martes, noviembre 08, 2011

UN POCO DE HISTORIA

¿Cómo fue el proceso a través del cual los gobiernos se hicieron con el monopolio de la emisión monetaria?

Monopolio compulsivo de la emisión

(M. Rothbard, “Moneda libre y controlada”, Segunda Edición 1979. Parte 2, cap. 3)

Para que el gobierno pueda valerse de la falsificación para aumentar sus rentas, tienen que darse muchos pasos por el camino que aleja del mercado libre. El gobierno no podría presentarse sencillamente invadiendo un mercado libre en funcionamiento, e imprimir sus propios billetes de papel. De hacerlo de una manera tan abrupta, pocas personas estarían dispuestas a aceptar el dinero del gobierno. Hasta en épocas modernas, mucha gente de los “países atrasados” ha rehusado aceptar papel moneda, exigiendo comerciar sólo con oro. En consecuencia, la intromisión gubernamental tiene que ser más astuta y gradual. Hasta hace unos pocos siglos no existían bancos; de modo que el gobierno no podía valerse de la máquina bancaria para recurrir a la inflación masiva, como puede hacerlo hoy. ¿Qué podía hacer, entonces, cuando sólo circulaba el oro y la plata?

El primer paso de apreciable importancia que todo gobierno dio fue echar mano a un monopolio absoluto del negocio de emisión de dinero. Ese era un medio indispensable para conseguir el control de la provisión de moneda acuñada. La efigie del rey o del señor se estampaba sobre las piezas, y se propagaba el mito de que la acuñación era prerrogativa esencial de la “soberanía” del rey o el barón.

El monopolio de la emisión permitió al gobierno suministrar monedas en la denominación que él y no el público deseaba. El resultado fue que la diversidad de monedas que había en el mercado quedó necesariamente reducida. […]

Cuando adquirieron el monopolio de la emisión de moneda, los gobiernos fomentaron el uso del nombre de la unidad monetaria, haciendo todo lo posible por separar ese nombre de su verdadera base, consistente en el peso real de las monedas. También esto fue un paso importante, pues liberó a todo gobierno de la necesidad de someterse a las características del comercio de las monedas en el mercado mundial. En lugar de valerse de granos o gramos de oro o plata para las designaciones, cada gobierno fomentó el uso de su propio nombre, en favor de los supuestos intereses monetarios: dólares, marcos, francos, y demás. Este trastrueque dedenominaciones hizo posible el principal instrumento que tuvo el gobierno para falsificar las monedas: el envilecimiento.

El envilecimiento

(M. Rothbard, “Moneda libre y controlada”, Segunda Edición 1979. Parte 2, cap. 4)

Este fue el método que adoptaron los Estados para falsificar las mismas monedas que, con el declarado propósito de proteger enérgicamente el patrón monetario, habían prohibido que acuñaran las entidades privadas. En algunas ocasiones, el gobierno incurrió sencillamente en fraude, al rebajar ocultamente el contenido de oro con una aleación de inferior calidad, fabricando piezas de peso deficiente. Más característico fue que la Casa de Moneda fundiera y acuñara de nuevo todas las piezas acuñadas existentes en el territorio, devolviendo a los súbditos el mismo número de “libras” o “marcos”, pero con menor peso. Las onzas remanentes, de oro o plata, las embolsaba el rey, quien las utilizaba para solventar sus gastos. De esa manera, el gobierno hacía continuamente juegos malabares dando nuevo carácter al mismo patrón que se había comprometido a salvaguardar. […]

Un envilecimiento rápido y fuerte fue característica de la Edad Media en casi todo país europeo. Así es como en el año 1200 de la era cristiana la livre tournois francesa quedó fijada en 98 gramos de plata fina y para el año 1600 sólo contenía 11 gramos. Caso impresionante fue el del dinar, una moneda que tenían los sarracenos de España. Originariamente el dinar contenía 65 gramos de oro, por primera vez cuando fue acuñado en el siglo VII. Los sarracenos eran particularmente serios en asuntos monetarios y, a mediados del siglo XII, el dinar seguía conteniendo 60 gramos. En esa época, los reyes cristianos conquistaron España y, a principios del siglo XIII, el dinar (que entonces se llamó maravedí) quedó reducido a 14 gramos. Pronto ocurrió que la pieza de oro resultó demasiado liviana para circular, y fue convertida en una pieza de plata que pesaba 26 gramos de plata. Esta fue también envilecida y, para mediados del siglo xv, el maravedí tenía sólo 15 gramos de plata, resultando nuevamente de peso demasiado escaso para circular.

Muy pronto si el BCRA sigue el ritmo. Ya llegamos al extremo que los cajeros de depositos se traban porque la gente tiene que poner demasiados billetes en los sobres y las maquinas que se utilizan en todo el mundo no estan preparadas.

Al Narco-Capitalismo

La Señora Reina durante su conferencia en el G-20 pidió volver al “capitalismo en serio” porque ahora estamos en un “anarcocapitalismo” y por culpa del mismo se producen las crisis como la de Grecia. ¿Hará ella sus discursos? ¿Tendrá idea de las cosas que dice? ¿Habrá leído alguna vez aunque sea la definición de Wikipedia del término AnarcoCapitalismo?

Anarco Capitalismo Para Todos

Vida, Libertad, Propiedad....y las armas para defenderlas!

El AnarcoCapitalismo es un sistema de organización humana donde todas las interacciones son voluntarias y el derecho de propiedad es absoluto. No existe ningún monopolio de la fuerza y todos los servicios, incluidos seguridad y justicia son provistos por privados (para profundizar sobre el tema, recomiendo “For a New Liberty” de Rothbard, algo de David Friedman y para el funcionamiento de una economía sin intervenciones, todos los videos de Jesús Huerta de Soto).

Lo más lindo del AnarcoCapitalismo es que no impide ningún proyecto de vida, mientras no quiera aprovecharse de los demás. Tranquilamente pueden fundarse comunidades hippies, comunidades religiosas estilo los Amish o sociedades comunistas donde los miembros de la misma comparten los frutos de su trabajo, los medios de producción o lo que quieran. Como diría Benegas Lynch, respeta en forma irrestricta los proyectos de vida de los demás.

El mundo de hoy es casi lo absolutamente contrario al AnarcoCapitalismo:

1- Los medios de intercambio (dinero) están controlados por los estados y no están respaldados en ningún tipo de mercancía con valor real.

2- Los estados tienen todo tipo de regulaciones sobre casi todas las relaciones voluntarias. Negocios, habilitaciones, fronteras, educación, relaciones civiles (matrimonios, familia), religiones (permisos de culto), etc. O sea, los palos están en todos los ámbitos de nuestras vidas.

3- Los estados son socios de los bancos y les permiten hacer dos cosas que no le permiten a nadie más: crear dinero de la nada con el efecto multiplicador y crear dinero de la nada mediante una entrada en la columna “depósitos” en su sistema contable.

4- Los estados se endeudan mediante emisión monetaria (propia o de algún otro estado / banco internacional), gastando más de lo que recaudan y proveyendo servicios o empleos por sobre su capacidad, algo que es insostenible en el tiempo.

Son los puntos 3 y 4 en especial los que llevaron a la crisis actual, tal cual lo explican Hayek y la Escuela Austríaca (buen nombre para una banda, por cierto) en el análisis de los Boom-Boost Cycles.

Una organización AnarcoCapitalista requiere que todos sus miembros se hagan responsables de sí mismos y de sus acciones, dado que no se le puede ir a llorar al estado para que, por medio de los palos, te salve (seas Juan Sin Trabajo o José Goldman Sachs que invertiste para el reverendo). Es por eso que las crisis serían, no tanto imposibles, sino que mucho más improbables: después del primer tendal (probablemente pequeño) de “activos tóxicos” o similares, el mercado castigaría tremendamente a los autores de este tipo de cosas (los gerentes no encuentran laburo nunca más) y, al mismo tiempo, surgirían mecanismos voluntarios de certificación, control o quién sabe qué para darle seguridad a los inversionistas.

Para resumirlo: en un sistema voluntario, cuando jugás a la lotería con guita ajena, la sociedad te castiga (no a los tiros, pero te convierte en un paria), en cambio, en un sistema estatista, parece que vas al casino con la guita de otros y perdés….y los estados te premian….echándole la culpa a una entidad intangible e incorpórea como es el mercado. Parece realmente sacado de un libro distópico.

La Reina de la Milanesa

Ámenme, soy La Reina

Para terminar, analicemos quién le echa la culpa de todos los males al AnarcoCapitalismo: una señora que estudió abogacía (¿se habrá recibido?) en una universidad financiada con impuestos, que hizo su primera fortuna gracias a la inflación y la circular 1050, que vivió toda su vida acompañando a su marido en la política, tanto de intendente, gobernador y ella como diputada provincial, nacional, senadora. Fíjense cómo es una persona que JAMÁS PRODUJO NADA. No sabe lo que es producir, no sabe lo que es “voluntariamente”. Toda su existencia y todo lo que es hoy se lo debe al estado. ¿Cómo una persona así podría ligeramente pensar que el estado es culpable de algún mal? Hacer eso, sería casi como negarse a sí misma.

Dónde el control

La escena lo dice todo: un grupo de chinos e hindúes discutiendo sobre el potencial de sus respectivos países para lograr y mantener elevadas tasas de crecimiento por largos periodos para transformar a sus sociedades. Dos naciones que llevan décadas creciendo con celeridad comparan notas y defienden sus formas de ser. La conferencia se acalora en momentos y a veces parece una confrontación no sólo de dos maneras de hacer, sino de dos formas de ser. Las dos economías han crecido a más del 7 por ciento por años, mas lo notable es la discusión sobre el potencial de continuidad. Observando el foro me sentí como Cantinflas en aquella película en que, sin darse cuenta, acaba sentado en una mesa llena de desconocidos y sólo puede preguntarse a sí mismo "¿y qué hago yo aquí?".

La discusión entre estos estudiosos y académicos asiáticos es interesante, además de reveladora. Pero, sobre todo arroja muchas enseñanzas para nosotros. La historia y circunstancias de esas naciones son diferentes a las nuestras, pero no dejan de ofrecer un contraste relevante para nuestro propio proceso. China ha seguido un impulso reformador a ultranza, motivado en buena medida por el temor de su élite política a perder el poder. El crecimiento económico ha satisfecho a su población y eso le ha permitido evitar cambios significativos, situación que le ha llevado a enfrentar cualquier desafío de manera desalmada. No ha habido obstáculo suficientemente grande porque la alternativa a reformar, parecen pensar, entrañaría el derrumbe del Gobierno. El caso de India es distinto: ahí, un país democrático, la aprobación de cada cambio ha requerido discusiones y votos legislativos que en ocasiones parecen tomar una eternidad. Pero una vez aprobados, gozan de plena legitimidad.

Nuestro caso es peculiar por una razón muy diferente: aun cuando gozó de pleno control, el sistema priista nunca tuvo la disposición a reformar, y ahora que vivimos en un contexto democrático no contamos con la capacidad o disposición a hacerlo. Ni fuimos exitosos cuando tuvimos un sistema similar al chino ni hemos podido serlo con un sistema semejante al hindú.

China e India están cambiando a paso acelerado, siguiendo dos caminos radicalmente distintos. Fiel a su historia de control centralizado, China ha logrado construir una estrategia de desarrollo desde la cima del poder. En sentido contrario, India es una nación compleja, caracterizada por centenas de etnias, religiones, tradiciones y partidos políticos que le imprimen dinámicas sociales y políticas muy diversas que han generado un sistema político descentralizado. El control en China yace en el centro, en India en la legitimidad del sistema en su conjunto. En nuestro caso el control se evaporó.

La afirmación que me pareció más poderosa en la discusión fue que el común denominador en ambas sociedades yace en el proceso de descolonización mental. Mientras que por décadas o siglos ambas poblaciones se vieron a sí mismas como víctimas de la explotación por parte de las potencias imperiales, su verdadera transformación yace en la liberación que han logrado sus poblaciones. Los hindúes, afirmó Gurcharan Das, autor de "India Liberada", "ya se quitaron de encima la mentalidad colonial y ahora sólo sueñan con ser ricos, pero, más importante, están seguros de que es posible lograrlo". Otro expositor describió a Radú como un joven que no quiere aprender ningún idioma excepto "Windows" y sólo le importa saber las 400 palabras clave para poder aprobar el TOEFL, el examen de inglés para quienes quieren ir a estudiar a Estados Unidos. Lo más importante: "La generación actual ya no ve al pasado como la era de grandeza, sino al futuro como fuente de oportunidades infinitas". El día en que nosotros logremos eso, "ya la hicimos".

China "tiene orden pero no legalidad porque las leyes siempre emanan del rey", en tanto que India "tiene demasiadas leyes pero no mucho orden, pero las leyes siempre están por encima del emperador". Con estas palabras, uno de los estudiosos chinos diferenció a esas dos naciones: China tiene una sociedad débil pero un Gobierno fuerte, en tanto que lo opuesto caracteriza a la India. El Gobierno chino liberó fuerzas y recursos para lograr elevadas tasas de crecimiento, en tanto que el hindú promedio funciona con una mano atada a su espalda por el poder de la burocracia y grupos de interés. Reformas iniciadas en los 90 abrieron oportunidades antes inexistentes que han hecho posibles tasas de crecimiento cercanas al 7 por ciento en promedio anual. Uno se pregunta qué pasará el día en que se liberen los hindúes de esas ataduras, porque al ritmo al que van arrasarán con todos los demás...

México no es igual a ninguna de esas dos naciones, pero ambas ofrecen lecciones que vale la pena entender porque no sólo explican muchas de nuestras limitaciones, sino que nos podrían ayudar a comenzar a enfrentarlas. El modo chino de actuar era posible en la era priista porque existía la capacidad de acción y la concentración de poder y recursos que lo hacían teóricamente posible. Sin embargo, nada de eso ocurrió, al menos no después de los 60. En lugar de reformar, nuestro camino fue el de retroceder, enquistar intereses y limitar el potencial de desarrollo, exactamente al revés que los chinos. El modelo hindú no ha impedido la adopción de reformas o su instrumentación. Lo que ambas naciones sí han tenido es un claro sentido de dirección en la cabeza de sus respectivos gobiernos.

Si hay una lección valiosa del caso hindú, ésta reside en que el factor medular de cambio reside en el liderazgo: la capacidad de sumar voluntades detrás de un proyecto transformador. En India el cambio ha sido modesto pero radical en sus consecuencias. Ninguna de éstas ha sido mayor que la que ha logrado cambiar las actitudes de la población. Una población deseosa de ganar tiene mucho más probabilidad de lograrlo. Por eso nuestro peor enemigo no reside en la parálisis política o legislativa (o, incluso, en las reformas mismas), sino en el pesimismo que ha sobrecogido a la población. En eso los chinos e hindúes tienen mucho qué enseñarnos.


Luis Rubio

Un Madero pirata

"Tenemos un Madero pirata. El verdadero Madero estaba en contra de (la reelección)." Humberto Moreira
No sé qué me preocupa más: si tener un Madero pirata o un Moreira ignorante. Quizá lo último sea peor. El que un presidente del PRI afirme que Francisco Ygnacio Madero, el original, luchó contra la reelección de legisladores, revela o una enorme ignorancia o una terrible mala fe.

Humberto Moreira, el presidente del PRI, no parece haberse enterado que Madero ni luchó contra la reelección de legisladores ni se opuso nunca a ella. La prohibición de la reelección de diputados, senadores y presidentes municipales se decretó en 1933, 20 años después de su muerte, que tuvo lugar el 22 de febrero de 1913.

La reelección legislativa y municipal fue prohibida en el gobierno de Abelardo L. Rodríguez. La verdadera fuerza política detrás de esta medida era Plutarco Elías Calles, el jefe máximo de la Revolución. Éste buscaba fortalecer el poder presidencial frente al Congreso de la Unión y frente a los caciques locales que controlaban a los gobiernos municipales.

Si bien la acción de Calles puede entenderse como un intento por construir una mayor gobernabilidad tras un periodo de inestabilidad en el que casi todos los presidentes habían sido asesinados, el resultado práctico fue establecer un régimen de partido único que duraría hasta el año 2000.

En contraste, Francisco Y. Madero (Ygnacio es la forma que se apunta en su fe de bautismo y que él mismo usaba) luchó contra el exceso de poder presidencial. En 1910 se postuló como candidato y se rebeló contra Porfirio Díaz, quien ese año obtuvo su séptima reelección presidencial. Por años Madero había buscado de distintas maneras moderar el poder de la Presidencia de la República, lo contrario a lo que pretendía Calles con las reformas de 1933.

Moreira el original (no sé si el actual Gobernador de Coahuila, Rubén, sea pirata o legítimo) no parece tener siquiera una idea aproximada de la historia de nuestro país. Por eso resulta tan patética su afirmación: "Que no se nos olvide nuestra historia. La reelección causó un conflicto armado en 1910 y nosotros somos poseedores de un legado histórico".

La realidad es que lo que buscaba Madero era la democracia. "Sufragio efectivo" era el elemento fundamental de su posición política. La "no reelección" vino después. De hecho, Madero propuso en su libro "La sucesión presidencial", en 1910, que Díaz se reeligiera como Presidente, pero que hubiera nuevos candidatos a la Vicepresidencia y a los gobiernos estatales. El Partido Nacional Antirreeleccionista que fundó Madero nunca propuso eliminar la reelección de legisladores.

El que hoy líderes políticos como Moreira se opongan a la reelección de legisladores no debe sorprender. Dar a los ciudadanos la posibilidad de ratificar o rectificar una decisión electoral permitiría una mejor rendición de cuentas de diputados y senadores. También les daría a éstos una mayor independencia frente al Presidente de la República y frente a los líderes de los partidos.

Parte del poder actual de un presidente de partido como Moreira radica en la posibilidad de seleccionar, en consulta con un pequeño grupo de líderes, a los candidatos a cargos de elección popular. Con la reelección, ese poder pasa a manos de los ciudadanos, que tendrían la facultad suprema de castigar o premiar a los legisladores. Éste era el sufragio efectivo que buscaba Madero.

