domingo, marzo 06, 2011

WikiLeaks rompe la confianza entre Calderón y Carlos Pascual

Felipe Calderón reveló desconfiar del embajador por filtraciones; incluso, agrega, causaron graves problemas a ambas naciones

CIUDAD DE MÉXICO.- En su visita a Washington, el presidente Felipe Calderón aseguró que la liberación de cables de WkiLeaks, sobre la crítica del Departamento estadunidense contra la lucha de drogas en México, ha causado graves daños respecto a su relación con Estados Unidos y agregó que las tensiones habían aumentado considerablemente y que incluso, desconfiaba trabajar con el embajador de EU en su país, Carlos Pascual.

Las declaraciones de Calderón, han sido de los más severas desde que fueron difundidos los cables de Estado que han amenazado con perturbar lo que ambas partes consideran como la más estrecha cooperación bilateral contra bandas del narcotráfico en México, informó The Washington Post.

El presidente de México, en el inicio de su visita a Estados Unidos, sugirió que la liberación de los cables había causado confusión en su equipo de seguridad nacional, apuntando a un cable de EU que dice que en los militares mexicanos habían "hábitos de aversión al riesgo".

"Es difícil si de pronto estamos viendo la valentía del Ejército. Por ejemplo, han perdido probablemente 300 soldados... y de repente alguien de la embajada estadunidense, dice que los soldados mexicanos no son lo suficientemente valientes”, declaró el mandatario mexicano al diario.

"O usted decide jugar el juego en el que no están lo suficientemente coordinadas, y de repente empiezan a llevar la información a una agencia y no con los demás y tratar de llegar a competir."

Las observación de Calderón aparentemente apunta a un cable firmado por el embajador Carlos Pascual, el que describe cómo la Armada de México capturó a un traficante importante después de que funcionarios de Estados Unidos dio información de que el Ejército mexicano no ha actuado sobre dicho asunto.

"Tenemos una expresión en México, que dice:" No me ayude, compadre '", dijo el presidente sarcásticamente.

Se le preguntó si podía seguir trabajando con el embajador de Estados Unidos, el mandatario mexicano dijo: "Esa es una pregunta que tal vez voy a hablar con el presidente Obama.

Además, se le preguntó sobre si había perdido la confianza en Pascual, Calderón hizo una pausa y luego dijo: "Es difícil de construir y es fácil de perder".

Se recordó si Pascual, sería la víctima más importante de Estados Unidos en el escándalo de Wikileaks. Sólo un embajador de Estados Unidos ha tenido que abandonar el país en el que se basó debido a los cables, el embajador Gene Cretz.

Propuesta disparatada: 'usar' las reservas

Propuesta disparatada: 'usar' las reservas

- Pertenecen al banco central, no al gobierno ni a la Nación.

- Para un banco central, sus pasivos son los billetes y monedas que emitió.

Ricardo Medina

Con cierta regularidad aparecen en los medios de comunicación declaraciones de algunos políticos proponiendo “usar” parte (o la totalidad, incluso) de las reservas de divisas para fines tan encomiables como construir escuelas, hospitales e infraestructura de transporte o tan demagógicos como subsidiar (aún más) el precio de las gasolinas o la producción de películas mexicanas no comerciales (es decir: tremendamente aburridas). Estas propuestas revelan mucho acerca de la ignorancia, en materia económica, contable y financiera, de quienes las emiten.

Hay, entre otros, dos errores básicos en estas propuestas. El primer error es creer que las reservas de divisas son una especie de “guardadito” que tiene la Nación —esto es: todos los mexicanos— para enfrentar necesidades apremiantes o satisfacer demandas emergentes. No es así. Las reservas de divisas pertenecen al banco central, no al gobierno, ni siquiera a la Nación. El banco central, de hecho, se endeuda para adquirir las reservas. Las reservas no son un excedente que haya logrado el banco central, mucho menos el país, son la contrapartida de la moneda nacional en circulación o depositada por otros en el banco central. Lo cual nos lleva al segundo error, que proviene del desconocimiento de un principio contable básico aplicable también a los bancos emisores de moneda.

El principio básico de contabilidad al que me refiero se puede expresar de manera simple así: el activo (aquello que tengo o que me deben) es siempre equivalente a la suma de los pasivos (aquello que debo) más el capital contable.

Para un banco emisor de moneda —que eso es un banco central— sus pasivos son los billetes y monedas que emitió más los depósitos que otros agentes económicos, el gobierno y/o intermediarios financieros, le han confiado; en tanto que la mayor parte de su activo son precisamente las reservas de divisas (es decir, valores nominados en monedas distintas a la que emite el propio banco). Tomemos, como ejemplo, los datos del estado de cuenta del Banco de México al 31 de diciembre de 2010: Su activo fue de un millón 518 mil 485 millones de pesos (esto es: más de un millón de millones de pesos) que es exactamente lo mismo que el valor de sus pasivos más su capital contable. El 92.3% del activo fue, en dicha fecha, la reserva internacional o las reservas de divisas (un millón 402 mil 872 millones de pesos) equivalentes a 113 mil 597 millones de dólares.

Para que ese activo disminuya (a eso equivale “usar” las reservas al tenor de las propuestas de algunos políticos) tendría que disminuir exactamente en la misma cantidad el pasivo (pesos en circulación o depósitos del gobierno federal o de otros agentes económicos en el banco central) y/o el capital contable del propio Banco de México. Alguien tendría que pagar en pesos al banco central las divisas que se deseen usar y esos pesos sólo podrían salir o del dinero circulante (que obviamente tiene dueños que no son el Banco Central) o del dinero depositado por otros agentes en el banco central.

El gobierno federal podría usar sus depósitos en el banco central para adquirir divisas de las reservas, volverlas a cambiar a pesos y gastar ese dinero; pero ésa sería una operación absurda por innecesaria: ese dinero, en pesos, ya lo tiene el gobierno.

Así, quien propone “usar” las reservas de divisas para un propósito de gasto público sólo está proponiendo un disparate mayúsculo.

Atrapados en el dólar

Atrapados en el dólar

- Ante la airada queja, el secretario del Tesoro de Richard Nixon, John Connaly, respondía a los franceses: “Sí, es nuestra moneda; pero es vuestro problema”.

Ricardo Medina

Hace unos días Martin Wolf hacía esta sugerente pregunta en las páginas de Financial Times: ¿Por qué China detesta tener que amar al dólar?

De forma ilustrativa, pero no concluyente, podría responderse: China detesta amar al dólar por las mismas razones por las que sólo había algo que Charles de Gaulle odiaba más que la supremacía del dólar estadunidense como moneda de reserva mundial, y eso era tener que resignarse a que así fuesen las cosas.

También hace poco salió a la luz un interesante libro del historiador Barry Eichengreen que desmenuza la historia de cómo llegó el dólar estadunidense a ser la moneda hegemónica. El largo título del libro de Eichengreen describe algo del asunto: Exorbitante privilegio: El auge y la caída del dólar y el futuro del sistema monetario internacional.

Exorbitante privilegio”, como recuerda el mismo historiador, fueron las palabras con las que Valery Giscard D’Estaing, ministro de finanzas de De Gaulle en los años 60, expresaba su profundo disgusto ante dicha situación de dominio del dólar. Es una situación que le otorga a Estados Unidos un cúmulo de ventajas económicas (y también políticas) que, obviamente, irritaban y siguen irritando a muchos, no sólo al soberbio general De Gaulle.

Ante la airada queja, el secretario del Tesoro de Richard Nixon, John Connaly, respondía a los franceses: “Sí, es nuestra moneda; pero es vuestro problema”.

El gobierno chino, directamente o a través de sus emisarios disfrazados de académicos o de estudiosos del sistema financiero, lamenta con frecuencia tener invertida la mayor parte de sus cuantiosísimas reservas de divisas en valores denominados en dólares que hoy día, amén de producirle sólo una irrisoria y ruinosa tasa de interés, sirven para financiar los déficit gemelos de Estados Unidos: su estratosférico déficit fiscal y su abultado déficit en cuenta corriente. Esto significa, en breve, que millones de chinos trabajan muy arduamente por salarios muy bajos —y sin ninguna seguridad de permanencia laboral como la que estamos acostumbrados a tener en las “odiosas” economías libres— para que millones de consumidores estadunidenses tengan abundantes productos baratos fabricados en China y además tengan, “cortesía” principalmente de China vía sus reservas de divisas, el financiamiento barato para seguir comprando tales productos y poder “vivir por encima de sus medios”.

Lo lamentan de veras los chinos, pero no pueden hacer mucho para cambiar tal estado de cosas. Al menos, no pueden hacerlo en el corto plazo. No es tan sencillo salirse del dólar. Las alternativas para invertir sus reservas (si acaso pueden llamarse, en sentido estricto, alternativas) son peores: ¿yenes?, ¿euros?, ¿derechos especiales de giro?

Tampoco es tan sencillo que alguien —ni siquiera la Unión Europea a través del euro— entre al relevo del dólar estadunidense, como éste, el dólar, relevó a la libra esterlina en las primeras décadas del siglo XX. Europa primero tendría que poner en orden su casa, ardua y larga tarea que sólo Alemania, entre los socios grandes de la UE, parecería estar haciendo.

Moraleja: detrás de la paradoja de que el dólar siga siendo la moneda mundial de reserva y refugio, a pesar del terrorífico endeudamiento del gobierno y de los ciudadanos de Estados Unidos, está la gran fortaleza y flexibilidad que un sistema de libertades auténticas le ha dado a la economía de Estados Unidos a lo largo de su historia.

¿Licencia de Gobernación?

¿Licencia de Gobernación?

Leo Zuckermann

Al momento de escribir estas líneas, todavía hay mucho polvo en el ambiente como para ver qué pasó en realidad. Por lo pronto, recapitulo los hechos:

1. Presunto culpable se estrenó hace dos semanas. Ha sido un rotundo éxito tanto en las taquillas como en la discusión pública.

