miércoles, julio 13, 2011

"Las palabras y los muertos"

TRIBUNA

"Las palabras y los muertos"

Es una novela que entra muy inteligentemente y con gran información en los secretos del poder y examina con un ojo riguroso a la camarilla que lo ha ejercido
Carlos Alberto Montaner

En el vuelo Berlín-Miami (9 horas y otras tres de retraso) leí y disfruté intensamente Las palabras y los muertos*.

Me parece un libro bien logrado. Fue escrito, publicado (y premiado) cuando parecía inminente la muerte de Castro. La obra comienza con una frase lacónica: "Fidel ha muerto". Era el momento perfecto para pasar revista a este medio siglo absurdo de dictadura y atropellos. Amir tuvo el buen juicio de adoptar la perspectiva del Comandante y de su entorno. Eso le da verosimilitud al libro.

Es una novela que entra muy inteligentemente y con gran información en los secretos del poder y examina con un ojo riguroso a la camarilla que lo ha ejercido. Por sus páginas desfilan una buena nómina de canallas, cortesanos y otros tipos pintorescos cuyos perfiles suele dar el novelista con un par de pinceladas generalmente certeras.

No estoy seguro de que Raúl Castro, Ricardo Alarcón o Ramiro Valdés sean como los dibuja el autor, pero ahí entramos en un terreno totalmente subjetivo. Estoy seguro, en cambio, de que esta narración debe haber caído en La Habana como una bomba de neutrones. Lo bueno de que la premisa ("Fidel ha muerto") no se haya cumplido todavía, es que sin duda el Comandante ha leído el libro y ha podido comenzar a imaginarse cómo será el juicio histórico. Ya sabe que no lo van a absolver.

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