domingo, julio 10, 2011

DROGAS DIGITALES

DROGAS DIGITALES

Las sociedades actuales se encuentran frente a una nueva dimensión de las drogas: sonidos monótonos que pueden alterar la conciencia produciendo en el cerebro efectos similares al los de algunos alucinógenos. Suena a locura, pero en internet existe un sinnúmero de archivos sonoros que pueden trastornar los sentidos.

POR CéSAR A. PéREZ M.

En marzo del 2010 el director de la escuela secundaria Mustang de Oklahoma, EE. UU., notificó a un grupo de padres de familia que habían encontrado a sus hijos en un salón drogándose con ruidos monótonos, según publica el periódico digital Oklahoma NewsOK.

Ese hecho inició una serie de debates en los medios y en la web. Aparentemente, la sensación de estar drogado es generada por el efecto de sonidos que no son más que una ilusión acústica.

Un debate que no ha llegado a su fin, pero que, sin querer, hizo más visible la existencia de esa opción, favoreciendo su uso.

Se llama I-Doser. Su creador, Nick Ashton, especialista en psicología, audio y música, junto a un equipo de profesionales desarrollaron la idea durante 10 años de investigación, basándose en la noción de que a través de sonidos se podrían crear efectos que simularan estados de ánimo o experiencias similares a las que se obtienen con el uso de drogas antidepresivas. Pero no se trata de cualquier tipo de sonido, son los tonos binaurales.

De acuerdo al Centro de Investigación Neuroacústica de EE. UU., son señales de diferentes frecuencias que, al ser presentadas una a cada oído, son procesadas por el cerebro de tal manera que este integra la percepción de las dos señales produciendo la sensación de una tercera frecuencia, siendo esta la onda binaural.

Existen varias investigaciones asociadas a los cambios en la conciencia por el uso de ese tipo de tonos, según datos del Centro de Investigación Neuroacústica.

En 1995, los científicos estadounidenses Owens y Atwater señalaron que “el efecto subjetivo de escuchar sonidos binaurales puede ser relajante o estimulante, dependiendo de la frecuencia del tono”.

Entre tanto, el sitio de I-Doser promete un método efectivo y seguro para lograr un estado de ánimo simulado de sus innumerables dosis: peyote, cocaína, heroína, ketamina, morfina, anestesia, hash y alcohol.

“Desconfiaba sobre el efecto de esa dosis, sonaba como una locura pero estaba equivocado. Me senté en la silla, puse mis piernas en alto y escuché. Lo siguiente que sé es que oía toda clase de sonidos locos y sentía personas en la habitación, ¡pero yo estaba solo! No vacilé en mirar, aunque sabía que era un efecto”, cuenta Álex, en la página web de I-Doser, sobre su experiencia de i-dosis de adrenocromo —drogas en formato audio—.

No todos los perciben

Sin embargo, en el internet también se pueden encontrar comentarios de experiencias decepcionantes. Y es que, al parecer, no todas las personas reaccionan de igual manera ante los tonos binaurales.

De hecho, los efectos que las i-dosis tienen en las personas pueden ser de tres categorías: un grupo que obtiene los efectos deseados, otro que es inmune y un tercero que solo consigue fuertes dolores de cabeza luego de escucharlos.

Por lo pronto, la Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias investiga sobre la efectividad de esas drogas digitales, pues al parecer su uso es cada vez más común.

Aunque, gracias a investigaciones hechas por diversos científicos, no queda duda sobre la efectividad de los tonos binaurales para la creación de sensaciones cerebrales, pero no existe la misma certeza sobre si estos tonos podrían producir los efectos negativos de las drogas antidepresivas.

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