lunes, noviembre 24, 2008

Otras noticias internacionales

El gobierno de EE.UU. se acercaba ayer por la noche a un acuerdo para asistir a Citigroup al eliminar miles de millones de dólares en activos tóxicos de los libros contables del banco, según fuentes cercanas. El pacto incluiría la creación de una entidad para absorber parte de los US$1,23 billones (millones de millones) en activos ligados a hipotecas y otros valores que, según inversionistas, podría producir enormes pérdidas en Citigroup.

Moeller-Maersk, la mayor empresa de transporte marítimo de carga del mundo, anunció que recortará en 8% la capacidad de carga entre el Oriente y Norteamérica. La empresa danesa también firmó un acuerdo con la francesa CMA-CGM, la tercera del rubro, para compartir buques y reducir su oferta, en respuesta a la caída en la demanda.

Blackstone, firma de capital privado de EE.UU., reducirá la magnitud de un fondo de cobertura enfocado en Asia que planeaba lanzar, desde US$1.000 millones a un máximo de US$200 millones, porque la crisis financiera mundial causó la retirada de inversionistas, según fuentes al tanto.

Arabia Saudita recortó sus tasas de interés en un punto porcentual y redujo el límite de reservas de sus bancos de 10% a 7%, según un banquero del país árabe, que no divulga las medidas de su autoridad monetaria. La economía ha sido golpeada por la caída del petróleo y otros factores, y su bolsa perdió 61% este año.

Algunos de los mayores nombres de Wall Street, como Merrill Lynch, Citigroup, Deutsche Bank y UBS, hicieron grandes apuestas contra el banco de inversiones Morgan Stanley cuando éste se acercaba a la quiebra, según registros de operaciones analizados por The Wall Street Journal. Las autoridades de EE.UU. también investigan el tema para averiguar si hubo alguna transacción irregular en las operaciones. Por ahora, no hay pruebas de actividad ilegal. Morgan se convirtió en banco tradicional, sujeto a reglas más estrictas.

El banco español La Caixa confirmó que tuvo negociaciones sobre la venta de parte de su 12% en la petrolera española Repsol YPF con la rusa Lukoil, pero agregó que el acuerdo depende de que la constructora española Sacyr Vallehermoso también acuerde vender su 20% en Repsol a Lukoil. Sacy informó que está abierta a negociaciones.

Las constructuras de EE.UU. presionan al gobierno por un paquete de estímulo de US$250.000 millones, al esgrimir que la única salida para la crisis financiera es la recuperación del valor de las viviendas.

Basilea, firma suiza de biotecnología, informó que el comité consultor de la Unión Europea otorgó su visto bueno para un nuevo antibiótico contra bacterias resistentes, llamado Zevtera, lo que abre camino a la aprobación del medicamento.

Petrobras, petrolera estatal de Brasil, anunció el hallazgo de una gran reserva de petróleo en la capa "presal" en la costa del estado de Espírito Santo, con entre 1.500 millones y 2.000 millones de barriles de petróleo. Tras el hallazgo, la reserva total de crudo en esta región sube a 3.500 millones de barriles.

La Justicia argentina decidió intervenir Aerolíneas Argentinas, del grupo español Marsans, a petición del gobierno, según la Secretaría de Transporte, que asumirá la gerencia. Marsans y el gobierno no han llegado a un acuerdo sobre el precio de venta a Argentina de la aerolínea. Marsans ha dicho que apelará.

Canadá y Colombia firmaron un tratado de libre comercio, pero el pacto aún debe ser ratificado por los legisladores. A su vez, Perú y Corea del Sur acordaron iniciar negociaciones para un TLC.

El Congreso argentino decretó que la participación de 24,7% de la española Telefónica en Telecom Italia viola las leyes antimonopolio y pidió al ejecutivo tomar "las medidas necesarias" para evitar actividades monopolísticas. Las filiales de las dos empresas dominan los mercados de telefonía móvil y fija y los servicios de Internet en el país.

Los ecuatorianos que viven en el extranjero enviaron en el tercer trimestre un total de US$706,6 millones en remesas a su país, 13% menos que lo reportado en el mismo lapso de 2007, informó el banco central.

