Argentina: Derechos Humanos ¿Cuna y sepulcro del kirchnerismo? – por Nicolás Márquez
Tanto Videla, Alfonsín, Menem o Kirchner, cuando fueron Presidentes gozaron de popularidad mientras la economía aparentaba encaminarse. Pero ni bien esta osaba desdibujarse, la sociedad de inmediato alzaba la voz contra dichos mandatarios, no sólo por el deterioro económico sino por temas ajenos a lo estrictamente crematístico.
Respecto a la actual administración, ni los escándalos de corrupción, ni los fondos de Santa Cruz, ni las valijas de Chávez, ni las mentiras del INDEC ni ninguno de los tantos papelones vigentes, lograron quitarle al kirchnernismo el caudal electoral que todavía parece ostentar. Todas estas tropelías han sido sistemáticamente minimizadas por los apologistas del régimen, quienes alegaban que la “recuperación económica” y la “política de derechos humanos” del gobierno era más importante que estas eventuales “desprolijidades”.
En efecto, desde su inicio en el 2003, la columna vertebral del discurso kirchnerista consistió en subrayar los buenos números macroeconómicos (azarosamente favorables para toda Latinoamérica) y el insistente fetiche de los derechos humanos. Sin embargo, en los últimos dos meses quedó en evidencia públicamente la verdadera naturaleza de esto último, de lo cual nadie duda de que se trata de un vil chantaje ideológico que sirvió de excusa para llevar a cabo persecuciones a opositores y negociados inmobiliarios.
¿Podrá desplomarse el consenso kirchnerista ante el escandaloso descrédito que sufre una de las dos banderas centrales del régimen?. O como viene sucediendo en esta triste rutina que padece el país ¿ningún desvergonzado episodio, por bochornoso que fuere, se impone ante una primavera de consumo?.
Numerosos analistas políticos coinciden en que parte de la derrota sufrida por el kirchnerismo en la Capital Federal fue consecuencia de la olla destapada. ¿Podrá extenderse esta ola de indignación hacia el interior del país?.
Si bien es cierto que el votante argentino tiene un prisma economicista para medir su preferencia electoral, también es cierto que el pegajoso uso y abuso que el kirchnerismo hizo de una proclama presuntamente incuestionable, pudo haberse convertido en una bomba de tiempo que al parecer ha decidido explotar ahora, semanas previas de las elecciones presidenciales.
¿Será que los DDHH. pasarán a la historia como la cuna y sepulcro del kirchnerismo?
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