Marcelo: “No soy de izquierda”
Les compartimos la carta que le envió Ebrard a AMLO el 14 de marzo del año 2000, en la que advierte: “Ni yo ni el PCD somos de izquierda”.
Ricardo AlemánEl pasado domingo, durante el destape formal de su aspiración como candidato presidencial, Marcelo Ebrard dijo que el cambio en México vendrá sólo de la visión progresista de las fuerzas de izquierda.
Además, y en alusión al candidato Enrique Peña Nieto, el mandatario capitalino dijo que “el regreso al pasado” no es la alternativa “para el futuro”. Y al final del evento y frente a ciudadanos identificados como “demócratas de izquierda”, Marcelo Ebrard arengó precisamente a favor de las fuerzas de izquierda.
Es decir, que Marcelo Ebrard se asume como un gobernante, político y candidato presidencial que milita en la llamada izquierda mexicana. Y por supuesto que, en tanto ciudadano con derechos plenos, tiene todo el derecho de abrazar la ideología que le plazca y le convenga.
Lo curioso, sin embargo, es que pocos saben cómo se produce esa mutación, casi simbiótica, que lleva a un político como Marcelo Ebrard, del PRI de Carlos Salinas, a las posturas centristas del Partido de Centro Democrático de Manuel Camacho, y al otro extremo, el de la izquierda de AMLO, del PRD y, claro, de Los Chuchos. ¿Qué le debe ocurrir a un político como Ebrard, para experimentar una mutación ideológica de esa magnitud? Lo cierto es que no se requiere mucho para llegar a una conclusión.
Lo cierto es que el cambio de piel del PRI de Salinas, pasando por el centro ideológico y la llegada a la izquierda trasnochada de AMLO, se explica con sólo dos palabras: “El poder”. Es decir, que la búsqueda del poder hace posible el milagro de la mutación ideológica extrema.
Todos saben que el grupo político de Manuel Camacho y Marcelo Ebrard prácticamente fue echado del PRI y del poder luego de la postulación de Luis Donaldo Colosio como candidato presidencial y de su posterior asesinato. Entonces Manuel y Marcelo crearon el Partido de Centro Democrático, que tuvo su primera incursión electoral en el año 2000. ¿Pero, qué creen?
En efecto, que en ese año, AMLO “invitó” a Marcelo Ebrard a dejar su candidatura como jefe de Gobierno del DF y le propuso aliarse a su propia causa. Hoy les compartimos algo de la carta que le envió Marcelo a AMLO el 14 de marzo del año 2000, en la que acepta la invitación, pero le advierte: “Ni yo ni el PCD somos de izquierda”. Y, más aún, le exige a AMLO que se aleje del radicalismo y se aproxime al centro ideológico.
En el cuarto párrafo de la citada carta, Marcelo Ebrard reconoce que la disputa por el DF será “con el aparato político completo del PRI y el respaldo político de la Presidencia de la República, alarmados como están por el desplome de su candidato a la Presidencia”. Por esa razón acepta la invitación de AMLO.
Y dice: “De ahí que esté dispuesto a considerar la propuesta que haces a fin de cerrarle el paso a la restauración del viejo PRI y sus alianzas con la alta burocracia y los intereses que representa. Para ello, habría que abordar, en primer lugar, cuál es el proyecto político y de gobierno en la ciudad, en el que podríamos coincidir el centro y la izquierda, acercando posiciones a partir del reconocimiento pleno de las diferencias que existen en nuestras posiciones.
“Ni yo ni el PCD somos de izquierda. Nos diferencia que nosotros creemos en una economía moderna con garantía de legalidad a la propiedad y a la actividad del capital. Pensamos que las finanzas públicas deben ser equilibradas y el ejercicio del gasto público prudente y disciplinado.”
Más adelante, Marcelo Ebrard dice: “Me parece que la mejor manera de llegar a un compromiso entre el centro y la izquierda podría ser, en consecuencia, suscribiendo un pacto para establecer las bases de la nueva gobernabilidad de la ciudad (…) dicho de otro modo, para mí y para el partido que represento, un posible acuerdo a favor de tu candidatura tendría que ser la consecuencia de un compromiso de carácter estratégico entre las fuerzas que representamos e implicaría el acercamiento de tu posición y plataforma hacia el centro del espectro político, así como el inicio en la ciudad de una estrategia común de las oposiciones frente al régimen nacional vigente”.
Con ese intercambio epistolar quedó sellada la alianza político-electoral entre el grupo de Camacho y Marcelo con AMLO. Y, claro, el objetivo era derrotar al PRI. Hoy, 11 años después, Marcelo ya no habla “del centro” y se identifica como “de izquierda”. Lo cierto es que sigue siendo un liberal de centro, como lo demostró el pasado domingo. Pero AMLO y la izquierda también tienen su historia. Pronto la conoceremos.
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