Recuerdos y lecciones de la Gran Depresión de los años 30
Por Lucette Lagnado
En tiempos de la Gran Depresión, la gente iba a la casa de William Hague, cerca de Pittsburgh, a pedir comida. Una mujer joven le preguntó a la madre de Hague si podía contratarla por US$2 a la semana. La madre le preguntó que por qué trabajaría alguien por tan poco dinero. "No tenemos nada que comer en casa", respondió.
Hague, de 89 años, tenía sólo 10 cuando sucedió el crash del 29. Su padre era un próspero abogado y la familia vivió una vida relativamente privilegiada durante los años de la Depresión. Incluso cuando Hague consiguió éxito como editor y autor, siguió siendo cuidadoso con la comida y el dinero. Ahora que volvieron las vacas flacas, se pregunta si las generaciones más jóvenes están preparadas para sobrevivir tiempos difíciles. "Hemos tenido una prosperidad ilimitada durante más de 60 años, no sé si estamos listos para tiempos duros", dice Hague.
En Estados Unidos hay 11,5 millones de personas mayores de 80 años, según la Oficina del Censo. El periodo que va desde el colapso del 29 hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial marcó sus vidas, afectó cómo educaron a sus hijos e influenció sus reacciones ante el actual panorama económico.
Sus recuerdos no son todos negativos. Para muchos, el presidente Franklin D. Roosevelt "era como un dios", recuerda Hague. "La gente confiaba en el modo de vida estadounidense, algo que no estoy seguro que suceda hoy".
James Dickinson, de 87 años, es amigo y vecino de Hague. Solía trabajar en Wall Street y, para él, ser testigo de la debacle actual ha sido como ver una película de terror, asegura.
Dickinson también creció cerca de Pittsburgh, pero en un hogar humilde sacado adelante por una madre viuda que tenía que mantener a su familia con ayuda del Estado. De niño, acompañaba a su madre a hacer fila para obtener ayuda alimentaria que repartía el gobierno. De mayor, Dickinson trabajó para firmas de corretaje de Wall Street, dice, y se jubiló de un cargo de gerente de recursos humanos. Agrega que en los últimos cinco años irritó con frecuencia a sus amigos con advertencias de que el día de la verdad estaba por llegar.
"Esta recesión es como un picnic comparado con lo que vivimos entonces", dice por su parte Dorothy Womble, de 89 años. Womble, quien actualmente vive en Harlem, Nueva York, creció en una pequeña casa sobre un camino de tierra en Winston-Salem, Carolina del Norte. La gente a su alrededor era tan pobre, recuerda, que "ni siquiera tenían dinero para comprar semillas" para plantar vegetales.
Todavía recuerda los extraños que transitaban con todo lo que tenían envuelto en un bulto sobre sus espaldas. Su familia también pasó penurias, aunque su padre pudo mantener su empleo en el ferrocarril. A pesar de todo, dice Womble, la gente compartía lo poco que tenía. Ese es uno de los recuerdos que más la marcó, tanto como la miseria. Su madre, por ejemplo, compartía su preciosa ración de harina.
Su vecina en la residencia, Gloria O'Loughlin, de 88 años, creció en Harlem durante la Gran Depresión y tiene el mismo recuerdo de la solidaridad reinante. "Si alguien estaba enfermo, lo ayudaban. Si tenía hambre, le daban de comer. Ese fue el Harlem que conocí", dice.
O'Loughlin, una de las primeras mujeres taxistas en Nueva York, nació en Harlem y dice que piensa morir allí. La Depresión arrasó en su barrio. Mientras el desempleo rondaba el 25% en todo EE.UU., en Harlem era de cerca de 50%. En la calle, era frecuente ver hombres vendiendo manzanas por cinco centavos.
En casa, faltaba qué comer. Su madre hacía un unos panqueques de harina y levadura servidos con mantequilla. Era una manera de matar el hambre. "Te acostumbrabas a comer lo que había".
