¿Quién se beneficia con la guerra narco en México y Centroamérica?
El informe de 54 paginas titulado “Respondiendo a la violencia en Centroamérica”, que fue presentado días atrás por los senadores norteamericanos Dianne Feinstein y Charles Grassley, revela que el consumo de drogas en Estados Unidos agrava la violencia en América Latina.
Por supuesto que esta conclusión no sorprende, como tampoco resulta extraña la queja del Senado estadounidense de que la lucha contra el tráfico de drogas no ha dado sus frutos y que el millonario desembolso de dinero hacia Latinoamérica se ha malgastado.
En realidad, ambas aseveraciones contienen puntos interesantes. En principio, el informe explica por qué la violencia es directamente proporcional a la cantidad de drogas ilegales consumidas en Estados Unidos y en segundo lugar los fondos de la Iniciativa Mérida no se han esfumado, sino que han sido aprovechados por empresas privadas.
LA RELACIÓN ENTRE EL CONSUMO Y LA VIOLENCIA
El informe de los senadores destaca que no sólo el cártel mexicano de Los Zetas se ha expandido hacia América Central, sino que también lo han hecho los cárteles de Sinaloa y el del Golfo.
Entre las principales razones se encuentran la nula efectividad de una persecución judicial porque las instituciones son muy débiles, además la aplicación de las leyes es deficiente y la geografía, propicia.
Los países más afectados, además de México, son Guatemala, Honduras y El Salvador, que superan la media de asesinatos en Centroamérica. El promedio de 18 muertos cada 100 mil personas registrado en 2010 es superado en Honduras porque la cifra fue de 77 asesinatos por cada 100 mil, en El Salvador fue de 66 y en Guatemala de 50.
El documento relaciona el aumento del consumo de drogas en Estados Unidos con el incremento de la violencia en América Latina, porque las organizaciones criminales extienden su poder e influencia a cada vez más sitios y además el flujo de armas que procede desde el norte contribuye a desestabilizar aun más a la región.
Asimismo, los senadores detallaron que en Estados Unidos fueron registrados 22.6 millones de consumidores mayores de 12 años en 2010, cifra que representa casi el 9% de la población norteamericana.
MODUS OPERANDI
Ante la aplicación del Plan Colombia en 1999, los narcos colombianos lograron extenderse a Centroamérica y México mucho antes que las bandas mexicanas, para evitar la persecución en Estados Unidos.
De acuerdo con el informe del Senado, en la actualidad los narcotraficantes mexicanos están organizados en células para disuadir a las autoridades sobre cómo trabaja la estructura de los cárteles por si alguno de sus miembros llega a ser detenido.
En Estados Unidos sucede lo mismo, las bandas narcos locales asociadas con las mexicanas utilizan la descentralización para que la persecución neutralice a una de las células y no la red completa.
Además, aunque el documento no lo mencione, Estados Unidos pretende evitar una guerra narco similar a la mexicana, por eso apoya la lucha en ese país, para que la sangre derramada no se extienda a su territorio.
También la poderosa Asociación Nacional del Rifle, promovida por los políticos más conservadores de Estados Unidos, permite la venta de armas, muchas de las cuales abastecen a las bandas delictivas mexicanas.
Por otro lado, de acuerdo con cables publicados por WikiLeaks, la Iniciativa Mérida facilita que mercenarios privados y agentes de inteligencia norteamericanos se establezcan en México con el aval de las autoridades mexicanas.
¿CUÁL FUE EL DESTINO DEL DINERO PARA LUCHAR CONTRA LOS NARCOS?
A pesar de las críticas, el gobierno de Barack Obama defiende la Iniciativa Mérida, por el cual Estados Unidos destinó 1.400 millones de dólares.
Es más, el presidente norteamericano nombró a Roberta Jacobson como subsecretaria de Estado para el hemisferio occidental, que fue una de las impulsoras de la Iniciativa Mérida desde su creación.
De acuerdo con un informe de la BBC, gran parte del dinero utilizado en la Iniciativa Mérida se destina a aportar tecnología de guerra y llega a manos de empresas de soldados y técnicos privados. Estos acuerdos con empresas incluyen la prestación de servicios como entrenamiento militar, mantenimiento de aviones de guerra, labores de inteligencia, vigilancia y tecnologías de la información.
El presidente del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre la Utilización de Mercenarios, José Luis Gómez del Prado citado por la BBC aseguró que desde 2006 existen denuncias de que compañías privadas militares norteamericanas entrenaron en el estado de Guanajuato a policías federales mexicanos en prácticas de tortura.
Asimismo, un artículo publicado en junio por el diario The New York Times sugiere la misma tesis sobre los contratistas privados norteamericanos, que operan en México.
Por eso, Estados Unidos es consciente de que el aumento del consumo de drogas -dentro de su territorio- impulsa la violencia en América Latina y por eso gasta el dinero para que la sangrienta guerra contra el narcotráfico se realice solamente en México y ahora también en Centroamérica, mientras que las mafias de la droga norteamericanas no son combatidas con firmeza.
Además, la presión de los grupos de poder privados que lucran con el envío de mercenarios a otros países, tal como se hizo en Irak y Afganistán, es muy fuerte, como también lo es el rentable negocio de la venta de armas.
La guerra narco de Guatemala
A un mes de que el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, anunciara su decisión de decretar el estado de sitio en varias regiones de su país, por el avance de los grupos de narcotraficantes, los encargados de la seguridad de su administración afirmaron que estas medidas están dando resultados positivos. Desde la declaración del estado de excepción, unos 500 policías y 300 soldados tomaron la cabecera departamental fronteriza con México y comenzaron a eliminar la amenaza narco en el país.
Alta Verapaz, ubicada en el norte de Guatemala, es una región donde la presencia del Estado es mínima. En los últimos años, la construcción de una carretera en la franja que corre entre las fronteras de México y Honduras facilitó el tráfico de drogas. Por eso, el principal objetivo del estado de sitio decretado para esa región es frenar el avance de los "Zetas", uno de los grupos narco que operan allí, y que también tiene una fuerte presencia en México.
Desde que Guatemala se vio obligada a enfrentar con todos sus recursos a los grupos de narcotraficantes, además de la presencia de policías y soldados, se creó una comisaría modelo y un programa de apoyo al sector judicial mediante una donación de seis millones de dólares entregada por el gobierno estadounidense.
El secretario de comunicación social de la presidencia, Ronaldo Robles, afirmó que continúan evaluando si renovarán el decreto que tiene un mes de vigencia, aunque de no hacerlo, explicó, se mantendrá la presencia de militares y policías en la zona.
El ministro de gobernación, Carlos Menocal, indicó que el estado de sitio impuesto en Alta Verapaz para combatir al narcotráfico está arrojando resultados positivos. "Se han comenzado a cumplir los objetivos de recuperar la gobernabilidad y de desarticular las estructuras del crimen organizado”.
Menocal sostuvo que la presencia del ejército, sumado a la suspensión de las garantías constitucionales en el departamento de Alta Verapaz, ubicado a unos 100 kilómetros al norte de la capital, posibilitó la captura de 18 personas -entre ellas un mexicano-, el secuestro de más de 80 armas, aeronaves, automóviles, equipos de comunicaciones, y más de 40.000 dólares en efectivo.
Los narcos, particularmente del cártel de los "Zetas", tenían su base, su resguardo y su centro de operaciones en Alta Verapaz.
MÉXICO: EL HORROR NARCO EN TIJUANA Y ACAPULCO
La cabeza decapitada de un hombre fue encontrada colgando de un puente en la ciudad de Tijuana. De acuerdo a la policía, pertenecía a un hombre de entre 25 y 30 años, y cerca de allí se encontró un mensaje con amenazas.
Horas antes, una mujer de entre 30 y 35 años fue hallada muerta a balazos en otro vecindario de Tijuana, también con un mensaje amenazador. Las autoridades sostienen que la ola de violencia en esta ciudad se debe a las disputas entre grupos rivales y los hombres leales a Teodoro "El Teo" García Simental, presunto narcotraficante arrestado en enero del 2010.
Los enfrentamientos entre los grupos de narcotraficantes se dan en distintos puntos de México. Esta guerra está golpeando con fuerza una de las fuentes de ingresos más importantes del país, el turismo. Acapulco, un destino soñado para mexicanos y extranjeros, está cada vez más relacionado a la violencia.
La policía encontró en una avenida los cadáveres de cuatro hombres. Todos los cuerpos estaban con los ojos vendados y atados de pies y manos. De acuerdo a las primeras investigaciones, murieron como consecuencia de las heridas de bala y de arma blanca, al parecer machetes. Junto a los cadáveres había mensajes escritos a mano del tipo de los que dejan frecuentemente los narcotraficantes.
Los Zetas son los nuevos amos del narcotráfico en Guatemala
La llegada de los narcos mexicanos al país no es nueva; de hecho, Joaquín el Chapo Guzmán, jefe del cartel de Sinaloa, se pasea por territorio guatemalteco desde hace años, pero la incursión de los Zetas, sicarios del cartel del Golfo, ha tomado a todos por sorpresa, sobre todo a las mafias locales, poco acostumbradas a la confrontación.
Los Zetas ya no quieren ser subalternos de los grandes señores de la droga, quieren tener el control y beneficiarse lo más posible de las dádivas del narco, afirman analistas mexicanos. La única forma de conseguir su objetivo es controlar el transporte de la droga en el mayor número de países posibles, y han empezado por Guatemala.
Esa banda aprovechó la detención, el año recién pasado, de Otto Herrera, enlace guatemalteco con los carteles mexicanos, para tomar su lugar y establecerse como los nuevos amos de la ruta norte de la droga: Izabal, Petén, Alta Verapaz y Huehuetenango.
Pacto de no agresión
Los tradicionales carteles guatemaltecos —los Mendoza y los Lorenzana— no estaban acostumbrados a disputarse sus rutas de droga, de manera violenta, y menos a robar cargamentos, pues dos grupos podían repartirse las ganancias.
Pero la situación ha cambiado, y los capos guatemaltecos no saben cómo responder.
Las propias autoridades policiales reconocen que se han estado dando negociaciones entre mafias mexicanas y guatemaltecas, para establecer un posible pacto, pero que los guatemaltecos tendrán que acceder a perder parte de sus ganancias, con el riesgo de que los mexicanos solo estén buscando ganar un poco más de tiempo, para quedarse con el negocio completo y seguir su expansión al resto de Centroamérica.
En Honduras ya están los Zetas, según han publicado periódicos locales en ese país.
Relevo
Por tradición, colombianos han manejado prácticamente toda la estructura del narcotráfico, tanto producción como traslado y venta de la cocaína. En los últimos años, por las acciones tomadas por el Gobierno de Colombia, las cosas han cambiado, y cada vez más los carteles mexicanos han tomado una posición protagónica.
Los informes del Departamento de Estado Antinarcóticos de los EE. UU. establecen que los mexicanos son los nuevos amos y señores de la droga, y que Centroamérica es su nuevo campo de operaciones.
¿Cuáles serán las consecuencias de todo esto para la población guatemalteca?
Si bien el común de los guatemaltecos no tenía claro qué tanto le perjudicaba el tráfico de drogas, incluso algunos creían que les beneficiaba, porque los capos invertían en mejoras para sus pueblos, ya empiezan a entender que gran parte de la violencia descontrolada que afecta al país es responsabilidad de esos grupos.
Ejemplo de ello es la campaña publicitaria que durante las elecciones llamaba a la población a no votar por el narco.
Violencia desatada
Los Zetas están acostumbrados a ganarse su espacio, y por ello son los más sanguinarios, no respetan a ningún cartel ni funcionario ni activista social; quien se interpone en su camino es eliminado, pues la única forma como pueden mantener el control es por medio del miedo.
Los pobladores de Huehuetenango y Alta Verapaz se encuentran atemorizados por las continuas balaceras.
Esas mafias controlan los pueblos, ya que necesitan tener bajo su control las fincas que están en la frontera con México, para almacenar la droga, y a la vez tener puntos clave en la franja norte, para el aterrizaje de avionetas procedentes de Colombia.
A los Zetas se les atribuye la autoría de tres masacres ocurridas en menos de un año: la muerte del capo Juancho León y seis de sus subalternos, en marzo último; el asesinato de 15 nicaragüenses y un holandés dentro de un autobús en Zacapa, en noviembre recién pasado, y ahora la muerte de 16 personas en Huehuetenango.
En los tres casos han hecho alarde de violencia y de armamento, para dejar claro que ahora el territorio es suyo.
Mientras tanto, las autoridades guatemaltecas reflexionan sobre qué hacer con ese tema.
Operación Mouriño : Contacto entre Chapo y el gobierno federal.
Misión 2008: pactar con el narco
En su libro Los señores del narco, la periodista Anabel Hernández hace una sorprendente revelación: a principios de 2008 la Presidencia de la República estableció contacto directo con Joaquín Guzmán Loera, en una operación instrumentada por Juan Camilo Mouriño, entonces el hombre más cercano a Felipe Calderón. La misión era pactar para poner paz entre los cárteles de la droga. Sin embargo, El Chapo aprovechó la oportunidad para dar a conocer los nombres de los cómplices de su fuga del penal de Puente Grande en 2001 y, sobre todo, para involucrar al propio Mouriño en la “venta” de plazas al narcotráfico. Con autorización de Grijalbo y de la autora, transcribimos fragmentos del volumen de casi 600 páginas, de inminente aparición.
Corrían los primeros meses de 2008 y el general X,1 disciplinado, perseverante y arriesgado como era, fue a los terrenos del más poderoso capo de México para hablar con él cara a cara. El Chapo Guzmán ya estaba preparado para recibir al mensajero de Los Pinos. El general X, de más de 65 años de edad, colaboraba con Juan Camilo Mouriño en la Presidencia de la República desde 2007, en una asesoría subrepticia como había sido prácticamente toda su tarea durante los 45 años que sirvió para el Ejército Mexicano en la Brigada Blanca, la Dirección Federal de Seguridad y la Coordinación de Seguridad Nacional. El jefe de la Oficina de la Presidencia –el hombre más cercano a Calderón– le había encargado una misión imposible: poner en paz a los cárteles de la droga. En enero de 2008, Juan Camilo fue nombrado secretario de Gobernación, pero su encomienda seguía vigente.
Si el general que sabía más por viejo que por diablo no podía lograrlo es que entonces nadie lo haría. El militar estuvo preso durante casi siete años acusado de presuntos vínculos con Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos. Hubo muchos testimonios en su contra pero quedó el velo de la duda, como casi siempre ocurre en esos tortuosos procesos de la milicia. Le faltaban todavía otros siete años de cárcel pero en el primer año del gobierno de Felipe Calderón fue puesto en libertad. Su encarcelamiento fue un asunto político, dicen sus cercanos, y su liberación también.
Nueve meses después de haber salido de la cárcel, ante el azoro de sus compañeros, fue condecorado por el secretario de la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván Galván, por su “patriotismo, lealtad y abnegación”. El gobierno federal tenía que hacerlo visible y creíble ante sus interlocutores: los narcos. El general X ha dicho que el secretario de la Defensa Nacional también tenía conocimiento de la encomienda encargada por Mouriño.
Nunca fue remilgoso en las tareas difíciles que le encomendaron, en muchas de ellas había tenido que entablar relación con los diferentes grupos del narcotráfico, por lo que en 2008, cuando comenzó a tocar a la puerta de los protagonistas de la guerra entre los narcos, la gran mayoría se la abrió, como ocurrió con El Chapo.
“La libertad no tiene precio”, le dijo Joaquín Guzmán Loera al militar en su encuentro. La declaración sonaba un poco cínica incluso viniendo de un cínico como El Chapo. La frase del capo obligó al general X a preguntarle cómo había logrado salir del penal de máxima seguridad de Puente Grande aquel 19 de enero de 2001. Guzmán Loera fue directo, lo habían comenzado a ayudar desde 1995, cuando lo trasladaron de la prisión de La Palma a Puente Grande, por órdenes de la Secretaría de Gobernación. Directamente de su “fuga” el capo responsabilizó a tres hombres, figuras de la política y seguridad pública en México.
Uno de ellos es el teniente coronel y ex gobernador de Quintana Roo, Joaquín Ernesto Hendricks Díaz. Dice El Chapo que él lo ayudó cuando trabajaba en la Secretaría de Gobernación. El único cargo que Hendricks tuvo en esa dependencia fue en el sexenio de Ernesto Zedillo como director de Ejecución de Sentencias en la Dirección General de Prevención y Readaptación (1996-1997), cuando Francisco Labastida era el titular de la dependencia.
En 1999 Hendricks Díaz se convirtió en el gobernador de uno de los estados con mayor desembarque de droga en México, y por ende, una de las principales bases de operaciones de la organización del Pacífico. Recibió el gobierno de manos de Mario Villanueva Madrid, El Chueco, extraditado en 2010 por sus presuntos vínculos con la organización de Amado Carrillo Fuentes, de la cual El Chapo fue integrante.
En febrero de 2001, a unos días de la “fuga” de Guzmán Loera y sin ninguna petición de explicación de por medio, el titular de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO), José Trinidad Larrieta, afirmó que no estaba realizando ninguna investigación “respecto al presunto involucramiento del gobernador constitucional de Quintana Roo, Joaquín Hendricks Díaz, en el caso del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán”. “Ningún funcionario de la UEDO –precisó– realiza investigaciones al respecto en esa entidad federativa, ni en otro estado de la República”.2 Es hasta la confesión de El Chapo cuando ese boletín de la PGR toma su justa dimensión en un país como México, donde generalmente lo que niega la autoridad es la realidad. Tras su salida de Puente Grande, Guzmán Loera estuvo escondido principalmente en Nayarit y Quintana Roo.
Seis años después, alejado del servicio público, Trinidad Larrieta fue uno de los abogados contratados por la primera dama Marta Sahagún antes de que terminara el mandato de su esposo, para proteger a sus hijos Manuel y José Alberto Bribiesca Sahagún, así como a su hermano Guillermo Sahagún,3 de todos sus oscuros enjuagues presuntamente relacionados con el narcotráfico, según investigaba la DEA.
El otro implicado en la fuga de El Chapo, que el propio narcotraficante le reveló al general X, fue el exprocurador General de la República, Rafael Macedo de la Concha, quien –junto con Jorge Tello Peón– estuvo al frente del operativo realizado después de la evasión de Guzmán Loera, y le dio órdenes a Genaro García Luna de investigar la salida del capo del penal de máxima seguridad.
A principios de 2005 Macedo de la Concha renunció a su cargo de procurador y fue enviado por el presidente Vicente Fox como agregado militar de la embajada de México en Roma, donde el general permaneció en el exilio durante el resto del sexenio. Al inicio de la administración de Felipe Calderón, Macedo regresó a México y fue instalado como magistrado del Tribunal de Justicia Militar, desde donde se conduce con un riguroso bajo perfil.
El tercer nombre de sus principales cómplices, según contó El Chapo, fue Jorge Enrique Tello Peón, entonces subsecretario de la SSP federal, quien incluso el mismo día de la fuga de Guzmán Loera visitó el penal de máxima seguridad como si hubiera ido para ultimar los detalles de la salida del capo. Durante los últimos dos años (2008-2010) este hombre, a quien el narcotraficante acusa sin aspavientos de haberlo liberado, ha sido asesor de cabecera del presidente Felipe Calderón en materia de seguridad pública. Tello Peón fue el mentor de Genaro García Luna en el Cisen, él mismo lo impulsó ante Juan Camilo Mouriño para que se convirtiera en el titular de la SSP del gobierno de Felipe Calderón. A pesar de todas las malas referencias y pruebas que el Ejército Mexicano le mostró a Mouriño sobre García Luna, éste ocupó el codiciado cargo.4
Enviado directamente por el presidente Calderón, Tello Peón trabajó con García Luna en la SSP federal como secretario ejecutivo del Sistema de Seguridad Nacional. En enero de 2010 se fue a la Secretaría Técnica del Consejo de Seguridad Nacional por supuestas diferencias con García Luna, quien ahora tenía más poder y quería demostrarle a su maestro que el alumno lo había superado. Tello Peón tampoco pudo sobrevivir en ese nuevo cargo y terminó únicamente como asesor del presidente Calderón.
No cabe duda de que El Chapo es un hombre perverso, vaya broma que le jugó al destino. El 9 de junio de 1993, el general Jorge Carrillo Olea, coordinador de lucha Contra el Narcotráfico, recibió al prisionero Joaquín Guzmán Loera en la cajuela de una pick up medio destartalada, donde se encontraba amarrado como un cerdo, en un paraje de la carretera que va hacia Cacahoatán, Chiapas. Ocho años después, el alter ego de Carrillo Olea, su hechura, su hijo putativo, Jorge Enrique Tello Peón, presuntamente fue quien lo puso en libertad.
Guzmán Loera le dijo al general X que todas las “plazas” de México, es decir, los estados donde opera el crimen organizado, “están vendidas”. Lo peor es que algunos funcionarios del gobierno federal y de algunos gobiernos locales las han vendido en más de una ocasión a diferentes grupos, provocando un caos dentro de las organizaciones criminales.
Cuando el emisario de Los Pinos se reunió con Guzmán Loera, el capo ya había comenzado una pelea frontal con los Beltrán Leyva, sus primos y exsocios. Quizá por eso El Chapo le reveló al general X, en tono de queja, que el propio Juan Camilo Mouriño y su entonces coordinador de asesores en la Segob les vendieron a los Beltrán Leyva la plaza del Estado de México en 10 millones de dólares, el pequeño detalle es que eso ocurrió después de que la operación en dicha entidad ya había sido comprometida con Guzmán Loera. Mouriño habría hecho la transacción persuadido por el expresidente municipal panista de Tlalnepantla y actual senador del Estado de México, Ulises Ramírez, a quien El Chapo describió como “un pillo”.“El senador debe de haberse quedado por lo menos con un millón”, pensó para sus adentros el general X.
Actualmente Ulises Ramírez aspira a ser candidato del PAN a la gubernatura del Estado de México en las elecciones de 2011.
Fuentes de información vinculadas con Mouriño confirmaron la versión, pero aseguraron que supuestamente el secretario de Gobernación ignoraba el acuerdo que Ulises Ramírez había hecho a su nombre.
Guzmán Loera le contó al enviado de la Presidencia que él y su clan acordaron con el gobierno federal que éste combatiera a sus antiguos socios, los Beltrán Leyva. El general X debió de sentirse muy desconcertado ante las afirmaciones que el capo le hacía cara a cara. Entendió, quizá tarde, que Mouriño lo había mandado a encontrar un arreglo a su propia falla, metiéndolo a él mismo en un callejón sin salida.
Por razones obvias, la reunión del general X con el narcotraficante fue breve, y por su propia seguridad el militar no ha contado el lugar donde se llevó a cabo. Cuando se despidieron, el enviado de Los Pinos tuvo una certeza: El Chapo hacía lo que se le venía en gana y no estaba dispuesto a perder su libertad por nada, costara lo que costara. ¿Y quién podía criticarlo? Él había hecho un negocio con alguien que le había puesto precio al país, lo único que el capo tuvo que hacer fue pagarlo, como es uso y costumbre desde hace décadas en México.
Desde el inicio de su gobierno, la estrategia de Calderón contra los capos fue diseñada para favorecer a El Chapo Guzmán y a sus principales socios: El Mayo Zambada, Ignacio Coronel Villarreal y Juan José Esparragoza Moreno.
Hay evidencia documental de que la guerra de Felipe Calderón ha sido dirigida no contra los “narcotraficantes” en general, sino contra los “narcotraficantes” que son enemigos de El Chapo o que representan un riesgo para su liderazgo en el jugoso negocio. Desde 2007, su gobierno tenía información precisa sobre los domicilios de los principales narcotraficantes de México y sus familiares. En algunos casos incluso números telefónicos y de radio, cuentas bancarias y otros datos valiosos para asestar golpes certeros. Así lo prueban las fichas de cada capo elaboradas por la SSP federal, con el apoyo del Cisen, cuyo titular es Guillermo Valdés Castellanos.11 Pero por los muy escasos resultados de esa “guerra contra el narcotráfico” pareciera que esos datos fueron empleados sólo para dar golpes de inútil propaganda política en los momentos de mayor cuestionamiento al gobierno federal.
