lunes, febrero 20, 2012

Un presupuesto irresponsable


 

Los senadores republicanos (desde la izq.) David Vitter (Louisiana), Jeff Sessions (Alabama), Ron Johnson (Wisconsin) y John Barrasso, Wyoming, se preparan para una conferencia de prensa en el Capitolio de Washington sobre el presupuesto del presidente Obama, el 13 de febrero.
Los senadores republicanos (desde la izq.) David Vitter (Louisiana), Jeff Sessions (Alabama), Ron Johnson (Wisconsin) y John Barrasso, Wyoming, se preparan para una conferencia de prensa en el Capitolio de Washington sobre el presupuesto del presidente Obama, el 13 de febrero.
J. Scott Applewhite / AP
Hoy me comprometo a que, al final de mi primer período presidencial, habremos reducido a la mitad el déficit que hemos heredado.


Presidente Barack Obama, Febrero de 2009
Así comenzaron las cosas. Cuando la realidad se tornó embarazosa, la excusa oficial era que .... “en febrero de 2009 no sabíamos que el hoyo que habíamos heredado era tan profundo”. Esta excusa también pasó a mejor vida cuando los críticos del presidente dieron a la luz declaraciones de Obama haciendo la misma promesa casi un año después, en diciembre de 2009.
Hace una semana, la Casa Blanca hizo público su presupuesto federal para el año fiscal 2013, que comienza el próximo 1ro de octubre y que será el último presupuesto del primer período presidencial del presidente Obama. Lejos de reducir el déficit heredado a la mitad, este presupuesto es el cuarto presupuesto deficitario consecutivo de esta administración y echa por tierra la promesa de Obama que encabeza esta columna y que continuaba así:
“ ...reducir a la mitad el déficit que heredamos hacia el final de mi primer período presidencial. Lo haremos por medio de decisiones difíciles y encarando retos que no hemos encarado antes, para no dejarle a nuestros hijos una deuda que no podrán pagar”.
El presupuesto presentado hace una semana muestra todo el coraje y determinación de una base por bolas intencional. Justo antes de comenzar el entrenamiento de primavera. Es un presupuesto que propone gastar $47 trillones ($47,000,000,000,000) en 10 años y acepta, implícitamente, la inevitabilidad de una deuda nacional superior al valor de la economía nacional (Producto Doméstico Bruto) asegurando así que, a partir de 2022, el “servicio de la deuda”, o sea, los intereses sobre el dinero prestado será de $1 trillón ($1,000,000,000,000) anual, que es casi el doble del presupuesto de defensa.
Es un presupuesto con aumentos de impuestos de $1.9 trillones ($1,900,000,000,000) en 10 años, impuestos sobre la renta, sobre la herencia y otros y que usará esos ingresos no para reducir el déficit o reforzar Social Security, Medicare o Medicaid sino para “invertir en estímulos” que son tan dudosos como políticamente oportunistas.
Es un presupuesto que, para colmo de males, se basa en proyecciones económicas falsamente favorables. Las proyecciones de ingresos son más robustas que las del Congressional Budget Office (CBO) y no tenemos por qué creer en las proyecciones de la Casa Blanca. En 2009, las primeras proyecciones económicas del presidente Obama para el trienio 2010-2012 proyectaban déficits de $1.17 trillones, $912 billones ($912,000,000,000), y $581 billones ($581,000,000,000) respectivamente. Las cifras actuales resultaron ser $1.29 trillones, $1.3 trillones y $1.33 trillones (proyectado).
Es un presupuesto que pretende generar la lucha de clases, no importa cuán divisivo y perjudicial esto sea para la sociedad americana. Este mal llamado “presupuesto” no es más que un documento de campaña y trata de desviar la atención de sus peores y más fundamentales aspectos: su clara, increíble y completa irresponsabilidad fiscal.
No pasemos por alto que este documento expresa lo que el presidente Obama quiere hacer en términos de política fiscal en los próximos años. Es lo que él haría si tuviera completa libertad de acción. ¿ Y, qué sería eso? Después de presidir sobre tres de los mayores déficits presupuestarios en la historia del país, el presidente quiere proseguir al cuarto y terminar su primer período habiendo añadido $6.4 trillones ($6,400,000,000,000) a la deuda nacional, una cantidad equivalente a la deuda acumulada en los 232 años de república por todos los presidentes que lo antecedieron.
El hombre que prometió reducir los déficits anuales a la mitad, no ha estado ni cerca del objetivo. El hombre que prometió hacer decisiones difíciles no puede reclamar siquiera una. El hombre que prometió encarar retos que no habíamos encarado antes le ha dado la espalde a esos retos y ha llevado su negligencia al último año de su primer término. Un año que muchos esperamos sea, verdaderamente, su último año presidencial.

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