Mueren 38 soldados en Afganistán tras estrellarse un helicóptero de la OTAN
31 de las víctimas son estadounidenses y siete afganas.- Es mayor número de muertes ocurridas en un solo siniestro desde el comienzo de la misión en 2001
DAVID ALANDETE | Washington
La de hoy ha sido la peor jornada para el Ejército norteamericano desde que comenzó la invasión de Afganistán hace una década. En un ataque con una granada propulsada por un lanzacohetes, los insurgentes islamistas han derribado en la provincia de Wardak, al oeste de Kabul, un helicóptero Chinhook con soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad [ISAF] de la OTAN, que participaban en la batida de un refugio de operativos afiliados a los Talibán. Fallecieron al menos 38 soldados, 31 de ellos norteamericanos y el resto afganos, según oficiales del gobierno de Kabul.
El ataque se produjo en el marco del inicio de la retirada norteamericana de Afganistán. En junio, el presidente Barack Obama anunció que este año se replegarán 10.000 soldados. Otros 23.000 regresarán a EE UU antes del próximo verano. Aun quedarán en Afganistán unas 70.000 tropas tras esa primera retirada. En 2014, el gobierno afgano será el único responsable de la seguridad nacional de su país. El Pentágono le había aconsejado al presidente una salida más lenta.
El ataque de Wardak se produjo en la madrugada del viernes al sábado. Un segundo helicóptero se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en la provincia de Khost, sin víctimas, según portavoces de ISAF. Según el gobierno afgano, los soldados fallecidos pertenecían a las fuerzas de operaciones especiales, encargadas de misiones contrainsurgentes de alto riesgo y no convencionales. Un portavoz del Pentágono dijo que se trataban de operativos del cuerpo SEALS de la Marina, los que acabaron con Osama bin Laden en mayo.
Los Talibán admitieron la autoría del ataque a la agencia Associated Press, asegurando que habían abatido el helicóptero cuando participaba en una operación de asalto a una residencia donde se reunían operativos insurgentes. La OTAN ha confirmado que el helicóptero se hallaba en "zona de actividad enemiga".
La misión militar comenzó en 2001, tras los atentados terroristas contra Nueva York y Washington. Obama anunció el principio de su fin en junio, un mes después de la muerte del líder de Al Qaeda. Hay en este momento unas 96.000 tropas norteamericanas sobre el terreno, según datos de la Casa Blanca. El año pasado fue el de más víctimas para el Ejército norteamericano, con 499 soldados fallecidos. En 2011 ya han fallecido 279, según un recuento de Reuters.
Desde Camp David, el presidente Obama ha emitido un comunicado, lamentando la pérdida de los soldados: "Sus muertes son un recordatorio de los extraordinarios sacrificios que asumen los hombres y mujeres de nuestro ejército y sus familias, incluidos aquellos que prestan servicio en Afganistán... En estos momentos difíciles, todos los norteamericanos nos unimos en apoyo a los hombres y mujeres de uniforme, que prestan servicio para que podamos vivir de forma libre y segura". Su homólogo afgano, Hamid Karzai, le llamó previamente para expresar sus condolencias.
El refuerzo de tropas ordenado por el presidente Obama ha debilitado a los insurgentes en las provincias del sur de Afganistán, que tradicionalmente fueron un bastión Talibán. Los rebeldes, sin embargo, han recurrido a ataques menos convencionales, como atentados suicidas perpetrados en núcleos urbanos. Los atentados se han incrementado sobre todo en el este del país, cerca de la zona de Kabul.
Antes del último ataque, el día en que se habían registrado más muertes en un ataque contra las tropas aliadas fue el 28 de junio de 2005, cuando los Talibán abatieron un helicóptero en la provincia de Kunar. Murieron 16 soldados del equipo SEALS de la Marina y del cuerpo de misiones especiales del Ejército de Tierra. Hasta la fecha, los ataques a helicópteros en Afganistán se han cobrado las vidas de más de 90 soldados aliados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario