jueves, abril 07, 2011

Una conspiración de 17 años y US$32 millones en ganancias

Por Chad Bray, Susan Pulliam y Vanessa O'Connell

Durante 17 años, Matthew Kluger y Garrett Bauer se evitaron diligentemente, comunicándose sólo a través de un intermediario, y en ese período, se enriquecieron mutuamente en una de las más prolongadas negociaciones bursátiles con tráfico de información confidencial que se haya revelado hasta la fecha, adujeron fiscales federales el miércoles.

Una vez descubiertos –después de haber embolsado presuntamente US$32 millones en ganancias— los fiscales aseguran que Kluger, abogado, y Bauer, operador de bolsa, trataron desesperadamente de salirse de la red del gobierno: quemar US$175.000 en efectivo, deshacerse de un celular prepago en cestos de basura de McDonald's y destruir huellas digitales en una lavadora fueron opciones que discutieron.

"Tenemos que eliminar las huellas digitales de ese dinero", dijo Bauer en una serie de llamadas telefónicas frenéticas secretamente grabadas por el intermediario.

La querella, entablada en Newark por el fiscal federal de Nueva Jersey, Paul Fishman, acusa a Kluger, quien trabajó en dos de las mayores firmas de abogados especializadas en fusiones y adquisiciones, de obtener información secreta de las firmas y pasarla al intermediario. Esa persona luego remitiría los datos a Bauer, quien presuntamente hacía las operaciones. Las transacciones comprendían algunos de los mayores negocios del sector tecnológico de los últimos 10 años, incluyendo Intel Corp., Hewlett-Packard Co. y Oracle Corp.

Kluger presuntamente comenzó a compartir la información confidencial cuando se desempeñó como socio temporal hace 17 años en Cravath, Swaine & Moore LLP. También pasó información obtenida en Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom LLP, donde trabajó de 1998 a 2001, según la demanda penal, y más recientemente, en su puesto de trabajo en la firma de abogados Wilson Sonsini Goodrich & Rosati PC.

Kluger fue arrestado en su domicilio en el estado de Virginia el miércoles por la mañana y un juez ordenó su detención a la espera de una audiencia de libertad bajo fianza. Las autoridades también arrestaron a Bauer en su apartamento de Manhattan el miércoles. Su trabajo más reciente fue en Lighthouse Financial Group LLC, según la querella. La corredora de valores recientemente se acogió a la ley de protección por bancarrota.

El tercer miembro de la supuesta conspiración, un corredor hipotecario de Long Beach, estado de Nueva York, quien según los fiscales actuó como intermediario en la trama, no fue acusado en el caso. El corredor hipotecario accedió a grabar las llamadas con los otros dos implicados tras un allanamiento de su casa el 8 de marzo por parte de agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y el Servicio de Impuestos Internos (IRS), según la demanda y una persona familiarizada con el asunto.

El abogado de Kluger no pudo ser identificado de inmediato. William Davis, abogado de Bauer, dijo que el caso "tenía algunas cuestiones difíciles. Cómo será la defensa tomará un poco de tiempo".

La causa pone de relieve la determinación de las autoridades, quienes están usando cada vez más conversaciones telefónicas grabadas en secreto y están cooperando con testigos para armar casos penales. La demanda contra Raj Rajaratnam, fundador del fondo de cobertura Galleon Group, quien está acusado de dirigir una gran red de tráfico de información bursátil privilegiada, está basada en tácticas semejantes. Rajaratnam ha negado todas las acusaciones.

La presunta trama revelada el miércoles se remonta a 1994, cuando Kluger, entonces estudiante de Derecho en la Universidad de Nueva York y empleado para el verano en Cravath, presuntamente le dijo al otro conspirador, "Tengo algo", es decir, acceso a información confidencial, señalaron los fiscales. El otro conspirador entonces entabló contacto con Bauer, con quien había trabajado en la década de los 90 en la firma de capital de riesgo Weiss, Peck & Greer. Bauer aceptó hacer contrataciones en bolsa con la información provista, dijeron los fiscales. "Estructuraron su relación de tal manera que Bauer y Kluger no tuvieran contacto directo antes de las operaciones bursátiles", dijo Daniel M. Hawke, director regional de la oficina de Filadelfia de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC).

Kluger robó información sobre 11 acuerdos en Wilson Sonsini, de donde se fue el mes pasado, según la querella. Una portavoz de la firma se negó a hacer comentarios sobre la acusación, pero dijo: "Nos sorprendió enterarnos por el gobierno del atentado que uno de nuestros ex empleados cometió contra nosotros". Dijo que la salida de Kluger no estaba relacionada con el caso y que la firma estaba cooperando con las autoridades. Portavoces de Cravath y Skadden aseguraron que sus normas prohíben tal conducta y que también ellos cooperarían con las autoridades.

Según la demanda penal, Bauer, Kluger y el conspirador anónimo presuntamente invirtieron más de US$109 millones, cosechando al menos US$32,2 millones en ganancias. Bauer, quien se embolsó aproximadamente US$30 millones del total, compró un condominio por US$6,65 millones en Manhattan y una casa de US$875.000 en Boca Ratón, estado de Florida, con ese dinero, dijeron los fiscales. Bauer podía acceder a capital para aumentar sus apuestas, lo cual aparentemente llevó a mayores ganancias que sus conspiradores.

El corredor hipotecario comenzó a grabar conversaciones telefónicas con sus colegas tras la visita del FBI. Las llamadas entre el 17 de marzo y el 28 de marzo capturaron un mosaico de paranoia y ansiedad.

"Estaba en shock. Mi corazón latía a 10.000 kilómetros por hora", dijo Bauer en una llamada con el corredor el 18 de marzo, en reacción a la visita del FBI, según la querella. "Fui derecho a mi apartamento y partí por la mitad el teléfono y fui a McDonald's y lo tiré en dos cestos de basura diferentes. Y alguien me estaba mirando. Creía que era un agente del FBI. Y le pregunté, '¿Me conoce usted? Su cara me resulta familiar'. Sentí tanto pánico que no pude dormir en toda la noche".

Bauer le recomendó al corredor hipotecario que quemara los US$175.000 del reciente acuerdo, dijeron los fiscales. "¿Quemarlo?", dijo el otro conspirador. "Yo lo quemaría… si hay alguna probabilidad de que nos atrapen por eso", dijo Bauer. En una llamada el 17 de marzo, Kluger le dijo a su amigo que quería que se deshiciera de un teléfono, advirtiéndole, "tienen perros que pueden detectar teléfonos celulares".

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