Betancourt elogia a presidentes latinoamericanos
BOGOTA --
La ex rehén Ingrid Betancourt afirmó el domingo que sobreponiéndose a sus miedos llegó a Colombia nuevamente en busca de nutrirse de la tierra que ama e iniciar una gira por Sudamérica para buscar que los "admirables" mandatarios de la región ayuden en la liberación de secuestrados.La ex candidata presidencial colombo-francesa, de 47 años, llegó a Bogotá el sábado por la tarde de Europa, donde estaba desde que, junto a otros 14 cautivos, un comando militar la liberara el 2 de julio de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Tras una serie de reuniones, incluyendo el sábado a su llegada con el presidente Alvaro Uribe y la mañana del domingo con ex secuestrados y algunas familias de personas que siguen retenidas, Betancourt, habló con la AP en un salón de la residencia del embajador francés en Colombia, Jean Michel Marlaud, antes de viajar a Quito e iniciar su gira de una semana por Sudamérica.
Con su periplo que la llevará también a Argentina, Brasil, Chile, Perú, Bolivia y quizá a una entrevista con el presidente venezolano Hugo Chávez, que aún no tiene confirmada, dijo, busca fomentar "un grupo de amigos en torno al objetivo claro de liberar a los secuestrados".
Pero tampoco, explicó, su idea es promover mediaciones o grupos internacionales de facilitadores.
"Creo que es muy importante no casarse con ninguna propuesta a priori...salir del tema 'cansón' de la mediación o de los facilitares porque ahí nos atollamos...(pero) estoy convencida que hablando se logra cosas".
Lo primero, agregó, es que los propios mandatarios y gobiernos entiendan "que esto no es un problema político, esto es un problema de hombres que llevan más de 11 años en la selva y que simplemente no podemos seguir aceptando que esto se prolongue".
Tiene que haber "una conmoción interna...como de asco de pensar que esto esta sucediendo".
Y los presidentes de la región, indicó, "todos son admirables".
"Pienso que son líderes absolutamente extraordinarios, es decir realmente cuando uno ve a América Latina de hoy es una América Latina extraordinaria...con líderes muy llamativos, todos diferentes, todos con unas trayectorias, es decir, interesantes", dijo.
"Claro, cada cual tiene su manera diferente de ser, su camino diferente y su opción política diferente", añadió Betancourt, quien llegó al país por "el amor por Colombia, la necesidad de volver a conectarme con mi gente".
"Volverme a nutrir de lo que yo amo...la tierra lo hala a uno", dijo.
También llegó con agentes franceses de seguridad, mientras en Bogotá cuenta con escoltas de la policía.
En medio de avisos de servicios de seguridad sobre la presencia de rebeldes en la zona, Betancourt fue secuestrada en febrero del 2002 en una carretera del Caguán, una región del sur del país, cuando iba en un vehículo sin escoltas y sólo en compañía de su entonces fórmula vicepresidencial, Clara Rojas, quien fue liberada por los rebeldes en enero pasado.
Ahora, dijo, sigue a pie juntillas lo que le dice la seguridad colombiana y la francesa.
"Obviamente (existe) el miedo porque yo en cada decisión que tomo vuelvo y revivo la decisión cuando me fui al Caguán", indicó Betancourt, madre de Melanie y Lorenzo. "Es una emotividad muy grande", pero además existe "la carga de la familia mía", agregó.
En la familia "vivimos demasiados años en el drama...mi hija me decía, 'mami yo quiero que tu estés ahí cuando yo me case, quiero que alces (cargues) mi niño cuando yo lo tenga'. Ni se ha casado, ni tiene niños, es decir, se está proyectando en el futuro...es la angustia de una ausencia" que pueda repetirse.
Para ella, las FARC han declarado como fugitivos a los rehenes que han quedado en libertad y teme una acción en su contra.
De allí que decidiera, tras recibir informes de la seguridad francesa y colombiana, ausentarse de una marcha realizada el viernes en distintas ciudades colombianas en favor de la liberación de rehenes, por lo menos 28 políticos, militares y policías en manos de las FARC.
