sábado, julio 02, 2011

Oposición a Gaddafi en Trípoli

Oposición a Gaddafi en Trípoli aguarda su momento

HERRAMIENTAS

TRIPOLI, jun 2 (Reuters) - El temible aparato de seguridad de Muammar Gaddafi en Trípoli parece estar debilitándose, pero aún es demasiado poderoso como para iniciar un levantamiento, de acuerdo a activistas libios que dicen ser parte de una red opositora clandestina en la capital.

El puñado de activistas, quienes hablaron con periodistas de Reuters a cambio de que no se revelara su identidad ni la ubicación de sus reuniones, dijeron que Gaddafi estaba manteniendo el control de la ciudad por medio de informantes, arrestos y asesinatos en masa.

“Ningún acontecimiento por sí solo hará caer el régimen aquí en Trípoli”, dijo un activista que se hacía llamar Niz.

“Y tomará tiempo”, añadió el activista, diciendo que probablemente se necesiten más bombardeos de la Otan, una ofensiva por parte de los rebeldes libios fuera de la capital y una mejor coordinación de la oposición en Trípoli.

Sin embargo, Niz y otros hablaron de un sistema represivo que estaba mostrando señales de desgaste, con una escasez de lugares para alojar detenidos, interrogadores que no saben qué preguntar y personas arrestadas y luego liberadas al azar.

El hecho que periodistas de Reuters alojados en un hotel vigilado pudieran escabullirse de los matones del Gobierno para reunirse con personas que dijeron representar a células opositoras fue en sí mismo un signo de desorganización en el sistema de seguridad, un desorden con el que la Otan está contando para con el tiempo hacer caer a Gaddafi.

Cuatro activistas de dos movimientos opositores – grupos que han mantenido contacto con medios extranjeros en los últimos meses – ofrecieron una explicación de lo que pensaban haría falta para romper el asedio de Gaddafi en Trípoli.

Es un panorama que resulta aleccionador para aquellos en capitales occidentales, y en los bastiones rebeldes de Bengasi y Misrata, que han estado esperando un pronto final al conflicto de cuatro meses de duración.

Un levantamiento en Trípoli es visto por algunos estados pertenecientes a la Otan como la mejor opción para derrocar al gobernante libio, después de que meses de ataques aéreos por parte de la coalición y ataques rebeldes fuera de la capital no produjeran un resultado decisivo.

“Los rebeldes realmente no tienen posibilidad de salir del este y llegar a Trípoli. Dependerá de algún tipo de levantamiento urbano dentro de la misma ciudad”, dijo Shashank Joshi del Royal United Services Institute en Londres.

Niz dijo que quienes viven fuera de la capital y los rebeldes del este debían tener paciencia si esperaban que los habitantes de Trípoli se levantaran.

“Cuatro meses es un lapso prolongado para ser bombardeados. Es mucho tiempo para aquellos vejados o torturados”, dijo el hombre sobre aquellos asediados en Misrata y otros lugares.

“Pero objetivamente, no es mucho tiempo cuando consideras que el régimen ha estado en el poder durante 42 años”, añadió.

GRUPO VARIADO

Niz ha estado regularmente en contacto con medios extranjeros, hablando en representación de lo que denomina Movimiento de la Generación Libre, inspirado en las revueltas que derrocaron a Gobiernos autocráticos en Túnez y Egipto.

No queda claro en nombre de cuánta gente habla Niz. Podría tratarse de una decena de personas en contacto regular entre sí en una ciudad privada de la mayoría de las comunicaciones más allá de los servicios telefónicos básicos.

Pero cada uno de estos grupos parece tener contacto con muchos otros, lo que sugiere un patrón flexible y celular de acción opositora.

Los activistas con los que Reuters se reunió dijeron que un levantamiento en la capital requeriría de un mayor debilitamiento del Gobierno de Gaddafi por la campaña de bombardeos de la Otan, un significativo avance rebelde hacia Trípoli y una red opositora más fuerte en la ciudad.

La decisión del Gobierno de interrumpir la conexión a internet y los mensajes por celular ha dificultado ampliamente la organización de dicha red. Eso privó a los opositores de Gaddafi de las herramientas que tuvieron un papel preponderante en Egipto y Túnez.

“Debemos hacer cosas a la vieja usanza. Toma tiempo”, dijo una de las activistas, quien usaba el nombre Fátima.

Su grupo, que se hace llamar Coalición 17 de febrero de Mujeres Jóvenes de Trípoli -en referencia a la fecha de las primeras grandes protestas callejeras- también parece pequeño, pero igualmente representativo del sentimiento anti-Gaddafi.

Varias decenas de personas en Trípoli que hablaron con Reuters en los últimos cuatro meses respaldaron sus objetivos, especialmente su objetivo final de terminar con los 42 años de Gobierno de Gaddafi.

Como grupo, los activistas con los que Reuters se reunió en una ubicación secreta tenían un alto nivel de formación. Cuatro de ellos tenían títulos universitarios y hablaban inglés. De edades que iban de veintitantos a mediana edad, las mujeres usaban velos islámicos y los hombres vestían vaqueros y camisetas informales al estilo occidental.

ARRESTOS MASIVOS

Los opositores de Gaddafi en Trípoli viven con miedo a ser arrestados. Concretar un encuentro entre ellos y periodistas de Reuters implicó elaborados acuerdos preliminares por parte de los activistas para asegurarse de que los servicios de inteligencia de Gaddafi no se enteraran de la reunión.

En un encuentro, los jóvenes que se presentaron como partícipes de una red opositora clandestina se refirieron a una estricta seguridad por toda la ciudad, especialmente por las noches, con numerosos puestos de control que cambia de ubicación día a día.

Las personas pueden ser detenidas por cualquier cosa durante horas o días, o incluso semanas. Algunos han sido asesinados, dijeron los activistas.

“Hay arrestos en masa todos los días. También asesinatos”, dijo Niz.

Señalaron que algunas personas parecieron haber sido arrestadas sólo por ser oriundas de ciudades rebeldes, como Misrata o Zlitán.

En otras épocas, los arrestos parecían estar basados en los apellidos de las personas. En Libia, estos a menudo llevan indicios de los orígenes geográficos o de conexiones tribales.

Pero las detenciones a menudo parecen ser al azar.

“No hay reglas. Es lo que ellos deciden”, dijo una activista de la coalición de mujeres que usaba el nombre Amal.

Los funcionarios libios niegan haber reprimido a los disidentes y dicen que una abrumadora mayoría de la población apoya a Gaddafi. Describen a quienes no lo hacen como criminales y militantes de Al Qaeda.

Los relatos de rivales no pueden ser verificados de forma independiente, ya que el Gobierno mantiene a los medios internacionales mayormente confinados en un hotel y rara vez permite que los periodistas salgan sin escolta oficial.

Grupos como Human Rights Watch han denunciado versiones de arrestos en masa y torturas a disidentes en Trípoli.

No hay comentarios.: