¿Y qué tal “Lazarito” al DF?
La versión cobra fuerza, luego de que diversas encuestas públicas han confirmado lo que aquí adelantamos desde el 6 de octubre de 2010.
Ricardo AlemánDicen los que saben que jefes partidistas y líderes de las llamadas “izquierdas” se aproximan a un acuerdo, en principio, para considerar la alternativa de postular a Lázaro Cárdenas Batel como candidato al gobierno del Distrito Federal.
La versión cobra fuerza, luego de que diversas encuestas públicas han confirmado lo que aquí adelantamos desde el 6 de octubre de 2010: “que si hoy fuera la elección por el Gobierno del Distrito Federal, el triunfo se lo llevaría la señora Beatriz Paredes, quien según las mediciones de popularidad y aceptación —de hace casi un año—, le dan 40% de las preferencias, sobre 22% del perredista Carlos Navarrete”.
Apenas el pasado 4 de agosto, el diario Reforma dio a conocer una encuesta sobre los aspirantes preferidos por los electores al Gobierno del Distrito Federal. En un escenario en donde la competencia se produjera entre la diputada Beatriz Paredes, el senador Carlos Navarrete y el jefe delegacional Demetrio Sodi, la ex dirigente nacional del PRI alcanzaría 51 % de las preferencias, en tanto que el perredista sólo llegaría a 27% y el panista a 21 por ciento. Es decir, se confirma el escenario que planteamos aquí hace casi un año.
Pero lo interesante del asunto es que, en las llamadas izquierdas, no todos están a favor de la candidatura del senador Carlos Navarrete, y otros no creen que a diciembre crezca lo suficiente como para convertirse en una figura competitiva frente a la señora Beatriz Paredes, que pudiera ser la candidata del PRI y la futura jefa de Gobierno.
Por eso, porque la mayoría de los candidatos de las izquierdas son muy menores, cobra fuerza la posibilidad de que el nieto de Tata Cárdenas, el ex gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel , se convierta en el candidato ideal para el Distrito Federal por las izquierdas. Sin embargo, “Lazarito” tiene muchos y muy grandes obstáculos.
Primero, tendría que pasar la prueba de fuego en la capital del país, en donde las encuestas no le dan una ventaja mayor a la que por sí solo tiene el senador Carlos Navarrete. En realidad, Cárdenas Batel no es un político de renombre en la capital del país y, sobre todo, se le ha visto como responsable de la tragedia que se vive en Michoacán. ¿Realmente se podría convertir en alternativa en el Distrito Federal? Esa es la gran duda.
Segundo, es cierto que Lázaro Cárdenas Batel fue buscado por tirios y troyanos cuando el PRD enfrentaba una verdadera guerra civil para procesar su cambio de dirigente. Nadie duda que se trata de un político que concita unidad entre las distintas corrientes y tribus que pelean por el control del PRD. Sin embargo, una cosa es la presidencia del partido, y otra muy distinta, la jefatura de gobierno del DF. Y ¿cuál es la diferencia?
Casi nada, que el DF es el segundo centro de poder en todo el país, luego de la Presidencia del la República. Y que ni Marcelo Ebrard, ni Andrés Manuel López Obrador, parecen dispuestos a dejar ese jugoso y rentable centro de poder que es el Distrito Federal, a un tercero que —en los hechos— significaría el regreso de la hegemonía de los Cárdenas al PRD y a la capital del país.
Y tercero, que a pesar de la imagen y la prosapia de los Cárdenas en la llamada izquierda mexicana, no existen garantías de que la elección en el Distrito Federal sea ganada por un candidato de izquierda, y menos por el hijo de Cuauhtémoc Cárdenas ¿Por qué? Porque todos, o casi todos los candidatos a la vista, son muy menores, y porque si en algún estado se producirá el arrastre del PRI, es en el Distrito Federal, en donde ya son muchos años y muchos malos gobiernos delegacionales de la izquierda.
Pero además, porque, quieran o no los dirigentes y militantes de la llamada izquierda mexicana, la señora Beatriz Paredes es la mejor candidata del PRI, y la mejor evaluada entre todos los precandidatos de la derecha, la izquierda y el centro. Es decir, que en una de esas, el PRD podría perder Michoacán, la elección presidencial y hasta el Distrito Federal. Y todo a manos del PRI, el partido que, según los documentos fundacionales del PAN y el PRD, es el partido cuyas malas artes desencadenó el nacimiento de la derecha y la izquierda partidista. Al tiempo.
EN EL CAMINO
No es un asunto menor, un juego de muchachos y, menos, un chiste, el paquete bomba enviado a un profesor universitario —del Tec de Monterrey—, que explotó y daño a dos catedráticos. O se llega al fondo, o estaremos ante la violencia lanzada contra las universidades.
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