La SSP planteó la estrategia contra el narcotráfico basada en unas “líneas de investigación” que definieron las prioridades en el combate a los capos durante el sexenio de Calderón. Esas prioridades fueron avaladas en reuniones en la Secretaría de Gobernación y la PGR. De acuerdo con la información de esas fichas, la SSP determinó como “prioridad estratégica 1” capturar al líder del cártel del Golfo, Ezequiel Cárdenas Guillén –hermano de Osiel Cárdenas Guillén–, y a Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, su segundo al mando. Los únicos capos de La Federación con “prioridad estratégica 1”, señalados desde el inicio del sexenio, fueron: Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, Marcos Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, y Édgar Valdés Villarreal, La Barbie.
En cuestión de poder, de todos sus socios el que representaba más riesgos para El Chapo era Marcos Arturo Beltrán Leyva y su grupo. El Barbas estaba comenzando a tener demasiada fuerza por cuenta propia. A Guzmán Loera tampoco le gustaba que las lealtades de su primo fueran más cercanas a Vicente Carrillo Fuentes que a él.
El asesinato de Rodolfo Carrillo Fuentes, ordenado por El Mayo Zambada y consentido por El Chapo, fue una herida que nunca cicatrizó. La relación de los líderes del cártel de Sinaloa con El Viceroy pendía de alfileres, y les daba temor la estrecha relación que El Barbas tenía con él. Aunque los Beltrán Leyva todavía eran parte de La Federación en 2007, todo indica que desde principios del sexenio de Calderón ya se olía la traición, sólo era cuestión de tiempo.
En contraste, Joaquín Guzmán Loera, Ismael Zambada García, Ignacio Coronel Villarreal y Juan José Esparragoza Moreno estaban catalogados como “prioridad estratégica 2”, pese a que desde entonces ellos encabezaban a la organización de narcotráfico más poderosa del continente americano y con mayor presencia delictiva en Estados Unidos.
En un documento desclasificado del Comando Norte del Departamento de Defensa estadunidense, elaborado en 2009, se afirma categóricamente que entre los cárteles mexicanos, el de Sinaloa es el más peligroso.Y lo califican como “cártel de granujas” que son la fuente de violencia en las ciudades fronterizas. Con preocupación advirtieron que el cártel de Sinaloa controla el corredor del Pacífico, y no tiene oposición para asumir el control del corredor que pertenecía a la organización de los Arellano Félix.12
La CIA en México
Por Alain Pertzel
Los primeros colaboradores que tuvo esta agencia de inteligencia estadounidense fueron políticos de muy alto nivel que ayudaron a Washington en su objetivo de hacer retroceder el comunismo. Se especula que esta relación aún persiste en nuestros días.
Entre 1958 y 1969, varios presidentes de México, entre ellos Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, además del político Fernando Gutiérrez Barrios, colaboraron para la CIA en una operación conocida como LITEMPO. A cambio, la CIA promovió la carrera política de estos hombres en muchos aspectos, pagándoles cantidades exorbitantes por sus informes.
Esto lo afirma Jefferson Morley, periodista estadounidense autor de la novela Nuestro hombre en México. Winston Scott y la historia oculta de la CIA. Los documentos que confirman estos hechos fueron desclasificados en 2006 en los Archivos Nacionales en Washington. Mucha de esta información, así como otros extractos en varios medios, fue publicada en este libro a petición del propio hijo del agente, Michael Scott.
La operación LITEMPO (Li= México, TEMPO= una relación productiva y efectiva entre la CIA y selectos funcionarios mexicanos como agentes sufragados), tuvo la finalidad de intercambiar información política y relevante entre gobiernos, pagando lo que fuera para cumplir con las expectativas que entonces tenía Washington en el uso de México para hacer retroceder el comunismo y combatir la nueva amenaza en Cuba tras el levantamiento de Fidel Castro (Movimiento del 26 de Julio).
En los tiempos de la llamada Guerra Fría, Estados Unidos vio a México como un campo de batalla contra la Unión Soviética, pues el país ofreció un punto de apoyo en el hemisferio occidental para la URSS dejando que los comunistas abrieran embajadas. Winston Scott (procónsul virtual en México) tuvo acceso a todas las comunicaciones que salían de ciertos países soviéticos pagando un precio al reclutar infiltrados.
En sólo una década, varias fueron las requisiciones que indirectamente la oficialidad estadounidense hizo a México para que cooperara de manera privada con la CIA. Uno de los hechos más sobresalientes fue la fuerza con que respondió Adolfo López Mateos ante una huelga nacional de ferrocarrileros en 1959, en la que el ejército intervino por órdenes del entonces secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz, arrestando a 10,000 trabajadores y encarcelando a 34 líderes sindicales. La CIA también arrestó al pintor David Alfaro Siqueiros, acusándolo de apoyar a los ferrocarrileros.
La drástica medida antecedió 9 años a la similar usada en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968 siendo ya Díaz Ordaz presidente de México y Luis Echeverría secretario de Gobernación, que desembocó en la matanza de estudiantes.
Cabecillas de LITEMPO
De acuerdo con Morley, las acciones que realizaba cada funcionario mexicano tenían un motivo bilateral a sus personales propósitos. Cerca de 15 personajes políticos tuvieron relación con la CIA, entre ellos:
Adolfo López Mateos: antes de ser presidente ya era un agente conocido como LITENSOR, un ingenioso político que se dio a conocer como secretario del Trabajo. Posterior a la Revolución cubana, López Mateos tuvo miedo de que una presión de la izquierda pudiera ocasionar algo similar en México. Para él fue muy importante asegurarle a los Estados Unidos que este tipo de situaciones no sucederían en México y que el gobierno mexicano estaría a favor de Norteamérica.
Gustavo Díaz Ordaz (LITEMPO-2): fue secretario de Gobernación y la mano derecha de López Mateos; posteriormente se convirtió en presidente del país. Siendo anticomunista, su prioridad fue colaborar incondicionalmente con los Estados Unidos. Se le atribuyen los hechos sucedidos en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.
Luis Echeverría (LITEMPO-8): manejó las solicitudes especiales del gobierno estadounidense para dar visas a viajeros cubanos que buscaban escapar de la revolución socialista de Fidel Castro. Deseoso del poder, ascendió a la Presidencia por influencia de Díaz Ordaz y por la condición de amistad que mantenía con Scott desde 1962.
Fernando Gutiérrez Barrios (LITEMPO-4): al llegar la CIA a México fungía como jefe de asuntos migratorios de la Dirección Federal de Seguridad (DFS). Fue el más poderoso funcionario judicial en México, promovido a secretario de Gobernación a finales de los años 60.
Según el escritor, López Mateos y Díaz Ordaz desconfiaron siempre de Fernando Gutiérrez Barrios debido a la amistad que mantenía con Fidel Castro, desde la breve estancia que tuvo este último en México y posteriormente en Cuba, así como por la misma relación que tuvo con los Estados Unidos. Por esta razón, Díaz Ordaz prefirió a Echeverría sobre Gutiérrez Barrios para nombrarlo su sucesor en la silla presidencial.
Espionaje y canonjías
Durante el tiempo que duró la operación LITEMPO, los Estados Unidos obtuvieron muchas ventajas por parte del gobierno mexicano, como fueron los 50,000 galones de petróleo que López Mateos le otorgó a los barcos de la CIA en apoyo para la invasión a la Bahía de Cochinos, en Cuba.
Asimismo, la agencia de investigación escuchó todas las conversaciones telefónicas en México de los organismos y personas que pudieron significar una amenaza para la seguridad de los norteamericanos, así como para ayudar a los funcionarios en contra de los enemigos del PRI, interviniendo las líneas de sus principales rivales políticos como Lázaro Cárdenas (ya ex presidente) y Vicente Lombardo Toledano (un líder sindical de izquierda).
La CIA empleó estos mismos métodos en contra de personas que desconfió dentro de la operación, como fue el caso de Gutiérrez Barrios, la Prensa Latina y las embajadas comunistas, enviando a Washington un total de 119 páginas diarias de resúmenes, conversaciones grabadas y otros materiales (ver ilustración).
Aunque Morley asegura que en los documentos clasificados se pueden visualizar en espacios marcados en negro de tres a cuatro dígitos las cifras que en miles de dólares al mes los funcionarios mexicanos recibían del gobierno de los Estados Unidos, éste decidió que los datos permanecieran ocultos para no avergonzar al gobierno de México.