Lamborghini, fabricante italiano de autos de lujo, planea expandirse a los grandes mercados de Latinoamérica, abriendo inicialmente concesionarios en México y Brasil, informó su presidente Stephan Winkelmann.

Summers y Geithner, en sus propias palabras

Por Michael M. Phillips, Sudeep Reddy y Louise Radnofsky

WASHINGTON— Al escoger a Timothy Geithner y Lawrence Summers para dirigir su equipo económico, el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, apuesta a una pareja de estudiante y maestro que forjaron una sociedad mientras combatían la última crisis financiera mundial.

Los dos hacían parte de un equipo que forjó un paquete de rescate de US$100.000 millones para ayudar a calmar la crisis asiática de finales de los años 90, cuando el colapso de la moneda tailandesa provocó que los inversionistas salieran en desbandada de los mercados emergentes, desde Corea del Sur a Brasil. Los dos hombres emergieron de esta experiencia con la creencia de que las políticas gubernamentales agresivas podrían definir el curso de las economías de EE.UU. y el mundo.

"Las decisiones que ellos van a tomar (Summers como el director del grupo de asesores económicos de Obama y Geithner, si es confirmado, como secretario del Tesoro), en los primeros 100 días de su gobierno podrían dejar una marca en la economía por tres o cuatro décadas", dijo el economista Kenneth‐ Rogoff‐, quien enseña en la Universidad de Harvard junto a Summers y trabajó con Geithner en el Fondo Monetario Internacional.

El historial de Geithner y Summers sugiere perspectivas más pragmáticas que ideológicas en una serie de temas que probablemente enfrentarán después que Obama asuma la presidencia en enero. A continuación, algunas de sus ideas sobre algunos de los principales temas económicos y financieros, extraídas de discursos, entrevistas y recuerdos de otros.

Sobre el rol del gobierno en una crisis financiera:

"Hay una buena posibilidad de que el mundo mire a este período [de la crisis asiática] y decida que el mundo mostró ser mucho más resistente no sólo por la fortaleza de la economía estadounidense… sino debido a la combinación de la escala de la ayuda financiera que nosotros implementamos y la respuesta de los gobiernos".

—Geithner, 1999

Sobre el rol de la toma de riesgos en la economía:

"La gente no puede tener otra reacción a estar horrorizados por los fracasos en la gestión de riesgo que han llevado a esta enorme tormenta en los mercados financieros del país y en las vidas de un grande número de familias".

—Summers, diciembre de 2007

"Lo que uno quiere hacer es diseñar un sistema que no prevenga que la gente pierda dinero y cometa errores… porque eso es inevitable. Lo que uno quiere es asegurarse que dirija un sistema en el que las consecuencias de esos errores sean menos dañinas y resulten en menos secuelas para los más prudentes y para la economía en general. Ese balance es muy complicado".

[Geithner, Timothy]

Timothy Geithner

—Geithner, julio de 2008

Sobre usar el presupuesto gubernamental para estimular a la economía:

"Las medidas insuficientes para contener las fuerzas recesionarias tienen consecuencias mucho más serias que las medidas excesivas para contener las fuerzas recesionarias".

—Summers, diciembre de 2007

"Creo que vamos a necesitar algún ímpetu para la economía por dos o tres años".

—Summers, Noviembre de 2008

Las perspectivas de Geithner "son de que en la crisis obviamente vamos a tener déficits, pero Tim es muy sensible a la necesidad de una responsabilidad fiscal a largo plazo".

—R. Glenn Hubbard, ex presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, noviembre de 2008

Sobre la necesidad de que los bancos incrementen sus reservas de capital durante los buenos tiempos para que puedan prestar más durante los tiempos de crisis:

"Necesitamos asegurarnos de que en los periodos de expansión, en períodos de estabilidad relativa, las instituciones financieras y la infraestructura centralizada del sistema mantengan recursos adecuados en contra de las pérdidas y las presiones de liquidez que pueden surgir en los declives económicos".

