Guatemala: El ocaso de Sandra
Por Estuardo Zapeta
El poder desgasta. Vi este domingo a Sandra, en ese espectáculo ya clásico de acarreo para “apoyo” espontáneo. Sí, la vi desgastada, resentida, y promoviendo un discurso que nos voltea sólo a la incredulidad.
Puede que la Corte de Constitucionalidad la inscriba, puede que hasta por medio de un fraude gane las elecciones, un fraude diseñado de la repetición de números de DPI, o duplicación de padrones electoreros cambiados a última hora el día de las elecciones, no lo sé, estrategias y mañas para el fraude abundan, pero aún así ya no es la mujer sagaz que vi hace cuatro años.
Su discurso del domingo sonaba cansado, repetitivo, chillón en ciertos momentos, altisonante en otros. Y su metáfora de “mujer descuartizada” que se resiste a que le “arranquen” el corazón le hace más daño que bien.
La nota maternal, esa de los “programas sociales”, ha desaparecido. Y el temor de la eliminación de los tales “programas” parecía no ahuyentar a la asistencia. Gritos forzados. Porras forzadas. Edecanes de burdel barato. Magnífico sonido. Cientos de baños. Muchos baños “mapreco”. Bolsas negras en “picops” con las raciones. Gente cansada, asoleada. Niños perdidos al final. Todo “espontáneo”, sí pues muy espontáneo.
No es la misma de hace cuatro años. La empujaron sus achichincles “peludos” a un desgaste innecesario de candidatura a como dé lugar.
Entendió Sandra que la política es carrera de 100 metros planos, y con tacones, pero se equivocó. La política, y eso nadie se lo dijo, es una maratón, una carrera de resistencia, de mucho aire.
De hecho, soy de la idea de que el argumento de la “participación por Derecho” es uno válido, pero mal esgrimido por aliados que por el peso de pasados sucios no la eleva, sino que la hace caer con rapidez a un vacío insondable.
Pero cayó ella, supongo que por consejo de sus asesores, en el vil discursito de “lucha de clases,” de ricos-y-pobres, de buenos-y-malos, de “malos naranjas” y verdes “buenos”.
¿Qué, no le dijeron que en la competencia política el ataque de un competidor a otro sólo eleva al atacado y demerita a la atacante? Qué malos asesores. Acaso no es cada presentación pública para enfatizar las presuntas bondades de la socialdemocracia.
El argumento de lucha de clases chocó contra el estribillo de ser “gente de paz”. Suena inconsistente. Hasta mentiroso. La gente de paz no promueve la lucha de clases. Pero esas aristas deberán limarse.
Qué curioso: Sandra necesita a Álvaro, y siempre pensamos que era al contrario. Y el otro la necesita a ella pero sólo para efectos de protección. Nada más.
Cómo es la vida: ella llevó a él a la Presidencia, pero él no puede ahora hacer mayor cosa –a no ser que sea trampa—por ella.
Qué curioso, teniendo la legitimidad se fue a buscar la “justicia”, y buscando ahora su “justicia” pierde la legitimidad. Es el ocaso.
Fui de los que siempre pensó que ella podía participar, sea ahora o dentro de cuatro años, pero por Derecho, no por trampa.
Tomar atajos en política puede resultar en largos caminos en hacia la nada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario