domingo, agosto 07, 2011

El Nuevo Herald: Futuro de Correa se tambalea ante jueces imparciales

HERRAMIENTAS
Ap Foto/ Dolores Ochoa

Según publica, Carlos Alberto Montaner en su columna de El Nuevo Herald: Luego de que el expresidente Lucio Gutiérrez hablara públicamente sobre el descontento de las Fuerzas Armadas y diera una crítica negativa a Correa, el actual mandatario ecuatoriano tomó medidas y lo acusó de una supuesta conspiración para derrocar su gobierno.

Me temo que Rafael Correa, el presidente de Ecuador, ha abierto la caja de los truenos. El juicio contra el periódico El Universo y su rencoroso empeño en encarcelar al periodista Emilio Palacio y a los directores de ese diario acabarán por convertirlo a él en reo de esos mismos delitos cuando cambien las tornas. Hoy el presidente Correa en gran medida controla el poder judicial, pero en América Latina, y especialmente en Ecuador, ése es casi siempre un fenómeno pasajero.

En el futuro, llegará al gobierno un grupo adversario de personas agraviadas por él que acaso podrán probar con relativa facilidad que Correa los injurió pública y notoriamente, los acusó sin pruebas de delitos inexistentes, y, además, prevaricó y violó las leyes que regulan la independencia de los jueces, delitos todos extremadamente graves que pudiesen acarrearle una multa millonaria y largos años tras las rejas. Es muy sencillo: quien utiliza los tribunales para reñir sus batallas políticas, inevitablemente acabará siendo víctima de sus propias tácticas.

Los hechos ocurrieron de esta manera: el 23 de septiembre del 2010, el Inter American Institute for Democracy, como antes había hecho con otros exgobernantes, invitó al expresidente Lucio Gutiérrez a dictar una charla en Miami en colaboración con una de las grandes universidades de la ciudad. Dicha conferencia, que fue abierta al público y a la prensa, fue filmada y colocada en internet, como es habitual en los actos que organiza esta institución. Gutiérrez, en esa oportunidad, fue muy crítico con el gobierno de Correa y habló del descontento de las Fuerzas Armadas con el joven presidente. No dijo nada, por cierto, que no hubiera expresado antes docenas de veces en Ecuador.

Y es a partir de ese punto donde el presidente Correa y otros funcionarios de su gobierno comienzan a calumniar al IAID y a sus directivos, acusándolos de una supuesta conspiración para derrocar al gobierno en complicidad con Gutiérrez –es decir, imputándoles falsamente un grave delito–, extremo que la institución y sus representantes negaron con vehemenc

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