jueves, abril 16, 2009

La necesidad de hablar


Michael Steele

La necesidad de hablar

Thomas Sowell

Una de las enormes y perennes desventajas de los republicanos es que pocas veces cuentan con alguien que sepa formular sus argumentos ante la opinión pública. Es complicado alcanzar la Casa Blanca con candidatos como Bob Dole o John MacCain.

En esta nueva era donde todo el mundo parece obsesionado con quién ha sido "el primero" dentro de un grupo en hacer algo, no sería demasiado sorprendente que los medios de comunicación comenzaran a indagar quién fue el primer australiano en jugar la Super Bowl.

Después de todo el despliegue que se le dio a Obama por ser el primer presidente negro de Estados Unidos, probablemente resultaba inevitable que lo mismo sucediera con Michael Steele, el primer secretario negro del Comité Nacional Republicano.

Para aquellos de nosotros que seguimos tan chapados a la antigua como para que nos preocupen las aptitudes de alguien para ocupar un cargo, lo que realmente nos interesa es si Michael Steele será capaz de cohesionar a los republicanos y volver a convertirlos en un partido ganador. Será una labor titánica para cualquier persona, con independencia de su color, género o lo que sea.

Por tanto, del Michael Steele candidato político nos deberían interesar su ideología, su trayectoria y asuntos similares. Del Michael Steele secretario de un partido nos deberían importar sus cualidades para representar a ese partido frente a la opinión pública. Esto último resulta especialmente relevante cuando el partido está en la oposición y no tiene ni un presidente en la Casa Blanca ni un líder que encabece a una mayoría en cualquiera de ambas cámaras.

Una de las enormes y perennes desventajas de los republicanos es que pocas veces cuentan con alguien que sepa formular sus argumentos ante la opinión pública. Es complicado alcanzar la Casa Blanca con candidatos como Bob Dole o John MacCain. Por este motivo, la gobernadora Sarah Palin causó semejante entusiasmo a la hora de movilizar a los republicanos. ¡Ella sabía hablar!

Intente nombrar a cinco republicanos locuaces. Ronald Reagan, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln nos vendrán a la cabeza. Pero a partir de ahí, ya tendríamos que devanarnos los sesos.

Newt Gingrich, el republicano que presidió la Cámara de Representantes entre 1995 y 1999, se movía bien en los debates discretos y sin altibajos propios de un profesor (su empleo anterior). Pero la política no consiste en este tipo de debates. Bill Clinton desbordó completamente a Gingrich y a la dirección republicana durante la crisis de Gobierno de 1995. Fue lamentable contemplar a unos republicanos impotentes para explicar la verdad con la mitad de la pericia con que Clinton supo promover la mentira.

Michael Steele sabe hablar. Y eso es aún más especial entre los republicanos que ser negro. Hay demasiados republicanos que no entienden siquiera la necesidad de hablar. Parecen pensar que la política es una ocupación que no tienen más remedio que desempeñar cuando, en realidad, preferirían estar en otra parte.

Cuando Bush padre miró su reloj durante un debate presidencial televisado, mostró exactamente qué era lo que no funcionaba desde hacía años en el Partido Republicano.

Un miembro de la audiencia acababa de plantear una pregunta estúpida. Ronald Reagan le habría dejado sin recursos, igual que un guardameta atacado por el quaterback. Pero Bush padre miró su reloj como si no encontrara el momento de acabar.

Michael Steele no sólo sabe hablar, sino que parece entender la necesidad de hablar. Cuando se le ataca, contraataca, no se queja a la defensiva como hacen demasiados republicanos. Al criticar a la Administración actual, Steele no medirá sus palabras contra Obama por miedo a ser llamado racista.

Más allá de eso, sólo cabe esperar que Steele comprenda qué ha ido tan desastrosamente mal en la estrategia republicana para cortejar el voto negro durante los últimos 30 años y que consistía ser demócratas de quita y pon.

Hay innumerables asuntos en los que los demócratas han perjudicado a los negros, especialmente a la hora de apoyar a los sindicatos de profesores en lugar de la libre elección de los padres. Pero por básicos que sean estos argumentos alguien tiene que exponerlos. Alguien tiene que hablar.

Thomas Sowell es doctor en Economía y escritor. Es especialista del Instituto Hoover.

Un símbolo de los límites de la democracia


Alfonsín

Un símbolo de los límites de la democracia

Adrián Ravier

Alfonsín dejó una frase que todos recordamos: "Con la democracia se come, se educa y se cura". Sin embargo, su Gobierno terminó con un proceso hiperinflacionario que dificultó el acceso de los argentinos a los alimentos, a la educación y a los hospitales.

En las últimas semanas torrentes de tinta han inundado los medios locales e internacionales para hablar sobre el fallecimiento de Raúl Alfonsín y tratar de mostrar un vínculo fundamental entre su persona, el fin de los sangrientos gobiernos militares y el comienzo de la democracia. Alfonsín dejó una frase que todos recordamos: "Con la democracia se come, se educa y se cura".

La democracia es una institución fundamental, necesaria para el progreso, ya que permite retirar a los gobernantes sin uso de la fuerza; pero también insuficiente para alcanzar este objetivo. De hecho, en la práctica, el Gobierno de Alfonsín terminó con el colapso total de la economía: con un proceso hiperinflacionario que dificultó enormemente el acceso de los argentinos a los alimentos, a la educación y a los hospitales.

Y es que la práctica democrática suele ser concebida como una forma de tomar decisiones que se oponga a las voluntades de la menor cantidad posible de individuos a través de un sistema de "votos".

Así entendida, y sin ningún límite adicional, en una sociedad de tres personas A, B y C, los dos primeros podrían imponer su voluntad sobre el tercero. Este sencillo ejemplo nos muestra que "los resultados de la práctica democrática" ni serán necesariamente justos ni eficientes e incluso –muchas veces– serán contrarios a la voluntad de los mismos que en su momento votaron a favor de quien resultó victorioso en los comicios.

Juan Bautista Alberdi, consciente de este problema, ofreció a la Argentina las Bases de una Constitución Nacional que hoy, para la clase dirigente, parece ser letra muerta. La Constitución Nacional de Argentina protege las libertades individuales y los derechos de propiedad, no sólo de las mayorías que votaron al Gobierno, sino también de las minorías.

El Ejecutivo puede tomar hoy las decisiones que crea convenientes, pero las mismas jamás deberían ir en contra de las libertades individuales o de los derechos de propiedad. Hacerlo en un sistema republicano debiera ser declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia. Algo que en Argentina no sucede.

Algunos historiadores argentinos han catalogado a Alfonsín como el "restaurador de la democracia". Yo creo que Alfonsín debiera ser más bien un símbolo de sus limitaciones.

Adrián Ravier es economista de la Fundación Friedrich A. von Hayek.

Calderón pide a EEUU más compromiso en la lucha contra los narcos

VISTA DE OBAMA A MEXICO

Calderón pide a EEUU más compromiso en la lucha contra los narcos

El presidente mexicano ha subrayado que ganará la batalla contra el tráfico de drogas y armas pero, en una entrevista en la ABC, ha recordado que la colaboración de EEUU es crucial para resolver lo que ha denominado un "problema común". Obama visita Mexico para tratar el tema con Calderón.

L D (Agencias) Desde la toma de posesión de Calderón, en diciembre de 2006, la violencia procedente del narcotráfico se ha cobrado unas 10.000 vidas.

Calderón admitió en la entrevista que parte de la culpa del narcotráfico en México la tiene la alta demanda existente en Estados Unidos, algo también extrapolable al mercado de armas. "Pero mi idea no es culpar a Estados Unidos todo el tiempo, mi idea es hablar de ello, necesitamos darnos cuenta y reconocer que es un problema común y necesitamos resolverlo como tal, pensar que juntos somos más poderosos que cualquier organización criminal", añadió.

Obama, por su parte, ha asegurado que desea ahondar las "profundas y exhaustivas" relaciones bilaterales, y para ello llegará a la capital mexicana en torno a las 13.00 horas locales (19.00 GMT), tras lo cual se desplazará inmediatamente en helicóptero a Los Pinos, la residencia presidencial, donde participará en una ceremonia de bienvenida.

A continuación, los dos presidentes mantendrán una reunión por espacio de una hora y media. La primera parte tendrá carácter privado y se desarrollará a solas, mientras que en la parte final se les unirán sus asesores. Se espera que la reunión esté dominada principalmente por la lucha contra el narcotráfico.

Calderón reclama más colaboración

"Ganaremos, estoy seguro de ello", afirmó Calderón en referencia a la lucha contra los narcos, en una entrevista a la cadena ABC previa a la llegada de Obama a México. Calderón admitió que su país se enfrenta a serios retos que, como demuestran las cifras, siguen sin remitir, pero sentenció que "México no es un estado fallido" como llegó a avanzar un informe del Pentágono.

"Es algo muy serio, necesito decirlo, una expresión que en un determinado momento causó un serio daño a la imagen de México", lamentó. En este sentido, el mandatario mexicano recalcó que trabaja "para mejorar la calidad de vida" de los ciudadanos y para reducir los niveles de violencia y delincuencia.

Calderón admitió que parte de la culpa del narcotráfico en México la tiene la alta demanda existente en Estados Unidos, algo también extrapolable al mercado de armas. "Pero mi idea no es culpar a Estados Unidos todo el tiempo, mi idea es hablar de ello, necesitamos darnos cuenta y reconocer que es un problema común y necesitamos resolverlo como tal, pensar que juntos somos más poderosos que cualquier organización criminal", añadió.

Amenazas

Calderón fue preguntado también por si realmente se siente en el punto de mira de los cárteles de la droga y si su familia y especialmente sus tres hijos son conscientes de estos riesgos. "Hubo una amenaza un día y uno de ellos estaba muy preocupado", admitió.

"Les dije que no me iba a pasar nada, pero que si alguna vez me ocurría algo debían saber que su padre está haciendo lo que quiere hacer", agregó. En este sentido, Calderón se declaró "muy orgulloso" del trabajo que realiza y del servicio que da a su país.

La preocupación de EEUU

Estados Unidos ha expresado su alarma porque la violencia se está extendiendo a su lado de la frontera, mientras que México se encuentra molesto por el reciente recorte de los fondos a la Iniciativa Mérida para la lucha contra el narcotráfico y pide a su vecino del norte que ataje el consumo y la financiación.

Washington anunció el miércoles la inclusión de tres bandas mexicanas, el cartel de Sinaloa, los Zetas y la Familia Michoacana, en su lista de organizaciones dedicadas al narcotráfico internacional.

Obama anunció el mes pasado un "plan integral" para la seguridad en la frontera, incluido un envío de más agentes federales y una mayor dotación de fondos. La reforma migratoria "exhaustiva y efectiva" ocupará también un lugar preferente en la agenda de la reunión, según la Casa Blanca.

Se calcula que cerca de catorce millones de inmigrantes ilegales, de los que buena parte son de origen mexicano, viven en Estados Unidos.


Los dos mandatarios abordarán asimismo la crisis económica y su efecto en las relaciones comerciales.

El encuentro se produce después de que el Congreso de Estados Unidos aboliera un programa para la libre circulación de camiones mexicanos por su territorio, pese a que esa medida forma parte de las obligaciones estadounidenses dentro del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLACAN). En represalia, México impuso aranceles a noventa productos estadounidenses.

Tras la reunión, Obama y Calderón, que ya se vieron en Washington en enero, antes de que el presidente estadounidense llegara a la Casa Blanca, ofrecerán una rueda de prensa para informar de los resultados de su encuentro.

¿A quién le importa?


Embargo sí

¿A quién le importa?

GEES

Estados Unidos debe decir no, no y mil veces no al régimen castrista. Ir cediendo una y otra vez a los enemigos de la libertad en el exterior es un crimen contra aquellos que sufren a los tiranos.

Echamos de menos a Carlos Semprún. Quizá si hubiera escrito ayer hablaría de la contradicción en que caía Le Monde y la izquierda europea. Por un lado, el editorial Embargo (a Cuba), ¡no! alababa a Obama por suavizarlo con algunas medidas. Pero al mismo tiempo, en el diario de la izquierda francesa protestaba el cofundador de Solidaridad por una reseña indecente de la película sobre Katyn del polaco Wajda.

Las reacciones a la decisión de Obama, no se han hecho esperar. Castro dice que no aceptará limosnas. Podría empezar por devolver lo recibido –presuntamente a cuenta de los cubanos– durante cincuenta años de comprensión por la dictadura y supuesta ayuda humanitaria. Ortega, de Nicaragua, dice que va a intervenir en la cumbre hispanoamericana pidiendo el fin del "bloqueo". Nos embarga la emoción cuando se advierte cómo responde el mundo tiránico a la apertura y diálogo del mundo civilizado. Lección que nunca aprendemos.

La cantinela del bloque se usa para dar la impresión de que se impide a Cuba comerciar con todos los países de la tierra, cuando la prohibición se limita a los Estados Unidos, y a veces ni eso. Para la izquierda, el "bloqueo" era pues el responsable del hambre de los cubanos y por eso había que acabar con él. Pero había que acabar con él también por lo contrario –es privilegio del progresismo defender una cosa y la opuesta–, porque no servía de nada y era fácil de esquivar. O sea, cualquier cosa les valía para permitir a Castro la rehabilitación económica con Estados Unidos

Ahora Obama parece haberse creído a pies juntillas todo lo que dice la leyenda negra contra los Estados Unidos: otra muestra más de que el ocupante de la Casa Blanca es el activista izquierdista de Chicago más que el pirotécnico candidato demócrata de las buenas palabras. Como en el caso de Irán, el presidente de Estados Unidos acude con buenas palabras ante quienes quieren romperle la boca.

El embargo ha sido un instrumento eficaz en defensa de la libertad en Cuba. No habrá hecho caer al régimen, pero era una señal y un símbolo de rechazo, de repudio, de desprecio y de resistencia al comunismo. El comunismo, como refleja el propio Le Monde ese mismo día, se identifica en crímenes como el de Katyn. Con acierto, Adam Michnik muestra su indignación por el negacionismo –en forma de reduccionismo– de los crímenes del comunismo que sigue latente en la progresía mundial. Reducir a poco más de un incidente el genocidio de miles de polacos por parte de la Rusia soviética –en alianza con la Alemania nazi– recuerda el silencio impuesto por el comunismo durante tantos años y hace decir a Michnik que "hasta hoy este trágico acontecimiento histórico (Katyn) es un cadáver en el armario de la izquierda francesa".

Pero si la izquierda rechaza a regañadientes el horror soviético, no hace lo mismo con el cubano. Hoy todo da igual y nada importa. Ni los símbolos siquiera tienen importancia, salvo que lo sean de diálogo y comprensión a las tiranías. Ya que Obama ha sido invitado a dirigirse a los graduados de la universidad católica de Notre Dame, en donde solían valorarse los símbolos y las palabras, las acciones y las actitudes, he aquí nuestra sugerencia: inspirarse en el discurso de Soljenitsyn a la clase de Harvard de 1978 o en aquél con el que Reagan se dirigió a la propia Notre Dame en 1981, que puede ver en vez de leer, como corresponde al presidente-multimedia americano.

Las palabras, los símbolos en defensa de la libertad –también en Cuba–, importan. Si no es posible adelantar un minuto el fin del castrismo, ¿por qué además querer quitarnos la dignidad de decir 'no'? Estados Unidos debe decir no, no y mil veces no al régimen castrista. Ir cediendo una y otra vez a los enemigos de la libertad en el exterior es un crimen contra aquellos que sufren a los tiranos. Pero además anula moralmente a quien lo hace, disminuye su dignidad, y su propia libertad. A falta de poder derrocar a los dictadores, el embargo es el mejor instrumento.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

Liberando a Cuba desde fuera

Embargo no

Liberando a Cuba desde fuera

Albert Esplugas Boter

El embargo comercial de Estados Unidos sobre Cuba es juzgado, como la mayoría de políticas públicas, más por sus intenciones que por sus resultados, que en este caso han sido nulos durante cinco décadas.

Obama ha dado un significativo viraje a la política de Estados Unidos hacia Cuba levantando varias restricciones a los viajes familiares, al envío de remesas y donaciones, y al establecimiento de servicios de telecomunicaciones en la isla. Todas las limitaciones a la frecuencia y duración de las visitas de cubano-americanos a sus familiares en Cuba serán suspendidas, y se aumentarán los límites de gasto y de equipaje. Todas las restricciones a las remesas de dinero (que antes tenían topes de cantidad, de frecuencia de envío, etc.) serán eliminadas, manteniéndose la prohibición de subsidiar a miembros del Gobierno o del Partido Comunista. A partir de ahora un cubano-americano podrá visitar a sus padres o abuelos cuando quiera y enviarles tanto dinero como estime oportuno sin interferencia del Gobierno federal.

