¿Por qué persiste la Gran Recesión en EEUU? La clave está en las PYMES
- Angel Martín OroHace unos meses publiqué un artículo en la revista americana de la Foundation for Economic Education, The Freeman. Se titula And the Slump Goes On (Y la recesión continúa). Asumiendo que la economía estadounidense todavía está débil, por la persistentemente elevada tasa de paro y el estancamiento de la inversión privada neta principalmente, trato a grandes rasgos diferentes posibles explicaciones a la prolongación de la recesión:
- la keynesiana que habla de la insuficiencia de la demanda agregada,
- la monetarista que habla de la ausencia de estímulos monetarios suficientes para contrarrestar la contracción crediticia,
- la austriaca estándar + sus extensiones y matices que habla de la necesidad de que se produzca un reajuste productivo que lleva tiempo, y
- la que propone Robert Higgs de la “incertidumbre institucional” (regime uncertainty) que habla de cómo el activismo gubernamental está incrementando la incertidumbre entre los empresarios e inversores.
The weak recovery is clearly recognized by policy-makers, who have advocated and implemented additional fiscal and monetary stimulus by the Obama administration and perhaps the Federal Reserve. They seem to take for granted that an unexpectedly slow recovery requires even more expansionary government policies to keep the economy on track.
The slow recovery from the recession presents an analytical challenge, provoking debate among macroeconomists and pundits. As usual, there are many diverse explanations, some complementary, some contradictory. To an important extent these divergences reflect different conceptions of the business cycle. I will describe and briefly analyze four of the most common explanations.
Un elemento que no trataba en el artículo, relacionado con el crecimiento anémico del empleo en la economía americana, es la importancia de las pequeñas empresas y las empresas de nueva creación (start-ups) en la creación de empleo. Y realmente parece una de las claves del asunto, tal y como se explica en este excelente artículo: Small Business and the Jobless Recovery. Parece intuitivo que los problemas derivados de esa incertidumbre institucional se ceben sobre los pequeños negocios que tienen menor margen de maniobra, y también menor influencia sobre el poder político. La todavía sequía del crédito tampoco contribuye a mejorar las cosas.
Además, como indica un estudio de la Kauffman Foundation, la inmensa mayor parte de la creación de empleo neta en los Estados Unidos, se debe a la creación de nuevas empresas:
When it comes to U.S. job growth, startup companies aren’t everything. They’re the only thing. It’s well understood that existing companies of all sizes constantly create – and destroy – jobs. Conventional wisdom, then, might suppose that annual net job gain is positive at these companies. A study released today by the Ewing Marion Kauffman Foundation, however, shows that this rarely is the case. In fact, net job growth occurs in the U.S. economy only through startup firms.
Si la economía americana quiere crear empleo productivo de forma sostenida, que se deje de estímulos fiscales y monetarios, y coja el toro por los cuernos en lugar de poner parches que no resuelven de raíz los problemas y sí crean otros.
Nota: También puede interesar a los lectores adentrarse ligeramente en por qué duró tanto la Gran Depresión en este post.
Roubini: El profeta económico que predijo 48 de las 4 últimas recesiones
Angel Martín Oro -La gran mayoría conocerá al gurú Nouriel Roubini, quien se ha ganado la fama de haber predicho con exactitud la actual Gran Recesión. Es considerado como uno de los economistas que mejor adelantó y explicó los acontecimientos. Sus apariciones en los medios internacionales de análisis financiero (e incluso generalistas) son numerosas.
En una ocasión anterior escribí sobre él en tono crítico, sacando punta a unas declaraciones suyas de una entrevista.
Bien, pues el pasado año Roubini publicó junto a otro economista un libro donde trataba de explicar lo acontecido, titulado Crisis Economics: A Crash Course in the Future of Finance. Sin haberlo leído, me encuentro con un breve ensayo crítico sobre el libro del economista monetario George Selgin, uno de los principales defensores de la corriente denominada “free banking”, que defiende un sistema bancario libre (sí, libre de verdad, a pesar de que mucha gente crea que el sistema actual está desregulado y es libre) sin banca central ni otro tipo de regulaciones estatales como el seguro de depósitos bancarios, etc. (Nota: para leer críticas de la banca central y adentrarse ligeramente en las ideas de la banca libre, recomiendo este post con numerosos enlaces a artículos).
Selgin no parece coincidir con la idea generalizada sobre la extraordinaria capacidad profética de Roubini. Y es que, pensemos que es fácil predecir un crash todos los años. Si ocurre y das en el clavo, te puedes convertir en un gurú, ganarte el prestigio que siempre habías buscado, y tener resuelta tu vida académica y profesional. Si no ocurre, sin embargo, siempre puedes decir que no ocurrió por un shock externo o una política concreta, o que estabas en lo cierto pero fallaste ligeramente en el periodo temporal exacto. Luego, las declaraciones quedan como mucho en la hemeroteca para aquellos curiosos que se dediquen a rastrear declaraciones de economistas.
Pues esto parece que es lo que ha ocurrido con el gurú Roubini, el “Dr. Doom” como se le llama. Si no, lean lo que dice Selgin:
[si uno se dedicara a investigar con detalle las declaraciones de Roubini], “Dr. Doom” actually predicted no fewer than “48 of the last 4 recessions” (comment on Elfenbein 2009).
Some quick fact-checking lends credence to our informant’s otherwise incredible claim by showing that Roubini predicted a serious crash for 2004, then a severe slowdown for 2005, then a global reckoning for 2006, and finally a sharp recession for 2007. After the much-trumpeted crisis at last materialized (though not quite for the reasons Roubini had harped on), he declared that the S&P 500 would sink to 600, that oil would get stuck below $40 a barrel, and that a gold “bubble” was about to do what the housing one had done. To be sure, these things have not yet come to pass, but tomorrow is another day, and to succeed prophets need only mark when they hit and never mark when they miss.
Impresionante el historial predictivo del gurú, ¿verdad? Quizás ahora lean y escuchen a Roubini con una pizca más de escepticismo sus predicciones. Una de sus últimas predicciones fue que había un “33% de posibilidades de que España fuera a ser rescatada”. Yo más bien pienso que el porcentaje es ligeramente más alto: del 34,375%, pero quizás sea una diferencia nimia resultado de mi ultrapesimismo. Fuera de bromas, ¿¿cómo ha llegado a estimar el porcentaje de posibilidades de rescate de España en el 33%??
No obstante lo anterior, todo esto no quiere decir que sus análisis y diagnósticos sean errados en su mayor parte. En este post no he entrado al fondo de sus análisis e ideas. Aun así, el mismo Selgin dice en su reseña que”la evaluación del libro [de Roubini y Mihm] de las causas del reciente ciclo de burbuja y pinchazo inmobiliario es en gran parte sólido e instructivo”.
En territorio patrio, para no ser menos, también tenemos a nuestro gran profeta, cuya calidad y solidez, me atrevería a decir, es significativamente menor que la de Roubini.
(Nota: la frase del título de mi post la cita Selgin en su reseña, y proviene de un comentario en el artículo de Elfenbein citado arriba, por lo que hay que cogerlo con pinzas. Tomadlo como un título concecibo para atraer al personal).
El concepto de combatiente: de La Haya a Guantánamo (II)
por Romualdo Bermejo
El concepto de combatiente: de La Haya a Guantánamo (I)
por Romualdo Bermejo
Europa empuja
Europa empuja
GEES
Los socialistas españoles sólo temen a una cosa más que a convocar elecciones: tomar medidas para que España mejore.
Se recordará que, gracias a sus reglas, el FMI rechazó dar su parte del último pago de 12.000 millones de euros integrados en el rescate de 110.000 del año pasado a Grecia, salvo que tuviera garantizada financiación un año más. De ahí las garantías pedidas a los Estados, acreedores privados y autoridades griegas para sostener a Grecia. Una vez que el Parlamento griego votó las reformas y se admitió la participación privada en el previsible nuevo rescate, Grecia podía pasar el verano sin quebrar. Se esperaba pues un nuevo desembolso que se entregaría al país heleno para contentar al BCE y al consenso socialdemócrata, sin mencionar la quiebra, sino aludiendo a eufemismos destinados a calmar bolsas, políticos y juristas, como la participación "voluntaria" en las pérdidas de acreedores privados.
A pesar de tantos esfuerzos Standard & Poor’s y Moody’s, que se deben a sus clientes, han dado su veredicto. El plan de implicación de los privados supone un –según sostenían en su traducción los voceros de la propaganda oficialista– "impago selectivo". Esto se ha transformado estos días ya en una "suspensión de pagos", verbigracia: quiebra. Ello tiene consecuencias, no sólo en la interpretación política de la zona euro, sino en la jurídica de los contratos de seguro de deuda.
La ingeniosa propuesta francesa, una de las naciones cuyos bancos detentan más títulos griegos, pasa por pactar con estos para que, "voluntariamente" claro, cambien un 70 por ciento de los bonos que venzan en los próximos dos años por otros con vencimiento a 30 y un rendimiento de entre el 5,5 y el 8 por ciento, dependiente del crecimiento griego. Esto, dicen las agencias especializadas, los políticos podrán llamarle como les de la gana, pero no hay forma humana de no considerarlo una quiebra.
Al mismo tiempo, se han anunciado planes en Bélgica e Italia de recortes de entre 25.000 y 50.000 millones de euros en los próximos años. Lo peculiar de estos dos países, uno de lo cuales carece de Gobierno y el otro es el paria de Europa a decir del consenso socialdemócrata, es que son aquellos que más se parecen a España, estando mejor, en sus diferenciales con el bono alemán.
Mientras, el Gobierno español ataca a los bancos, dice que subirá impuestos y se resiste a constatar el fracaso de sus reformas de hace un año.