Para sobrevivir, su familia recibió un tipo de asistencia gubernamental, pero hacer la fila para recibir alimentos era causa de vergüenza, y ella y su hermana solían discutir sobre a quién le tocaba ir hacer la fila.
Marion Leonard, de 99 años, no sufrió mucho las penurias de la Gran Depresión, pero la pobreza que vio durante un crucero en barco por el estrecho de Puget, cerca de Seattle y durante un viaje por EE.UU. con su marido, la conminó a dedicar su vida al activismo social y medioambiental.
Ahora dice que sólo alguien como Roosevelt puede sacar a su país del bache en que se encuentra. "Siempre pienso, por qué no hace alguien lo que Roosevelt hizo, empezar desde cero y darle trabajo a la gente", dice. "Había artistas pintando murales en las oficinas de correos y gente joven en los bosques limpiando la maleza".
Carl Icahn, el agitador corporativo
El inversionista atribuye la actual crisis a las fallas de las cúpulas empresariales
Por Emily Parker
Suena cursi, pero me preocupa el país. Estados Unidos hizo mucho por mi. No tenía nada, crecí en Queens, pude ir a una buena universidad, hice todo este dinero... Es triste que el sistema sea disfuncional".
El desesperanzador comentario lo hace Carl Icahn, el inversionista multimillonario, que ocupa el puesto 20 en la lista de las personas más ricas en EE.UU., según la revista Forbes.
Icahn, de 72 años, creció en una familia de clase media de Nueva York. Se graduó de Princeton, se unió al ejército y en 1961 empezó su carrera en Wall Street. Desde entonces, ha comprado participaciones significativas o de control en la petrolera Texaco, la compañía de remesas Western Union y los conglomerados de medios Viacom y Time Warner, para mencionar sólo algunas. Él mismo reconoce que su experiencia no es común en este negocio porque ganó mucho dinero y lo mantuvo.
Según Icahn, un problema de la crisis actual es la falta de responsabilidad: "Hubo muy pocas juntas directivas que funcionaban de verdad para controlar lo que pasó en Wall Street", afirma. El presidente ejecutivo suele "poner a sus amigos en la junta, sus compinches, y al final, esos tipos no van a despedir a quien los contrató. Estos presidentes ejecutivos, con muchas excepciones, son tipos mediocres".
Hace poco Icahn lanzó United Shareholders of America (Accionistas unidos de Estados Unidos), una campaña para cambiar las leyes y exigir que las empresas y sus directivos tengan que responder por su desempeño. Las nuevas leyes, dice, harán que los presidentes ejecutivos se den cuenta "de que si están fallando y aún así se la pasan jugando golf todo el día, algunos accionistas podrán citar a una reunión para decir no más juntas directivas inmóviles, queremos que se vaya inmediatamente".
¿Por qué le importa tanto esto? "Porque realmente pienso que las juntas actuales y las gerencias están matando al país", afirma. "Y le diré por qué. Porque lo he vivido. Estoy en muchas juntas directivas y veo lo ineficaces que son". Por supuesto hay excepciones. Pero Icahn dice que algunas juntas directivas son tan malas que parecen un chiste.
El inversionista es famoso por adquirir participaciones en compañías de bajo rendimiento y luego desatar una tormenta en busca de cambios.
Icahn se describe a sí mismo como una especie de persona obsesiva y adicta al trabajo. Y concretar una cita para hacer esta entrevista no fue nada fácil. Cuando finalmente encontró tiempo para una charla en su oficina de Manhattan, ya era de noche.
Su imagen ha cambiado desde la época de las compras hostiles en los años 80, cuando un presidente de la desaparecida aerolínea TWA lo llamó "uno de los hombres más codiciosos de la tierra". El lenguaje para describir a Icahn es mucho más suave ahora: El "asaltante corporativo" ha evolucionado a un "accio‐nista activista".
"Nunca cambié", dice Icahn. "Una rosa siempre es una rosa, supongo". Pero admite, "claro, me perciben mejor que antes… No creo que sea una palabra lo que importe, pero un asaltante es un término equivocado de todas formas... Un asaltante es alguien que va y se apodera de algo. En todas las empresas en las que he participado he puesto dinero. He tenido empresas por los últimos 20 ó 30 años".
Icahn ha estado defendiendo lo mismo por mucho tiempo, pero ahora su mensaje puede tener más resonancia. Sobre United Shareholders of America dice: "Tenemos mucha gente que se está uniendo porque entienden una cosa: lo mal que los están tratando". La gente puede registrarse gratuitamente en su blog, Icahnreport.com.
El inversionista dice que el bajo nivel de responsabilidad en las cúpulas corporativas ayudó a alimentar la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprime). Algunas "firmas de Wall Street salieron a titularizar hipotecas y así fue como empezó todo. Y seguían titularizando lo que no tenía sentido… Wall Street nunca debió apoyar (los activos respaldados con hipotecas) al nivel que lo hizo, porque estaba asumiendo un riesgo exagerado. Si tiene una junta directiva decente, ésta debió haber frenado al presidente ejecutivo, haberlo despedido o al menos revisar y preguntar: ¿Por qué estamos asumiendo este riesgo?".
¿Cómo se ha afectado su propio fondo de cobertura? "He sido pesimista por mucho tiempo, pero tenemos un fondo de cobertura y hemos perdido dinero, no hay duda. Pero en realidad no usamos apalancamiento. Tenemos mucho efectivo… y no se necesitaba ser muy inteligente para mirar la burbuja de los últimos cinco años y preguntar ¿Cuánto tiempo durará esto? ".
Icahn dice que nunca había visto una crisis como esta. "Nunca se habían paralizado los bancos. Nunca, desde que tengo memoria, se había tenido esta clase de depresión en los mercados donde se está eliminando la capacidad de las corporaciones de obtener nueva deuda".
Los problemas que Icahn describe podrían tomar mucho tiempo en resolverse. Entretanto, él estará exigiendo que las empresas y las juntas directivas asuman su responsabilidad. "Puedo ahorrar 30% en casi todas las empresas (donde tiene participación) porque hay mucho desperdicio y mala administración", dice. "No soy un gestor, y no pretendo serlo, pero puedo instalar a la persona adecuada".
La Fed aprueba oficialmente la compra de Merrill Lynch
Por Sarah N. Lynch
WASHINGTON (Dow Jones)--La Junta de la Reserva Federal aprobó oficialmente el miércoles la adquisición de Merrill Lynch & Co. (MER) por parte de Bank of America Corp., en lo que constituye un acuerdo que volverá aún más grande a la mayor institución de depósitos de Estados Unidos.
El plan de Bank of America para adquirir Merrill Lynch en una transacción avaluada en US$50.000 millones fue anunciado por primera vez en septiembre en medio de la creciente agitación financiera en Wall Street. El anuncio se produjo el mismo día en que el banco de inversión Lehman Brothers (LEH) solicitó la protección de las leyes de bancarrota de Estados Unidos.
La Fed indicó que para aprobar la adquisición consideró cuidadosamente la propuesta y decidió que "es improbable que tenga un efecto adverso significativo sobre la competencia en cualquier mercado bancario relevante o en cualquier mercado relevante".
La Fed señaló que la adquisición llevará los activos totales consolidados de la compañía a cerca de US$2,7 billones y sus depósitos a US$852.000 millones.
La anatomía del pánico que llevó a Morgan Stanley al borde de la quiebra
Cómo especuladores y rivales derrumbaron la acción del banco
Por Susan Pulliam, Liz Rappaport, Aaron Lucchetti,
Jenny Strasburg y Tom McGinty
Dos días después de que Lehman Brothers Holdings se declarara en bancarrota, se diseminó un rumor explosivo: otra gran firma de Wall Street, Morgan Stanley, también estaba al borde de la quiebra. En aquel 17 de septiembre se decía que Deutsche Bank AG le había cancelado una línea de crédito de US$25.000 millones al banco de inversión.
La información era falsa, pero el rumor ayudó a desencadenar una ola de apuestas contra Morgan Stanley. Su presidente ejecutivo, John Mack, se quejó amargamente de que operadores codiciosos estaban sembrando el pánico. Pero faltaba una información esencial: ¿Quién, exactamente, estaba detrás de esas transacciones?
Registros de las operaciones examinados por The Wall Street Journal ofrecen ahora una respuesta parcial. Esos documentos revelan que algunas de las mayores firmas de Wall Street (Merrill Lynch & Co., Citigroup Inc., Deutsche Bank y UBS AG ) estaban apostando a lo grande contra Morgan Stanley. La estrategia de esas firmas se basaba en utilizar complejos instrumentos financieros llamados CDS (por sus siglas en inglés de Credit-Default Swaps), un tipo de seguro contra la cesación de pagos.
Un examen de esas transacciones realizado por WSJ también revela que los CDS jugaron un rol importante en empeorar el panorama pesimista del mercado sobre Morgan Stanley, lo que, a su vez, llevó la os operadores a invertir contra las acciones de la firma, vendiéndolas al descubierto. La correlación entre las transacciones con CDS y la venta al descubierto aceleró la caída del banco.
Este relato ha sido elaborado a partir de la revisión de las transacciones y más de 70 entrevistas con ejecutivos de Wall Street, operadores, corredores, gestores de fondos de cobertura, investigadores y reguladores.
Durante años, la venta de CDS ha sido una mina de oro para Wall Street. Pero, irónicamente, en aquellos tumultuosos días de septiembre, el mercado de CDS se volvió contra Morgan Stanley. Se convirtió en un barómetro muy visible del pánico de 2008, alimentando la crisis que acabó provocando una intervención del gobierno.
Otras firmas también estaban negociando CDS de Morgan el 17 de septiembre: Royal Bank of Canada, Swiss Re y varios fondos de cobertura.
La presión también se intensificó en otro frente: hubo un aumento en las ventas al descubierto —apuestas contra las acciones de Morgan— por parte de grandes fondos de cobertura. Al final del día, la acción de Morgan había caído 24% y las autoridades temían que los inversionistas rapaces estuvieran con la mira puesta en los bancos de inversión.
Ese tipo de transacción, que ya había derrumbado a Bear Stearns Cos. y Lehman, hizo que las acciones de Citigroup se desplomaran 60% la semana pasada, llevando al banco a un nuevo rescate gubernamental.
Origen del caos
Los inversionistas todavía están intentando descubrir lo que causó el caos en el mercado a mediados de septiembre y si los CDS o las acciones de Morgan Stanley fueron negociados de manera ilícita. El fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo, la oficina de la fiscalía general de Estados Unidos en Manhattan y la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) están investigando si hubo manipulación del mercado por parte de corredores que supuestamente divulgaron falsos rumores para lucrar con sus apuestas. Las investigaciones también buscan verificar si los operadores compraron CDS a altos precios para provocar temores respecto a la estabilidad de Morgan y de esa forma lucrar en otras inversiones, y si las transacciones involucraron cotizaciones falsas, según fuentes al tanto.
Todavía no ha surgido públicamente ninguna prueba de que ninguna firma haya hecho nada ilegal en relación a las acciones o CDS de Morgan Stanley. La mayor parte de las firmas afirma que compró los CDS para protegerse contra posibles pérdidas con varios tipos de negocios que estaban haciendo con Morgan. Algunas aseguran que sus inversiones en CDS fueron pequeñas frente a todas las transacciones de ese tipo que se hicieron ese día.