"No soy experta en el tema de seguridad", dijo. "Pero sí fui víctima de la ausencia de seguridad, entonces en lo poco que yo sé, hago preguntas y cuando esas pocas preguntas no me satisfacen, simplemente no" hace algo, dijo.
Correa anuncia que expropiará tierras no productivas en un año
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, dio el sábado un año de plazo para que los propietarios de tierras las pongan a producir, o de lo contrario sus predios ‘‘serán expropiados'' por el Estado, en declaraciones en su programa semanal de radio y televisión.
Correa dirigió su advertencia a los dueños de tierras en la cuenca del río Guayas, una zona fértil del suroeste de Ecuador, que según él están tratando de ganar plusvalía sin producir. "Eso no lo vamos a permitir, ya basta de esa especulación, ya basta de ese rentismo'', dijo.
En ese sentido, lanzó un ultimátum a los propietarios --a los que llamó "pelucones'' (ricos)-- para que cultiven las tierras en los siguientes 12 meses.
"Se les va a dar un año (...), pero si no producen, esas tierras serán expropiadas'', advirtió.
"Ya basta (de) que el Estado haya invertido cerca de $2,000 millones en infraestructura de riego y otra clase de infraestructura y que haya inmensas propiedades rurales sin producción'', reiteró Correa.
El presidente aclaró que en caso de una expropiación el gobierno reconocerá el valor de los predios con base en un avalúo, y que se los dará a "campesinos que quieran trabajar''.
La actual Constitución -promovida por el gobierno y aprobada en referendo- autoriza al Estado a expropiar terrenos "de vocación agrícola y pecuaria que no cumpla la función social y ambiental'', previa "valoración e indemnización''.
Acusan a Ortega de manipular la Justicia
Disidentes sandinistas acusaron ayer al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de usar las instituciones públicas para ''intimidar y reprimir a sus opositores'' por la condena dictada al misionero laico de origen italiano Alberto Boschi.
El juez nicaragüense Celso Urbina condenó a un año de prisión a Boschi por las lesiones leves que sufrió el periodista oficialista Antenor Peña y por tenencia ilegal de un arma.
En un comunicado, el opositor Movimiento Renovador Sandinista (MRS), partido al que pertenece Boschi, dijo que ``el orteguismo ha condenado a prisión al misionero católico por un delito que no cometió, por un delito que no existió''.
Los hechos, durante los que Peña resultó con una lesión en su pierna derecha, ocurrieron el 30 de julio pasado en una céntrica rotonda de Managua cuando seguidores de Ortega impidieron a un grupo de jóvenes opositores protestar frente a grandes vallas publicitarias del Ejecutivo.
En esa ocasión se registró un enfrentamiento entre opositores y seguidores de Ortega en el que Boschi, nacionalizado nicaragüense, asegura no haber participado ya que, según su declaración, solo pasó por el lugar en el momento en que ocurrían los hechos.
Boschi ha reiterado que no agredió a Peña y que jamás ha portado ninguna clase de arma por ser enemigo de la violencia por su condición de misionero.
''La condena a un año de prisión a Boschi es una manifestación más del uso que hace el régimen de Ortega de las instituciones públicas para intimidar y reprimir a sus opositores'', reafirmó el MRS al que, en junio pasado, le fue retirada la personalidad jurídica por violar sus estatutos internos.
El MRS advirtió, además, que ``la víctima de la represión de las instituciones que controla el orteguismo hoy es Boschi, mañana puede ser cualquier otro ciudadano, hombre o mujer, empresario o trabajador, católico o no, cualquiera que no comulgue con el proyecto de Ortega''.
Los disidentes sandinistas reiteraron su llamamiento a todas las fuerzas políticas opositoras, movimientos sociales y gremiales y a ciudadanos independientes a conformar una ``gran unidad nacional contra la dictadura de Daniel Ortega''.
Distintos periodistas han sido atacados por seguidores de Frente Sandinista.