La iniciativa también autoriza el establecimiento de servicios de telecomunicaciones que creen vínculos entre cubanos de fuera y dentro de la isla. Se otorgarán licencias a operadores que quieran conectar el continente con la isla mediante satélite o fibra óptica, o que deseen ofertar servicios de radio, televisión o telefonía a usuarios cubanos. Así mismo se permitirá la exportación o re-exportación a Cuba de aparatos electrónicos como móviles, antenas, computadoras o software. Las regulaciones limitando el envío de regalos y donaciones también serán revisadas y relajadas.

La Fundación Nacional Cubano-Americana en Miami ha aplaudido esta medida, y el editorial del Miami Herald también la ve con buenos ojos, aunque hace un llamamiento a exigir reprocidad por parte del Gobierno cubano. La reacción de los exiliados cubanos es mixta: la vieja guardia es crítica con el cambio argumentando que la entrada de remesas y visitantes beneficiará al régimen castrista, pero muchos otros ya están planeando su viaje a la isla para visitar a la familia.

El cambio de rumbo de Obama es un paso en la buena dirección, independientemente de lo que decida hacer el régimen cubano. Es discutible que estas restricciones presionaran al Gobierno castrista en el sentido de aplicar reformas, lo que es indiscutible es que para hacerlo vulneraban el derecho de los cubano-americanos a visitar a sus seres queridos y a ayudarles con su propio dinero. El siguiente paso sería empezar a desmantelar el embargo comercial vigente desde la Revolución comunista y que prohíbe a todos los ciudadanos estadounidenses realizar transacciones con cubanos o viajar a la isla por turismo. La lógica de un embargo comercial es la siguiente: las restricciones provocan carestía añadida de bienes y servicios, la sociedad sufre esa carestía y advierte que el Gobierno podría aliviarla si accede a las reformas, la sociedad presiona al Gobierno para que implemente reformas y el Gobierno acaba cediendo. Un claro ejemplo de la infame máxima de que el fin justifica los medios, pues el embargo solo ejerce presión si la población sufre.

Cuando el Gobierno gestiona más del 70% de la economía y emplea a tres cuartas partes de la masa laboral, la presión también proviene del lado de los ingresos: el Gobierno recauda menos fondos y cuenta con un presupuesto menor que limita su capacidad de maniobra. Pero es la población, casi toda funcionaria por necesidad u obligación, la que padece en sus carnes la escasez, y al Gobierno le basta la superioridad militar y propagandística para imponerse.

En coherencia, los proponentes del embargo cubano deberían apoyar un bloqueo internacional de duración indefinida. En rigor deberían incluso oponerse a las excepciones que autorizan la exportación a la isla de comida y medicamentos, pues alivian la carestía de la población y la presión ejercida sobre el Gobierno. Cabe preguntarse qué opinarían los cubanos de un embargo internacional que iba a sumirles aún más en la pobreza, y si sus valedores lo impondrían en contra de su voluntad "por su propio bien". Si uno está en contra de estas medidas tan drásticas debería oponerse también al embargo y a las demás restricciones, que son de la misma naturaleza pero a una escala menor.

El embargo sirve en realidad de chivo expiatorio del fracaso comunista. Su supresión no es la panacea, pero puede contribuir a la erosión del régimen. En primer lugar, porque la promoción del comercio, la inversión y el libre movimiento de personas reportaría más bienestar e ideas nuevas a la sociedad cubana. Habría más interacción entre estadounidenses y cubanos, y el adoctrinamiento y la propaganda hacen menos mella cuando la gente está expuesta a versiones alternativas de "la verdad". El bienestar también suele generar una demanda de libertad política. En segundo lugar, el embargo y las restricciones son utilizadas por el Gobierno para desviar las miradas y las críticas hacia los "enemigos externos". En ausencia de embargo, el régimen se queda sin excusas, su fracaso es menos maquillable y es más probable que la ciudadanía exija responsabilidades a su Gobierno.

El embargo comercial es juzgado, como la mayoría de políticas públicas, más por sus intenciones que por sus resultados, que en este caso han sido nulos durante cinco décadas. El embargo satisface el reclamo moral de "hacer algo" contra la injusticia, pues la inacción estatal suele interpretarse como un acto de pasotismo que a nada conduce. Pero después de demostrarse infructuosa por tanto tiempo esta vía de acción, vale la pena darle una oportunidad a un nuevo enfoque.

Albert Esplugas Boter es miembro del Instituto Juan de Mariana, autor del libro La comunicación en una sociedad libre y escribe regularmente en su blog.

Sarkozy califica a Zapatero de no muy inteligente

Sarkozy: "Puede que Zapatero no sea muy inteligente..."

EL ELISEO NIEGA ESTAS PALABRAS

Sarkozy: "Puede que Zapatero no sea muy inteligente..."

Nicolas Sarkozy ha comentado en una cena con parlamentarios celebrada la pasada noche, tal como informa en su edición impresa el diario Libération, que parece que el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero "no es muy inteligente". El Eliseo ha negado estas declaraciones.

(Libertad Digital) El presidente francés Nicolas Sarkozy se ha sincerado en una cena con parlamentarios celebrada la pasada noche. Sarko, tal como informa en su edición impresa el diario Libération y publica el Ecodiario, el presidente francés insinuó que el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero ha copiado muchas de las políticas de los franceses. "Puede que no sea muy inteligente, pero conozco a personas que eran muy inteligentes y que no han llegado a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales",

Tras el anuncio por parte del Gobierno socialista de una nueva normativa para los medios audiovisuales, en la que habrá una drástica disminución de la publicidad en la televisión pública, Sarkozy dijo a sus más allegados durante una cena a la que asistieron un total de 24 senadores y parlamentarios que "el Gobierno español viene de anunciar la supresión de la publicidad de las cadenas públicas. ¿Sabéis a quién han puesto de ejemplo?".

"Puede que no sea muy inteligente", aclara Sarkozy. "Pero conozco a personas que eran muy inteligentes y que no han llegado a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales".

Según fuentes de Libération, la conversación recogida se produjo de forma distendida mientras se desarrollaba la cena. Parece que Sarkozy no “hizo un traje” únicamente a Zapatero, sino que Silvio Berlusconi también pasó el examen del mandatario francés. Al contrario que a Zapatero, Sarkozy le atribuye el mérito de haber obtenido un claro respaldo en las urnas: "Lo importante de una democracia es ser reelegido. Mirad a Berlusconi. Lo ha logrado tres veces".

Con anterioridad, Zapatero se ha referido en declaraciones a la prensa al presidente francés como "mi amigo". Uno de los objetivos del Gobierno socialista el pasado mes de septiembre, tal y como explicó el propio Presidente, es superar a Francia en renta per cápita "en tres o cuatro años", a pesar de que "esto no lo quiere ni oír mi amigo Sarkozy, pero es así".

La revolución armada de Soros

IMPERIO

La revolución armada de Soros

Por Daniel Rodríguez Herrera

Orson Scott Card.
Orson Scott Card es quizá el más popular de los escritores de ciencia ficción vivos. Para mí, también es el mejor. Eso no significa que no toque de vez en cuando otros géneros: de hecho, la novela que reseñaré aquí, Imperio, es una obra de política-ficción. Ambientada en la actualidad, en ella EEUU se enfrenta a una guerra civil entre izquierdas y derechas.
Lo que más llama la atención en estas páginas no es el contexto, esa posibilidad de un enfrentamiento armado entre rivales ideológicos, sino que los personajes principales, los buenos, son... ¡militares y de derechas! Algo desde luego inconcebible para los guardianes de lo políticamente correcto; de ahí que el responsable de la edición en español escriba un prólogo en el que parezca estar pidiendo disculpas por haber publicado semejante engendro y advierta de que, en el epílogo, OSC critique los extremismos de uno y otro signo.

Ah, bien. ¿Habrían sido necesarios tanto el epílogo como el prólogo si los malos hubieran sido fundamentalistas cristianos, o algo similar?

Imperio es el resultado de la colaboración de Card con una empresa, llamada Chair Entertainment, que le pidió un guión plausible para un videojuego que tuviera como escenario una guerra civil en Estados Unidos en un futuro cercano, así como la posibilidad de publicar una novela. El libro apareció a finales de noviembre de 2006, aunque aún tardaría más de año y medio en llegar a España. El videojuego está todavía en desarrollo, y los derechos para la gran pantalla ya han sido adquiridos (lo cual, de todas formas, no quiere decir que necesariamente vaya a rodarse una película).

No es ni mucho menos el primer contacto de Card con el mundo de los videojuegos, por los que siempre ha sentido un vivo interés. Aquellos que recuerden la clásica aventura The Secret of Monkey Island quizá se sorprendan al saber que los divertidos diálogos que servían para diferenciar a los maestros de esgrima de los que simplemente tenían una espada en la mano estaban escritos por este maestro de la ciencia ficción ("He hablado con simios más educados que tú". "Me alegra que asistieras a tu reunión familiar diaria"). Y en su novela más autobiográfica, Niños perdidos, su alter ego es programador de videojuegos.

Pese a declararse demócrata, lo cierto es que, ideológicamente, Card es mucho más parecido a un conservador cristiano (él es mormón), con sus firmes convicciones morales –contrarias, por ejemplo, al matrimonio homosexual–, su defensa a ultranza de la guerra contra el terror y su desconfianza hacia el libre mercado. De hecho, en los dos primeros capítulos de esta novela pretende dejar claras las diferencias entre los militares que arriesgan sus vidas para defender la libertad y la democracia y los progres de universidad, para quienes "el desacuerdo es la forma más elevada de patriotismo". La trama comienza a desarrollarse una vez presentados no tanto los principales personajes –que, en parte, también– como los dos bandos.

Y la historia, como no podía ser menos en una novela de política-ficción, es principalmente la de una conspiración francamente inverosímil, como suele suceder con todas ellas, pero políticamente incorrecta hasta la médula. Porque, tras el asesinato del presidente y el vicepresidente, se desata la insurrección de la Restauración Progresista, que proclama que el presidente asesinado no era legítimo porque no había sido elegido en las urnas (¿les suena Florida y las protestas progres desde entonces?) y logra el apoyo de varios estados azules (demócratas), que se declaran al margen de la jurisdicción de Washington. Se trata de una revuelta dirigida por un rico hombre de negocios que ha financiado a casi todas las organizaciones de extrema izquierda del país; un Soros al que se le hubieran saltado algunos tornillos más que al real, pongamos.

Desgraciadamente, y pese a un comienzo espectacular y un desarrollo que te hace seguir leyendo durante un par de cientos de páginas sin parar, la novela sufre un serio bajón en la segunda parte, cuando, en lugar de centrarse en el comienzo y las razones para el golpe de estado, así como de los esfuerzos a nivel estratégico por detenerlos, Card pasa a contarnos las peripecias de algunos de los protagonistas en una misión crítica para descubrir la base oculta de los malos. Ahí pierde mucho fuelle, y no logra remontar ni siquiera al final, donde, en un intento de alcanzar un mayor realismo, Card deja muchas dudas y cabos sueltos, esos que en las películas y en novelas peores que ésta quedan siempre atados y bien atados.

El principal fuerte de Card en todos los géneros que ha tocado: el cuidado que pone en la creación de los personajes, no brilla aquí como en otras obras suyas, quizá porque se centra excesivamente en unas escenas de acción que parecen pensadas para el cine o para el videojuego del que nacieron estas páginas. Eso no quita para que algunos de ellos, especialmente el matrimonio protagonista, logren la empatía del lector, por lo menos del no sectario y del afín ideológicamente a los buenos.

En definitiva, se trata de un libro que gustará a quienes disfruten del género. A quienes no somos excesivamente aficionados, nos deja con un regusto agridulce. Pero hay que reconocer que leer sobre unos héroes y unos villanos tan políticamente incorrectos supone un cierto placer perverso, del que no habría que privarse.

Fuera de juego

EL MUNDO DESPUÉS DE USA

Fuera de juego

Por Ana Nuño

El tercer libro de Fareed Zakaria es tan interesante como los dos anteriores, salvo que esta vez el antiguo alumno de Samuel Huntington cede a la tentación de la futurología. Que es a las ciencias políticas lo que la astrología a la astronomía.
Es probable que la deriva futurológica de Zakaria se deba, en parte no desdeñable, a sus habituales labores periodísticas. El mundo después de USA, aunque ni el autor ni sus editores lo confiesen, incorpora verbatim media docena de ensayos y artículos publicados originalmente en revistas generalistas, como Newsweek International (que Zakaria dirige desde octubre de 2000), o especializadas y prestigiosas, como Foreign Affairs (de la que fue editor ejecutivo de 1992 a 2000). Es ley no escrita pero inexorable del cuarto poder que, cuando se ejerce la responsabilidad editorial de un medio de comunicación influyente, las opiniones y análisis contraigan estrabismo: con un ojo se sigue enfocando al ciudadano lector mientras con el otro se le hacen guiños al ocasional inquilino del poder. En la prensa española abundan los ejemplos de comentarios editoriales, publicados con o sin firma, a diario o sólo en domingo, que aspiran a esta desviación ocular, principal responsable del desenfoque de razonamientos que de otro modo podrían aspirar a la condición de inteligentes.

Esto es lo primero que salta a la vista, valga decirlo, del libro de Zakaria. Y, como era de esperar, los primeros elogios y las primeras críticas que ha recibido se centran en su ojo izquierdo, clavado ostensiblemente en la candidatura de Barack Obama a la jefatura de la Casa Blanca. The Post-American World se publicó en mayo de 2008, cuando se celebraban las primarias demócratas en Carolina del Norte y Oregón, o sea justo a tiempo para que la prensa nos mostrara el dedo índice del futuro 44º presidente de Estados Unidos marcando página en el libro de Zakaria. Aparte de su utilidad como argumento de ventas (la edición española incorpora en cubierta el tag "El libro de cabecera de Barack Obama"), es innegable la intención de Zakaria: ofrecer argumentos a la política exterior de la nueva administración demócrata.

La tesis de El mundo después de USA es un relato simple: el mundo unipolar que vivimos tras la caída del Muro de Berlín era una ilusión, que además resultó ser peligrosa. La aparente hegemonía de Estados Unidos, única superpotencia sobreviviente de la Guerra Fría, nos hizo creer que esta nación podía encargarse de solucionar todos los problemas y en todos los frentes, del económico al militar. Craso error: resulta que el mundo se ha globalizado, que la lógica imperial ha dejado de tener sentido y que de ahora en adelante Estados Unidos tendrá que aprender a compartir su omnímodo poder a través del diálogo y la cooperación con países emergentes, sobre todo con China e India.

Relato simple, en efecto, pero también algo peor: relato historicista. Zakaria lo salpimenta con reflexiones sobre "la dirección de la historia", e incluso cae en la vulgaridad del historicismo a lo Toynbee cuando compara la trayectoria de los imperios británico y estadounidense y concluye: "El tema conocido de la decadencia imperial se está interpretando una vez más. La historia sucede de nuevo".

Démosle la razón a Zakaria: nihil novum sub sole. Tan es así, que su tesis de la merma del poder imperial de USA y la aparición de un mundo multipolar es un remake, por poner sólo un ejemplo reciente, del Nuevo Orden Mundial descrito en 1994 en Diplomacy por el republicano Henry Kissinger. Pero esto es lo de menos: sólo los eternos adolescentes, a la manera del inefable Rodríguez Zapatero, creen o quieren hacernos creer que la pólvora está aún por inventarse. Bastante más molestos que la pretensión de vendernos una moto usada son el diagnóstico y las recetas propuestos por Zakaria.

Diagnóstico: el mundo no está tan mal como quiere hacernos creer la "industria artesanal del alarmismo" que, según Zakaria, "ha florecido en Occidente desde el 11-S". Como buen americano, el autor nos lanza a la cara una avalancha de datos y estadísticas para convencernos de que vivimos un periodo de "calma relativa", en el que "la economía está ganando a la política". Prueba de ello, por supuesto, es "el ascenso de los demás", el auge económico de Brasil, México, Corea del Sur, Taiwán y, claro está, India y China. (Por cierto, es una lástima que, al traducirla, la expresión "The rise of the rest" pierda la alusión a "The rise of the West").

Pero es en el apartado de las recetas donde el libro de Zakaria exhibe toda su fragilidad y, por qué no decirlo, superficialidad. Para empezar, el autor no parece consciente de que sus recomendaciones para el futuro diseño de las relaciones internacionales de USA desmienten su afirmación de que estamos asistiendo al fin de la "excepcionalidad" de esta nación. En el título mismo del último apartado de su libro, "El designio americano", resuenan los viejos acentos providencialistas sobre el destino excepcional de la nación americana.

Pero en el recetario de Zakaria hay cosas peores que la contradicción. Por ejemplo, su idea de que el terrorismo islámico o el conflicto en Próximo Oriente son fenómenos sobrevalorados, que basa en la observación del comportamiento de los mercados: después del 11-S y los atentados de Madrid (2004) y Londres (2005), así como durante el enfrentamiento en Líbano entre Hizbulá e Israel en el verano de 2006, las bolsas no tardaron en recuperarse, o bien no vieron mermado su volumen de operaciones. Este es el método de Zakaria en El mundo después de USA: demostrar a toda costa que la política no importa, puesto que no hace mella en la economía. Ojalá fuera cierto, al menos así nos ahorraríamos a los Obamas y Zapateros jugando a redefinir las reglas del juego de la economía.

Por último, el elogio del mundo globalizado que entona Zakaria y sus críticas a "una visión del mundo puramente americana", que lo lleva a decir esas tonterías de que Washington haría bien en inspirarse en el supuesto multiculturalismo de las cintas de Bollywood o de Slumdog Millionaire, no se compadece, justamente, con su visión del yihadismo. Su principal propuesta para evitar en el futuro atentados terroristas es coordinar a nivel mundial los controles de aduanas e inmigración, ya que, como americano con "una visión del mundo puramente americana", concibe esta forma de agresión como venida de afuera. Ni una palabra sobre cómo controlar al yihadismo ya instalado en países democráticos. El terrorismo queda reducido al modelo USA: los atentados del 11-S. Pero ¿y Madrid o Londres? ¿Y los atentados cometidos por grupos terroristas islámicos locales en Turquía, Arabia Saudí, Egipto, Indonesia, Marruecos, Turquía? ¿Y las amenazas a Robert Redeker o Ayaan Hirsi Ali? ¿Y el asesinato de Theo van Gogh? Cuando menciona, de pasada, esta variante de amenaza, también lo hace con las anteojeras del buen americano (es decir, el obamita anti Bush), y sólo se le ocurre preguntar: "¿Pero y si los culpables tienen su base en Hamburgo, Madrid o Trenton? (...) ¿Vamos a bombardear Gran Bretaña y España porque han albergado una célula terrorista?".

En fin, Zakaria ha escrito, por primera vez en su brillante carrera, un libro confuso, insuficiente y provinciano. Es posible que lo aplauda en Washington la nueva administración, pero me temo que decepcionará a quienes hayan leído su convincente demostración, en De la riqueza al poder, de que Estados Unidos no ha sido nunca una potencia aislacionista, y su magistral análisis de los peligros que para la democracia representan las democracias no liberales.

Noticias en Libertad 15:00 horas - 16/04/09

Economía en Madrid

El crecimiento en China

Lex

El crecimiento en China

por Financial Times

De igual modo que se consideró que Goldman Sachs ofrecía un rayo de esperanza para Wall Street, los optimistas ven en China un elemento para la alegría en un mundo en recesión. Es cierto que la tercera mayor economía mundial reveló una nueva ralentización de crecimiento económico, creciendo un 6,1% en el primer trimestre con respecto al mismo periodo del año anterior.

Pero esto supone en cierto modo una especie de estabilización, ya que la desaceleración de los índices de crecimiento anual cae de forma pronunciada. Mejor aún fue el giro dado por los datos de marzo. Los eufóricos analistas dedicaron el jueves a perfilar los gráficos en forma de “V”.

Cierto optimismo está justificado. La voluntad y capacidad de Pekín para que el gasto ayude al país a salir de la ralentización quedó claramente patente con el incremento el 30 de marzo de la inversión en activos fijos urbanos con respecto al mismo periodo de año anterior. Los bancos, bajo las órdenes del gobierno, conceden créditos de forma frenética.

El suministro de dinero M2 (billetes y monedas en circulación, más los depósitos y cuentas de ahorros) está creciendo a un ritmo récord. Los préstamos han aumentado un 30%. Y el historial de gasto fiscal de China es mejor que, por ejemplo, el de Japón. El Banco Mundial calcula que el estímulo fiscal del país por valor de 100.000 millones de dólares (75.596 millones de euros) entre 1998 y 2002, que suponía el 7,8% del producto interior bruto de 1998, tuvo una influencia cuatro veces superior a la de inversiones similares de otros gobiernos.

Esa inversión, sin embargo, se destinó principalmente a infraestructuras. Esta vez, la disciplina parece más irregular. El gasto en vivienda, por ejemplo, no cuadra con la debilidad del sector inmobiliario; ni con las recientes predicciones del comité asesor del gobierno sobre la reducción de los precios a la mitad en los próximos dos años. El rápido aumento del crédito bancario da lugar inevitablemente a más préstamos dudosos.

Si se tiene en cuenta que el nivel de nuevos créditos alcanza a fecha de hoy casi el mismo nivel que en todo 2008, también podría preparar el terreno para súbitas retiradas. Pekín, cuyas tempranas políticas restrictivas ayudaron a precipitar la ralentización económica del país, tiene tendencia a empujar y levantar el pie del pedal.

La confianza del resto del mundo en que la demanda china se extendería, ayudando a mejorar la economía global, no se ha materializado. Komatsu, uno de los mayores fabricantes de maquinaria pesada, observó cómo las ventas de su unidad china caían un 28% en marzo con respecto al mismo periodo del año anterior. Cualquier recuperación en forma de "V" presentará una claras características chinas.

México: socio estratégico de Obama en América

De gira por Latinoamérica

México: socio estratégico de Obama en América

por Cynthia Alva

Barack Obama visita por primera vez México, en el marco de su gira por América Latina con motivo de la V Cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA) a celebrarse los días 17 y 18 de abril. A las 13.30 horas, tiempo local, se reunirá en la Ciudad de México con su homólogo Felipe Calderón con quien planea tratar cuatro temas bilaterales: seguridad, economía, migración y medio ambiente. Siendo los primeros dos prioridad en la agenda.

