miércoles, agosto 10, 2011

Una segunda recesión en EEUU

Una segunda recesión en EEUU provocaría una sangría peor que la primera

Bolságora

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Las consecuencias de una segunda recesión en Estados Unidos serían peores que las de la primera, ya que la economía está mucho más débil que al inicio de la crisis en diciembre de 2007 y el débil crecimiento que ha habido hasta ahora ha impedido recuperar el terreno perdido.

La última vez que la economía retrocedió, Estados Unidos tenía mucha grasa que eliminar como consecuencia de la burbuja de crédito, pero el sobrepeso ha desaparecido y una recaída dejaría a las familias en los huesos. Además, a estas alturas los responsables de la política monetaria ya han utilizado la mayoría de las herramientas de las que disponían para hacer frente a la recesión y tienen poco margen de maniobra.

La incertidumbre y la ansiedad en los mercados han aumentado tras la rebaja de S&P y ante el empeoramiento de la crisis de deuda en Europa. El presidente Barack Obama reconoció el sábado que el país debía expandir la economía y crear empleo de forma urgente. Y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dijo hay "mucho trabajo por delante", aunque también manifestó su confianza en la capacidad de regeneración de la primera economía del mundo.

Cifras abrumadoras

En los últimos cuatro años, la población activa ha crecido un 3%, pero la creación de puestos de trabajo no se ha mantenido al mismo ritmo. El empleo se ha desplomado y los puestos de trabajo se han reducido un 5% -6,8 millones- desde los niveles pre-crisis. La tasa de paro se ha elevado del 5% al 9,1%.

Además, los estadounidenses que tienen un empleo, trabajan menos horas por los ajustes que han llevado a cabo las empresas para controlar el gasto. Así que las familias ingresan menos dinero, lo que supone un importante obstáculo para la mejora del consumo, uno de los pilares fundamentales de la economía norteamericana. Esto implica otros problemas si se produce una recesión: cuánto se pueden seguir reduciendo las plantillas sin impedir el funcionamiento de la compañía.

La falta de actividad constructora y la caída de los precios de las viviendas "un 24% desde diciembre de 2007-son otro problema añadido. Pero de todos los grandes indicadores, el peor es de la producción industrial, que, según el índice elaborado por la Reserva Federal, ha caído un 8% en este periodo. La economía estadounidense ha reducido su tamaño y según algunos cálculos elaborados por los economistas, si hubiese alcanzado su máximo potencial sería un 7% mayor de lo que era a principios de año".

El desgaste de los últimos años ha dejado muy pocos remedios aplicables para combatir una nueva recesión. Los tipos interés no pueden seguir reduciéndose pues se encuentran, prácticamente, a cero. La Fed ya ha inundado los mercados financieros con dinero mediante la compra de activos hipotecarios y bonos del Tesoro, lo que complica la puesta en marcha de una nueva ronda de expansión cuantitativa, tras las críticas sobre la poca efectividad de las dos primeras.

Las empresas privadas pueden suavizar la caída

Existe un factor que podría suavizar la caída: los beneficios empresariales, que están marcando récords y que, ajustados por inflación, fueron un 22% superior en el primer trimestre de 2011 que en el último de 2007. Las empresas están nerviosas por el futuro de la economía y hasta ahora han sido reacias a gastar dinero mediante inversiones o incrementando las plantillas, por lo que acumulan una gran cantidad de efectivo, que podría actuar como colchón si la demanda se reduce.

"No hay precedentes, al menos desde el final de la guerra, sobre qué sucedería si una economía con una tasa de desempleo del 9% cayera en una segunda recesión", subraya el economista jefe de EEUU de IHS Global Ingsight en declaraciones a The New York Times. El economista jefe de Credit Suisse, Neal Soss, comenta que "existen argumentos para apoyar la teoría de que una segunda recesión sería peor y otros que sirven para pensar lo contrario. En este momento no sabemos cómo será. Pero, en cualquier caso, es una pregunta sobre la que sería mejor no conocer la respuesta".

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