—Geithner, julio de 2008

[Summers, Lawrence]

Lawrence Summers

"La gran ironía de las crisis financieras es que las propias políticas que serían las más deseables para prevenir que suceda son contraproducentes una vez comienzan. Hace dos o tres años, deberíamos haber tenido menos liquidez, menos préstamos, menos expectativas de apreciación de los precios y más cautela por parte de las instituciones financieras. Los problemas de hoy provienen de la iliquidez, la falta de cautela, la carencia de préstamos y la expectativa de depreciación"

—Summers, diciembre de 2007

Sobre crear una cámara de liquidación de crédito de alto riesgo:

"Estos son los tipos de esfuerzos en donde el retorno casi nunca es cuantificable, debido a que el resultado se presenta en la evasión de una crisis".

—Geithner, octubre de 2004

Sobre un nuevo sistema de regulación financiera:

"La estructura convencional de gestión de riesgo de hoy en día se concentra demasiado en la amenaza a una firma por parte de sus propios errores y muy poco en el potencial de que los errores estén correlacionados a lo largo de las firmas". La estructura regulatoria existente es "una red enormemente compleja de reglas que crean incentivos perversos y dejan grandes oportunidades para el arbitraje y la evasión y crean el riesgo de amplias brechas en nuestro conocimiento y autoridad".

—Geithner, junio de 2008

Sobre el rol futuro de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac:

"Creo que estas decisiones necesitan ser tomadas cuidadosamente y con mucha deliberación en vez de en base a cualquier tipo de discurso ideológico y ciertamente, el desastroso desempeño tanto de los mercados subprime como jumbo, en donde no hubo un involucramiento del gobierno, necesita ser llevado en cuenta para establecer el curso".

—Summers, Septiembre de 2008

Sobre el comercio y el proteccionismo:

Geithner "será una voz muy fuerte para el libre comercio en el gobierno... Él representa el centro en el espectro económico".

Fraude electoral en Nicaragua

Por Mary Anastasia O'Grady

Cada crisis presenta una oportunidad. Esa parece ser la forma de pensar del presidente de Nicaragua Daniel Ortega, quien está intentado robar unas elecciones mientras gran parte del mundo está concentrado en la conmoción financiera que amenaza la economía global.

El 9 de noviembre, Nicaragua celebró elecciones municipales en 146 ciudades y municipios. En un país tan pequeño estas contiendas son importantes porque los alcaldes tienen bastante autonomía y pueden actuar como una extensión del poder del gobierno central. Pero esta ronda de votaciones era aún más importante que lo habitual. Consolidar al poder marxista en Nicaragua es una de las principales metas del presidente venezolano Hugo Chávez y Ortega debe llevar a cabo ese plan. Si falla, será otro revés para el sueño de la extrema izquierda de establecer una base comunista en América Central.

La dictadura sandinista encabezada por Ortega dominó al país de 1979 a 1990. Desde que ganó la presidencia en 2006 con el 37% de los votos, ha demostrado que, como su amigo Chávez, los controles institucionales sobre su poder le resultan bastante inconvenientes. El índice de popularidad de Ortega ha bajado a cerca del 20%, lo que sugiere que aunque es el Jefe de Estado, muchos nicaragüenses desearían ahora que no fuera así.

Es dentro de este panorama que Ortega parece haber decidido que la victoria sandinista en las elecciones municipales del 9 de noviembre era indispensable. El gobierno ha proclamado el triunfo de sus candidatos en 94 municipalidades, pero la oposición habla de fraude. Esto ha desatado un fuerte enfrentamiento.

Las prácticas cuestionables sandinistas comenzaron mucho antes de que abrieran los centros de votación. Sin causar sorpresa, dada la historia de "revolucionario" de Ortega, la violencia fue una táctica de campaña clave. Y no lo digo yo. Nada menos que la organización no gubernamental (ONG) conocida como la Oficina de Washington sobre América Latina —conocida por su política izquierdista— advirtió de una represión patrocinada por el Estado antes de las elecciones.