Tlatelolco y la mano de la CIA
Según el informe “LITEMPO: Los ojos de la CIA en Tlatelolco”, una versión del capítulo 21, redactada por el mismo Morley y publicada el 18 de octubre de 2006 en el semanario Proceso, varios eventos alternos pudieron manipular indirectamente la decisión tomada por Díaz Ordaz en 1968. Tanto él como Echeverría sabían que lo que ellos hicieran, fuera lo que fuera, tendrían el apoyo de los Estados Unidos.
Aparentemente el agente de la CIA, Winston Scott, obsesionado por una posible influencia del comunismo y de Cuba en México, compiló una lista de 40 incidentes aislados de agitación estudiantil desde 1963. De ellos, sólo 4 manifestaciones plantearon demandas relacionadas con el autoritarismo del sistema mexicano. Pero no fue sino hasta junio de 1968 que posterior a una reunión entre el embajador norteamericano Fulton “Tony” Freeman, Scott y otros miembros de la embajada, se informó que Francia había sido desbordada por manifestaciones estudiantiles tan masivas que hicieron caer al gobierno; Freeman pensó que eso mismo podía ocurrir en México.
Según el reporte LITEMPO, las opiniones de Scott tenían un gran peso en Los Pinos, lo cual hizo que el propio Freeman refiriera como conclusión que Díaz Ordaz podría mantener la situación bajo control: “El gobierno cuenta con diversas formas de medir e influir la opinión de los estudiantes y, cuando cree que los desórdenes exceden los límites que considera aceptables, se ha mostrado capaz y dispuesto a intervenir de manera decidida, hasta ahora con efectos positivos”, informó Freeman en un cable al Departamento de Estado.
Cuando en el verano y otoño de 1968 el movimiento estudiantil espontáneo convulsionó las calles de la capital, LITEMPO cobró todavía mayor importancia en la Ciudad de México y en Washington. Scott se apoyó en sus aliados en la cúspide del gobierno mexicano para monitorear y comprender los eventos que se desarrollaban y que culminaron en la noche de la balacera del 2 de octubre en la Plaza de Tlatelolco.
Ciertamente no se sabe si Díaz Ordaz reportó desde antes a Scott la manera cómo se iba a actuar contra los estudiantes y cuál sería la justificación ante tal acción. No obstante, los documentos de la CIA, hoy disponibles en los Archivos Nacionales en Washington, muestran que Scott mandó un documento a los EE.UU. en el que revelaba que la situación en México era volátil por la presencia de radicales y extremistas cuyo comportamiento era imposible de predecir. Al día siguiente de la masacre, eso fue precisamente lo que hicieron, culpar a los extremistas y radicales por lo sucedido, lo cual destaca la teoría de que Scott sabía con anterioridad lo que se avecinaba.
Los Estados Unidos tuvieron sólo una explicación de lo ocurrido, argumentando que la Unión Soviética estaba involucrada y pagó a grupos de comunistas para hacerse presentes dentro de las manifestaciones callejeras. Scott solicitó siempre a Díaz Ordaz pruebas de ello, pero no hubo manera de comprobarlo, resultando muy frustrante para la CIA y los estadounidenses.
¿Relación permanente?
Se especula que actualmente en México existen altos funcionarios relacionados con la CIA, cuyas identidades pueden determinarse examinando evidencia interna y comparando documentos de distintas fuentes. Sin embargo, esto representaría un gran riesgo para quien se atreviera a publicar algo sobre seguridad nacional, según palabras del periodista Morley.
Así como de 1958 a 1969 la Ciudad de México se convirtió en un laberinto de espionaje, con espías de al menos 4 países tratando de sacar ventaja (Estados Unidos, la Unión Soviética, Cuba y México), hoy en día es necesario entender esta historia, el sistema de represión y poder clandestino, así como los problemas que se suscitaban en Latinoamérica para conocer más sobre la CIA y, de igual manera, tener una noción de adónde se dirigen los Estados Unidos, pues pocas son las evidencias o documentos y más los rumores y leyendas. La historia verdadera de la presencia de la CIA en México todavía está por descubrirse en su totalidad, este libro es sólo el inicio.
¿Cuál ha sido el verdadero objetivo de los atentados de Noruega?
Los príncipes sólo han vuelto a estar bien asentados en sus tronos, cuando se ha empezado a disparar contra ellos. "El ocaso de los ídolos" F. Nietzche
(Una opinión de ANTIMPERIALISTA) Lo primero que hay que tener en cuenta, al analizar sucesos espectaculares como el atentado del pasado 22 de julio, en Noruega, donde perecieron más de 70 personas, en un campamento de las juventudes laboristas, es que debido a que vivimos en un mundo donde la (des)información está globalizada (gracias a los grandes medios de comunicación de masas capitalistas), este tipo de hechos no tiene sólo una trascendencia local, sino sobre todo planetaria, llegando, en muchos casos, a producirse la paradoja de que éstos pudieran tener más repercusión social fuera, que dentro del propio país en el que se producen los hechos.
En segundo lugar, es importante señalar que debido a la pertenencia de Noruega a instituciones internacionales, como la OTAN, las disposiciones legales que se adopten, como consecuencia de este atentado, no sólo afectarán al país escandinavo, sino también a un buen número de países (entre ellos España).
A pesar de que durante las primeras horas, tras los atentados, la maquinaria de desinformación se empeñó en relacionar la masacre con el “integrismo islámico”, finalmente la oficialidad optó por la versión del loco solitario, de ideología neofascista.
Esta versión se parece mucho a la que los medios de comunicación sistémicos nos presentaron tras el tiroteo de Arizona, en enero de 2011, en el que fallecieron 6 personas y la senadora demócrata Gabrielle Giffords resultó herida de gravedad, por culpa de los disparos efectuados por un “loco solitario” de ideología neofascista y opuesto a las propuestas migratorias sugeridas por el Partido Demócrata. Todo ello, cuando el debate sobre la reforma migratoria se hallaba en el centro del debate de la opinión pública.
El atentado de Arizona sirvió para apuntalar las propuestas del Partido Demócrata, frente a las del Partido Republicano, al presentarles como mártires políticos; unas propuestas que no por ser más moderadas que las de los segundos dejaban de ser menos esclavistas para los inmigrantes. Como expliqué en el artículo “Tiroteo en Arizona: otra estrategia para apuntalar las políticas migratorias esclavistas en Estados Unidos.” , se trata del típico juego de los falsos opuestos, en el que se presenta al público dos únicas opciones: una mala y otra menos mala, de tal forma que al optar por la menos mala, se tenga la impresión de que se ha podido elegir libremente.
En el caso de Noruega, el atentado reúne todas las características del clásico atentado de bandera falsa de las redes Stay-behind de la OTAN. Entre tales características destacan: el uso de explosivos similares a los utilizados en anteriores atentados de bandera falsa (Oklahoma City); la vinculación del supuesto autor con el ejército y con la política al más alto nivel (la madre estaba casada en segundas nupcias con un militar de alta graduación y su padre fue diplomático en las embajadas de Noruega en París y Londres); sospechosa tardanza en la intervención de la policía (más de una hora y media, desde el comienzo del tiroteo); la realización de ejercicios policiales antiterroristas, los días previos a los atentados, sobre supuestos similares a los que ocurrirían posteriormente. Tal y como sucedió el 11-M, en Madrid, y el 7-J, en Londres, en Noruega, la policía también estuvo realizando estos ejercicios, días antes de la masacre, este tipo de ejercicios sirve para facilitar las acciones terroristas posteriores (colocación de armamento en lugares claves). Pincha aquí para ver un vídeo de los ejercicios antiterroristas de Noruega.
El objetivo sería presentar al Partido Laborista noruego, como el adalid de la democracia, a pesar de su clara ideología neoliberal al servicio de las grandes élites financieras (similar a como actúa el PSOE en España), así como escenificar nuevamente, del modo más dramático posible, el mito de la amenaza terrorista, con el fin de fortalecer aún más el aparato represivo estatal (policía, ejército, medidas de control social...).
De este modo, el terrorismo (convertido en un fenómeno de masas gracias a la intervención de los medios de comunicación capitalistas) se vuelve a revelar como un eficaz método de "poder pastoral", pues gracias a él se consigue que la inmensa mayoría del rebaño se someta sin problemas a las ordenes del gran pastor: el Estado, en aras de una supuesta mayor seguridad personal. Además, mediante el juego de los falsos opuestos: "extremista radical ataca a progresistas moderados", se consigue, mediante el juego de la victimización, que la gente se vincule de forma irreflexiva a propuestas puramente estatalistas y esclavistas como las de la socialdemocracia (en este caso), cerrando con ello la posibilidad de imaginar formas de vida más libres y humanas.