Por su parte, AFP reportó que el secretario nacional del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) diputado Francisco Aguirre propuso este sábado un nuevo acuerdo de gobernabilidad para superar la actual crisis política postelectoral que mantiene paralizado el poder Legislativo de Nicaragua.
La prensa y algunos otros medios locales han especulado que legisladores del gobernante Frente Sandinista y del Partido Liberal Constitucionalista mantuvieron las primeras conversaciones en torno a las posibilidades de un nuevo acuerdo de gobernabilidad, la semana pasada, en Guatemala, en un encuentro internacional.
Calderón promete combatir la corrupción en la Policía
MEXICO --
El presidente de México prometió el domingo que no negociará con el narcotráfico y combatirá la corrupción dentro de la policía y el gobierno, puesta en evidencia recientemente por un escándalo de sobornos por capos de la droga.Asimismo, Felipe Calderón dijo durante un desayuno con motivo de sus dos primeros años en el poder que continuará la lucha de su gobierno contra la delincuencia organizada, sin importar lo violenta que sea, y que se asegurará de que el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, haga su parte en el combate contra el narcotráfico cuando asuma el poder, el 20 de enero.
Calderón ha expresado desde hace tiempo que es necesario que los estadounidenses hagan más para detener el flujo de drogas y el ingreso de armas hacia México. Obama ha dicho que hará ambas cosas.
Recientemente, las autoridades mexicanas han revelado que funcionarios en el ejército, la Procuraduría General de la República y la policía federal han sido sobornados por el más poderoso cartel del narcotráfico mexicano, el de Sinaloa.
El jueves, las autoridades dijeron que casi la mitad de los policías mexicanos examinados este año no cumplen con los antecedentes y requisitos de seguridad necesarios para el cargo.
La proporción se eleva a casi nueve de cada 10 policías en el violento estado fronterizo de Baja California.
El escándalo afectó las acciones contra los carteles promovidas por Calderón, pero el presidente mexicano dijo que no desistirá y prometió eliminar la corrupción dentro de su propio gobierno.
Agregó que las autoridades buscan crear una nueva generación de policías y que el combate contra el narcotráfico ha reportado el decomiso de 70 toneladas de cocaína y 3.708 toneladas de marihuana, equivalente a 20 dosis de cada una de esas drogas para los más de 100 millones de habitantes de México.
"Hoy padecemos las consecuencias de años de indiferencia ante el cáncer de la criminalidad, la impunidad y la corrupción. Este mal se convirtió en una amenaza para la paz y el bienestar de las familias mexicanas y representa un desafío para la viabilidad misma del Estado", dijo.
El presidente mexicano habló el domingo durante un desayuno con motivo de sus primeros dos años en el poder. Asumió el 1 de enero de 2006.
Poco después de ser elegido presidente, Calderón envió más de 20.000 soldados a todo el territorio nacional para enfrentar a las poderosas mafias del narcotráfico.
Los carteles respondieron con una campaña violenta que incluyó cadáveres decapitados en las calles. Más de 4.000 personas han muerto por la violencia en lo que va del año.
Calderón dijo que en la lucha contra la delincuencia, el gobierno ha puesto a disposición de las autoridades a más de 53.000 personas, entre ellas algunos de los líderes y lugartenientes más peligrosos y buscados de todos los cárteles del narcotráfico.
"Con su detención, ha quedado claro que el gobierno federal no ha negociado ni negociará con organización criminal alguna, y que combate sin distingos a todos aquellos que atentan contra la vida, la seguridad y la paz de los mexicanos", aseguró.
Días que conmovieron a la embajada de Estados Unidos en Cuba
La pregunta quedó sin resolver.
Ninguno de los miembros del somnoliento equipo del embajador de Estados Unidos en Cuba, Earl E. T. Smith, se atrevió a dar una respuesta definitiva cuando el diplomático preguntó si alguien tenía idea de qué clase de gobierno impondrían los rebeldes del Movimiento 26 de Julio que a esa hora escalaban al poder en La Habana.
