El fin del chavista todopoderoso
Por Thays Peñalver
No haré referencia a la enfermedad del Presidente porque al no informarnos sobre lo que tiene en realidad, dónde y cuál es el pronóstico real, nos ha dejado claro que no quiere que lo sepamos. De lo que sí voy a hablar es de las caras de los otrora todopoderosos, de la pelea a botellazos que todos vimos y de las duras críticas que se les han hecho. Por primera vez los vimos desnudos de todo poder, por primera vez los vimos haciendo cálculos, insultándose entre ellos y tratando de descuartizarse entre si, porque a diferencia de la oposición, la enfermedad los había agarrado por sorpresa. Los vimos pálidos como si no hubiera mañana y otros se mandaban a callar en vivo y directo. Unos llamaron a la lucha armada: ¡Todos en fila, larguémonos al tribunal de La Haya de una buena vez! Lo que ya hace mérito para acabar en la Corte Penal Internacional. Mientras otros trataban inútilmente de llamar a la unidad y otros más les contestaban: ¡Cállate! "Aquí quien manda es Chávez".
Luego vimos a Noam Chomsky explicarle al mundo, lo que ya todos sabíamos, menos los todopoderosos. Sobre cómo la juez Afiuni fue detenida "las inadecuadas condiciones de su encarcelamiento, el tratamiento degradante que sufrió", "el ensañamiento contra su persona" y como ella había sido "víctima de actos de violencia y humillaciones que representan un agravio a su dignidad humana". No sin antes concluir "en tiempos en que el mundo se ve sacudido por clamores de libertad, la detención de Afiuni sobresale como una flagrante excepción". Esta es en esencia la peor crítica que le han podido hacer al chavismo. Por eso los nuevos comunistas como Mészáros piensan sobre casos como el nuestro, que no se trata de socialismo, sino de autoritarismo, como "Allende en Chile" o "Suharto en Indonesia" y que cuando estos hablaban de "socialismo y dicen ser los representantes del mundo libre y de la democracia", es "un insulto al intelecto y un insulto a la razón".
Es tiempo de que los "cara pálidas" revisen la historia. Una vez Gómez fuera del poder, los líderes principales se refugiaron en el exterior para ser olvidados, pero los que abusaron "en nombre de la Ley" terminaron arruinados, algunos se suicidaron y muchos murieron en prisión, o hasta de hambre. Con Pérez Jiménez fuera del poder, los líderes se marcharon para ser olvidados y algunos fueron detenidos en el exterior, incluido Pérez Jiménez al que John F. Kennedy puso en prisión y lo envió a San Juan de los Morros, donde pasó 5 años de calabozo en calabozo. Si Pedro Estrada logró fugarse a París, sus todopoderosos murieron en la ruina más absoluta, algunos se suicidaron y el promedio de sus tiempos en prisión fue de 14 años.
La diferencia es que hoy no habría Estados Unidos, ni Unión Europea, ni París y mucho menos la España del PP. Hoy los norteamericanos a los que los todopoderosos arrancaron arbitrariamente sus propiedades y los españoles, franceses, etc., no piensan olvidar que les arrebataron todo por cuanto habían trabajado, que fueron perseguidos y algunos hasta asesinados. Pero tampoco habrá voces comunistas, ni canciones de Silvio para ellos. Y para los que piensan huir hacia adelante llamando a las armas, lo que les pasará "ya está cantado en La Haya".
Chávez ahora sí tiene una dura batalla por delante y sus todopoderosos, una larga reflexión de que nada es eterno. No se trata de "recular" sino de entender que aún se puede hacer mucho, porque ésta fue la campanada para comprender "como decía algún filósofo" otro "error fundamental": el peor negocio que hizo la revolución bolivariana, fue regalarle a su "enemigo" el Estado de Derecho.
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