Recurrir a la figura de Madero para oponerse a la reelección de legisladores es perverso o ignorante. Y no estoy seguro de cuál de las dos posibilidades me inquieta más.
Sergio Sarmiento

EL ENCARNADO MORIBUNDO. Por: Sammy Landaeta Millán


EL ENCARNADO MORIBUNDO
El “socialismo bolivariano” en Venezuela, en post de consolidar su proceso político, ha ejecutado acciones que inciden en la MEMORIA COLECTIVA. De hecho, se ha laborado en forma intensa, para que perdure en la mente de América Latina y por qué NO, del Mundo; la imagen de un MORTAL que desenterró los restos de Simón Bolívar. El Libertador, para satisfacer el ego de personificación y hoy, sus desvaríos o problemas de salud; lo señalan como: EL ENCARNADO MORIBUNDO.

Según el DRAE el vocablo ENCARNAR, se concibe entre otras cosas como: 1. Personificar, representar alguna idea, doctrina, etc. 2. Representar un personaje de una obra dramática. 3. Dicho de un espíritu, de una idea: Tomar forma corporal. 4. Dicho del Verbo Divino: Según la doctrina cristiana, hacerse hombre. Al ahondar en el tema en cuestión, referimos que en el texto MILITARES Y PODER en Venezuela, Domingo Irwin G. y Frédérique Langue, aluden al “Acto de Memoria” como interviniente en el proceso político que vive el País. Sus postulados son atribuidos a Matteo Ricci, un florentino de finales de siglo XVI en su obra maestra denominada: “JIFA” y de acuerdo con sus definiciones, podrían ser divididos en tres tipos: 1. De CONTINUIDAD. 2. De ALTERACION y 3. De RUPTURA.

El Acto de Memoria de CONTINUIDAD, es aquel que se hace como “recordatorio” de un evento considerado como perdurable. De ahí podríamos observar que en el ámbito mundial se conmemoran o celebran fechas o temporadas que recuerdan NO solo la tradición religiosa cristiana, sino de otras creencias. A nuestro juicio, constituyen eventos tales como: La Natividad de Jesucristo. La Semana Santa. El Ramadán. Los Carnavales o La Ascensión del Señor, pudiéndose extender también a la celebración de epopeyas históricas-culturales o efemérides patrias. Las fechas del 4 de julio en Estados Unidos y el 5 de Julio en Venezuela, podrían ser ejemplos de ello.

Pero parecería también que lo perdurable o persistente podría estar en el ánimo de quienes pretende divulgar o celebrar algo, ejemplo: La entrada de un Nuevo Siglo o Milenio a nivel mundial y la forma de celebración de la Fiesta de Haloween, en cualquier País. Lo cierto es que Venezuela NO hemos escapado a esas instancias del establecimiento de patrones memoriales. Como prueba de ello podemos decir que el DESGOBIERNO actual divulga el evento del 27 y 28 febrero de 1989 -denominado El Caracazo- como la REBELION necesaria, ante la discriminación y exclusión por parte del sistema político reinante y también difunde las fechas del 4 de febrero y 27 de Noviembre de 1992 -intentonas GOLPISTAS- que hoy se nos vende como la SUBLEVACION MILITAR ante la OLIGARQUIA y hasta DECRETAN días NO LABORABLES; como fechas patrias.

Un acto de Memoria de ALTERACION, podría interpretarse como la modificación del Escudo Nacional. La inclusión de la 8va. Estrella en la Bandera Nacional. La modificación del nombre de la República, el cambio del Huso Horario y así sucesivamente, el cambio de nombre las INSTITUCIONES donde destacan las Fuerzas Armadas Nacionales convertidas en Fuerza Armada Nacional, señalada hoy INCOSTITUCIONALMENTE como: “bolivariana.” Estos actos también incluyen manifestaciones de apego a los ideales tradicionales de la opresión, la guerrilla y el terrorismo, al erigir bustos o efigies de Manuel Marulanda Vélez. Alias Tiro Fijo o Ernesto -Che- Guevara o la modificación de imágenes tradicionales de la virgen María y Nuestro Señor Jesucristo que redundan en manifestaciones de DESASOSIEGO, en todo el País.

Un Acto de Memoria de RUPTURA, sería coincidente con lo escenificado cuando se DECAPITARON los Santos en la Iglesia de Nuestra Señora de París, en tiempos de la revolución Francesa, situación reeditada por el “chavismo revolucionario” al DESCABEZAR las imágenes de la Virgen María en su advocación de La Milagrosa en la Plaza Francia de Altamira. Caracas y ultrajar o guillotinar la sagrada imagen de La Divina Pastora, en diversos espacios de la Ciudad de Barquisimeto Estado Lara y en definitiva, otros actos lascivos y lesivos a las creencias religiosas, que el SOCIALISMO CUBANO, quiere que se cultiven en la sociedad venezolana, para implantar el COMUNISMO.

Pero en los actos dirigidos hacia la Memoria Colectiva, se ha manejado un instrumento utilizado como FETICHE. Nos referimos a la ESPADA DE BOLIVAR, como símbolo revolucionario. La replica de la Espada del Perú, como también se le conoce, se había reservado y guardado en la bóvedas del Banco Central y hoy se exhiben a todo público. Antes, entre otras cosas reservadas por cuestiones de Estado, estaba dirigida a honrar la majestad del GENERALATO, como símbolo del Mando en las Fuerzas Armadas Nacionales como herederas del Ejército Libertador, cuestiones que podrían ser censurables o discutibles. Pero lo más atroz, es que se haya otorgado a cuanto PILLO, DICTADOR, OPRESOR o violador de los DD.HH, haya en el Mundo. Esto incluye por supuesto a todos los acólitos que se han rendido a los pies del GENDARME de la “revolución bolivariana” solapados por el interés ECONOMICO y POLITICO, sometiéndose a los designios del régimen que proclama: Alerta, alerta, alerta que camina, la Espada de Bolívar, por la América Latina.

Pero dichos Actos de Memoria a pesar de estar estructurados presuntamente, por “recomendaciones esotéricas” o naipes predictivos; ha tenido un revés. Comenzó la Pasión y Muerte de algunos, donde se asegura que el propio Simón Bolívar El Libertador, comenzó a cobrar la afrenta. A juicio de algunos entendidos en las materias enigmáticas, se dicen que aquellos “allegados al proceso” que partieron hacia el mas allá, forman parte de LA VANGUARDIA. Esto como acotamos en un escrito anterior, echa por tierra la conformación de la “Vanguardia revolucionaria,” integrada por los encargados de acometer los cambios, para la transición del capitalismo al socialismo y de la democracia a la dictadura. Pero la MUERTE marca, otro rumbo.

De ahí también se desprende que ese sentimiento esotérico absurdo del líder ENCARNADO en Simón Bolívar. El Libertador en su regreso -por segunda vez- al paraíso terrenal, queda al margen. El “iluminado” está al desnudo y sucumbe por cuestiones naturales de Mortalidad. Su publicitada afección, echa por tierra, las presuntas condiciones de INMORTALIDAD y sus atributos de amo, señor y dueño todopoderoso, por los siglos de los siglos; pero le faltó el AMÉN. Eso explica el por qué de tanto despliegue televisivo. La causa de querer retornar al desorden y la ALTERACIÓN: ¡EXPROPIESE! Pero también pretende resarcir la etapa de MUERTE. Esa época nefasta donde se combinó el destierro a la CIUDADANÍA con una nueva interpretación del Juramento de Bolívar en el Monte Sacro, como acción punitiva contra sus adversarios.

“CONTAD CON LA MUERTE.” Pero hoy NO se necesitan MUERTES, a menos que sean aquellos producidas por voluntad del Líder cuando decida arrastrar con todo, en su camino al Sepulcro. Mientras tanto, él necesita SOBREVIVIR. Requiere de la VIDA, de la fe en la Vida, de expectativa de vida pero eso NO es; GARANTIA DE VIDA. Tiene muy poca y en la exigente Empresa por la REELECCION, se la va “hasta el ultimo aliento” y el deseo de CONTINUIDAD; le arrebata la vida.

Eso último quizás lo enfermó, más. Tal vez en sentido figurado, este más TISICO que el propio Simón Bolívar, en sus tiempos y la posteridad limitada, derivada de su Mal; NO le permitirán de nuevo ascender, al Paso de Los Andes. Se MUERE, hasta con la brisa fría del amanecer. Y NO es cuento. Pero también quiere llevarse TODO. La CONTINUIDAD política, social, económica o Histórica es la clave. El tiempo se le acabó y se encuentra ante la etapa final de RUPTURA que significa su salud. Está en el mismo sitio, en el mismo lugar y con la misma gente que lo ADULABA cuando arremetió, apresó, vilipendio, agredió, mutilo, mató, torturó y exilio; a sus OPOSITORES.

La vida es cíclica. Es cierto. La Historia reciente del país, se revierte; invadida con ACTOS DE MEMORIA COLECTIVA. A tal punto, que las próximas FESTIVIDADES NAVIDEÑAS dentro del entorno del DIABOLICO, se perfilan tan lúgubres y llenas de tristeza o dolor, tal cual como aquellas eventos de FRUSTRACION, padecidos a posteriori del 11 de abril y 22 de octubre de 2002, donde la rabia, impotencia y llanto, de venezolanos de a pie, integrados en manifestaciones CIUDADANAS observamos que sus PATIDARIOS lo vitoreaban como el propio LIBERTADOR -enfrentado con una OLIGARQUÍA- y hoy simplemente lo contemplan, como: EL ENCARNADO MORIBUNDO. ¡Qué los fieles difuntos, descansen en paz!