Probar que el precio de cualquier papel fue manipulado es extraordinariamente difícil. El mercado de CDS no es nada transparente: las transacciones se hacen por teléfono e email, sin cotizaciones de precios públicas. Erik Sirri, un director de mercados de la SEC, afirma que el mercado de canjes es vulnerable a la manipulación. "Las transacciones de bajo volumen en un mercado relativamente pequeño pueden ser usadas para (...) sugerir que un crédito es considerado débil por el mercado", testificó el mes pasado ante el Congreso de EE.UU. Sirri dijo que la SEC temía que las transacciones con CDS estuviesen causando inversiones contra las acciones.
Morgan había empezado septiembre en buena forma. En los dos primeros trimestres fiscales, terminados el 31 de mayo, había registrado ganancia. Al contrario de Lehman, no estaba muy expuesto a las hipotecas residenciales de alto riesgo, aunque era vulnerable a los mercados de inmuebles comerciales y de préstamos apalancados. Mack sabía que la ganancia del tercer trimestre sería mayor de lo esperado.
El 14 de septiembre, mientras Lehman se preparaba para pedir la protección por bancarrota, Mack les dijo a sus empleados mediante un informe interno que Morgan "estaba posicionada para salir victoriosa en este desafiante entorno". El día siguiente, la firma consiguió algunos nuevos clientes de fondos de cobertura que habían huido de Lehman.
Sin embargo, los rumores persistían, con los operadores preocupados por qué firma de Wall Street sería la siguiente en caer. La conversación entre los fondos de cobertura, según algunos operadores, era que Morgan Stanley tenía US$200.000 millones en riesgo debido a sus transacciones con American International Group Inc., la aseguradora que entonces se encontraba al borde de la quiebra. Eso no era verdad. Morgan le informó a la SEC que su exposición a AIG era "irrelevante".
Algunos corredores de J.P. Morgan Chase & Co. estaban sugiriendo a clientes de Morgan que era arriesgado conservar cuentas en esa firma, según fuentes al tanto. Mack se quejó a James Dimon, presidente ejecutivo de J.P. Morgan, que puso fin a esas habladurías, según esas fuentes. Deutsche Bank, UBS y Credit Suisse también ofrecieron sus servicios a los fondos de cobertura atendidos por Morgan, según fuentes al tanto.
El 16 de septiembre, las acciones de Morgan Stanley cayeron abruptamente durante el día, aunque repuntaron más tarde. Algunos fondos de cobertura sacaron activos de la firma, preocupados por la posibilidad de que Morgan pudiera seguir los pasos de Lehman hacia la corte de bancarrota, con el riesgo de inmovilizar los activos de los clientes. En un esfuerzo por calmar los temores, Morgan Stanley publicó su ganancia esa tarde a las 4:10, un día antes de lo previsto.
"Es muy importante devolver algo de cordura al mercado", afirmó Colm Kelleher, el director general de finanzas de Morgan, en una teleconferencia con inversionistas. "Francamente, la situación se está poniendo fuera de control, y se están repitiendo rumores ridículos."
El analista de UBS Glenn Schorr le preguntó a Kelleher por el costo cada vez más alto de los seguros en el mercado de canjes para incumplimiento de deuda de Morgan Stanley. La protección para US$10 millones de deuda de Morgan Stanley había aumentado a US$727.900 por año, de US$221.000 el 10 de septiembre, según CMA DataVision.
"Cierta gente se está concentrando en los CDS como excusa para dar un vistazo a las acciones", respondió Kelleher, insinuando que los corredores que apuestan a los CDS también estaban vendiendo al descubierto acciones de Morgan Stanley, apostando a que el precio de los títulos caería.
Es imposible saber con certeza cuál era la motivación de los compradores de los CDS de Morgan Stanley. Estos compradores de CDS recibirían pagos si Morgan Stanley incumpliera sus pagos de bonos y préstamos. Algunos compradores, sin duda, poseían esos seguros del banco y simplemente trataban de protegerse contra una posible insolvencia. Pero los CDS también eran una buena forma de especular, para corredores que no tenían esos valores. El valor de los CDS aumenta ante el temor de impago. Así que los corredores que creían que los temores sobre Morgan Stanley podían intensificarse podían usar los CDS para intentar obtener una ganancia rápida.
