesen también fueron retratados
"Viaja frecuentemente a Berlín occidental para buscar información y material para la oficina Chilena Antifascista. Está activamente involucrado en política y es miembro de las juventudes comunistas", detalla la ficha de José Miguel Puccio, el médico de la Presidenta Michelle Bachelet.
Otro informe, que la sección "Filosofía Marxista Leninista" de la Humboldt University Berlin entregó a los espías de la Stasi, da algunos datos de Osvaldo Puccio Huidobro, el ex ministro y ex embajador en España.
"Por su desempeño en la Universidad de Humboldt, fue premiado con un viaje a la Unión Soviética en julio de 77", dice una ficha del informante HA XX/AGA. Pero además añade que "estuvo ocho meses preso en la Isla Dawson por orden de la Junta Militar" y que "de ese tiempo, dos meses estuvo encerrado en una misma celda junto a Luis Corvalán'', algo a lo cual la Stasi le da especial relevancia.
Añade que el entonces joven Osvaldo Puccio Huidobro era un viajero frecuente fuera del -para algunos- infranqueable Muro de Berlín. Polonia, Berlín Occidental, Bélgica, Bulgaria y Holanda fueron algunos de sus destinos favoritos, "lo que generó resentimientos de otros camaradas políticos, quienes no gozaban de los mismos beneficios", muestran los archivos de la BStU.
La "chapa" de Escalona
El presidente del PS Camilo Escalona también fue investigado por la Stasi. Su ficha, donde es llamado por su "chapa", "Sebastián", revela que llegó a la RDA en marzo de 1979 y que su principal función era la de "responsable del trabajo de las juventudes socialistas".
"Escalona todavía tiene dificultades para asegurar su función política, pues aunque es miembro de la dirección exterior de las juventudes socialistas de Chile, algunos de sus miembros están pidiendo su renuncia, porque supuestamente Escalona simpatiza demasiado con el partido comunista" señala el informe.
Juan Carvajal, el comunicador de La Moneda
Bastante más extensa es la carpeta sobre Juan Werner Carvajal Trigo, el director de la Secom, quien llegó a Berlín Oriental en marzo de 1978, tras viajar desde Chile a Estados Unidos, la Unión Soviética y Finlandia, "donde quiso quedarse pero le negaron la estadía".
Su ficha indica que fue miembro del comité central del PS, "responsable de la propaganda" y que "por orden de su partido trabajó en forma ilegal dentro de Santiago". Esto, hasta que fue arrestado por la DINA en diciembre de 1975, durante un encuentro ilegal en la calle Pelantaro 836 y dejado en libertad en julio del año siguiente, tras pasar por Villa Grimaldi, Cuatro Álamos y Tres Álamos.
En términos de carácter, es descrito como "una persona solitaria, no deja a nadie entrar a su círculo personal. Es muy difícil llegar a él".
"Por orden de su partido abandonó Chile y estuvo en Estados Unidos, donde en 1977 hizo un curso de periodismo y comunicación por doce meses en la Universidad de Seattle", detalla el archivo.
"Durante su paso por la RDA, Carvajal trabajó diez meses como funcionario de su partido, para luego entrar a Radio Berlín como redactor, donde recibió un sueldo de 1.250 marcos", indica su ficha, que también agrega que "incluso llegó a ser vicepresidente de los periodistas chilenos en Europa".
En otro informe fechado el 22 de marzo de 1982, titulado "sobre los miembros del PS que trabajan en Radio Berlín en la parte propagandística", la Stasi ahonda en las funciones de Carvajal en la RDA.
"El trabajo es emitir las opiniones del PC y el PS. Juan Carvajal, alias 'Hernán Carvallo', y Robinson Pérez, alias 'Felipe Varela', son ambos miembros del partido socialista y lo que hacen es evidenciar las diferencias PS y PC, pero a favor del PS. Las diferencias de opinión que más se dan a conocer son respecto de la lucha armada, como una de las muchas fórmulas de liberarse del capitalismo. El PC opina que la lucha armada es la única forma y el PS dice que lo mejor es llegar al poder político. Es importante mantener esto en secreto", sostiene el archivo.
Arrate, "el vigilante"
La ficha de Jorge Arrate en la BStU dice que trabajó como secretario del Comité de Chilenos en el Exterior y que "está encargado de pedir información de los chilenos que están fuera de Chile para organizarla y saber qué está pasando".
Además, cuenta pasajes de su labor política de la época.
"El 19 de agosto de 1973, Arrate salió de Chile con la tarea de lograr acuerdos financieros económicos con la RDA. Llegó el 29 de agosto de 1973 a Berlín, pero el 8 de septiembre, cuando ya estaba en Moscú, recibió la orden de volver inmediatamente a Chile por parte del PS. Tomó el avión dos días después y cuando iba en el viaje la tripulación recibió la noticia del golpe de Estado en Chile y se dio la vuelta a Montevideo", sostiene el informe. Desde entonces, Arrate estuvo en distintos países. Desde Argentina a Italia, cuenta la ficha.
Agrega que durante su tiempo en la RDA "todas las cartas que recibe pasaron por el Ministerio de Seguridad antes de ser entregadas a su destinatario".
Enrique Correa y sus "expresiones racistas"
El senador Héctor Ricardo Núñez Muñoz se instaló definitivamente en la RDA en enero de 1975, y también hay una ficha a su nombre en la oficina de la Comisión Federal para los Documentos del Servicio de Seguridad Pública de la antigua RDA.
Dice que Núñez aún es conocido dentro de su partido con el nombre de Pedro Jiménez, su "chapa", y que "dentro de las labores ilegales que realizó en Chile, prefiere no hablar", aunque está dispuesto a entregar al ministerio de Seguridad de Alemania Oriental todas las cartas o informaciones que recibe "si es necesario".
También sostiene que "el camarada Núñez trabaja en el aparato del partido, pero le gustaría volver a ejercer como profesor, si es que algún día se presenta la oportunidad", dice la ficha de febrero de 1975.
Otro que no quedó fuera del ojo de la Stasi fue el ex ministro Enrique Correa Ríos, aunque su ficha de junio de 1978 es una de las más breves.
Sólo hace mención a su labor como miembro del comité central del Mapu y, dentro de la RDA, a un altercado que tuvo con otros inquilinos del edificio donde vivía en Berlín, en la calle Zieskower Weg, donde fue denunciado por haber tenido "expresiones racistas contra un ciudadano alemán".
Según la policía secreta de la RDA, en agosto de 1975 llegaron a vivir 912 chilenos en Alemania Oriental por razones políticas. Y aunque han pasado más de 30 años, sus huellas quedaron imborrables en las páginas de los archivos que los espías secretos escribieron por décadas y que ahora salen a la luz.
Chilenos disconformes con libertades desiguales
Un informe sobre "la situación de los chilenos que viven en la RDA" del 12 de septiembre de 1975 detalla las dificultades que tuvieron los exiliados en su paso por Alemania Oriental.
"Los emigrantes se manifiestan disconformes con sus puestos en los trabajos de producción. En este aspecto no se dejan esperar opiniones fuertes que manifiestan su deseo de irse. Esta disconformidad en los aspectos políticos, ideológicos y organizacionales del trabajo, motivan diferencias entre los partidos comunista y socialista. Otro aspecto de disconformidad es la posición preferencial que tiene la línea de mando superior de la oficina Chile Antifascista, cuyos miembros sí pueden realizar viajes privados y recibir visitas muy libremente. En cambio, el común de la gente no disfruta de tal libertad", indica.
También agrega que en 1974, unos 21 chilenos fueron expulsados de Alemania Oriental.
"Se trata de personas que no pudieron acostumbrarse al comportamiento normal de la RDA y que en diversas ocasiones intentaron sacar uso personal de otros emigrantes", dice el informe, que no especifica ningún nombre.
Además indica que existe la sospecha de que nueve de los chilenos con asilo en la RDA pertenecen "a organizaciones de inteligencia imperialista. Estas personas están reconocidas por nombre y bajo constante control", sostiene.
Por eso, el informe recomienda observar y controlar el contacto personal de los chilenos con sus amigos que viven "en el exterior capitalista", "para evitar oportunidades de la extrema derecha y evitar que los servicios secretos imperialistas pueden observar el quehacer de la RDA. En este contexto, se recomienda ser muy cuidadoso "con el servicio secreto de la Junta Militar (DINA)", señala el informe. "Se cree que el responsable máximo de la organización de la DINA en Europa es el embajador de España, Oberst Ewing", dice la información.
El informe de la Stasi señala que, en 1974, unos 21 chilenos fueron expulsados de Alemania Oriental. "Se trata de personas que no pudieron acostumbrarse al comportamiento normal de la RDA y que en diversas ocasiones intentaron sacar uso personal de otros emigrantes".
La Stasi según la Encyclopedua Britannica
"La Stasi nace del aparato de seguridad interna y policial establecido en la zona alemana ocupada por los soviéticos tras la Segunda Guerra Mundial. La ley que estableció el ministerio, cuyo precursor fue el Kommissariat 5 (modelado en línea con el KGB soviético), fue aprobada por la legislatura de Alemania del Este el 8 de febrero de 1950, cuatro meses después de que se estableciera la República Democrática Alemana. La Stasi, cuyo rol formal no fue definido en la legislación, tenía a su cargo la supervigilancia política doméstica y el espionaje foráneo y era, a su vez, supervisada por el Partido Único Socialista. Su personal era, en un comienzo, muy reducido y las responsabilidades máximas eran la contrainteligencia para enfrentar a los agentes de Occidente y la supresión de los últimos vestigios del nazismo. Pronto, sin embargo, la Stasi se hizo conocida por secuestrar a ex oficiales del Este que habían huido del país; muchos de ellos fueron forzados a retornar y ejecutados.
Bajo Erich Mielke, su director entre 1957 y 1989, la Stasi se convirtió en una muy efectiva organización de policía secreta. En Alemania del Este buscó infiltrarse en cada institución de la sociedad y en cada aspecto de la vida diaria, incluyendo relaciones personales y familiares. Logró este objetivo a través de su aparato oficial y mediante una vasta red de informantes y colaboradores no oficiales (inoffizielle Mitarbeiter), que espiaban y denunciaban a colegas, amigos, vecinos, e incluso, familiares. En 1989, la Stasi tenía entre 500 mil y 2 millones de colaboradores, como también al menos 100 mil empleados regulares, y mantenía archivos de aproximadamente 6 millones de ciudadanos de Alemania del Este -más de un tercio de la población-".
"Además de vigilancia doméstica, la Stasi también era responsable de la vigilancia internacional y de la recopilación de inteligencia a través de su administración de la Inteligencia extranjera (Hauptverwaltung Aufklärung). Sus actividades de espionaje eran, principalmente, dirigidas contra el gobierno de Alemania Occidental y la OTAN. Bajo Markus Wolf, jefe de operaciones foráneas desde 1958 hasta 1987, la Stasi penetró profundamente el aparato militar y de inteligencia de Alemania Occidental, incluyendo el círculo más cercano del Canciller alemán Willy Brandt (1969-1974); incluso, el descubrimiento -en abril de 1974- de que un alto asesor de Brandt, Günter Guillaume, era un espía de Alemania del Este llevó a la salida del Canciller dos semanas después".
Después de la caída del Muro de Berlín, en 1989, la legislatura de Alemania del Este aprobó una norma para reconstituir el Ministerio para la Seguridad del Estado como una Oficina de Seguridad Nacional (Amt für Nationale Sicherheit); sin embargo, debido a la alarma pública, ésta nunca fue establecida y la Stasi fue formalmente desarmada en febrero de 1990. Preocupado debido a que oficiales de la Stasi estaban destruyendo documentación y archivos, los ciudadanos de Alemania del Este ocuparon su cuartel central, en Berlín, el 15 de enero de 1990. En 1991, después de considerable debate, el Parlamento alemán unificado (Bundestag) pasó la Ley de Archivos Stasi, que garantizaba a los ciudadanos alemanes y a extranjeros el derecho de ver los documentos de ese organismo".