Cita: “Id veloces a vengar al muerto, a dar vida al moribundo, soltura al oprimido y libertad a todos."
Simón Bolívar

¿Qué cosa es nacer hoy en Cuba? Escrito por una joven en Cuba


¿Qué cosa es nacer hoy en Cuba?
(Escrito por una joven en Cuba)

Nací en Cuba pero un extranjero tiene aquí más derechos que yo. Me dicen que soy libre, pero no puedo hablar lo que pienso, ni decir lo que sueño. Dicen que vivo en una democracia, pero en mi vida sólo he visto un partido, un solo punto de vista, un solo gobernante. Puedo votar en elecciones pero solamente se presenta un candidato.

Mi educación fue gratis, pero tuve que trabajar en las escuelas al campo para que no me botaran de las escuelas gratuitas. Mi educación fue gratis, pero no pude escoger lo que quería estudiar. Tengo un título universitario, pero trabajo de camarera en un “paladar”, que oficialmente no existe, ni se puede anunciar porque lo cierran.


Oficialmente no hay nada debido al bloqueo norteamericano, pero para los extranjeros y la cúpula gobernante el bloqueo no existe porque para ellos hay de todo. Mi mamá me decía que en los gobiernos de antes, cuando no había que comer, se comía harina. ¿Qué cosa es harina? Mi cuidado médico es gratis, pero en el dispensario no hay medicinas y el médico que nos toca en el barrio está muy ocupado manejando un taxi, y como la enfermera tiene que “resolver jineteando” y está despierta toda la noche, no se la puede molestar por el día.


Tengo un televisor, pero hay sólo dos canales de televisión y la misma cara en los dos. Tengo un ventilador, pero la mayor parte de las veces no hay corriente eléctrica. Me gusta bañarme, pero no siempre hay agua en mi barrio. Cuando tengo cepillo para los dientes no hay pasta. Cuando tengo pasta no tengo cepillo.


Tengo un lápiz, pero no tengo papel. Cuando tengo lápiz y papel me recuerdo que no se puede escribir lo que se piensa. Dicen que la vida se vive una sola vez; se ve que el que escribió eso no estaba en Cuba. Aquí la vida no se vive, sino que se observa.

Entrevista con Enrique Krauze: "Hay que desconfiar de los redentores"

“Estamos en un largo trecho de incertidumbre y desconcierto... Yo creo que ese desencanto de las grandes ideologías y de los poderosos es un buen fundamento para la reconstrucción de una sociedad democrática”.

El historiador  en su oficina.
El historiador en su oficina. Foto: Claudia Guadarrama

En la incierta trayectoria histórica de América Latina han aparecido personajes que soñaron con llevar por la ruta de la liberación a sus pueblos, acabando siempre en el papel del caudillo que con su autoritarismo sólo logró sembrar pobreza, violencia y atraso. A través de un recorrido por las ideas, experiencias y prácticas de 12 personajes latinoamericanos que vivieron entre fines del siglo XIX y la actualidad (escritores, políticos, guerrilleros), Enrique Krauze nos presenta en su libro más reciente, Redentores. Ideas y poder en América Latina (México, Debate, 2011), una dura crítica de quienes aún creen y pretenden que el futuro de nuestros países se encuentre en manos de monarcas, héroes o caudillos. Con él conversó M Semanal.

El autor es ingeniero industrial por la UNAM y doctor en Historia por El Colegio de México. Miembro de la Academia Mexicana de la Historia y de El Colegio Nacional, autor de cerca de 30 libros, fue secretario de redacción y subdirector de la revista Vuelta, y actualmente dirige Letras Libres.

AR: ¿Por qué publicar hoy un libro como el suyo?

EK: En primer lugar es una obra de historiador; a mí me interesa el pasado por el pasado mismo, y me interesan las ideas, las personas, las biografías políticas, intelectuales y literarias, de modo que es, primero, por el interés intrínseco que para mí tiene el tema. Pero es cierto que uno hace también las cosas por exigencias del presente, y yo creo que en este caso es por el hecho de que América Latina no ha terminado de superar la tentación redentora en su vida política. Pienso que es una tentación que se ha demostrado en muchos casos —desde el peronismo de derecha hasta el castrismo de izquierda, terminando por el chavismo en el siglo XXI. Defino el redentorismo como la convergencia entre una doctrina rígida y el culto al caudillo, lo que es una receta para el desastre; en ese sentido, mi libro ha querido ser una especie de advertencia a los lectores de lo que en América Latina ese problema ha significado y puede todavía significar.

AR: El libro es atravesado por ideas nacionalistas y por el hispanoamericanismo; en la configuración de estas ideas y prácticas, que van desde José Martí y llegan hasta Hugo Chávez, hay una presencia siempre amenazante: Estados Unidos. ¿Qué papel ha tenido este país en la formación de los nacionalismos hispanoamericanos?

EK: Estados Unidos, en tanto potencia en ascenso en el siglo XIX y, además, de religión protestante, siempre fue visto con mucha desconfianza y rechazo por parte de las élites conservadoras en América Latina; en cambio, las élites liberales vieron a Estados Unidos con admiración, como son los casos de Domingo Faustino Sarmiento, de Justo Sierra o del propio José Martí. Pero en el gozne de los siglos XIX y XX, con el ascenso del imperialismo norteamericano a propósito de la guerra de Estados Unidos contra España en Cuba y Filipinas, el liberalismo latinoamericano tuvo una convergencia con el conservadurismo en un terreno común, que fue el nacionalismo iberoamericano, que sería como la piedra de fundación de la pasión revolucionaria en el siglo XX. Primero fue un nacionalismo cultural, sobre todo en el cono sur, con José Enrique Rodó (su libro Ariel fue muy importante), y con muchos pensadores muy francófilos y muy adversos a Estados Unidos. Pero poco a poco se fue desarrollando cada vez más como sentimiento político, ya no cultural ni intelectual, sino político y militante, que desembocó naturalmente en la guerra, en la revolución cubana y en todo lo que ha venido después. De modo que sí, digamos que la piedra de fundación de la pasión revolucionaria en América Latina es el nacionalismo iberoamericano entendido como oposición a todo lo que venga de Estados Unidos.

Thomas Carlyle.
Thomas Carlyle.
AR: También veo que entre los que son escritores y poetas hay una fuerte influencia del pensamiento europeo; de, por ejemplo, William Shakespeare, Ernest Renan, Thomas Carlyle, Karl Marx. ¿Cuál es la importancia de Europa en la constitución de las ideas nacionalistas en América Latina?

EK: En particular creo que en el nacionalismo iberoamericano fue muy importante la obra de Renan, su idea de la nación como un plebiscito cotidiano, muy enraizada en las identidades y contenidos culturales: la lengua, la historia, el paisaje. Pero, a su vez, esta idea francesa tuvo su origen en el romanticismo alemán, en pensadores como Johann Gottlieb Fichte en sus famosos Discursos a la nación alemana. Es un tema vasto, pero el nacionalismo, como lo entendemos ahora y como se entendió en el siglo XX, yo diría que tiene su origen en la cultura alemana: en la defensa y exaltación de los valores y de la historia, de los mitos, de la lengua y de la literatura específicamente alemana.

Curiosamente, uno de los autores que más hizo en el mundo sajón por transmitir la cultura alemana y por exaltarla fue Carlyle, en el siglo XIX muy leído en América Latina. Pero este autor, que vindicaba el nacionalismo alemán, también concibió la idea del culto a los héroes, algo que también arraigó mucho en Latinoamérica. Si a ese panorama le aumenta a Marx, el creador de la doctrina del determinismo histórico, de la dialéctica materialista y de la importancia del tránsito del capitalismo al comunismo, tiene buena parte de la ensalada de la influencia europea en América Latina.

AR: En ese sentido, ¿cómo se cruza la idea de Carlyle sobre los héroes con la idea del monarca, que da lugar al caudillo?

EK: A Carlyle nadie lo recuerda en Inglaterra ni en Estados Unidos ni en el mundo. Yo lo traje a cuento no por una curiosidad sino porque creo que tuvo mucha influencia en América Latina —y en esto David Brading, el gran historiador inglés, estuvo de acuerdo. Por ejemplo, en Venezuela, muchos historiadores eminentes le llamaban “hombre de Carlyle” al dictador Juan Vicente Gómez. No faltó quien comparara a Porfirio Díaz con la figura del gran héroe carlyleano, el gran hombre de poder en cuya biografía se destilaba y concentraba la biografía de todo el país: una idea de Carlyle. Yo creo que es una idea que puede confundirse con el género biográfico, pero no creo que el género biográfico sea un género heroico, son dos cosas distintas. Mis redentores no son héroes, sino personas de carne y hueso; en cambio, Carlyle pensaba que los grandes hombres poderosos son todos héroes. Y creo que esto arraigó al grado de que todavía es algo que distingue a Hugo Chávez o a Fidel Castro.

Vasconcelos de joven.
Vasconcelos de joven.

SENTIMIENTOS Y PASIONES HUMANAS

AR: Una de las cosas que me pareció más interesante del libro es la forma en que usted vincula la vivencia personal con la experiencia intelectual y política: la vida familiar, la presencia o la ausencia del padre, del abuelo, la madre o los hijos.

EK: En todos los casos ocurre; por ejemplo, vamos a tomar el caso de Martí: si uno nada más analiza a Martí desde el punto de vista de sus ideas y proyectos políticos sin ver su biografía, pues se pierde una dimensión central para entender de dónde salieron esas ideas, que no surgieron de la nada, sino que las concibieron personas de carne y hueso. En el caso de Martí, en vez de entrar en las santísimas biografías que existen sobre el personaje —porque fue enormemente prolijo este hombre, este gran escritor, quien tuvo, por cierto, su etapa mexicana muy interesante, durante la cual rompió algunos corazones y donde también le rompieron el suyo—, encontré que tuvo la desgracia de tener un mal matrimonio, vivió casi toda su vida y murió joven lejos de su único hijo. En un hombre de la sensibilidad y de la capacidad de amor que se refleja, por ejemplo, en los poemas de La edad de oro, esa experiencia desgarradora tuvo que reflejarse en sus posiciones e incluso en su angustia política. Entonces uno entiende cómo a veces la política es el único medio de escape que algunas personas encuentran a sus situaciones personales, como puede serlo, a veces, la poesía, o la poesía militante, como en el caso de Octavio Paz, quien, cuando murió el padre, inmediatamente se precipitó en un amor torrencial y en una experiencia política muy intensa, pero que de alguna manera mitigaba el terrible dolor de la pérdida que tuvo.

Entonces, en todas estas biografías he tratado de acercarme —en algunos casos más, en otros menos— a la vida de ellos buscando esos momentos, ese punto eje en donde la vida cambia y donde nace un impulso creativo en la existencia, en la literatura o en el pensamiento.

AR: En ese sentido, también me atrajo, en varios de los casos de los que usted se ocupa, la experiencia de la soledad: Martí, Paz, José Vasconcelos…

EK: Es decir, están los individuos confrontados consigo mismos. Está también la soledad de ese niño que fue Mario Vargas Llosa tiranizado por el padre, o la soledad que podría implicar, supongo, en el Che Guevara esa condena de la enfermedad del asma que tuvo toda su vida. Son sentimientos y pasiones humanas como el resentimiento, el rencor, los celos que todos hemos sentido. Hablar de la historia de las ideas, como a veces se hace académicamente, como si las ideas ocurrieran en la estratósfera, como si fueran nubes, pues no lo son o, en todo caso, son nubes que nacen de la respiración y de las pasiones humanas.

Octavio Paz.
Octavio Paz.
AR: En varios casos también observamos la frustración, como en los ejemplos de Vasconcelos y del Che Guevara.

EK: En el caso de Vasconcelos, la frustración política de 1929 proviene de que tenía una visión —por decirlo piadosamente— tan mesiánica de sí mismo y, al ver que no ocurría nada tras las elecciones, lo que hizo fue, sencillamente, entrar en una zona de rabia, de rencor muy grande contra su propio pueblo, pero que era en el fondo un rencor y también un coraje contra sí mismo por no haber estado a la altura del destino sacrificial que él mismo se había impuesto; él dijo: “Ya me llegó la hora”, como Martí, pero no estuvo a la altura de esa idea. Entonces, en un movimiento extraño de su alma, culpó a México y se volvió fascista. Yo creo que ya tenía elementos fascistoides en su persona, como el culto de él a su propia persona, pero todavía no se habían expresado. Después de todo participó en unas elecciones pero, al sentirse defraudado, se precipitó en el fascismo y luego en el nazismo, como queriendo dedicarse de manera persistente a destruir la estatua que él mismo se había construido.

AR: Caso contrario es el de Paz, quien va del pensamiento marxista a la democracia. Llama la atención el señalamiento que justamente Vasconcelos le hizo a El laberinto de la soledad: se olvidaba del pensamiento democrático de Madero.

EK: Qué raro, ¿verdad? Porque es muy raro que Vasconcelos, en 1949-1950, al leer el libro de Paz, le dice, con toda razón, que se olvida del pensamiento democrático. Para entonces tenemos a un Vasconcelos, que no es un demócrata, recordando con nostalgia el maderismo democrático, y reclamándole al joven Paz, con mucho afecto y admiración, que lo hubiese olvidado, cosa que es verdad. Paz desdeñaba entonces el pensamiento democrático; usted no va a encontrar elogios al pensamiento democrático en El laberinto de la soledad. Curiosamente, el hombre de izquierda, Paz, y el hombre de derecha, Vasconcelos, tenían puntos en común en cuanto a ser dos radicales; pero digamos que la flama democrática en Vasconcelos todavía brillaba un poco y acabó por extinguirse, mientras que en Octavio Paz esa flama todavía tardó en aparecer, pero lo hizo finalmente en los años sesenta y setenta, y luego fue la convicción que guió por décadas su extraordinario trabajo intelectual y político. Entonces, digamos que en el contrapunto de esos dos mexicanos extraordinarios hay un tema sobre el que vale mucho la pena reflexionar.

José Martí.
José Martí.
AR: ¿Cómo fue esa transición a la democracia por parte de Octavio Paz? Porque la izquierda mexicana también parece haber pasado del marxismo a la democracia.

EK: Bueno, yo creo que buena parte de esa izquierda todavía no pasa porque todavía tiene unas pulsiones dogmáticas y caudillistas fuertes. Pero digamos que sí, que una parte importante siguió la trayectoria de un Heberto Castillo, ese hombre ejemplar, o de Cuauhtémoc Cárdenas, a quien —hay que decirlo— hay que rendirle homenaje tan merecido porque ya se trata de la transición clara, allí sí impecable, de la izquierda hacia la democracia.

Paz se adelantó a todos ellos, eso es lo que hay que decir. Él entendió el desastre que eran las revoluciones soviética y china, y luego la cubana, y a los 60 años llegó a México con el objetivo de convencer a mi generación de que había que volverse democráticos, con lo cual él quería decir, básicamente, abrirse a la crítica, a la autocrítica y al diálogo. Mi generación no lo entendió, y lo que hizo fue vituperarlo. De haber existido entonces Facebook y Twitter lo hubieran llenado de frases soeces y excrementicias, de improperios. Pero él resistió firmemente porque tenía la convicción, nacida de la experiencia y de la verdad: eran millones las víctimas de esas revoluciones a manos de sus propios caudillos. La revolución, entendida como se entendió en el siglo XX, no conducía más que al desastre, a la opresión y a la pobreza. Ésto no lo hizo desembocar en el liberalismo económico (esto hay que subrayarlo). Paz siempre creyó que había un lugar para el Estado, y que teníamos que llegar a un acuerdo de un régimen, yo le diría a usted, muy parecido al de Brasil ahora: una democracia con crecimiento económico y con justicia social. Más o menos eso que hizo la revolución mexicana; pero el problema de ésta fue que no era democrática. Ahora nuestro gran desafío es llegar a un acuerdo, a un marco democrático con crecimiento económico y justicia social, pero con instituciones y un respeto a la ley propios de una democracia. Es lo que quería Octavio Paz. Él se adelantó; él y el grupo de Vuelta defendimos (debo decirlo) la democracia mucho antes que ninguno. Ahora los jóvenes no se acuerdan, pero en los ochenta estábamos defendiendo la democracia cuando nadie lo hacía porque era la hora de la revolución. Es el mérito de Octavio Paz y por eso hay que seguir recordándolo; por eso y muchas otras cosas más.

AR: En el libro cuenta una anécdota de José Luis Martínez, quien le dijo a Paz que no fue revolucionario, a lo que éste reaccionó enojado.

EK: Bueno, le dijo: “Octavio, tú realmente así como revolucionario no lo fuiste”.

Adolfo Hitler y Benito Mussolini en Venecia, en junio de 1934.
Adolfo Hitler y Benito Mussolini en Venecia, en junio de 1934. Foto: Libreria del Congreso Italiano
AR: Siguiendo esa anécdota, ¿hasta dónde fue revolucionario Paz?

EK: El no perteneció al Partido Comunista, tenía admiración por los revolucionarios franceses. Le voy a contestar a usted directamente: en “Piedra de sol” hay una mención a Trotski y una a Robespierre; o sea, hay una admiración, un embeleso por la revolución, y yo le puedo decir a usted que cuando vino el derrumbe del Muro de Berlín y la idea de revolución —entendida como se le había entendido durante dos siglos— entró en el ocaso ya definitivo, en Europa al menos, a Octavio Paz le quedó como un remanente de nostalgia por el espíritu revolucionario. Yo le decía a él, y era uno de los temas de diálogo entre nosotros, que yo no admiraba la revolución francesa más que al principio, y que me parecía horroroso todo lo que había pasado después; yo reivindicaba a Edmund Burke, lo que a Octavio le parecía horrible, y decía que no, que finalmente fue gloriosa la revolución; él tenía una visión como romántica, digamos que venía de una tradición romántica. Una tradición distinta, como es la inglesa, no se emociona tanto con esos episodios de la humanidad porque sabe que finalmente la revolución, esa y todas, termina por devorar a sus propios hijos.

DEMOCRACIA CON LIDERAZGOS FUERTES

AR: Varios de los escritores que trata en el libro consideraron fundamental su trabajo como editores, como Martí, Vasconcelos, José Carlos Mariátegui. ¿Cuál es la importancia de este aspecto en su pensamiento y práctica política?

EK: Qué bien que lo diga usted. Fue muy importante también para Paz y, como quiera, García Márquez también quiso hacer e hizo algunas revistas; Vargas Llosa ha escrito en muchas, aunque no ha sido editor. Yo creo que el trabajo editorial, el hacer revistas, es la forma natural de la cultura libre. Las revistas son el punto de encuentro entre el periodismo y la vida editorial, ya que no tienen la prisa del periodismo ni la pausa del libro, y tienen una periodicidad mensual o bimensual.

Hacer revistas o libros para estos hombres fue la forma de entrar a un mercado que les permitía ser libres y decir lo que pensaban. Yo admiro a estos hombres que, advierta usted, no fueron profesores, que creyeron en la cultura libre, que se define como la cultura que va del autor o de los autores al público, no al aula, no a los alumnos: los discípulos son los lectores. Yo mismo creo en eso y le he dedicado mi vida, y Octavio Paz lo creía también. Fue una desgracia para Martí que esta posibilidad real de la cultura libre, de hacer revistas, no pudiese arraigar en su tiempo. Él hizo La edad de oro, hizo revistas preciosas que ahora son célebres y leemos con enorme admiración, pero no duraron. ¿Por qué? Porque no había público; yo sostengo que si Martí hubiera tenido un poco más de tiempo de vida, tal vez hubiera podido volverse un gran editor latinoamericano. Pero sus ideas y su pasión editorial fueron una flor fuera de estación.

Deng Xiao Ping es acompañado por el presidente estadunidense Gerald Ford y por George Bush padre, en la visita de éstos a China en diciembre de 1975.
Deng Xiao Ping es acompañado por el presidente estadunidense Gerald Ford y por George Bush padre, en la visita de éstos a China en diciembre de 1975. Foto: Courtesía Gerald R. Ford Library
AR: Otro elemento presente en algunos de los redentores es la violencia, como son los casos del Che, el subcomandante Marcos e incluso Samuel Ruiz.

EK: Yo creo que en todos ellos la pasión redentora tiene una secreta o abierta fascinación con la violencia. Es verdad: hay redentores pacifistas, como Gandhi o Mandela, pero yo creo que aquí estamos hablando más de liderazgos, porque ninguno de los dos, tan relacionados entre sí, tenían propiamente una doctrina sobre el poder; más bien tenían una doctrina sobre el no poder. En cambio, el marxismo, el fascismo o el nacionalismo son doctrinas de poder; es decir, “vamos a fortalecernos nosotros para enfrentarnos a ellos”, y eso supone al redentor. Hay que distinguir entre liderazgo democrático o cívico y redentorismo político.

Yo creo que los nacionalismos y los fascismos dieron en el siglo XX las figuras de Adolfo Hitler y Benito Mussolini, y también la doctrina marxista, encarnada en el Jefe, en el redentor de un pueblo, condujo a las figuras de Lenin, Stalin, Castro y Mao.

Fíjese usted cómo los reformadores y los líderes tienen muchos menos el perfil redentorista: Deng Xiao Ping, el gran líder chino, no practicó el culto a la personalidad, y observe todo lo que logró con su liderazgo: cambiar a China de un país atrasado en donde morían decenas de millones a ser la segunda, y quizá pronto la primera potencia económica mundial, sacando a centenares de millones de personas de la pobreza.

Con todos los defectos que tiene eso, allí tiene usted un liderazgo. Eso no es redención, es mejoría. También India, siendo un país democrático, ha salido en cierta medida, aunque no del todo, de la condición de enorme pobreza generalizada que tenía. Dígame usted qué redentor lo hizo: ninguno; lo hizo el sistema democrático, con líderes responsables.

Por eso yo creo que la moraleja del cuento es que, como se decía en mis años mozos, hay que desconfiar de ese redentorismo histórico, y confiar en un liderazgo plenamente institucional y responsable.

AR: Recuerdo que usted prologó el libro de Mark Lilla, Pensadores temerarios. ¿Usted encuentra paralelismos entre las teologías políticas europeas con las ideas que presenta en su libro?

EK: Bueno, aquél libro es sobre el intelectual filotiránico. Sí, Lilla y yo hemos trabajado en ello con métodos parecidos y por eso lo prologué. Él es más historiador puro de las ideas y más filosófico, en el mejor sentido de la palabra, más en el estudio de las ideas mismas que de los personajes, aunque no deja de hablar de éstos (Martin Heidegger, Carl Schmitt, Walter Benjamin y Michel Foucault). Yo creo que algo tiene de parecido este libro, por ejemplo en el caso del texto de Gabriel García Márquez, quien no es un pensador sino un inmenso escritor, a quien en su vida pero también en su obra se ha colado esa tentación filotiránica: él no acepta que Castro sea un tirano, pero está muy solo en esa convicción porque, después de estar cincuenta y tantos años en el poder, ¿quién puede dudar que Castro es un dictador, en una isla en la que los únicos que tienen libertades son él y su hermano? No existen las libertades de prensa, de expresión, de creencia, de ideología y ya no digamos libertad política. Entonces, sí, hay algo de parentesco entre esos libros.

AR: Al final del libro menciona que la redención busca llegar a un nuevo orden, pero a la vez es la nostalgia por un orden antiguo que tiene dos pilares: la monarquía y la Iglesia.

EK: Sí, la fe.

AR: ¿Qué pervive de eso? ¿Se puede rescatar algo de ello?

EK: Yo pienso que no podemos volver, que ya no vamos a volver a ello; que estamos en un largo trecho de incertidumbre y de desconcierto, y es obvio que no podemos volver a un orden de concentración del poder total porque sabemos, a pesar de Chávez, de Evo Morales y de Castro, que eso está en el pasado. Tampoco podemos imaginar que va a haber una sola creencia que predomine. En otras palabras, yo no soy, a pesar del desconcierto y de la incertidumbre, pesimista. Yo creo que ese desencanto de las grandes ideologías y de los poderosos es un buen fundamento para la reconstrucción de una sociedad democrática. De alguna forma pienso que todo esto que estamos viviendo, con todas sus incógnitas, con el malestar que sentimos diariamente, puede llevarnos a algo bueno, a volvernos individuos más responsables de nuestras propias vidas y de las vidas de nuestra sociedad, ya curados un poco de mitologías, de fanatismos y de cultos a la personalidad que no vienen al caso.

AR: Al final usted hace una pregunta: ¿redención o democracia? Por supuesto, usted se decanta por la segunda. En este libro nos ha presentado a redentores, pero ¿quiénes son los demócratas?

EK: Allí están Lula, Lagos y muchos otros que por su propia naturaleza no son tan conocidos. Los demócratas están en todas partes, en toda América Latina: los demócratas somos usted y yo; los demócratas son los que dirigen los periódicos; son los que entienden la participación cívica (Javier Sicilia es un demócrata), todos los que se movilizan individualmente con un esfuerzo para mejorar a la sociedad son demócratas; los que creen en los votos son demócratas; los que ejercen la crítica son demócratas.

La democracia ha ido arraigando en América Latina, y la prueba es que en todas las encuestas que se hacen en la región no existe más que una minoría muy pequeña que piensa todavía que hay sistemas preferibles a la democracia. La democracia, repito, supone fuertes y claros liderazgos, pero no liderazgos redentores.

Manlio, graduado de estadista por Diego

El asalto a la razón

Carlos Marín

Arropado por tres ex candidatos a la Presidencia de la República en la presentación de su ensayo El futuro es hoy/ ¿Para qué queremos ganar?, Manlio Fabio Beltrones apechugó ayer el retruécano de Diego Fernández de Cevallos quien, en alusión obvia al priismo, previno contra el olvido y el riesgo de suponer que “estábamos mejor cuando estábamos peor…”.

Más por diablo que por viejo (como también Cuauhtémoc Cárdenas, Francisco Labastida y el propio Beltrones), El Jefe, sin embargo, respaldó la propuesta del senador para instaurar gobiernos de coalición.

¡Y vaya elogio!: el ensayo de Beltrones, afirmó, es resultado del trabajo “de un estadista”, digno de ser estudiado si se quiere resolver los problemas agobiantes del país.

Canceladas como tiene sus aspiraciones de poder político, el respetado y barbudo Fernández de Cevallos no tiene pelos en la lengua ni es demagogo: la sociedad mexicana, dijo, ha construido y tolerado a la clase política que la gobierna, lo cual se explica porque la propia sociedad, remató, “ha perdido valores éticos y cívicos…”.

La banda de los cuatro

Manlio Fabio Beltrones: “No es legítimo ganar una elección para mantener el actual estado de la cosa pública”

Ricardo Alemán

La imagen fue histórica.

El escenario, el antiguo Colegio de Minería, en cuyo frontispicio pende reluciente el águila imperial, emblema que hizo suyo el proclamado presidente legítimo.

A la convocatoria llegaron puntuales tres ex candidatos presidenciales: Diego Fernández de Cevallos, Cuauhtémoc Cárdenas y Francisco Labastida, del PAN, del PRD y del PRI, respectivamente. Muchos años de historia de una clase política que recordó sus diferencias, exaltó las virtudes ajenas y hasta se dio el lujo de reconocer y reconciliar los equívocos del pasado.

Pero ayer, en Minería, no estaban los abanderados del PAN, del PRD y del PRI que fueron en el pasado Diego, Cárdenas y Labastida; no, estaban los políticos maduros, sensatos, lúcidos y capaces de anteponer sus diferencias ideológicas y, hasta sus rencillas, por una causa que, según el sentido común, debe ser “causa común”: la eficacia del Estado mexicano.

Allí estaba el primer candidato presidencial del PRI que fue derrotado en las urnas; el primer candidato surgido de ese partido que, ya fuera del tricolor, compitió como abanderado por la izquierda. Y estaba el candidato presidencial del PAN, vencido por el último presidente del PRI que llegó al poder. Así de compleja era la composición.

Pero, si no era suficiente, a los ex candidatos los convocó un precandidato presidencial priista que —debido a uno de los inentendibles alebrijes de la política mexicana— se puede quedar en la orilla de la carrera presidencial: Manlio Fabio Beltrones, el número dos en las preferencias del tricolor, pero el número uno en las propuestas de lo que algunos ya motejan como el “Estado mexicano moderno”.

Y es que las preocupaciones políticas del senador Beltrones van más allá de un partido, trascienden ideologías y, por eso, parece que calan hondo en los políticos que, por su experiencia, talento y talante, se niegan a ser del montón.

Beltrones presentó el ensayo El Futuro es Hoy. “¿Para qué queremos gobernar?”, que no es sino una variación del tema que lo ha ocupado durante meses y que poco a poco se abre camino entre los diferentes, antagónicos, y entre los irreconciliables. Nos referimos, claro, a la construcción de los llamados gobiernos de coalición que, sin ser la panacea, se han convertido en condición indispensable para —por un lado— volver eficiente al Estado mexicano y —por el otro— productiva la pluralidad que vivimos.

Por eso la imagen, de suyo histórica, de reunir a tres ex candidatos presidenciales, con uno de los productos más acabados del viejo partido hegemónico —como es Beltrones—, resulta mucho más que una coincidencia alegre. En realidad el encuentro al que convocó el PRI de Beltrones —y el debate de su propuesta de gobiernos de coalición, que fue corregido y aumentado por los talentos de Diego, Cuauhtémoc y Labastida— tiene todo para convertirse en el centro del debate rumbo a la contienda presidencial de 2012. ¿Por qué?

Porque, en efecto, como señaló Beltrones: “No es legítimo ganar una elección para mantener el actual estado de la cosa pública”.

El “Grupo de los Cuatro” —Diego, Cárdenas, Labastida y Beltrones— podía ser un grupo musical, una pandilla callejera, una tertulia de adultos mayores que juegan ajedrez en un parque público. Pero no, el “Grupo de los Cuatro” es un puñado de políticos que reúnen lo mejor del talento y el talante del ejercicio de la política, que atesoran la mayor lucidez y claridad en el ejercicio práctico del poder —eso que llaman experiencia— y pueden ser el motor para alcanzar “el Estado mexicano moderno”.

El “Grupo de los Cuatro” es muestra palpable, de carne y hueso, de que no toda la clase política mexicana, de principio de siglo, la integran un montón de mediocres y ambiciosos sin límite; de políticos sin memoria y sin vergüenza por el futuro. Esos cuatro son ejemplo de los políticos albañiles, arquitectos, diseñadores, estilistas…

Cada uno de los cuatro ya lo hizo en otros momentos: derribaron montañas, construyeron partidos, edificaron la alternancia electoral, acabaron con el partido único, cimentaron el IFE original… No ha terminado la tarea de Diego, de Cárdenas, de Labastida y mucho menos la de Beltrones.

Su tarea trasciende una vulgar candidatura presidencial; su responsabilidad es hoy y con la historia. Así que bienvenida “La Banda de los Cuatro”.

EN EL CAMINO

Dicen que está nervioso, irritable, que no acepta la crítica y menos tolera la dura realidad; que las encuestas nomás no le favorecen. Sin embargo, confía en que lo salve su amigo, el Presidente.

AMLO a Calderón: borrón y cuenta nueva

Martín Moreno

Por estrategia, convicción o conveniencia, o simplemente porque la política es el arte de lo imposible, pero Andrés Manuel López Obrador le propone al presidente Calderón un “borrón y cuenta nueva”. Sí, que juntos, AMLO y Felipe, inicien “una nueva etapa, no estar viendo hacia atrás”. ¿Enemigos ayer y aliados hoy, en el fondo, contra el PRI?

¿Responderá el presidente Calderón?

Lo cierto es que AMLO ha cambiado de estrategia político-electoral. El candidato que ayer se dijo robado “por la mafia del poder” con un supuesto fraude electoral en 2006; que mandó “al diablo” a las instituciones; que llamó “espurio y pelele” a Calderón, y que propuso “purificar” la vida nacional, hoy parece mutar, de líder de oposición radical, a político dialoguista. ¿Estrategia o convicción?

“Queremos justicia, no venganza”, dijo AMLO a Miguel Ángel Vargas, del portal ADNPolítico.com. Aún más: “Va a ser, en ese sentido, un borrón y cuenta nueva. Vamos a ponernos de acuerdo para salvar al país entre todos”.

AMLO y su nueva estrategia. Ya la había mostrado con aquel spot donde asegura que no está en contra de los empresarios, pero sí en contra de que se genere riqueza con base en la corrupción. Difícil que alguien esté en contra de esa premisa. Si es Presidente, ¿qué propone López Obrador?

-Que no va a haber persecución. Para nadie, insisto. Que va a haber justicia, no venganza.

Sobre Calderón, AMLO punza: “Yo conozco bien a Calderón, sé lo que representa… creo que tiene problemas de conciencia, pero no (lo) odio… ni a Salinas. ¿Para qué?”

¿AMLO ha cambiado?

Al menos en el mensaje, parece ser que sí. Ayer era difícil imaginar que AMLO descartara una persecución política si gana la Presidencia en 2012. Aún más: su discurso era agresivo, de “vamos contra ellos”. Hoy, habla de “borrón y cuenta nueva”, de cero persecuciones. De salvar al país “entre todos”. Del radicalismo al dialoguismo.

¿Debemos creerle a AMLO?

El tiempo lo dirá.

Sin embargo, su discurso actual se basa en dos plataformas.

1) Cambia de estrategia y de lenguaje a sólo ocho días de que se resuelva, por encuesta, al candidato de la izquierda a la Presidencia. Si bien el discurso de apertura política, de inclusión y hasta de reconocimiento al “espurio” con saludos personales, habían sido las principales cartas de Marcelo Ebrard, el nuevo discurso de AMLO le arrebata esas banderas. Al hablar de salvar al país “entre todos”, el tabasqueño da un giro hacia la centro-izquierda y se muestra, al menos en la palabra, más tolerante e incluyente.

2) El fondo de la nueva propuesta de AMLO es la elección presidencial y el riesgo de que el PRI regrese a Los Pinos. Si bien cada uno tiene su propio discurso y propuesta, a AMLO y a Calderón los uniría la batalla política para que el PRI no triunfe el uno de julio de 2012. Ayer impensado, se abre un escenario probable: AMLO y Calderón —sin necesidad de alianza formal— bien podrían erigirse como puntas de lanza de su respectivo partido —el PRD y el PAN— para cerrarle el paso al PRI.

Sí es estrategia. Sí es conveniencia. Posible convicción. Lo que sea, pero AMLO da un giro en su discurso, propuesta y hasta personalidad. Ese “borrón y cuenta nueva” tiene mucho de fondo.

AMLO ya lanzó la cuerda. Sería más que interesante que Calderón respondiera. ¿PAN y PRD, con sus propios candidatos, sí, pero haciendo frente común contra el PRI?

Sorpresas te da la vida.

ARCHIVOS CONFIDENCIALES

* MICROS ASESINOS. Inadmisible y cruel lo ocurrido el sábado pasado en Insurgentes Sur (DF), cuando un microbús chocó y provocó la muerte de siete personas. Durante el gobierno de Marcelo Ebrard han fallecido alrededor de 170 capitalinos por accidentes causados directamente por el transporte público, y cuya mayoría de decesos se deben a la bestialidad de los microbuseros. El falso izquierdista jamás ha dicho nada al respecto. El secretario del Transporte, Armando Quintero, tampoco ha hecho nada. Los micros —a cualquier hora y rumbo— manejan como demonios, ofenden al pasaje, violan cualquier reglamento y lo más grave: provocan la muerte de inocentes. Ebrard y Quintero llevarán en la conciencia la muerte de esas 170 personas desde 2006. ¿En verdad les dolerá?

* RESPALDO AL EJÉRCITO. Reveladora, la encuesta divulgada ayer por BGC-Excélsior, en la que 48% de los consultados considera que los soldados deben seguir combatiendo al crimen organizado, mientras 54% piensa que el Ejército es la institución más efectiva para dar seguridad. Ello refleja, sin duda, el alto grado de desconfianza hacia las policías federales, estatales y municipales.

* MICHOACÁN. Seis días se cumplen del asesinato del alcalde de La Piedad, Ricardo Guzmán. De asesinos y móvil nada se sabe, mientras se cierran campañas con una frase del priista Fausto Vallejo, que huele a derrota: “Me faltó tiempo y dinero”.

AMLO: de la República mafiosa a la amorosa

Leo Zuckermann

Desde que se enteró que había perdido la elección presidencial de 2006, López Obrador se replegó a la izquierda. Para sobrevivir políticamente, se radicalizó. Regresó a su base más fiel. A su core business, dirían los consultores empresariales; a su “flanco más seguro”, los estrategas militares.

Hagamos un poco de memoria. AMLO desconoció los resultados de la más reciente elección presidencial. Mandó al diablo a las instituciones. Movilizó a sus simpatizantes más fieles. Tomó avenidas y calles de la Ciudad de México. Se plantó en el Zócalo capitalino y se proclamó “presidente legítimo”. Llamó “pelele” al candidato ganador. Explicó que la “mafia que controla el país” había impedido que llegara a la Presidencia. Incluso amenazó con que Calderón no tomaría posesión: que habría una crisis constitucional.

Muchos creyeron que AMLO había enloquecido. Otros argumentamos que se trataba de un repliegue racional para mantenerse políticamente vivo. Una táctica, desde luego, con un costo: la radicalización asustaría al electorado más centrista. A esos votantes, que son la mayoría, que detestan el conflicto político, el lenguaje arrebatado, las amenazas contra las instituciones, las manifestaciones y la toma de espacios públicos.

Adorado por la izquierda pero mal visto por el resto de los votantes. Ese sería el destino de la estrategia de radicalización de AMLO. Y así está hoy en las encuestas. Los izquierdistas lo idolatran; quieren que otra vez sea su candidato presidencial. No obstante, el tabasqueño concita más opiniones negativas que positivas en el electorado general. Y está muy lejos del 35% de la votación que recibió en 2006. Hoy cuenta con el 15-20% de las preferencias, de acuerdo con la encuesta de octubre de Consulta-Mitofsky.

AMLO lo sabe. Por eso llegó el tiempo de moderarse a fin de recuperar al electorado más centrista. Con la izquierda sola no le alcanza para ganar. Le apuesta, en este sentido, a la desmemoria de los votantes.

Ayer publicó un artículo nada menos que en Reforma, periódico al cual tildó en 2006 de “muy rastrero, muy simpatizante, y más que nada apoyador del PAN y de la derecha, y no de ahora sino de siempre”. Bueno, pues ahora publica en ese mismo diario su propuesta de “cómo transformar México”. Nada nuevo de sus planteamientos que viene haciendo desde hace muchos años. Cito algunas de sus propuestas: procurar la soberanía alimentaria, construir cinco refinerías, no permitir las prácticas monopólicas, crear un corredor industrial y comercial en el Istmo de Tehuantepec, estimular la industria de la construcción, construir nuevas carreteras, un aeropuerto en Tizayuca y trenes rápidos. Otorgar “pensión universal para los adultos mayores y discapacitados; atención médica y medicamentos gratuitos para quienes no cuenten con seguridad social; apoyos a madres solteras y educación pública gratuita y de calidad en todos los niveles escolares”.

¿De dónde va sacar el dinero para todo esto, tomando en cuenta que está en contra de subir impuestos o incrementar la deuda pública? AMLO recurre a una fórmula que parece mágica y que también ya había dicho en 2006: si el gobierno es honesto, aplica un plan de austeridad y elimina privilegios fiscales, “se podrían liberar hasta 800 mil millones de pesos al año para el desarrollo y el bienestar de la población”.

En fin, no voy a repetir todas sus propuestas que en realidad son un refrito de lo que viene diciendo desde hace años. La única diferencia es el lenguaje moderado y hasta conciliador que utiliza. López Obrador ya no habla de “la mafia”. Ahora propone “construir una sociedad mejor y con grandeza espiritual: una república amorosa”. Sí, escuchó usted bien: una República amorosa.

Es evidente que AMLO pretende ir más allá del flanco izquierdista donde se ha refugiado estos años. Quiere congraciarse con el electorado centrista. La pregunta es si lo logrará. ¿Será tan grande la desmemoria de los votantes?

Joe Frazier pierde su combate contra el cáncer a los 67 años

"Estamos haciendo todo lo posible (...) pero yo sería un mentiroso si no dijera que está muy grave", dijo horas antes su manager

Reuters
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Con-Don-King


WASHINGTON, 8 de noviembre.- El ex campeón de peso pesado Joe Frazier, quien se ganó un lugar en la historia del boxeo después de tres peleas épicas contra Muhammad Ali, murió el lunes casi a la medianoche, a los 67 años, reportaron medios estadunidenses.

Frazier, quién ganó una medalla de oro para Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964 y fue campeón mundial de peso pesado entre 1970 y 1973, falleció en Filadelfia un mes después de que se le diagnosticó un cáncer de hígado.

"Estamos haciendo todo lo posible (...) pero yo sería un mentiroso si no dijera que está muy grave", dijo horas antes su manager, Leslie Wolff.

Wolff sostuvo que Frazier se encontraba en una "situación muy dolorosa y grave", pero agregó que "es un luchador que no se dará por vencido".

Sin embargo, el daño estaba hecho. Su cuerpo minado no resistió.

Frazier forma parte de la historia del boxeo por sus peleas con Ali en la década de 1970, que se encuentran entre las más recordadas de este deporte. Frazier ganó la primera y Ali venció en las dos siguientes.

Frazier ganó el título mundial de peso pesado en 1970 al vencer a Jimmy Ellis, luego de que Ali fuera despojado del título en 1967 por negarse a combatir en la guerra de Vietnam debido a sus creencias musulmanas.

Pelea del Siglo


Ali volvió al boxeo y se enfrentó a Frazier el 8 de marzo de 1971 en el Madison Square Garden, en un combate considerado como "La pelea del siglo". Frazier envió a Ali a la lona con un gancho de izquierda en el decimoquinto asalto y pese a que Ali se levantó, Frazier ganó por decisión unánime.

El brutal combate dejó a los dos boxeadores hospitalizados. Más tarde Frazier perdió su título en 1973 a manos de George Foreman.

La segunda pelea entre Frazier y Ali se produjo el 28 de enero de 1974, otra vez en el Madison Square Garden, y Ali salió victorioso por puntos tras 12 asaltos.

Posteriormente Ali venció a Foreman para lograr el título, el que defendió en una tercera pelea con Frazier el 1 de octubre de 1975, en un combate inolvidable para el mundo del boxeo disputado en Filipinas.

Ambos boxeadores estaban muy golpeados tras 14 rondas, y el entonces entrenador de Frazier Eddie Futch detuvo la pelea antes del asalto número 15. Frazier nunca le perdonó a Futch darle una victoria a Ali por nocaut técnico.

Frazier, que acumuló un récord de 32-4-1 durante su carrera, se retiró después de una segunda derrota ante Foreman en 1976, pero volvió a los cuadriláteros en 1981 antes de poner fin para siempre a su carrera.

Lucas Papademos es el nuevo Primer Ministro de la coalición de crisis para Grecia

Los políticos del país han agilizado las negociaciones para nombrar al ex vicepresidente del Banco Central Europeo; atrás queda la era de Papandreou

ATENAS, 8 de noviembre - Líderes políticos de Grecia agilizan negociaciones para nombrar al ex vicepresidente del Banco Central Europeo Lucas Papademos nuevo primer ministro de una coalición de crisis, pero los detalles deben ser afinados, dijo el martes una fuente del partido gobernante.

"Las negociaciones están siendo finalizadas con Papademos como primer ministro", dijo a Reuters la fuente vinculada a las conversaciones. "Ellos están avanzando en los detalles finales", agregó.

Medvedev acusa a Israel de emplear “retórica peligrosa” hacia Irán

Foto: REUTERS/Fabrizio Bensch

Berlín, 8 nov (dpa) - El presidente ruso, Dmitri Medvedev, acusó hoy a Israel de emplear una “retórica peligrosa” en relación al controvertido programa atómico iraní que podría provocar un conflicto armado en Cercano Oriente.

Israel está construyendo un “escenario de amenazas”, advirtió el mandatario durante su visita a Alemania, donde hoy tiene previsto inaugurar con la canciller Angela Merkel el gasoducto Nord Stream, un polémico proyecto que redistribuye los equilibrios geopolíticos de toda Europa.

“La amenaza de golpe militar podría llevar a una guerra”, alertó en una rueda de prensa en Berlín junto al presidente de Alemania, Christian Wulff.

Lo importante ahora es tranquilizar los ánimos y “tomar aire para lograr un diálogo”, consideró.

Medvedev recordó que Moscú ya exigió a Teherán que demostrara que su programa nuclear no persigue ningún objetivo violento. “Pero lamentablemente no ha habido ningún movimiento en esa dirección”.

Israel sostiene que Irán desarrolla armas nucleares bajo el pretexto de fomentar el desarrollo de un programa nuclear con fines civiles y en los últimos días aumentó sus advertencias y amenazas.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (Aiea) publicará esta semana un informe detallado sobre el programa nuclear iraní.

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