Miles de personas asisten al velatorio de Facundo Cabral en Argentina
Buenos Aires, 12 jul (dpa) – Miles de personas se acercaron hoy al velatorio de Facundo Cabral para comenzar a despedir al cantautor argentino asesinado de tres balazos el pasado sábado en Guatemala, mientras que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner decretó tres días duelo nacional por la muerte del trovador de 74 años.
Familiares, amigos y admiradores del artista participaron de la ceremonia de despedida, que está previsto se extienda hasta última hora del día.
El féretro será trasladado mañana a un cementerio privado. El avión con los restos de Cabral arribó esta mañana a Buenos Aires, donde aguardaba la viuda de cantautor, Silvia Pousa, acompañada por el canciller Héctor Timerman, el secretario de Cultura, Jorge Coscia, el embajador de México en el país, Francisco Del Río, y su colega de Guatemala en Argentina, Rosa María De Mora.
La aeronave fue puesta a disposición por el gobierno de México, donde el autor de “No soy de aquí ni soy de allá” fijó residencia tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, que instaló la dictadura en Argentina hasta 1983.
Timerman exhortó a la ciudadanía a asistir al velatorio de los restos del autor de “Vuele bajo”, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1996 “Mensajero Mundial de la Paz”.
El canciller destacó que el “mensaje” de paz del artista “caló muy profundo en el mundo” y definió a Cabral como “alguien que se interrogó sobre la condición humana”.
Fernández de Kirchner decretó tres días de duelo nacional a partir de hoy por la muerte de Cabral. En el texto de la norma la presidenta recordó que el artista “consagró su vida al canto, transmitiendo con sus letras el espíritu de paz inspirado en las enseñanzas de Jesús, Gandhi y la Madre Teresa de Calcuta”.
Cabral fue asesinado en pleno centro de la ciudad de Guatemala por un grupo armado que atacó el vehículo en el viajaba el cantautor. La camioneta era conducida por el empresario nicaragüense Henry Fariña, supuesto objetivo del atentado, según la principal hipótesis de los investigadores del caso.
El empresario, dueño de una cadena regional de exclusivos centros nocturnos para hombres, permanece en cuidados intensivos en un hospital privado. El hospital permanece fuertemente custodiado por la policía.
En tanto, dos sospechosos de haber participado en el ataque armado en el que murió el cantautor argentino Facundo Cabral el sábado fueron capturados hoy por la policía guatemalteca en un sector marginal al sur de la Ciudad de Guatemala, informaron fuentes oficiales.
Por el momento se desconoce la nacionalidad de los acusados, dijo a periodistas Diego Álvarez, portavoz de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
La policía montó un amplio operativo para el allanamiento de al menos dos viviendas donde se capturó a los sospechosos.
Diego Álvarez dijo a periodistas que son “varias” las personas buscadas por este hecho, posiblemente con conexiones internacionales. “Son varias personas (las que se buscan) y al parecer hay de otros países involucradas”, añadió.
Álvarez dijo que no se pueden dar más detalles para “no dañar las investigaciones” y comentó que la Cicig se puso al servicio del Ministerio Público (Fiscalía) desde el momento del crimen para colaborar en la investigación.
“Cabral cumplió una misión”, dicen sus seguidores en velatorio en Argentina
El asesinado cantautor Facundo Cabral “cumplió una misión” en la vida, como humanista, según seguidores suyos que desfilaban el martes frente a una capilla ardiente montada en un teatro de Buenos Aires, escenario de su último espectáculo en Argentina.
“Para mí, Facundo tuvo una misión. Con su muerte todos los ojos miraron hacia Guatemala y la violencia que sufre”, dijo a la AFP Sheyla Álvarez, una ecuatoriana de 41 años, que vivió desde los 11 años en Nueva York, ciudad donde descubrió y vio por primera vez a Cabral.
Parada en la vereda de enfrente del teatro, Alvarez intentaba juntar coraje para ingresar al velatorio.
“El fue mi maestro, mi gurú”, afirmó esta mujer casada y madre de dos hijas, que llegó a Buenos Aires hace siete meses por razones de trabajo.
Su cara triste se ilumina al mostrar en su celular una foto del autógrafo que él le firmó para sus hijas, cuando en febrero pasado esta mujer, que se considera “fanática” del difunto, fue tres viernes consecutivos a ese teatro porteño para ver el ciclo “Canciones conversadas”.
“Cumplió su misión. No era la Argentina su Patria eran todos los lugares y murió por algo casual. Estoy aquí por algo del alma y del cosmos”, coincidió en confesar a la AFP María del Carmen Molis, 70 años.
Al ingresar a la sala velatoria montaba en el hall del teatro, uno se enfrenta a un texto escrito por el propio Cabral.
“Si esta es la última vez que subo al escenario pinten el cajón de rojo y celebren porque mi vida fue una fiesta”, podía leerse.
Sobre el cajón color verde metalizado, fueron colocados unos lirios blancos, una bandera argentina y otra de las Naciones Unidas y cerca de él se iban colocando las coronas de flores, entre ellas de la presidenta Cristina Kirchner.
“Mi tío, y también padrino, ha dejado marcas de vida. Sabíamos lo que era en Latinoamérica pero toda lo que ocurrió nos ha superado”, confesó Sergio Cabral, sobrino del artista, presente en la capilla, así como la esposa del músico, Silvia Pousa.
Héctor Gamboa, un músico venezolano intérprete del cuatro (guitarra venezolana), caminaba incrédulo frente al teatro.
“Se ha ido físicamente pero no espiritualmente. Teníamos una amistad de 25 años, compartimos muchas actuaciones”, contó Gamboa, según quien la gira a Guatemala no estaba en los planes de Cabral poco tiempo atrás.
Un activista de hip hop con una bandera argentina en la espalda, Marcos Silva de 32 años, exhibía un cartel escrito con fibra en inglés: “Facundo is not dead. Living in his murderers, until they learn to live” (Facundo no murió. Vive en sus asesinos, hasta que ellos aprendan a vivir)”.
“Es impensable venir al mismo lugar donde lo vi en febrero para verlo dentro de un cajón”, dijo y contó a la AFP que el descubrimiento de Cabral lo rescató de una depresión por la muerte de su hermano, ocho años atrás.
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