En un comunicado del 6 de noviembre, la organización escribió: "Nos alarma el creciente clima de intolerancia hacia aquellos que se perciben como críticos del gobierno federal. El ataque físico en contra de una marcha de activistas de un partido de oposición y la aparente falta de voluntad de la policía para restablecer el orden, las investigaciones criminales en contra de varias organizaciones de la sociedad civil y de sus lideres, al igual que la investigación a ONGs internacionales que han financiado a varias de estas organizaciones, es extremamente preocupante". La Oficina de Washington sobre América Latina también hizo referencia a "actos violentos, por partidarios del gobierno, en contra de defensoras y defensores de los derechos humanos".

El terror no era la única herramienta a disposición de Ortega. Como mencionó esta columna hace varias semanas, sus esfuerzos de campaña fueron respaldados por Chávez, quien le envió millones de dólares en petróleo a Ortega pero pide que le paguen sólo el 50% de lo entregado. El resto es un préstamo a largo plazo. El crudo es vendido a precios de mercado y la ganancia es utilizada para financiar una operación de inversión social llamada Albanisa y un fondo político sandinista para sobornos llamado Albacaruna. El director de la compañía petrolera nicaragüense y de Albanise también es el tesorero del partido sandinista. Los sandinistas también tienen control del poder judicial y el Consejo Supremo Electoral, que descalificó a dos partidos políticos impidiendo que siquiera participaran en las elecciones.

Pero Ortega aún tenía dudas sobre sus chances. Y quizás porque ha sido el favorito de la izquierda internacional por tanto tiempo, parece haber decidido que podía mejorar sus posibilidades sin escrutinio.

El primer paso fue bloquear a la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea y el Centro Carter para que no recibieran credenciales para observar las elecciones. Incluso excluyó al organismo de control independiente y sumamente respetado de Nicaragua, Ética y Transparencia —que había reconocido la victoria de Ortega en 2006— de los centros de votación.

A pesar de quedar marginado, Ética y Transparencia logró colocar observadores afuera de los centros de votación. Estimó que un tercio de los centros experimentaron irregularidades. También hubo informes indicando que en algunos lugares, los observadores de partidos de oposición fueron echados de los centros de votación y algunos de estos cerraron antes de tiempo.

El puesto de alcalde de Nicaragua es una de las contiendas disputadas más ferozmente. El candidato del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Eduardo Montealegre, está cuestionando la "victoria" del sandinista Alexis Argüello. Montealegre, quien aceptó gentilmente la derrota a manos de Ortega en las elecciones presidenciales en 2006, afirma que su partido realizó su propio conteo de votos y que él ganó. La Iglesia Católica y los dos grupos empresariales más grandes del país respaldan su llamado a un recuento. El Consejo Supremo Electoral ha accedido a un recuento, pero a puerta cerrada y sin observadores.

Los esfuerzos de Montealegre para liderar manifestaciones en favor de un recuento transparente han sido frustrados por bates sandinistras al acecho y rocas voladoras. Pero él insiste que mantenerse firme va más allá de la alcaldía. "Es más fundamental", dice. "Se trata de dictadura versus democracia".

Automotrices pedirían al Congreso de EE.UU. que avive la demanda

Por John D. Stoll y Monica Langley

Al mismo tiempo que los ejecutivos de las tres principales automotrices estadounidenses se preparan para argumentar por segunda ocasión su necesidad de un rescate del gobierno, están aumentando los temores en Detroit sobre lo difícil que será probarle a los legisladores que pueden regresar a la rentabilidad con las ventas en los bajos niveles actuales.

Su solución es sencilla: Conseguir que Washington los ayude a vender más autos.

General Motors Corp., Ford Motor Co. y Chrysler LLC podrían regresar a Washington y pedirle al Congreso que tome medidas que estimulen la demanda de los consumidores, además de proveer los US$25.000 millones en préstamos que exigen.

En octubre, las ventas de vehículos estaban en una tasa anualizada de cerca de 11 millones de vehículos al año, muy por debajo del nivel de 16 millones que la industria considera saludable.

"No hay forma en la que una automotriz pueda hacer dinero en el nivel actual de demanda", dijo un alto ejecutivo de una de las tres automotrices. "El gobierno tiene que hacer que fluya algo de crédito para que el mercado vuelva al menos al nivel de 14 millones a 15 millones [de vehículos vendidos]… podemos encontrar una forma de sobrevivir a ese nivel".

Las ventas de vehículos están en niveles tan bajos en este momento que la mayoría de las automotrices están perdiendo dinero en Norteamérica. Globalmente, Toyota Motor Corp., los fabricantes chinos e incluso las automotrices europeas, que usualmente son resistentes a la recesión, están pasando apuros para frenar las pérdidas, dijo el ejecutivo.

El Congreso estadounidense rechazó las súplicas de GM, Ford y Chrysler de un rescate, diciéndoles que regresaran el 2 de diciembre con planes creíbles que muestren cómo usarían el dinero de los contribuyentes para ser "viables". Los principales ejecutivos temen que sea complicado lograr ese objetivo.

Como parte del plan que presentará al Congreso, GM trabaja en la renegociación de algunas de sus obligaciones financieras, incluyendo los términos de deuda y el dinero que le adeuda al sindicato United Auto Workers, según una fuente al tanto. La junta de GM, la cual está abierta a considerar todas las opciones para la supervivencia de GM, se reunirá varias veces esta semana para revisar la propuesta de la empresa a Washington, dijo la fuente.

Ejecutivos de Ford y Chrysler también dijeron el domingo que sus compañías desarrollan sus propios planes.

El gobierno estadounidense rescata a Citigroup

Por David Enrich, Carrick Mollenkamp, Matthias Rieker, Damian Paletta y Jon Hilsenrath

El gobierno estadounidense accedió el domingo por la noche a rescatar a Citigroup Inc. al ayudarle a absorber lo que potencialmente podrían ser cientos de miles de millones de dólares en pérdidas en activos tóxicos en su balance y al inyectar capital fresco al atribulado gigante bancario.

El acuerdo marca una nueva fase en los esfuerzos del gobierno por estabilizar a los bancos y firmas de valores estadounidenses. Después de inyectar cerca de US$300.000 millones en capital en instituciones financieras, los funcionarios del gobierno ahora parecen estar dispuestos a asumir malos activos, dependiendo del caso, de instituciones específicas.

Citigroup es una de las marcas bancarias más conocidas del mundo, con más de 200 millones de cuentas en 106 países. La caída de su acción amenazaba con asustar a los clientes y poner en peligro al banco.

Si el rescate del gobierno es un éxito podría ayudar a estabilizar a todo el sistema financiero. Si fracasa, se podrían esparcir aún más dudas sobre el futuro de la industria.

Después de un fin de semana de negociaciones maratónicas entre ejecutivos de Citigroup y altos funcionarios del gobierno, las partes acordaron el domingo por la noche un paquete con el que el gobierno ayudará a la compañía a protegerse de sus activos más riesgosos.

Bajo el plan, Citigroup y el gobierno han identificado un grupo de cerca de US$306.000 millones en activos problemáticos. Citigroup absorberá los primeros US$29.000 millones en pérdidas en ese portafolio. Después de eso, tres agencias gubernamentales: el Tesoro, la Reserva Federal y Federal Deposit Insurance Corp. asumirán las pérdidas adicionales, aunque Citigroup tendría que compartir una porción pequeña de las pérdidas adicionales.

El plan esencialmente pondría al gobierno en la posición de asegurar una parte del balance de Citigroup. Eso significa que los contribuyentes tendrían que responder si los masivos portafolios de hipotecas, tarjetas de crédito, inmobiliarios y de préstamos corporativos de la firma se hunden.

A cambio de la protección, Citigroup le dará al gobienro garantes para comprar acciones en la compañía.

En adición, el Departamento del Tesoro también inyectará US$20.000 millones de capital fresco a Citigroup. Eso se suma a los US$25.000 millones que Citigroup recibió recientemente como parte del rescate de la industria bancaria estadounidense.

The Americas

Old order, new oil

Cuba’s future will become a little clearer

 Or perhaps not...

The world will have several reasons to take notice of Cuba in 2009. The year will begin with the commemoration of the 50th anniversary of Fidel Castro’s revolution on January 2nd. The man himself, mentally alert but physically frail since abdominal surgery in 2006, may not make a public appearance. But there will be much official self-congratulation at the revolution’s survival in the face of an American trade embargo, CIA assassination attempts and the collapse of its former Soviet ally and patron.

For the long-suffering Cuban people there will be little to celebrate. Their privations have been increased by the devastation of housing and agriculture wrought by twin hurricanes in September 2008. This will make it difficult for Raúl Castro, who formally succeeded his brother as president in early 2008, to fulfil promises of higher wages. He is likely to accelerate steps to decentralise economic decision-making to state companies and co-operatives, and to lease idle state land to private farmers. Hurricane damage will also make Cuba even more dependent on aid from Venezuela’s President Hugo Chávez.

Two other developments in 2009 should make the island’s medium-term future a bit clearer. The first is a new American president. A change in the White House brings with it at least a chance that the United States will loosen its economic embargo and encourage some sort of political dialogue with the Cuban regime, rather than leave United States policy frozen in futility.

A second big question is oil. During 2009 a group of foreign oil companies will bring a drilling rig to the Cuban waters of the Gulf of Mexico to sink several exploratory wells. If they find oil, that will strengthen Mr Castro’s position—and also reduce his dependence on Mr Chávez.

The year will end with a long-postponed congress of the ruling Communist Party. This will provide important pointers to a Cuba without the direction of the Castro brothers.

Raúl Castro has surrounded himself with veteran leaders, many of whom have been in power for decades. His government has a transitional flavour to it. The party congress, the first since 1997, may see the emergence of a much younger and more pragmatic leadership. Even so, change in Cuba will proceed slowly—at least while Fidel Castro remains alive.

United States

The bucks stop here

By Leo Abruzzese, NEW YORK

What happens when Americans start to save

Visit any American electronics retailer and it is hard to miss the gawkers crowded round the flat-panel televisions. Sales of these pricey toys climbed more than 50% in the first half of 2008—just as the American economy was shedding nearly 500,000 jobs. Another sign of the ever-resilient American consumer? Perhaps, but it could be one of the last. After decades of relentless spending, American wallets may snap shut in 2009. If they do, many of the world’s merchants, from Chinese toymakers to Caribbean garment stitchers, will feel the pain.

China may now be a force in the global economy, but American households remain an even stronger one. Consumers in the European Union spend about as much as those in the United States, but Americans are more reliable: personal spending has risen every year for almost three decades and will top $10 trillion in 2009. Indeed, American consumer spending has not contracted for even a single quarter since 1991. But with mortgage delinquencies surging and the unemployment rate headed towards 7%, American consumers may have little choice but to start saving. That will mean less spending on computers from Taiwan and mobile phones from Finland.

Americans once saved as reliably as they now spend. In the 1980s American households salted away 9% of their income; this fell to around 5% in the 1990s and to barely 2% in the early years of this decade. Since the start of 2005, Americans have saved a mere 0.5% of what they earn. This may be changing. The saving rate jumped to 5% in May and averaged 2.4% in the following two months. The government stimulus cheques sent out during those months probably had something to do with this, as some of that windfall was saved. But this raises a question: what if Americans again started saving 5% of what they earn? What would it mean for America, and the world?

The answer, in a word, is recession, and probably a deep one. If the saving rate in 2009 rose to 5% from 0.5%, consumer spending would fall by about $500 billion a year. That is equal to around one-eighth of China’s economy, and nearly five times the amount of the American government’s stimulus payments. Industries that cater to discretionary purchases—clothing, furnishings, restaurants and, yes, flashy new televisions—would take the biggest blow. Most electronics sold in America come from Asia, so the effects would be particularly severe there.

