Un superviviente: 'Gritó: os mataré a todos'
El primer ministro, Jens Stoltenberg, abraza a un joven superviviente de la matanza. | Reuters
- Un testigo de la matanza en Utoya narra cómo sobrevivió
- Un hombre 'llegó vestido con uniforme de la policía y se identificó como tal'
- Empezó a disparar desatando el pánico y la gente intentó escapar
- 'Algunos saltaron al agua. Otros se escondieron en cuevas y arbustos'
Un joven que fue testigo de la matanza llevada a cabo este viernes por un hombre que acabó con la vida de 85 personas en la isla noruega de Utoya narra cómo logró sobrevivir haciéndose el muerto.
Adrian Pracon, de 21 años, que puede contarlo porque se escondió bajo los cuerpos que había a su alrededor, ha proporcionado, desde su cama en el hospital, los detalles más precisos, hasta la fecha, de la matanza que convirtió esta idílica isla escandinava en un infierno.
Pracon ha declarado a la CNN que, mientras las autoridades buscaban supervivientes del ataque registrado en Oslo, un hombre "llegó a la isla vestido con uniforme de la policía y se identificó como tal". Los organizadores del campamento socialdemócrata habían reunido a los participantes en una sala de reuniones y les estaban informando de lo ocurrido en la capital, cuando el supuesto agente "pidió la palabra". Inmediatamente, empezó a disparar desatando el pánico entre los campistas, algunos de los cuales trataron de huir, mientras que otros se fueron hacia él.
El principal sospechoso, Anders Behring Breivik, que permanece declarando ante la Policía de Oslo, iba equipado con tres armas –una pistola, un rifle y una semiautomática- cuando llegó a la isla en un bote puesto por la organización del campamento del partido, que se celebra durante una semana de julio desde hace más de 30 años y que congregaba a unos 560 jóvenes, la mayoría con edades de entre 16 y 22 años.
"La primera persona a la que mató fue la chica más guapa que vio", ha relatado Marius Helander, uno de los asistentes al campamento, al periódico VG. Este joven se escondió en el bosque hasta que oyó los gritos de varios pescadores que se acercaron a la isla para advertirles de que el sospechoso había sido detenido.
Adrian Pracon, por su parte, intentó escapar a nado, pero tuvo que dar media vuelta. "No podía respirar. No pude quitarme la ropa y sentía que me arrastraba hacia el fondo. Tragué demasiada agua", cuenta.
Como un cazador
Otro testigo, Bjorn Jarle Roberg-Larsen del partido laborista, contó a esta cadena que el hombre dijo a los campistas que estaba allí para realizar un control de seguridad y comenzó a disparar. "La gente intentó ocultarse; algunos saltaron al agua e intentaron escapar nadando. Otros se escondieron en cuevas y arbustos o subieron árboles... Y él fue tras ellos", explicó el político.
Pracon dijo que "el agresor persiguió a la gente hasta la orilla, gritando mientras les disparaba: 'Voy a mataros a todos'". "Estaba a cinco, quizá a siete metros de él mientras decía que todos moriríamos. Me apuntó con su arma, pero no disparó. Podía oír sus cargadores, sentir su respiración... Otros dos chicos y yo sobrevivimos fingiendo que estábamos muertos".
Los 45 minutos de infierno que estos cientos de jóvenes vivieron hace 24 horas en realidad no han acabado todavía. Decenas de familias aguardan a esta hora en las inmediaciones de la isla de Utoya, a 40 kilómetros de Oslo, en una dramática espera para saber si sus hijos están vivos o muertos.
La policía aún busca más cadáveres en el bosque, bajo el agua e incluso en pequeñas islas próximas a Utoya, donde podrían haber sido arrastrados cuerpos sin vida de jóvenes que intentaron huir de los disparos de Anders Behring Breivik, detenido tras la masacre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario