Reuters
A principios de mes, Jonathan Golub,
jefe de estrategia en EE.UU. del banco suizo UBS AG, provocó revuelo
entre sus clientes al publicar dos versiones de su actualización regular
de ganancias trimestrales: una para las empresas que conforman el
índice Standard & Poor's 500, que agrupa a las mayores empresas de
EE.UU., y otra a la que llamó "S&P 500 sin Apple".
"En dos años y medio, no había recibido tantas respuestas como las que obtuve a partir de ese informe", relata Golub.
Los estrategas de Morgan Stanley, Goldman Sachs, Barclays Capital y
Wells Fargo han realizado análisis parecidos para neutralizar el impacto
de Apple en el índice.
Los resultados son llamativos. Las ganancias de todas las empresas
que forman parte del S&P 500 se encaminan a registrar un crecimiento
interanual de 6,6% para el cuarto trimestre. Al excluir a Apple, no
obstante, el alza de las utilidades para dicho lapso se reduce a 2,9%,
según los cálculos de UBS. "Al quitar esa sola empresa, es como ver la
luz a través de un prisma, se observan las cosas con más claridad", dice
Golub.
La combinación sin parangón de Apple de crecimiento frenético y
dimensión gigantesca implica que su éxito o fracaso puede cambiar la
evaluación de las ganancias de todas las grandes empresas
estadounidenses que cotizan en bolsa.
Mientras la mayoría de las empresas estadounidenses ha tenido que
esforzase a fondo para cumplir con las expectativas de ganancias, el
fabricante de iPhones y Ipads ha excedido los pronósticos más
optimistas. Apple anunció una ganancia de US$13.100 millones durante el
primer trimestre fiscal de 2012, terminado el 31 de diciembre, más del
doble que en igual lapso del año previo. Los ingresos aumentaron 73%, a
US$46.300 millones.
Las ganancias de Apple representan cerca de 6% del total del S&P
500, lo que transforma a la empresa californiana en el mayor
contribuyente a las utilidades del índice.
El efecto es más agudo en el sector tecnológico.
David Kostin, estratega jefe para EE.UU. de Goldman Sachs, prevé que
las ganancias de las tecnológicas crecerán 21% este año. La cifra, sin
embargo, caería a alrededor de 5% al excluir a Apple.
"Lo que está pasando con Apple es real, porque sus ganancias son
auténticas y cualquier riqueza resultante de Apple llega a manos de los
accionistas estadounidenses", explica Barry Knapp, estratega jefe de
Barclays Capital. "Pero para ser realmente capaces de observar las
tendencias y ver lo que está pasando (con el resto de las empresas), no
sólo una que resulta excepcional, es importante dejar de lado a Apple".
El martes, las acciones de Apple
subieron por octava jornada consecutiva, ganando US$6,86 por acción, o
1,36%, para alcanzar un nuevo máximo de US$509,46 el título. Apple
demoró apenas 34 días en pasar desde menos de US$400 a más de US$500 la
acción.
Este desempeño ha catapultado a los indicadores más amplios de
acciones estadounidenses, que le otorgan una mayor ponderación a las
empresas grandes como Apple. La ponderación de Apple en el S&P 500,
por ejemplo, es de 3,8%, superior a las de Microsoft e International
Business Machines (IBM) combinadas.
En el caso del índice Nasdaq 100, que reúne a las 100 mayores
compañías que cotizan en Nasdaq, la ponderación de Apple asciende a
16,6%, más que Intel, Google y Amazon.com juntas.
Desde 1980 a la fecha, otras cinco empresas, IBM, General Electric,
AT&T, Microsoft y Exxon Mobil, tuvieron en algún momento una
ponderación en el S&P 500 más alta que la de Apple a fines de
diciembre. De todas maneras, "el impacto de Apple es inmenso", señala
Howard Silverblatt, analista de índices de S&P Índices.
El experto añadió que Apple es responsable de más de 10% del alza de 7,4% que acumula el S&P 500 en lo que va del año.
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