¿Podríamos estar asistiendo a un renacimiento de la actividad de las redes Stay-behind de la OTAN, en Europa?
En el siguiente documental del canal Historia, queda perfectamente explicado el funcionamiento y los objetivos de dichas redes.
El narcotráfico como motor del Imperio. Segunda parte: “Mujaidines, Ben Laden y CIA.”
“Los cañones de opio británicos sobre China son el matrimonio de violencia más brutal con el libre comercio” K. Marx hablando sobre la guerra del opio emprendida por el imperialismo británico en China.
Después de soportar durante siglos regímenes políticos anclados en la Edad Media, al servicio de la oligarquía local y, posteriormente, del imperialismo occidental, el Partido Democrático del Pueblo (PDP) tomó el poder en Afganistán en 1978, convirtiéndose el poeta y novelista Noor Mohammed Taraki en su primer presidente democrático.
“Fue un proceso plenamente autóctono y ni siquiera la CIA se atrevió a acusar a la Unión Soviética de haberlo provocado o dirigido” (John Ryan, profesor de la Universidad de Winnipeg).
Las primeras medidas adoptadas por el gobierno del PDP fueron, entre otras, la legalización de los sindicatos, el establecimiento de un salario mínimo, un impuesto progresivo sobre la renta, campañas de alfabetización, programas populares de salud, vivienda y alcantarillado público. Además emprendió una reforma agraria sin precedentes, con el objetivo de conseguir un reparto más justo de la tierra, realizó una valiente política de emancipación de la mujer para liberarla de sus antiguas ataduras y comenzó a erradicar los cultivos de amapola de opio, un opio con el que se producía el 70% de la heroína que se consumía en todo el mundo (hoy en día, bajo la ocupación militar yanqui, el opio afgano produce más de 85% de la heroína mundial).
Estas medidas progresistas no fueron bien recibidas por la oligarquía afgana, que veía en ellas una importante amenaza a sus milenarios privilegios, ni por sus vecinos, Arabia Saudí y Pakistán, que temían que el ejemplo del PDP se extendiera entre sus clases populares. Tampoco fueron bien acogidas por el gobierno de los Estados Unidos, quien consideró el ascenso al poder del PDP, como un “problema de seguridad nacional”, que ponía en peligro sus intereses económicos en la zona.
Todo esto hizo que se forjara una unión de intereses entre la oligarquía local, compuesta por terratenientes feudales y jefes tribales (mullahs fundamentalistas); Pakistán; Arabia Saudí y el imperialismo yanqui. Entre todos, no tardarían en idear planes destinados a tumbar al gobierno democrático del PDP. Una de sus primeras acciones fue llevar a cabo un ataque a gran escala, en el que participaron la CIA, tropas saudíes y paquistaníes, los señores feudales, jefes tribales y los traficantes de opio, con el objetivo de desestabilizar al gobierno y originar las primeras fisuras en el mismo.
A continuación Hafizulla Amin (del que se sospechaba que había sido reclutado por la CIA, en sus años de estudiante en EE.UU.) dio un golpe de estado, ejecutó a Taraki, congeló las reformas sociales y encarceló y asesinó a miles de militantes y simpatizantes del PDP.
Todo esto no habría sido posible sin la financiación económica de los Estados Unidos. El propio Zbigniew Brzezinski, Consejero de Seguridad Nacional del Presidente Carter, entre 1977 y 1981, reconoció, en unas declaraciones a "Le Nouvel Observateur" en enero de 1998, que la Administración demócrata estadounidense estaba entregando ayudas secretas multimillonarias a los oponentes del gobierno afgano, es decir, a extremistas musulmanes, para provocar la caída del PDP, mucho antes de que se produjera la intervención soviética.
“De acuerdo a la versión oficial de la historia, la ayuda de la CIA a los mujaidines empezó en 1980, eso significa, después de la intervención de la Unión Soviética en Afganistán, el 24 de diciembre de 1979. Pero la realidad, muy herméticamente guardada hasta ahora, es completamente diferente: en efecto, fue el 3 de julio de 1979 que el Presidente Carter firmó la primera directiva para la ayuda secreta a los oponentes del régimen pro-soviético de Kabul.”
A los pocos meses del golpe de estado, varios militares fieles al PDP, derrocaron al dictador Amin y restablecieron nuevamente el gobierno progresista. Estos mismos militares, preocupados por el creciente intervencionismo yanqui en su país, pidieron encarecidamente a Moscú el envío de tropas y ayuda militar, para hacer frente a la guerrilla de extremistas islámicos que el gobierno estadounidense había empezado a reclutar, armar y a entrenar, desde el mismo momento en el que el PDP se alzó con el poder, en 1978. La URSS consideraba que un compromiso militar con Afganistán podía conllevarle graves consecuencias políticas, por lo que sólo se decidió a prestar su apoyo militar, después de que Kabul se lo solicitase repetidamente.
Si Estados Unidos quería derrotar, no ya al PDP, sino a la Unión Soviética, para volver a instalar un gobierno títere en Afganistán, afín a sus intereses, ello le supondría embarcarse en una larga guerra, en un país extranjero y lejano, lo cual podría costarle millones de dólares y miles de muertos, algo que, tras el fracaso de Vietnam, la opinión pública estadounidense no estaba dispuesta a aceptar, además, y lo más importante de todo, es que esto supondría la primera confrontación directa entre las dos grandes potencias, lo cual podría terminar en un catastrófico enfrentamiento nuclear que a nadie interesaba, por lo que para evitar estos “contratiempos”, ¿qué mejor que financiar un ejército extranjero, con dinero no proveniente exclusivamente del erario público? Algo que se conseguiría gracias a su alianza con los traficantes de droga y el ISI (servicio de inteligencia pakistaní).
La ayuda económica con la que se financiaba la guerrilla antisoviética de los mujaidines, provenía de fondos secretos estadounidenses, saudíes y pakistaníes, pero principalmente de los beneficios obtenidos por el tráfico de heroína. Bill Casey, director de la CIA durante la administración Reagan, fue el encargado de perfeccionar este último método de financiación.
Los mujaidines, cada vez que ocupaban un territorio en Afganistán, obligaban a los agricultores a cultivar la amapola del opio, posteriormente el ISI y la CIA protegían y escoltaban camiones y aviones cargados de opio, hasta los laboratorios que los narcotraficantes tenían en Pakistán, en la frontera con Afganistán, al amparo del dictador paquistaní y aliado de Washington Zia Ul-Haq, donde el opio era transformado en heroína. La droga llegaba a EE.UU. y Europa a través de las redes de la CIA o del MI6 británico y la mafia siciliana era la encargada de comercializarla. Los ingentes beneficios obtenidos por la venta de heroína, que durante los años 80 provocó una auténtica epidemia en Estados Unidos y especialmente en Europa, sirvieron para proporcionar a los mujaidines (entre quienes se encontraba un joven Osama Ben Laden) el más sofisticado armamento, con el que, durante más de 14 años (la guerra terminó en 1992), sembraron el caos y la destrucción en Afganistán.
La victoria de los mujaidines y del imperialismo yanqui en Afganistán truncó las esperanzas de un pueblo que aspiraba a alcanzar el progreso y el desarrollo social, tras siglos de regímenes medievales.
Por otro lado, los efectos de esta siniestra política de financiación de la guerrilla anticomunista de los mujaidines fueron devastadores para la población civil de la región, pues, sólo en Pakistán, el número de adictos a la heroína creció de prácticamente cero en 1979, a 1,5 millones en 1985. También en los países occidentales, la adicción a la heroína se extendió como una plaga mortal durante la década de los 80, coincidiendo su momento más álgido con el de mayor intensidad bélica en Afganistán.
Charles Cogan, ex-director de la CIA de esta operación afgana, en unas declaraciones a la televisión australiana, admitió cínicamente: “No creo que debamos pedir perdón por ello. Cada situación tiene sus secuelas. Hubo secuelas en términos de drogas, sí, pero se cumplió el principal objetivo. Los soviéticos abandonaron.”
Recientemente y a pesar de que el actual régimen político de Afganistán ha sido impuesto por los EE.UU., el propio Parlamento de este país lo ha dejado bien claro, al acusar a los ejércitos de ocupación de ser los responsables del transporte de la heroína hacia otras naciones de occidente para costear diferentes guerras, a lo largo de la historia.
Rusia dispuesta a otorgar a Venezuela crédito por 4 mil millones de dólares para compra de armas
Rusia está dispuesta a otorgar a Venezuela un crédito de 4 mil millones de dólares para la compra de armamento, dijo una fuente de la cancillería rusa, citada hoy por el diario “Kommersant”.
“Rusia está dispuesta a otorgar el crédito para la compra de armas. Venezuela no tiene deudas pendientes con Rusia, razón suficiente para concedérselo”, según la fuente, destacando que la parte rusa comprende que Chávez necesita el crédito para la compra de armamento, puesto que los recursos que el país caribeño obtiene de la venta del petróleo son utilizados para la realización de programas sociales.
Añadió que otorgar el citado crédito a Venezuela significa para Rusia una oportunidad real de apoyar a su socio clave en la región de cara a las próximas elecciones presidenciales en el país caribeño.
Antes el presidente venezolano había declarado que Venezuela y Rusia realizan los trámites correspondientes para el otorgamiento del crédito a fin de continuar con el equipamiento y mejoramiento de la capacidad de defensa y combate de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Asimismo, anunció que en un futuro cercano el ministro de Finanzas de Venezuela, Jorge Giordani, viajará en Moscú para afinar los detalles concernientes al crédito.
Portavoz del Gobierno provisional libio anuncia la toma del aeropuerto de Bani Walid
Moscú
Las fuerzas del Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia tomaron este domingo el control del aeropuerto de Bani Walid, uno de los últimos bastiones gadafistas situado a 170 kilómetros al sureste de Trípoli, anunció el comandante de las topas del CNT en ese sector, Musa Yunes.
“Nuestras tropas han tomado el control el aeropuerto de Bani Walid”, afirmó Yunes.
Mientras tanto, prosiguen los violentos combates callejeros por el control de Sirte, ciudad natal del depuesto líder libio Muamar Gadafi, donde el número de muertos ascendió hoy al menos a 17 personas y los heridos superaron las doscientas.
Sirte y Bani Walid son los dos únicos baluartes importantes de la resistencia gadafista. La ofensiva de las fuerzas del CNT sobre estas ciudades es apoyada por la aviación de la OTAN.
A mediados de febrero en Libia estallaron protestas contra el régimen de Muamar Gadafi que llevaba más de 40 años en el poder. Las manifestaciones desembocaron en choques armados entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales.
Ese mismo mes, la oposición formó el Consejo Nacional de Transición, hoy reconocido como autoridad legítima libia por unos 60 países, incluida Rusia.
Tras casi seis meses de combates, los rebeldes tomaron bajo su control casi todo el territorio de Libia, y en agosto pasado entraron en la capital del país, Trípoli, consiguiendo poner fin al régimen de Gadafi cuyo paradero actual se desconoce.
Narcotráfico colombiano compra legalmente 25 aviones a EEUU
El narcotráfico colombiano compró legalmente 25 aviones a EEUU para transportar droga de un país a otro, informó hoy la prensa local.
Según la fuente, la red de narcotraficantes, encabezada por Daniel Barrera, alias el “Loco”, creó al menos doce empresas que sirvieron de fachada para comprar las aeronaves de segunda mano por un valor de 2-3 millones de dólares.
Añadió que los aviones, adquiridos en lo que va del año, ingresaron a Colombia haciendo tránsito por Panamá y que fueron acondicionados en hangares de Medellín, Bogotá y Montería.
“Aunque en los registros aparecía que las naves eran sometidas a revisión técnica, en realidad, pasaban por un proceso para bajarles el peso y abrirle espacio a los cargamentos de cocaína”, subrayó la víspera la prensa local.
Asimismo, la fuente detalló que el método para transportar la droga era muy sencillo y casi legal: los aviones despegaban desde los principales aeropuertos del país y minutos después aterrizaban, sin salir de Colombia, en pistas clandestinas para ser cargados, y luego continuaban su curso.
Centenar de periodistas mueren asesinados en México por crimen organizado y el narcotráfico en 11 años
Centenar de periodistas mueren asesinados en México por crimen organizado y el narcotráfico en 11 años
© REUTERS/ Oscar MartinezAl menos 102 periodistas murieron asesinados en México por el crimen organizado y el narcotráfico desde que en 2000 llegó al poder el Partido Acción Nacional (PAN), informó la víspera el jefe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Fernando Batista.
Según Batista, desde 2008 en el país la situación con respecto al crimen ha empeorado, puesto que mensualmente asesinan a un periodista, razón por la cual la ONU y otras organizaciones internacionales consideran que México es el país más peligroso en el conteniente americano para los periodistas.
La CNDH destacó que durante el gobierno del ex presidente Vicente Fox (2000-2006) en México fueron asesinados 27 periodistas y dos declarados desaparecidos; mientras que desde que Felipe Calderón asumió el poder en 2006, en el país fueron asesinados 59 y 14 declarados desaparecidos.
A inicios de septiembre del año en curso fueron asesinadas dos comunicadoras, lo que provocó la reacción de varios cientos de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación que salieron a las calles el domingo pasado bajo el lema “El peor crimen es el silencio” y “Basta de cubrir de sangre el suelo nacional”.
Las periodistas asesinadas, identificadas como Ana María Marcela Yarce Viveros, de 48 años, fundadora de la revista Contralínea, y Rocío González Trápaga, de la misma edad, ex reportera de Televisa y colaboradora de la revista Contralínea, realizaban trabajos de investigación de las actividades de los grupos organizados y de los carteles del narcotráfico.
Desde que el presidente Felipe Calderón asumió el poder en diciembre de 2006 y lanzó la ofensiva sin precedentes contra el crimen organizado y el narcotráfico, México está sumido en una cruenta guerra que hasta el momento ha dejado más de 40.000 muertos.
Uruguay: Amenaza neomarxista sobre el agro – por Jorge Caumont
La discusión política y empresarial sobre el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) es solo para marcar posiciones: una ideológica, otra opositora y la de los perjudicados, una inútil postura de queja. Si es correcto que con el impuesto se recaudarán solo 60 millones de dólares, seguramente no habrá una sangría que no se pueda superar por los propietarios que sean alcanzados, como sí la provocaría una alternativa tributaria que desea imponer el neomarxismo. No parece que el ICIR altere significativamente las tasas internas de retorno de las inversiones en las tierras que vayan a ser gravadas.
Sin embargo, si se aplica en un momento de clara baja de los precios de los commodities, la situación cambiaría como también el valor de la tierra ante un dólar más fuerte. De continuar apreciándose la moneda norteamericana, el valor de la tierra caerá y su valor se depreciará tan fuertemente como sea la declinación del precio de los commodities agrícolas o pecuarios también impulsada por la apreciación del dólar.
El valor del dólar en picada de los últimos años, y no la expansión de China, es lo que ha provocado el alza de los precios del agro, de sus productos y consecuentemente de la tierra. El precio de ésta no deja de ser el valor actualizado de los retornos libres líquidos futuros. Si ellos caen porque se impone un gravamen sobre la tierra y si además los precios de los productos del agro caen porque el dólar se aprecia, entonces los resultados líquidos serán menores y el factor que les produce, la tierra, valdrá menos. Aunque puede no ocurrir finalmente de ese modo, hoy se piensa que es posible -no muy probable-, que suceda.
DESPROLIJIDAD
El ICIR agrega desprolijidad a un sistema tributario ya desprolijo. Pese a las declaraciones oficiales realizadas cuando se introdujo el impuesto a la renta de las personas físicas (IRPF), que el sistema tributario se hacía más consistente y más sencillo, en la realidad no ha sido así. Hay problemas de impuestos inconsistentes con otros, que implican múltiple tributación sobre la misma base imponible y, por otro lado, impuestos que implican un costo impresionante para el contribuyente y para la sumatoria de ellos, la sociedad. No es del caso tampoco hoy mencionar la larga lista de inconsistencias pero sí citar, a vía de ejemplo, que por razones populistas e ideológicas, al crearse el IRPF, se ha mantenido el impuesto al patrimonio cuando éste es la acumulación de rentas del pasado que se han recibido luego de haber pagado ya el impuesto a la renta. Es doble tributación, que se transforma en triple cuando se considera al Impuesto de Primaria, que tiene como base imponible un componente importante de la del impuesto al patrimonio. Y que se transforma en cuarta tributación cuando se agregan los tributos municipales, basados fundamentalmente en la posesión del contribuyente de bienes de activo fijo, como autos e inmuebles.