Eran las 10 de la mañana del primero de enero de 1959 y Estados Unidos no sabía si Fidel Castro era comunista.
"Nuestra información sobre el asunto hasta hoy es peligrosamente inconclusa'', escribió Smith un mes antes, en un telegrama secreto, al pedir ayuda a sus jefes en el Departamento de Estado para establecer "más allá de cualquier duda'' en qué medida el movimiento de Castro estaba penetrado por el comunismo internacional.
Quizás fue esa desorientación política, esa peligrosa incertidumbre, la que determinó en gran parte la angustia y confusión que se vivió en la sede diplomática en los días siguientes al triunfo de la revolución, cuando miles de estadounidenses, entre residentes, estudiantes y turistas, pedían información a su gobierno sobre cómo salir de la isla.
Los tropas de Castro y la embajada, los dos centros de poder más organizados en medio del desconcierto, no sabían en qué dirección se movería el otro y cada uno seguía muy de cerca las maniobras del contrario.
Armados de desconfianzas y expectativas, ambas fuerzas pulsaron su autoridad procurando imponer sus órdenes. Estados Unidos estuvo a punto de enviar submarinos y fragatas de guerra para rescatar a los americanos. Pero al final, ambos poderes terminaron por entenderse en las cosas prácticas sin un solo disparo ni un rasguño de por medio.
La feroz batalla ideológica vendría después y estaría marcada por esa misma sensación de oscurantismo que confesó Smith en su telegrama, pero esta vez a nivel presidencial.
En efecto, el propio presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, a menos de cinco días del triunfo de la revolución, se reunió con el director de la CIA, Allen Dulles, para reclamarle que ‘‘por una u otra razón los elementos principales de la si-tuación cubana no le habían sido presentados'', según un reporte de la reunión.
Los detalles de cómo se vivieron esas horas de tensión tras las paredes del edificio de la embajada de Estados Unidos en el malecón habanero quedaron plasmados en laboriosos informes que llevan sellos de "secreto'' y "ultra confidencial'', escritos por los funcionarios diplomáticos en escapadas fugaces de la febril jornada de evacuación.
Los documentos han sido desclasificados, y hoy, 50 años después, ofrecen una fascinante perspectiva de un momento que cambió la historia de ambos países.
El Nuevo Herald examinó decenas de dichos documentos en los Archivos Nacionales de Washington.
Minutos antes de que el avión que llevaba al depuesto dictador Fulgencio Batista a Republicana Dominicana partiera del aeropuerto de la base militar de Columbia, a las 4 de la mañana, la embajada recibió una llamada del ministro de Relaciones Exteriores, Gonzalo Güell, anunciando la salida del país del mandatario.
Antes del amanecer los principales funcionarios diplomáticos se reunieron en la embajada y autorizaron la difusión radial de una advertencia a los ciudadanos estadounidenses para que permanecieran en sus casas y hoteles.
"Se esperaba en general que el colapso del gobierno de Batista resultaría en un quebrantamiento de las fuerzas del orden y desataría pasiones violentas que traerían el caos y el derramamiento de sangre a la ciudad hasta que el orden fuese establecido por las fuerzas de la revolución'', escribió Smith en su resumen de la jornada.
Al triunfo de la revolución, el primero de enero de 1959, el reto logístico de la embajada era enorme. Cuba albergaba a 7,839 residentes y 1,300 turistas estadounidenses, la mayoría de los cuales quería saber qué hacer, a dónde ir, qué pasaría con ellos.
Por eso no fue sorprendente, aunque sí agotador, que en los primeros cuatro días de enero, la embajada recibiera 12,000 llamadas telefónicas en los seis aparatos que funcionaron día y noche en la Oficina de Bienestar (Welfare Office), de acuerdo con un reporte de esa dependencia.
Ante la noticia, los sentimientos de los norteamericanos tenían diferentes tonalidades de nerviosismo. Algunos lo tomaban tranquilamente, como una aventura, pero muchos querían salir de la isla de inmediato, intimidados por las aún frescas versiones de los secuestros de personal civil y militar cometidos por los rebeldes.
Probablemente la mayor provocación en ese sentido ocurrió en la tarde del 27 de junio del año anterior, cuando los guerrilleros secuestraron a 24 pasajeros de un autobús de la base naval de Guantánamo, entre quienes se encontraban 11 marinos. Los demás eran trabajadores civiles de la base.
Indignado, el embajador Smith, quien había sido campeón de boxeo en sus años de universidad, consultó con sus supervisores la posibilidad de divulgar un comunicado en el que se contemplaba la acción militar si el Movimiento 26 de Julio no liberaba a los detenidos.
El Departamento de Estado pidió calma y consideró que la amenaza crearía una tensión problemática para los rehenes, que finalmente fueron liberados.
Smith nunca estuvo a gusto con la actitud relajada de su gobierno ante la creciente amenaza del movimiento revolucionario cubano. Aseguraba que Castro no hubiera podido llegar al poder sin la ayuda de Estados Unidos. El ex financista de Wall Street que fue alcalde de Palm Beach, renunció a su cargo en la embajada a los pocos meses del triunfo de la revolución. Falleció en 1991.
"Era un hombre pragmático que no tuvo tiempo de mostrar el carácter de interventor norteamericano de los embajadores anteriores; parecía diferente, ése era el sentir de la gente de a pie del movimiento'', señaló el historiador José Alvarez, quien militó en el Movimiento 26 de Julio.
Mientras el representante de los rebeldes en Estados Unidos, Ernesto Betancourt, defendía el carácter civilizado de la revolución, el asedio a las empresas estadounidenses no se podía ocultar. Centrales azucareras y complejos mineros como la planta de níquel en Nicaro, fueron constantemente objeto de sabotajes.
Según un informe de octubre de 1958 del Departamento de Estado, las pérdidas de las empresas estadounidenses por las acciones de los rebeldes en los nueve meses corridos de ese año sumaban $2.2 millones (unos $14 millones de hoy). Las más afectadas eran las centrales azucareras, por la destrucción de las plantaciones de caña.
Cada vez que alguna de estas incursiones tocaba intereses de Estados Unidos, funcionarios del Departamento de Estado y diplomáticos de La Habana protestaban ante Betancourt, representante del Movimiento 26 de Julio en Washington y recaudador de fondos para los rebeldes.
Ante él se quejaron de los secuestros no sólo de los marinos sino de dos empleados de Texaco en Santiago; del cobro de $10,000 a un complejo azucarero por parte del movimiento para financiar la compra de armas, y de la distribución de propaganda antiestadounidense.
Betancourt, según los reportes, se disculpaba, acogía las denuncias y prometía que se las comunicaría a los jefes revolucionarios, pero también se quejaba de la actitud hostil de Smith, de quien resentía que se refiriera a los rebeldes como "bandidos''.
Decepcionado del gobierno de Castro, Betancourt abandonó años después Cuba y en Estados Unidos, donde ocupó la dirección de Radio Martí, se dedicó a denunciar los abusos del régimen y los presuntos nexos del gobierno cubano con el narcotráfico y el lavado de dinero.
El embajador Smith tenía listo un plan de evacuación en el que todo estaba previsto, menos que el nuevo gobierno se opusiera a la salida de barcos y aviones de la isla. Castro y sus comandantes argumentaban que esa operación suponía un incumplimiento de la huelga general decretada ya que se requería de personal cubano que ayudara en el despacho de las naves.
Un telegrama enviado a Washington por Smith a las 6:43 de la tarde del primero de enero resumía así la situación de La Habana:
"Tenemos más de 200 americanos, la mayoría turistas, en hoteles del centro de la ciudad, y algunos estudiantes, pidiendo asistencia a la embajada para regresar a Estados Unidos. El aeropuerto y el puerto de La Habana están cerrados. No hay taxis disponibles. Las calles están controladas por elementos irresponsables, la mayoría de los cuales están armados. Requerimos el envío de embarcaciones navales o comerciales para despachar los mencionados estadounidenses''.