How likely is this to happen? The saving rate rarely moves more than a couple of percentage points in a year, so a sudden pullback to 5% would be extraordinary. But these are extraordinary times: the worst housing crash since the Great Depression, an epic financial crisis, still-high energy prices. Household balance sheets in America are so stretched that a rise in the saving rate seems inevitable. Household debt is equal to 100% of GDP, twice what it was in 1980. Monthly debt payments as a share of income are around 14%, close to a record. And wages, adjusted for inflation, have been falling for the past year. Surely the American consumer, after a decade of splurging on over-priced homes, over-sized cars and over-engineered electronics, will take a breath.

However long it takes, a return to a 5% saving rate is hardly improbable. Households in the euro zone save 9% of their income on average. Americans do need to start saving more in order to boost investment and productivity. But if it happens too quickly, America, and the world, are in for a shock.

Citigroup's rescue

A lifeline for Citigroup

An American bank gets a huge government bail-out

AMERICA'S financial firemen have tried all manner of measures to tackle the blaze engulfing its banks. Still the flames lick. Under an agreement hurriedly hammered out on Sunday November 23rd, Citigroup, a troubled giant with $3.3 trillion of on- and off-balance-sheet assets, won a government guarantee covering $306 billion of its most toxic assets, putting the taxpayer on the hook for another large slug of distressed debt. The government also stumped up $20 billion in cash in return for $27 billion of preferred shares. Though the share price of the troubled giant rose on Monday the banking system remains in danger.

Citi’s problems are not as acute as were those of Lehman Brothers, which failed in September: with access to central-bank loans and the government already backing its debt and deposits, it is not about to seize up. But thanks to its vastness, any crisis of confidence has systemic ramifications. America’s most valuable and iconic bank before the crisis, Citi’s shares slumped over the past fortnight to a level at which some pension funds were barred from holding them and trading partners and customers were growing twitchy. Officials would have taken little time to decide to shore up the bank, given the fragile state of all markets for risk assets.

Though its huge losses from residential mortgages have peaked, Citi faces a second wave of write-downs on credit cards, commercial property and corporate loans as the recession deepens. Another worry was that the government’s recent decision to abandon its plan to buy duff assets in auctions, and concentrate instead on injecting capital directly into banks, would leave Citi unable to rid itself of its most poisonous securities.

This, in turn, fuelled fears that Citi could run short of equity, despite its strident protestations to the contrary. Quick to raise $50 billion from private sources when that was still possible, it has since secured another $25 billion from the government’s Troubled Asset Relief Programme (TARP). Even if that had given Citi a plump enough cushion for its balance sheet, it may not have been enough protection against the bank’s exposure of $1.2 trillion to a motley collection of assets held off its books. Included among these is $667 billion of securitised mortgages, some of which it may be forced to take back. Citi insists it could ride this out, but these days few are inclined to give it the benefit of the doubt.

The rescue is a blow for Vikram Pandit, who took over almost a year ago amid high hopes of a turnaround. He may have been undone by his sincere belief that Citi be kept in one piece. He shook up management, risk controls and compensation, but he balked at the sort of grand gestures some had long been calling for, such as a break-up. A plan to cut the headcount by 20% was bold, but came too late.

Universal banks had, until now, been considered the great survivors of the crisis, which has claimed many an independent investment bank and one-trick lender. But they look less impregnable in light of Citi’s near-death experience. Though in better shape than its crosstown rival, JPMorgan Chase too has suffered as the downturn becomes more synchronised across asset classes and geographies. Banks with a large, stable deposit base have an in-built advantage, but that alone is no longer enough to guarantee survival. Still, those heavily skewed towards investment banking, such as Goldman Sachs and Morgan Stanley, remain more vulnerable than the likes of JPMorgan and Bank of America.

With markets for mortgage-related securities feeling renewed stress, the authorities have apparently now accepted the need to deal with the tinder of illiquid securities on banks’ books. America’s Treasury will face pressure to offer similar schemes to other banks, not least because singling out Citi for special treatment puts them at a competitive disadvantage. But it may yet have to go further still. The rescue does not take the assets off Citigroup’s balance-sheet in the same way that the Swiss transferred $60 billion in hard-to-sell securities from UBS to a fund owned by the central bank. A system-wide bad bank could well be the next stage in the effort to douse the flames.

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