En este entorno, al que hay que añadir la calificación de bono basura aplicada a Portugal además de a Grecia, no implementar un plan global de revitalización económica equivale a imposibilitar la capacidad de España para pedir prestado y a seguir el camino de Grecia. El presidente del Gobierno, si todavía manda, sólo puede aplicar ese plan –lo que no hará porque no lo tiene y porque sospecha que perjudica electoralmente– o dejar que lo hagan otros.
HISPANOAMÉRICA
El fin de Chávez y el gobierno cubano
Por Carlos Alberto Montaner
La prioridad de los servicios cubanos es apuntalar el chavismo a cualquier precio. Dan por sentado que Chávez se morirá pronto y hacen planes. Están en estado de alerta y se mueven en esa dirección a toda máquina. |
Cuando Adán Chávez, el hermano mayor de Hugo, ya al corriente del cáncer que afectaba al presidente, regresó de Cuba hace unos días y dijo en Caracas, públicamente, que había que pensar en defender la revolución bolivariana por cualquier vía al margen de las elecciones, estaba describiendo el punto de vista y la desesperada estrategia de La Habana.
Era predecible. Raúl Castro y su hermano tienen buenas razones para temer que Chávez, si se muere, se lleve a la tumba la revolución cubana. Esos 100.000 barriles diarios de petróleo, y los copiosos subsidios que concede a la Isla, son el principal sostén de una dictadura asombrosamente improductiva, como no se cansan de denunciar los propios mandamases del régimen. Si se corta ese flujo de recursos, la hecatombe sería mayor que la vivida cuando desaparecieron la URSS y su generoso subsidio. Entonces, a principios de los noventa, la capacidad de consumo de los cubanos se contrajo súbitamente en un 40%. Ahora sería peor.
El escenario que Raúl y Fidel temen es probable que suceda: la cúpula chavista, sorprendida por la desaparición del caudillo venezolano, se divide y es barrida en las urnas. Eso es lo que quieren evitar. Todos saben que en ese país no hay nadie en las filas oficialistas que suscite simpatías populares. Chávez no creó un partido sino un coro de sicofantes. Muerto o en medio de una prolongada etapa agónica, simplemente, no tiene sustituto. Por eso Adán comenzó a preparar las condiciones para un escenario violento. Tratarán de imponerse por la fuerza y la represión utilizando a los chavistas cercanos al castrismo más o menos como Moscú, durante la Guerra Fría, dominaba a sus satélites, utilizando a los camaradas locales prosoviéticos. Lejos de pactar un acuerdo pacífico con la oposición, van a "radicalizar el proceso", como dicen en la jerga. En ello les va la vida.
El fin de la colaboración entre La Habana y Caracas conlleva otro aspecto muy grave para los Castro. En Venezuela hay unos sesenta mil cooperantes cubanos. Si el chavismo pierde el poder, tendrían que repatriarlos rápidamente, y temen que un porcentaje grande intente quedarse. Hay planes de contingencia para evacuarlos por cualquier medio en una especie de Dunkerque caribeño si la situación se hace muy crítica, pero antes de llegar a ese punto el gobierno de Raúl Castro hará cualquier cosa por mantener su jugosa colonia.
Los demócratas venezolanos de la oposición, naturalmente, no se cruzarán de brazos. No son idiotas. El mensaje que están susurrando al oído a los diputados chavistas y a los militares con mando de tropa va en la otra dirección: es inútil tratar de convertir el gobierno de Caracas en una dictadura procomunista contra la voluntad del 80% de los venezolanos, incluida la mayor parte de los chavistas, como confirman todas las encuestas. Ese intento terminaría en un baño de sangre. No hay chavismo sin Chávez, y nadie sabe exactamente qué es la revolución bolivariana, más allá de un inmenso desorden que se ha tragado un billón (trillion en inglés) de petrodólares mientras demolía buena parte del tejido empresarial. Llegó el momento de quitar la mecha a la bomba de tiempo mediante unos comicios honrados y el compromiso de no pasar la factura a nadie por los 12 años de chavismo.
Los chavistas –dicen– no pueden ni deben subordinar los intereses venezolanos a la conveniencia de Cuba. Para ellos (por lo menos para los que ya están al habla con sus adversarios), la desaparición del teniente coronel es una oportunidad de consolidar dos grandes fuerzas políticas de centroderecha y centroizquierda que, recurriendo a procedimientos democráticos, den estabilidad al país tras la desaparición de Chávez.
Es probable, en suma, que Cuba no consiga imponer su voluntad en Venezuela, pese a todo el empeño que ponga en el esfuerzo. Cuando era la metrópoli del mundillo comunista de Centroeuropa, Moscú tenía varias divisiones del Ejército Rojo ocupando el territorio de sus satélites, a los que suministraba petróleo y gas a precios preferenciales. La relación de Cuba con Venezuela es diferente. Los satélites de la URSS en gran medida eran parásitos económicos de Moscú; Cuba es un parásito de su satélite. Los venezolanos no necesitan para nada a los cubanos. Esa relación de fuerzas acabará prevaleciendo.
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