Un capitán de la Armada de Estados Unidos, identificado como Harris, anunció el despacho de un submarino y dos fragatas de guerra desde Key West para coordinar la evacuación, como preámbulo a la salida de otra embarcación con 250 marinos. Pero el plan causó espanto en Washington, donde consideraban que la publicidad sobre semejante despliegue de fuerzas sólo serviría para provocar una ruptura de las ya difíciles comunicaciones con los rebeldes.
El Departamento de Estado suspendió la operación y acogió una nueva solicitud del embajador: el envío del transbordador City of Havana desde Key West para recoger a mujeres, niños y hombres mayores de 38 años.
Al mismo tiempo, la embajada empezó a hacer gestiones para el traslado de ciudadanos americanos por vía aérea. Contaba con el ofrecimiento de la aerolínea Panamerican de poner en funcionamiento un puente aéreo entre Cuba y Estados Unidos.
Desde Key West se anunció que el transbordador arribaría a La Habana en la tarde del 2 de enero. Pero a las 11 de la mañana, la comandancia de Castro le comunicó a la embajada que no autorizaba la llegada del barco ni la salida de aviones de PanAmerican para que la huelga continuara en pleno.
La embajada explicó que el embarque de pasajeros en el transbordador no requeriría del trabajo de ningún empleado.
Un poco antes de llegar la embarcación al puerto, los rebeldes autorizaron la evacuación, y para ello escoltaron al personal evacuado.
Tras una maratónica jornada , a las 8:45 p.m. el City of Havana, con 508 pasajeros, salió sin ningún inconveniente rumbo al sur de la Florida. La autorización fue dada por un comandante del M-26-7 y dos oficiales de la marina, uno de ellos de apellido Ponce y el otro Linas.
Hasta ese momento, varios vuelos de Cubana de Aviación procedentes de Miami habían aterrizado en el aeropuerto de La Habana, llenos de exiliados cubanos que habían combatido a la dictadura de Batista y que regresaban a celebrar el triunfo de la revolución. La operación había sido autorizada por los comandantes rebeldes, pero con una condición que enfureció a la embajada: los aviones debían volver a Miami sin pasajeros.
La embajada esperaba que esas mismas aeronaves fuesen utilizadas para despachar a unos 800 turistas y residentes que esperaban en varios hoteles de La Habana.
En ese punto, Smith propuso una solución del mismo tenor de la que impusieron los rebeldes.
"Se recomienda que el Departamento de Estado prohíba la salida de más cubanos de Estados Unidos hasta que se permita a los estadounidenses salir de Cuba'', escribió en un mensaje al mediodía del 2 de enero.
No está claro si los revolucionarios conocieron esa amenaza. Lo cierto es que cedieron, pero pocas horas después el comandante rebelde Diego revirtió la decisión, sin dar mayores argumentos.
"No tiene idea de las repercusiones internacionales de sus actos'', escribió Smith.
En las calles de La Habana se presentaban tiroteos entre los rebeldes y reductos de la policía de Batista. En esas condiciones, el embajador no encontraba un interlocutor válido del Movimiento 26 de Julio para examinar las opciones de evacuación.
Entre tanto, la embajada era inundada con reportes de nuevos grupos de estadounidenses urgidos por abandonar la isla y versiones de que la comida en los hoteles empezaba a escasear. Desde Varadero se informaba que 80 estadounidenses esperaban ansiosos algún medio para ser evacuados.
"Hasta ahora imposible encontrar persona suficiente autoridad permita vuelos comerciales estadounidenses o al menos obtener comida para americanos en hoteles'', indicó Smith en un telegrama enviado a las 5:32 p.m. del 3 de enero.
Desde Washington, el Departamento de Estado respondió:
"Esperamos que los representantes de Castro entiendan que cada acción de ellos está siendo observada de cerca en este país y que cualquier desliz de su parte puede perjudicar en forma permanente los sentimientos hacia ellos de parte de todos los estadounidenses''.
A medianoche, por sugerencia de Carlos Piad, simpatizante de la revolución, se logró hacer contacto con el coronel Vicente León, quien fue identificado como jefe de la policía nacional del régimen de transición. León dijo que comprendía la situación pero que en ese momento sus compañeros, incluido el comandante Diego, estaban repeliendo los ataques armados o en un puesto de policía de La Habana.
Dos horas después, Julio Duarte, un coordinador civil del movimiento insurgente que había viajado en la noche desde Santiago a La Habana por instrucciones de Raúl Castro, autorizó la salida en avión de los ciudadanos estadounidenses, aunque advirtió que los británicos y canadienses no tendrían el mismo tratamiento, en represalia por la reciente venta de armas a Batista hecha por su gobierno.
Tres equipos de funcionarios consulares y del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) se presentaron en los hoteles Capri, Hilton y Nacional, Riviera y Presidente para adelantar la documentación de los pasajeros.
Una caravana de carros de la embajada se unió al convoy de los rebeldes que escoltaron a los evacuados desde el Hotel Nacional hasta el aeropuerto Rancho Borreros. La caravana empezó a las siete y media de la mañana.
El primer vuelo, operado por Cubana de Aviación, salió a las 9 de la mañana y a partir de ese momento se despachó un avión cada 20 minutos a Miami, con excepción de un vuelo que llevó a 90 personas a Nueva York. Los pasajeros debían pagar el boleto a precios normales.
A la 1 pm. del 4 de enero, el transbordador City of Havana salió con 300 estadounidenses más.
"Nos complace anunciar que ningún estadounidense ha sufrido heridas'', reportó Smith ese día.
Sin embargo, anotó con cierto disgusto que, aunque había espacio en la embarcación para más familias, no se utilizó porque muchos jóvenes preferían hacer el viaje en avión.
A las 5:09 de la tarde del 3 de enero, la embajada reportó la evacuación de 1,722 personas. El último vuelo con estadounidenses salió dos días después, a las 11 p.m. La huelga había sido levantada.
En total, la embajada tramitó la salida, por mar y aire, de 2,073 personas, de las cuales 813 partieron en barco a Key West; 1,080 por avión a Miami desde La Habana y Varadero, y 180 a Nueva York.
"No hay más planes de evacuación en este momento en vista terminación de la huelga, pero la embajada prepara nuevas operaciones si la situación se altera'', escribió Smith.
Era la 1:49 de la madrugada del 5 de enero y Smith ya tenía una respuesta a la pregunta que no había podido responder cuatro días antes respecto a la naturaleza del gobierno que, para entonces, ya estaba encaramado en el poder.
Chávez pide ayuda para lograr la reelección y gobernar 'hasta el 2021'
El presidente de Venezuela Hugo Chávez autorizó este domingo a su partido a impulsar una "enmienda'' que incluiría su "reelección'', y afirmó estar "listo'' para gobernar "hasta el 2021'', pese a que su segundo y último período de seis años finaliza en 2013.
"Yo les doy mi autorización al Partido Socialista Unido de Venezuela PSUV, al pueblo venezolano, para que inicien el debate y las acciones para lograr la enmienda constitucional y la reelección del Presidente de la República, y estoy seguro que ahora sí lo vamos a lograr'', dijo Chávez en la juramentación del alcalde del municipio Libertador de Caracas, el oficialista Jorge Rodríguez.
"Si Dios quiere y me da salud, estoy listo para estar con ustedes hasta el 2019, hasta el 2021. Lo que Dios diga y lo que el pueblo mande (...) Vamos a demostrar quién manda en Venezuela, ¡uh,ah, Chávez no se va!'', agregó.
El presidente venezolano no dio detalles de cuándo se activará el proceso para impulsar la enmienda.
En 2007, Chávez propuso una reforma a la Constitución de 1999 que incluía, entre otros 69 artículos, la reelección indefinida del presidente, pero fue rechazada con 50.70 por ciento de los votos en un referéndum.