2. La Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación (Segob) había expedido el permiso para que pudiera ser exhibida.

3. La película cuenta la historia de José Antonio Zúñiga, acusado de un asesinato que no cometió. Los abogados Layda Negrete y Roberto Hernández, productores del filme, lograron reabrir el caso para demostrar la inocencia de Toño.

4. La prueba más importante en contra de Zúñiga, condenado a 20 años de prisión, fue el testimonio de un supuesto testigo que estuvo retenido toda una noche en los separos de la Policía Judicial: el primo del asesinado, Víctor Manuel Reyes.

5. En la película queda claro que Reyes mintió, seguramente coaccionado por la policía.

6. Días después del estreno, Reyes se amparó ante un juez alegando que no había otorgado permiso para que lo filmaran; que Presunto culpable violaba su derecho a la privacidad al difundir su imagen.

7. En lo que se resolvía la demanda, la jueza 12 de Distrito, Blanca Lobo, otorgó la suspensión provisional para que la película fuera exhibida. Así lo ordenó a la Segob.

8. La Segob primero expresó que acataría la resolución de la jueza. Pero luego el subsecretario de Normatividad y Medios, Héctor Villarreal, informó que “las autoridades harán un análisis puntual y cuidadoso sobre los términos” de la resolución. Le solicitarán a la jueza “una aclaración sobre los efectos de lo que ordena” ya que “se detecta ambigüedad y falta de claridad” en la decisión. Más aún, afirmó que el gobierno combatirá la determinación “para que el documental se siga exhibiendo porque la cinta es legal y válida”. Incluso recomendó ir a verla.

9. Roberto Hernández, uno de los productores del documental, alega que “un delito no es un asunto privado, es un asunto de interés público, en ningún lado se estila que los juicios sean cosa privada” con lo que justifica que se haya filmado a Reyes. Además reveló que el testigo “jamás nos pidió para nada que no lo filmáramos”.

10. Por lo pronto, Presunto culpable sigue exhibiéndose en 200 cines del país.

11. El litigio continúa con el riesgo de que la jueza conceda una suspensión definitiva hasta que el juicio de amparo se resuelva lo cual podría tardar hasta seis meses.

Estos son los hechos. A pesar del amparo de Reyes, la película sigue. Como ya he dicho, recomiendo ampliamente verla. Se trata de un retrato fabuloso de cómo opera (o más bien no opera) la justicia penal en México. Hay muchos inocentes en la cárcel y, como dicen los productores de la cinta, por cada inocente que hay en la prisión hay un culpable en las calles.

En cuanto al amparo, habrá mucho que analizar. Por lo pronto, yo me pregunto: ¿Por qué la Segob tiene que expedir un permiso para que se pueda exhibir una película en México? ¿Qué quiere decir el subsecretario cuando afirma que la cinta “es legal y válida”?

Entiendo que este tipo de permisos tenían una lógica en el México autoritario: censurar los contenidos que le disgustaban a los gobernantes. Pero, en estas épocas democráticas, ¿se justifica continuar con estas prácticas? Me parece increíble que haya una oficina en la Segob donde vean las películas para decidir si los mexicanos podemos verlas. A lo mejor son burócratas inteligentes y sensatos que dejan pasar todo; que sólo están ahí para divertirse y ponerle la clasificación de quién puede asistir (niño, adolescente o adulto). Pero igual mañana llegan burócratas con los mismos criterios de la jueza Lobo que consideran que, por alguna razón, Presunto culpable debe enlatarse. Yo creo que es hora de que se deroguen este tipo de normas que vienen del antiguo régimen autoritario: las que absurdamente obligan a un productor cinematográfico a conseguir una licencia del gobierno para poder exhibir su película.

Suspenderá México de forma gradual las represalias comerciales

Suspenderá México de forma gradual las represalias comerciales contra EU

El secretario de Economía, Bruno Ferrari, aclaró que se eliminarán hasta que se cumpla cabalmente el acuerdo alcanzado entre ambas partes que pone fin al diferendo en el autotransporte de carga

Notimex
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de marzo.- El secretario de Economía, Bruno Ferrari, informó que México suspenderá de forma gradual la aplicación de los aranceles impuestos a los productos estadunidenses, los cuales se eliminarán hasta que se cumpla cabalmente el acuerdo alcanzado entre ambas partes que pone fin al diferendo en el autotransporte de carga.

Al momento que se firme el acuerdo, que podría ser entre mayo y junio próximos, México liberará 50 por ciento de los aranceles impuestos de todos los productos, mientras que el resto de las sanciones impuestas se eliminará cuando comiencen a pasar hacia la Unión Americana los transportes mexicanos, que podría ser en agosto o septiembre próximos.

En conferencia de prensa conjunta con el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome, Ferrari dijo que el acuerdo alcanzado el pasado jueves permitirá agilizar un flujo comercial con un valor superior a los 275 mil millones de dólares, que representan 70 por ciento del comercio total entre ambos países que se mueve por carreteras.

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