Es verdad que el IRPF ha sustituido a varios impuestos, lo que le daría más sencillez al sistema tributario como dijeron las autoridades. Pero por otro lado, el costo social que tiene asociado el impuesto es enorme y la complejidad aumenta. No solamente se debe pagarlo, lo cual es una transferencia de ingresos no enteramente captada por el necesitado ya que en el camino la recaudación va dejando retribuciones no deseadas como objetivo, sino que además se debe liquidarlo. La liquidación se acompaña de nuevos costos explícitos como los que se pagan a los profesionales intervinientes, y además de costos implícitos como el del tiempo que lleva para el contribuyente realizar su declaración; como el del tiempo que le insume a la autoridad, el análisis de todas las declaraciones juradas que se presentan por el impuesto y, finalmente, como el tiempo que insumirá a terceros el proporcionar a la autoridad la información que le reclama. Se trata de un impuesto que se suma a otros que tienen similar base imponible cuantitativa o cualitativa como el impuesto que pagan los profesionales, el denominado Fondo de Solidaridad y el Fonasa.
Se sabe que la administración, pese a las controversias internas, a las discrepancias de los administradores relativamente más centrados, se saldrá con la suya y en breve habrá un nuevo impuesto en el menú de gravámenes.
NO ALCANZA
Todos tenemos un deseo distributivo; discrepamos en cómo llevarlo adelante. No existe prueba solvente que la redistribución del ingreso, como se está actualmente llevando adelante, haya reducido la inequidad. No es claro, como bien lo destacan figuras de la administración de gobierno, que a pesar de la traslación de ingresos en el futuro el panorama vaya a cambiar. Hasta ahora ha habido una relación inversa entre los fondos que van a la educación por ejemplo, y el mejoramiento de la misma. En consecuencia, la traslación de ingresos de unos a otros no asegura que las transferencias mejoren la situación futura y que no sea necesario tanta traslación. Si crear las condiciones para que una mejor distribución del ingreso incorpore a más contribuyentes para hacerle menos pesada la carga a los actuales no fuera el objetivo fundamental, entonces la redistribución no sería más que la excusa para tener más empleados públicos y para darle un caramelo a algunos grupos de la interna de la coalición electoral.
Para los neomarxistas lo que se plantea con el ICIR no alcanza. Se lo dijo un senador del Partido Comunista al titular de Economía y agregó que seguirán bregando por las detracciones a las exportaciones del agro. De nuevo el neomarxismo incurre en el mismo error del marxismo: piensa que las medidas no tienen consecuencias sobre otras partes, que los “contrarios no juegan”. La detracción es otro impuesto. Grava las exportaciones de productos del agro. En lugar de recibir la totalidad del precio internacional, el exportador recibirá el precio menos el impuesto. Ello tiene consecuencias para él y para el país. El exportador venderá menos, usará menos insumos, empleará menos tierra, etc. Las detracciones que paga serán una transferencia de sus ingresos a la Tesorería para que los gaste y otra a los consumidores locales de esos productos. El exportador transfiere más de lo que recibirán los beneficiarios de los fondos del impuesto y contratará menos servicios de trabajadores directa e indirectamente por la menor demanda de insumos que realizará en el mercado. La economía pierde por el lado de la menor producción que habrá y por la menor ocupación de factores productivos a que la detracción llevará.
De nuevo, otra transferencia que será mucho más gravosa para el agro y para la sociedad en general que la aplicación de un inocente ICIR, cuyo objetivo no parece ser el que se enuncia en su nombre ni la recaudación el destino para el que el impuesto será creado.
Los jóvenes narcos de Edomex
Por unos amigos a los 16 años me integré a 'La Familia Michoacana'; a veces fumo mariguana y en algún momento fui escolta de —Servando Gómez Martínez— La Tuta”, fueron las palabras de Eliborio Tafoya Díaz, de 21 años de edad, al ser presentado como el presunto autor casi una docena de ejecuciones en el estado de México y en Michoacán.
En lo que va del año y lo que fue la última mitad de 2010, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) ha detenido a 222 integrantes de la organización criminal “La Familia Michoacana” y desarticulado 34 células delictivas, de las cuales, al menos el 85 por ciento de los integrantes son jóvenes y menores de edad.
De acuerdo a datos de la dependencia, las edades de los reclutados oscilan entre los 16 y 25 años de edad, tienen nivel de estudios de primaria y secundaria, son vecinos de las zonas marginadas del estado de México, o bien, que llegaron a radicar en la entidad. Por lo que son presas fáciles de los mandos medios de este grupo criminal y sus ramificaciones.
Durante los últimos meses, los operativos implementados por las autoridades estatales, en conjunto con las federales en diversos puntos del territorio mexiquense, han resultado en golpes importantes para la organización, por lo que los líderes buscan reconformar su estructura operativa de distribución de draga al menudeo y otro tipo de delitos.
Según testimonios de integrantes de “La Familia Michoacana”, detenidos y sujetos a proceso en penales estatales, paralelamente a sus actividades ilícitas como son extorsión, narcomenudo y ejecución de personas, deben reclutar jóvenes que se sumen a sus filas.
Un padrón igual se da en la organización “La Mano con Ojos", liderada por Óscar Oswaldo García Montoya “El Compayito”, detenido hace unos meses; donde parte de sus integrantes no tienen más 40 años de edad; e incluso, otros apenas rebasan la mayoría de edad.
Edomex te presenta el perfil de los jóvenes pertenecientes a las organizaciones criminales más sanguinarias del narcotráfico y que han sido detenidos:
“El Gordo”, con 19 años de edad es sicario
En un trabajo conjunto con elementos de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) y policía municipal, la PGJEM detuvo a Jorge Armando Hernández “el Gordo”, de 19 años de edad, identificado como el líder de una célula vinculada a “La Familia Michoacana” en Ecatepec, y a quien sus jefes le habían ordenado reclutar a por lo menos, 20 personas para reponer las bajas que han sufrido en la región oriente del estado.
"El Gordo" reconoció pertenecer a "La Familia Michoacana", donde en un principio se desempeñó como narcomenudista y hasta su detención, fue sicario de la célula criminal.
“El Mane” tiene sólo 16 años de edad
Entre sus principales funciones se encontraba la distribución de drogas, así como de diversas decapitaciones encomendadas por la organización delictiva de “La Mano con Ojos, fue detenido junto con otros de sus tres integrantes.
“El Moreno” tiene sólo 21 años de edad
Eligorio Tafoya Díaz “El Moreno” fue detenido junto a dos integrantes más de “La Familia Michoacana, como principal sospechoso del asesinato de Noé Zarco, líder de la CTM en Acolman, ocurrido el 29 de septiembre.
"El Zanca" tiene sólo 23 años de edad
Por su peligrosidad y antigüedad, Federico Hernández “El Zanca” se perfilaba como uno de los posibles nombres a sustituir a "El Compayito", al frente de "La Mano con Ojos"; fue detenido junto a José Téllez, de 33 años; Reynaldo Chávez "El Tacos", de 25 años; y Martín Martínez "El Huevo", de 25 años, en el municipio de Coacalco, donde planeaban operar con mayor presencia.
“El Tortilla” tiene sólo 19 años de edad
Antes de la detención de "El Compayito", el procurador Alfredo Castillo Cervantes presentó en conferencia de prensa a tres integrantes de "La Mano con Ojos", ninguno sobrepasaba los 30 años: Rufino Castro Cortéz “El Rufis y/o Acapulco” de 24 años de edad, Juan Antonio López Villanueva “El Tortillas” de 19 años, Miguel Abraham Sánchez Martínez “El Saladas y/o Coreano” de 24 años.
Todos reconocieron participar en la decapitación de cinco personas, localizadas en cuatro colonias del municipio de Naucalpan y una más en Cuautitlán Izcalli el pasado 3 de julio
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