En medio de la incertidumbre de ese 16 de septiembre, Millennium Partners LP, un fondo de cobertura con US$13.500 millones en activos, pidió sacar US$800 millones de los más de US$1.000 millones de activos que tenía en Morgan Stanley, según personas al tanto de las extracciones. Por separado, Millennium también había vendido al descubierto acciones de Morgan Stanley, parte de una serie de apuestas pesimistas sobre firmas financieras, afirmó una de estas personas. Además, el fondo de cobertura compró opciones de venta, que le daban el derecho de vender acciones de Morgan a un precio fijo en el futuro.
"Miren, tenemos que proteger nuestros activos", le aseguró Israel Englander, director de Millennium, a un ejecutivo de Morgan Stanley, según una persona al tanto de la conversación. "Esto no es personal". Esas apuestas a la caída de las acciones, pequeñas en comparación al tamaño total de Millennium, aumentaron en valor a medida que caían las acciones de Morgan.
En la mañana del 17 de septiembre, David "Tiger" Williams, presidente ejecutivo de Williams Trading LLC, que ofrece servicios de corretaje a fondos de cobertura, se enteró por uno de sus operadores que un fondo había movido una cuenta de corretaje de US$800 millones de Morgan Stanley a un rival. El operador, que estaba al teléfono con el director del fondo que había movido el dinero, preguntó por qué. Morgan Stanley iba a quebrar, respondió su cliente.
Al ser presionado para dar más detalles, el director del fondo repitió el rumor sobre que Deutsche Bank había retirado una línea de crédito de US$25.000 millones. Williams acudió a los teléfonos. Sus fuentes en el mercado le dijeron que creían que el dato era falso. Pero el daño ya estaba hecho.
Para las 7:10 de esa mañana, un corredor de Deutsche Bank cotizó la compra de protección sobre US$10 millones de deuda de Morgan Stanley en un precio de US$750.000. Para las 10 de la mañana, Citigroup y otros agentes bursátiles les cotizaban al precio de US$890.000. A medida que se extendió el rumor sobre Deutsche, las acciones de Morgan cayeron abruptamente, de US$26 a las 10 de la mañana a cerca de US$16 a las 11:30.
Antes del mediodía, los agentes bursátiles comenzaron a cotizar el costo de seguros sobre Morgan en "puntos por adelantado", que en la jerga de Wall Street se refiere a transacciones en que los compradores deben pagar por lo menos US$1 millón por adelantado, más una prima anual, para asegurar US$10 millones de deuda. En el caso de Morgan, algunos agentes bursátiles pedían más de US$2 millones por adelantado.
Durante el día, Merrill compró CDS para cubrir US$106,2 millones en deuda de Morgan Stanley, según los documentos de corretaje. Deutsche Bank compró CDS que cubrían US$50,6 millones; Swiss Re, US$40 millones; UBS y Citigroup, US$35 millones cada uno; Royal Bank of Canada, US$33 millones, y ACM Global Credit, un fondo de inversión operado por AllianceBernstein Holding, US$28 millones, según los documentos.
Al día siguiente, algunos de esos nombres habían vuelto al mercado. Merrill compró protección sobre otros US$43 millones de deuda de Morgan Stanley; Royal Bank of Canada, US$36 millones; y Citigroup, US$20,7 millones, indican los documentos. Ninguna de las firmas desea hacer comentarios sobre cuánto pagaron por los CDS, o si obtuvieron ganancias sobre las operaciones.
"La protección que compramos fue una simple cobertura, no fue motivada por ninguna valoración negativa de Morgan Stanley", afirma John Meyers, un vocero de AllianceBernstein. Un vocero del Royal Bank of Canada afirma que el banco compró los CDS para gestionar su "riesgo crediticio" de Morgan Stanley, y que no estaba "apostando en contra de Morgan Stanley y no realizó operaciones pesimistas sobre sus acciones".
Voceros de Deutsche Bank y Citigroup aseguran que sus operaciones de corretaje fueron relativamente pequeñas. Merrill, UBS y Swiss Re no quisieron comentar sobre las operaciones.
Durante el frenesí de corretaje el 17 de septiembre, John Mack había comenzado a mantener conversaciones sobre una fusión con Wachovia Corp. Cuatro días más tarde, Morgan Stanley cambió el curso y se convirtió en un holding bancario y obtuvo mayor acceso a fondos del gobierno. El mes pasado, tras levantar US$9.000 millones de un banco japonés, recibió una inyección de capital de US$10.000 millones del gobierno de EE.UU.
Chávez llama a abandonar el BID
CARACAS
El presidente Hugo Chávez inauguró ayer una reunión de mandatarios del ALBA en la que acusó al BID de recurrir a la ''presión política'' y de ser un ''mecanismo'' de Estados Unidos y llamó a sus colegas a abandonar ese banco regional.
En alusión a Estados Unidos, el mandatario dijo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ''lo han convertido en un mecanismo también del imperio'', y fustigó a la entidad financiera andina, a la que acusó de ser utilizada como ``instrumento de presión política para poner condiciones''.
''Salgámonos de ese banco y hagamos un banco nuestro ... que lo manejemos nosotros mismos, nuestros pueblos. Ya basta de tanto atropello'', dijo el mandatario en el marco de la III cumbre de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), iniciativa del gobernante venezolano.
Chávez hizo la declaración en respuesta a unas quejas que hicieron sobre el BID sus colegas Manuel Zelaya de Honduras y Rafael Correa de Ecuador. El presidente ecuatoriano participa como invitado en la cumbre debido a que su país no forma parte del ALBA.
Chávez indicó que la institución financiera regional Corporación Andina de Fomento (CAF), creada en 1970 y cuya sede está en Caracas, ``habría que cerrarla''.
''Este edificio de aquí de la CAF pudiera ser sede más bien del banco nuestro ... le podemos quitar el edificio'', agregó.
Más de 100 muertos por múltiples ataques en la capital de la India
MUMBAI, India --
Grupos de hombres fuertemente armados asaltaron el miércoles por la noche en ataques coordinados dos lujosos hoteles, un popular restaurante y una terminal de trenes llena de público en la capital financiera de India, con un saldo de por lo menos 101 muertos y 120 heridos; un grupo de occidentales fue tomado como rehén, informaron las autoridades.La policía informó que la toma de rehenes ocurrió en el Taj Mahal y el Oberoi, dos de los más famosos hoteles de lujo de esta ciudad, rica aunque densamente poblada.
En las primeras horas del jueves (hora local) se produjo una explosión seguida por un violento incendio en el famoso hotel Taj Mahal. Se escucharon gritos y se veía ascender enormes columnas de humo del centenario edificio cerca de los muelles de Bombay. Los bomberos estaban tratando de contener el siniestro.
A altas horas de la noche, aún se reportaban combates en algunas zonas de la ciudad.
Según testigos, los atacantes tomaron específicamente como objetivos a norteamericanos y británicos. Los incendios. Funcionarios afirmaron que había más de 120 heridos.
No estaba claro el motivo del asalto pero Bombay ha sido objetivo de ataques terroristas de grupos extremistas islámicos, como varios atentados dinamiteros en julio del 2007 que dejaron 187 muertos.
Una información de prensa indicó que un grupo, previamente desconocido, autodenominado los Mujaidines del Decaan, se atribuyó la responsabilidad en mensajes electrónicos a varios medios de comunicación.
Los terroristas que asaltaron el Taj "estaban buscando extranjeros. Gritaban: "¿Quiénes tienen pasaporte americano o británico?"', indicó Ashok Patel, un británico que pudo escapar del hotel.
Las autoridades creen que los terroristas tienen entre siete y 15 extranjeros de rehenes en el Taj Mahal pero no estaba claro si los rehenes del Oberoi eran indios o extranjeros, afirmó Anees Ahmed, un alto funcionario estatal.