Esa fue la primera derrota electoral del mandatario venezolano, que fue reelecto en diciembre de 2006 para un período de seis años.
Según Chávez, tras la derrota en el referéndum, "me dije: 'no debo insitir en el tema, lo que debo es trabajar duro estos cinco años que me quedan'''.
Pero su idea parece haber cambiado tras los resultados de las pasadas elecciones regionales del 23 de noviembre, en las que la oposición ganó cinco gobernaciones además de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, las zonas más populosas y ricas del país.
"Ahora, viendo más clara la gran amenaza que se cierne sobre el pueblo venezolano con estos fascistas que, apenas porque ganaron una gobernación, una alcaldía (...) en vez de reflexionar, están aupando el fascismo arremetiendo contra el jefe de Estado, contra el pueblo'', dijo Chávez sobre los dirigentes opositores.
En los últimos meses sectores opositores y aliados del chavismo aseguraron que los comicios regionales servirían para medir la oportunidad de volver a proponer la reelección presidencial indefinida.
Para el primer vicepresidente del PSUV, general Alberto Müller, aunque "el presidente Chávez ha entendido que el sistema político venezolano no puede estar condicionado por la presencia de una persona'', también considera que "en las condiciones actuales, aun con el partido, su figura juega un papel simbólico en la unidad y estabilidad del sistema''.
Según el dirigente político, al cabo de diez años en el poder, Chávez cuenta con un índice de popularidad de más de 55 por ciento en todos los estados del país, mientras que el PSUV y la propuesta del socialismo tienen 45 por ciento de las simpatías.
Las propuestas de enmienda a la constitución pueden partir del 15 por ciento de los electores, mediante una recolección de firmas, o de un 30 por ciento de los integrantes de la Asamblea Nacional (Parlamento), o incluso del presidente.
Según la Constitución de 1999, la enmienda "tiene por objeto la adición o modificación de uno o varios artículos'', pero no puede "alterar la estructura fundamental'' del texto.
Chávez llamó a realizar "las acciones que haya que tomar en la Asamblea Nacional (mayoría oficialista) y en las calles para lograrlo''.
De aprobarse esta enmienda en 2009, Chávez podría aspirar a gobernar por dos periodos presidenciales adicionales: del 2009 al 2015, y del 2015 al 2021, año de marca el bicentenario de la independencia de Venezuela, cuya conmemoración el mandatario ha reiterado su deseo de presidir.
Icahn aumenta su participaciòn en Yahoo a 5,5%
Por Bhattiprolu Murti
Dow Jones Newswires
El inversionista multimillonario y director de Yahoo Inc. Carl Icahn compró recientemente cerca de 7 millones de acciones de la compañía, aumentando su participación al 5,5%, según documentos presentados a la agencia reguladora.
Icahn adquirió 6,78 millones de acciones a un precio promedio de US$9,88 –para un total de US$67 millones- desde el lunes al miércoles, según datos de Washington Service.
Tras las últimas compras, Icahn cuenta con 75,6 millones de acciones, según documentos presentados el miércoles a la Comisión de Bolsa y Valores. Las acciones de Yahoo subían recientemente un 8,60% a US$11,49.
Durante el verano, Icahn lanzó una batalla para reemplazar al directorio de Yahoo con sus designados, incluyéndose a sí mismo. Al mismo tiempo, Icahn señaló que Yahoo había actuado irracionalmente y que había perdido la confianza de los inversionistas y de Microsoft Inc. (MSFT), empresa que había presentado una oferta de US$47.500 millones, o US$33 por acción, por Yahoo. Luego, Icahn abandonó su oferta, que realizó a través de representantes, a cambio de tres puestos en el directorio ampliado.
Previamente este mes, el presidente ejecutivo de Yahoo, Jerry Yang, anunció que renunciaría tras 18 meses en el puesto. La compañía declaró que está buscando un nuevo presidente ejecutivo.
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