lunes, julio 11, 2011

Ciudad libre. Una marca ciudad

Ciudad libre. Una marca ciudad

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Escrito por Carolina Tkachuk, de Citymarketing Consulting. Ciudades con estatuto independiente, con su propia legislación autónoma, quizás los primeros pasos hacia el final de los estados-nación. Aquí presentamos un enfoque desde el marketing, economía y competitividad urbana para la generación de una identidad o marca ciudad.

Definir el modelo de ciudad que se desea alcanzar es proyectarse internacionalmente en función de identidades propias dentro de un contexto global. Cuando una ciudad define su modelo se está referenciando globalmente. A su vez, esos modelos de ciudad que van definiendo un primer conjunto de ciudades pioneras-vanguardistas, replican (directa o indirectamente) sobre otras ciudades durante su proceso de creación/diseño de su modelo; aparece la articulación entre lo local y lo global.

A fin de comprender la legitimidad internacional que un proyecto de ciudad pueda alcanzar, necesitamos ubicarnos en un contexto de globalización de la economía y mundialización de la cultura, desde donde el surgimiento de una ciudad como “modelo” se genera a partir de procesos renovadores de reestructuración del espacio en diversas escalas territoriales, junto con la reorganización de las formas y sentidos del poder, crecientemente endógeno y no planificado centralmente, de las ciudades. En este sentido, las “buenas prácticas” inherentes a un proyecto de ciudad mantienen siempre cierto perfil referencial a los modelos.

Ciudad modelo. Identidad local/empresarial con conexión global

La idea de ciudades-modelo esta fuertemente vinculada a una eficiente optimización de la competitividad antes que a intervenciones urbanísticas estratégicas. Esa competitividad es el reflejo de una ciudad globalizada, conectada, flexible, administrada bajo perfiles empresariales, con fuertes estrategias de marketing, a fin de presentarse atractiva al mercado y a las inversiones.

Un caso interesante para considerar las diversas formas que puede tomar el desarrollo de ciudades modelo se ubica en Honduras, que recientemente avanza en la propuesta de crear una “ciudad modelo” sobre una porción de territorio inhabitado con “estatuto independiente”, con leyes y reglas propias que enfatizan el protagonismo del mercado como impulsor del crecimiento y la competitividad, bajo una economía libre que estimula la cultura de negocios, la apertura a inversiones, empleando las best practices surgidas de modelos similares. Claramente, una propuesta que implica un interesante desafío desde lo económico, político y legal, que puede convertirse en un modelo a imitar.

El proceso de conversión de una ciudad en modelo requiere tiempo, estrategias innovadoras, e implica reforzar el modo en que la ciudad está siendo mencionada, mostrada, visitada y, fundamentalmente, imitada en diversas regiones. Representa el momento en que la ciudad “vende” su modelo, exporta su know how y sus estrategias comienzan a valer no sólo por sus cualidades intrínsecas sino también por su lugar de origen. Esta es una de las formas en que una ciudad se convierte en producto, una marca en sí misma, y comienza a competir con otras ciudades, otros modelos.

Los flujos de imagen de ciudad son reforzados por el mercado de la cultura, el rol promotor del turismo y las nuevas formas de acumulación del capital. La imagen de ciudad se transforma en un producto de consumo internacional.

Una interesante profundización acerca de las Charters Cities (ciudades modelo) nos la brinda el economista Paul Romer en la siguiente exposición:

Ciudad libre. La planificación dinámica de ciudades orgánicas

En consonancia con lo dicho sobre las Charter Cities y en directa vinculación con los procesos de desarrollo endógeno plasmados en diversos modelos de desarrollo local, es interesante detenernos en la forma que podría tomar la “planificación” en ciudades que advierten este tipo de experiencias tan particulares como las referenciadas.

Para ello, nos basamos en una entrevista realizada por Luis Eduardo Barrueto al Ph. Arq. Gonzalo Melián quien nos propone el desafío de (re) pensar los modos de ordenamiento territorial en las “free cities” más allá de la planificación urbana estratégica tradicional, donde los diversos actores de la economía urbana se desarrollen y organicen funcionalmente de acuerdo a sus objetivos y necesidades a partir de acuerdos contractuales con sus pares. La propuesta se enfoca a concebir la planificación urbana hacia un modelo más dinámico y orgánico, donde se quiebre la horizontalidad generada por las políticas de arriba hacia abajo, dando lugar a una masa homogénea en cuanto a la forma de crear ciudad y riqueza, y tengan lugar procesos verticales donde cada ciudad se desarrolle en base a los acuerdos contractuales celebrados por sus diversos actores a fin de generar riqueza en los circuitos de la economía urbana en función de objetivos particulares (no colectivos).


En esta línea, en el Dynamic Urban Planning Workshop, uno de los cursos dictados por Gonzalo Melián a estudiantes de Arquitectura de la UFM (Universidad Francisco Marroquín) propone analizar la economía urbana de las ciudades a través del modelo de “free cities” ó “free market cities”; bajo este paradigma, se tornan relevantes conceptos clave tales como teoría del valor, cultura entrepreneur, procesos innovativos, y derechos de propiedad, entre otros.

A su vez, ¿qué implicancias tiene para el citymarketing los modelos de ciudades libres? En los términos del citymarketing, la idea de ciudades libres coadyuva a la formación y generación de identidades para la creación de la marca de este tipo de ciudades, a partir del (re) surgimiento genuino de una cultura urbana propia (sin intervención ni coerción estatal) donde se refuerce la implicación ciudadana necesaria para el proceso de marketing en las ciudades. El nuevo paradigma de “free cities” supone un importante desafío para el citymarketing, ya que plantea una reestructuración del proceso en un marco de ciudades que comienzan a funcionar con reglas distintas y orgánicamente independientes; en este sentido, cabría plantearnos qué factores se vuelven más o menos relevantes, y cuál es el nuevo rol que juega el citymarketing en estos modelos.

Sin duda, éste será un punto a analizar y reflexionar, para lo cual quedan invitados, como siempre, a acompañar y participar a fin de enriquecer el análisis.

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