Posteriormente, las autoridades indicaron que la policía mató a cuatro sospechosos y arrestó a nueve más.
El secretario estatal del Interior, Bipin Shrimali, declaró que cuatro hombres murieron en dos incidentes cuando intentaban darse a la fuga en automóviles. El ministro estatal del Interior, R.R. Patil, indicó que otros nueve fueron arrestados, pero no quiso dar más detalles.
Robert Wood, portavoz del Departamento de Estado, afirmó que las autoridades no conocen de ninguna víctima estadounidense, pero siguen investigando.
En Washington, la Casa Blanca y el Departamento de Estado condenaron enérgicamente los ataques. Indicaron también que todos los funcionarios norteamericanos allí estaban a salvo.
"Condenamos esos ataques y la pérdida de vidas inocentes'', declaró Tony Fratto, un portavoz de la Casa Blanca, quien añadió que se informó de la situación al presidente George W. Bush. ‘‘Continuamos buscando más información''.
Johnny Joseph, secretario jefe del estado de Maharashtra, del que Bombay es la capital, informó que 101 personas habían muerto y cientos estaban heridas.
Había grandes charcos de sangre en el piso de la estación de ferrocarril de Chhatrapati Shivaji, donde los atacantes abrieron fuego contra el público en la terminal. Press Trust of India atribuyó al jefe de la Policía de la Estación de Bombay, A. K .Sharma, haber dicho que varios hombres armados con fusiles y granadas estaban escondidos en la estación.
Otros hombres armados atacaron el restaurante Leopold, famoso entre los extranjeros, así como la sede de la policía en el sur de Bombay, la zona donde ocurrió la mayoría de los ataques. Las paredes del restaurante estaban llenas de impactos de bala y se podía ver sangre en el suelo, así como algunos zapatos de clientes que huyeron.
Un ciudadano británico que cenaba en el hotel Oberoi declaró al canal de TV Sky News que los terroristas estaban buscando británicos y norteamericanos. Alex Chamberlain declaró que un hombre armado, de unos 22 o 23 años, hizo salir a 30 o 40 personas del restaurante y les ordenó que alzaran las manos.
"Estaban hablando específicamente de británicos y estadounidenses. Había un italiano a quien le preguntaron de dónde era. El les dijo que italiano y lo dejaron tranquilo."
Chamberlain aseguró que se las arregló para escapar mientras los clientes eran obligados a subir una escalera.
Por la mañana (hora local) varios legisladores europeos estaban entre los atrincherados en el Taj, un antiguo complejo hotelero y uno de los destinos turísticos más conocidos de la ciudad.
Los terroristas también atacaron un cuartel policial en el sur de Mumbai, donde se produjo la mayoría de los ataques, que comenzaron el miércoles por la noche y se extendieron hasta el jueves por la mañana (hora local).
"Estamos siendo atacados, hay disparos en la puerta'', aseguró el agente A. Shetti por vía telefónica desde el cuartel de la policía.
Horas después del primer ataque, A.N. Roy amplió que la policía seguía enfrentando a los atacantes.
"Los terroristas han usado armas automáticas y en algunos lugares han arrojado granadas. Los combates continúan y estamos tratando de derrotarlos'', señaló Roy.
La Oficina de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña aconsejó a todos los ciudadanos británicos en Bombay que no salieran a la calle.
El secretario de Asuntos Exteriores, David Miliband, condenó enérgicamente los ataques. "Los ataques de hoy en Bombay, que han costado la vidas a muchos inocentes, nos recuerdan una vez más la amenaza que enfrentamos de parte de extremistas violentos''.
India ha sido sacudida por ataques con explosivos en los últimos tres años, de los que la policía responsabiliza a los militantes musulmanes empeñados en desestabilizar este país de religión mayoritariamente hindú. Cerca de 700 personas han muerto.
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