miércoles, junio 22, 2011

Una revolución económica del pueblo

Una revolución económica del pueblo

Por Harry Valentine.

Las revoluciones populares generalmente tienen su origen en un comportamiento inadecuado del gobierno. Su comportamiento puede ser explotador, puede ser opresor, tiránico o incluso despótico. En raros casos puede presentarse la ocasión en la que el pueblo pueda levantarse y derrocar un gobierno por otra parte impopular. No todos los levantamientos con éxito, como en los casos de la Revolución Bolchevique o la Revolución Iraní, resultan ventajosos a largo plazo para todos los ciudadanos.

Los recientes disturbios monetarios y económicos en Argentina, causados por el comportamiento del estado en el sistema monetario, hacen al país maduro para una revolución económica pacífica del pueblo. Las ideas fundamentales de una revolución así se han escrito en obras de economistas como el último Murray Rothbard. Rothbard argumentaba que una ausencia de coacción por la fuerza en las relaciones humana y una libertad de acción pacífica  formarían la base de una sociedad libre, así como de una economía viable de libre mercado.

El desmoronamiento del sistema monetario de Argentina deja a la mayoría de la población sin casi ninguna otra opción que no sea quitar el control económico a su gobierno, a través de una economía informal o sumergida en toda la nación. Ludwig von Mises advertía en sus escritos que la pueblo volvería al trueque en caso de desestabilización monetaria.


En semanas recientes, gran número de argentinos han estado dedicándose en la práctica a la economía sumergida como medio de supervivencia económica. La mayoría de los participantes puede que no haya oído hablar nunca de Mises o Rothbard, pero aún así sus ideas ofrecen esperanza a grandes masas de personas que están dispuestas a dedicarse pacíficamente al intercambio voluntario de bienes y servicios.

Hoy en Argentina existe un pequeño número de personas que hayan leído realmente las obras de Mises, Rothbard y Hayek y estén familiarizadas con cómo estas ideas y teorías pueden aplicarse a un entorno económico del mundo real. La idea central ofrecida implícitamente en las teorías de Rothbard es que una revuelta pacífica masiva y una rechazo masivo contra el poder económico centralizado y un control económico centralizado e posible a través de un recurso masivo a la economía sumergida que implique a la mayoría de la población de una nación.

La idea implícita puede poner la toma de decisiones colectivas de la masa de personas individuales que se dedican a la planificación económica pacífica y privada en control directo de la recuperación económica de Argentina, así como su futura evolución económica. Mientras que los oponentes políticos pueden encarcelar a Mandela o asesinar a Gandhi, una revolución pacífica liderada por una idea bien formulada se presenta al oponente un adversario mucho más complejo.

Una economía informal operando con éxito en toda la nación argentina, que beneficie a grandes masas de ciudadanos, tiene el potencial para molestar políticamente a gobiernos de otras naciones. Las herramientas de producción que están hoy disponibles son mucho más avanzadas y mucho más eficientes que sus predecesoras en épocas pasadas, cuando florecía el trueque. Hoy son posibles niveles de productividad individual mucho más elevados. La moderna tecnología informática permite un seguimiento adecuado de créditos y deudas en regiones locales por parte de los participantes en la economía sumergida.

Argentina tiene una larga historia de comportamiento gubernamental opresivo, así como de mal comportamiento económico del estado. Una severa acción pública para combatir la actividad económica informal es una conclusión conocida de antemano, a pesar del hecho de que más de la mitad de los 37 millones de sufridos ciudadanos argentinos viven por debajo del nivel de la pobreza.

Los parásitos elitistas, mercantilistas y estatistas de Argentina recurrirían inevitablemente a medidas opresivas para robar a las masas el control de su destino económico. La asistencia extranjera a las fuerzas públicas argentinas en este aspecto también es una conclusión conocida de antemano, a pesar de tener el potencial de precipitar una vuelta al comportamiento público opresivo en áreas más allá de la arena económica. Las élites de Argentina tienen prácticamente asegurado el apoyo de Washington y Bruselas en este aspecto.

Una economía informal operando en toda la nación argentina no solo tiene el potencial de molestar a líderes políticos extranjeros, sino también de mostrar a los ciudadanos del mundo que las masas pueden levantarse contra la opresión económica estatal, en una revolución económica del pueblo dirigida por la ideas de Rothbard, Mises y Hayek.

El bienestar de la mayoría ciudadanos de una nación económicamente sin derecho a voto podría conseguirse sin ningún control estatal de la oferta monetaria de la nación o regulación estatal de la actividad económica pacífica. Es una lección que el FMI, el Banco Mundial y unos pocos líderes nacionales deberían preferir que no se produjera nunca en el mundo real. Es una lección que podría inspirar a poblaciones enteras de ciudadanos en desventaja que viven en cualquier lugar en el mundo no tan libre a luchar por el control de economía, arrebatándoselo a los elitistas estatistas.

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