Temor alemán:
El día en que la Stasi creyó que el gobierno de Pinochet
quería asesinar a Carlos Altamirano en la RDA
"Hay información clave de que en diciembre de 1975 se le practicaría un atentado al camarada Altamirano y que éste sería perpetrado por gente muy cercana a él. Lo planea gente de la Junta Militar, que reside encubierta en la RDA".
Con esta frase parte una extensa carpeta de archivos hoy guardada en la BStU que da cuenta de las fórmulas secretas de infiltración de los agentes de inteligencia del gobierno socialista para resguardar al chileno y que incluyeron infiltraciones, la construcción de un pasadizo entre dos casas y la confiscación de cartas y agendas telefónicas.
Con fecha 30 de noviembre de ese año, los agentes detallan los pasos del plan que denominaron "Arschlag" ("ataque", en alemán) y que consideró "persuadir a Altamirano para que evite viajar seguido al exterior capitalista y evitar contactos con gente poco confiable (...); mantener siempre un acompañante que ocupe el rol de guardaespalda, sobre todo cuando A esté en la RDA (..) e incentivar la total seguridad de su lugar de vivienda", dice uno de los informes al que tuvo acceso "El Mercurio".
"Su casa será observada técnicamente y se estudia cercar su vivienda con informantes y agentes de seguridad que estén monitoreando todos los movimientos", sostiene el documento. También se controlarán todas las cartas que reciba "para evitar bombas, dinamita y envenenamiento (...). Cada chileno que entre a la RDA y sea posible sospechoso de estar relacionado con el atentado será llevado a la base central II".
Cuatro personas quedan encargadas de ejecutar la operación, todas bajo nombres secretos.
Ese mismo día un agente de la Stasi que habla español se transforma en su acompañante. Mientras otros dos miembros de la policía secreta, que cambian cada 24 horas, se convierten en guardaespaldas de Altamirano sólo para sus viajes en automóvil dentro de la RDA.
De hecho, la Stasi le asigna cuatro vehículos al chileno: Mercedes Benz, Volvo, Wolga y Lada, con patentes que se cambiarían constantemente, sostiene otra ficha.
A tanto llega la preocupación de la policía de la RDA por la seguridad de Altamirano, que los agentes deciden ocupar la vivienda contigua a la casa del líder socialista, "para crear una zona de seguridad". Incluso, los archivos indican que los agentes han decidido romper una puerta entre ambas casas y crear un pasadizo, además de tomar fotografìas "de la gente que entra y sale de la casa", "intervenir la línea telefónica y el citófono" y "tomar control de todas sus cartas".
Y así se hizo. De hecho, la carpeta de archivos que guarda la BStU incluye un amplio dossier de fotografías de personas que están fuera de la vivienda de Altamirano y de lugares de su casa que fueron intervenidos con micrófonos. Además hay agendas telefónicas y cartas personales que fueron confiscadas.
Si bien Altamirano estuvo al tanto de la mayoría de las acciones de los agentes para resguardarlo, hay un dato que en ese tiempo no supo, como revela la ficha del 28 de noviembre de 1977, cuando la Stasi aún vigilaba un posible atentado en su contra.
"Altamirano compra muchas antigüedades, obras de arte, porcelana y muebles en la tienda de un ciudadano alemán, cuyo negocio es ilegal. (...) Se habla con esta persona para que se convierta en agente de la operación. Altamirano no lo sabe".
"Los informantes deben llevar a cabo un exhaustivo control y conocimiento de cada inmigrante chileno, lo que se resume con la pregunta quién es quién. Esto es, resolver la cuestión de quiénes son los contactos del inmigrante en la RDA y en el exterior capitalista, para así evitar actividades imperialistas, oportunistas, de extrema izquierda y trotskistas. Gracias a este modus operandi se logró desentrañar y conocer el círculo personal de cada inmigrante".
"En carpetas agrupadas bajo el nombre "exiliados chilenos", cientos de páginas amarillentas escritas a máquina develan pasajes desconocidos de las funciones que cumplieron los chilenos que llegaron a Alemania Oriental en plena Guerra Fría".
Dura Dubsistencia. Luis González, Roberto Benedicto y Sadiy González trabajando en la fábrica Karl Marx Wek.
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