La escala que hace Obama a México no es fortuita, responde al incremento desmesurado de la violencia en la zona fronteriza y al riesgo inminente que esto representa para la seguridad estadounidense.

El encuentro entre ambos mandatarios se lleva acabo semanas después de que la Secretaria de Estado, Hillary Clinton y la Secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano estuvieran en México y reconocieran públicamente la responsabilidad compartida en el tema del comercio ilegal de drogas.

Al ser México un proveedor importante de drogaa Estados Unidos y éste el principal surtidor de armas ilegales al país del sur, el negocio del crimen organizado está fuera de control y amenaza en convertir a México en un «narco-Estado», debido a su débil estructura institucional.

Si el vecino latinoamericano (con más de 100 millones de habitantes) se llegara a convertir en un Estado fallido, éste representaría un problema serio para la seguridad estadounidense, mayor a Afganistán, Pakistán o Somalia. De ahí que Obama llega a este país para apoyar la lucha contra el narcotráfico de Calderón y presentar iniciativas en materia de seguridad.

En materia económica la relación entre ambos países se encuentra en un punto crucial. La recesión estadounidense ha desplomado las exportaciones mexicanas a ese mercado y aún no se avecina el final de esta crisis que le inyecte dinamismo a ambas economías. Además, México no ha experimentado el crecimiento económico esperado como para evitar que millones de trabajadores indocumentados huyan hacia el país del norte.

Por su parte, en Estados Unidos se sigue discutiendo la reformulación del TLCAN, a pesar de los grandes beneficios que este tratado han representado para el país. Desde su instrumentación en 1994, las exportaciones estadounidenses a México han aumentado en 198 por ciento y el comercio bilateral sumó más de 367 mil millones de dólares en 2007.

En cuanto a migración, quizá se abra la oportunidad de llevar acabo la tan esperada reforma migratoria que no sólo regule la migración legal, sino que abra la puerta a la regularización de millones de mexicanos 'sin papeles' que trabajan en Estados Unidos.

En el tema del medio ambiente, México puede jugar un papel estratégico con el programa de energías renovables que ha impulsado Obama como parte de su política energética. Además México es uno de los principales proveedores de crudo de Estados Unidos.

Como ha señalado Antonio O. Garza, ex embajador de Estados Unidos en México, en una carta dirigida al presidente Obama unas horas antes de su llegada a la Ciudad de México: "Ningún otro país está tan estrechamente vinculado con nosotros como México, no sólo porque comparte con nosotros más de 3 mil kilómetros de frontera, sino que además sus problemas y logros afectan directamente a nuestro país. Es por ello que debemos unir esfuerzos para enfrentar los retos a los que nos enfrentamos". Además añadió: "Señor Presidente, su visita a México es una oportunidad para acercarse a la región. Usted debe ver a México como el umbral a las Américas, un puente perfecto tanto al norte como al sur".

General Growth entra en bancarrota: es la mayor de la historia inmobiliaria de EEUU

General Growth entra en bancarrota: es la mayor de la historia inmobiliaria de EEUU

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Mercado de Faneuil Hall, en Boston, propiedad de General Growth. Foto: Bloomberg.

General Growth Properties, el segundo mayor propietario de centros comerciales de Estados Unidos, se ha declarado en bancarrota tras no ser capaz de refinanciar su deuda. La compañía, que posee más de 200 centros comerciales, declaró que tenía activos por valor de 29.500 millones de dólares frente a unas deudas de 27.300 millones, y se convierte en la mayor bancarrota de la historia inmobiliaria del país.

Según su declaración, el banco alemán Commerzbank sería el mayor acreedor sin asegurar de la compañía, con dos créditos que suman 2.600 millones de dólares. La mayor parte de la deuda de General Growth proviene de la compra de Rouse Co., por la que desembolsó 11.300 millones de dólares en 2004.

"Mientras que hemos trabajado sin descanso en los últimos meses para ajustar nuestra deuda, el colapso de los mercados de crédito ha hecho imposible para nosotros refinanciar la deuda sin recurrir al Capítulo 11 (Ley de Bancarrotas)", señaló Adam Metz, consejero delegado de la compañía.

La compañía, con sede en Chicago, ha perdido un 81% de su valor bursátil en seis meses, en los que ha repetido que podría tener que declararse en bancarrota. Los títulos de la compañía cerraron ayer en 1,05 dólares, valorando la compañía en 329 millones. Las acciones llegaron a valer 67 dólares en marzo de 2007.

General Growth dijo el pasado 30 de marzo que la fecha límite para que los tenedores de bonos aceptaran las nuevas condiciones de los 2.250 millones de dólares en deuda expiraron sin que el número mínimo de bonistas aceptaran el acuerdo. Ese mismo día dijo que continuaba negociando con sus acreedores.

Las operaciones diarias de la compañía continuarán y todos los centros comerciales permanecerán abiertos y operando con normalidad, según ha anunciado la compañía. General Growth quiere llevar a cabo un plan de reorganización para extender el periodo de vencimiento de sus deudas y reducir el conjunto de la misma.

"Nuestro negocio principal permanece sólido y tiene un cash flow estable. Creemos el Capítulo 11 es el mejor proceso para reestructurar los créditos, reducir la deuda corporativa y establecer una estructura de capital sostenible a largo plazo para la compañía", según Metz.

Las autoridades bolivianas desbaratan un plan para asesinar a Evo Morales

Las autoridades bolivianas desbaratan un plan para asesinar a Evo Morales

El presidente de Bolivia, Evo Morales, alertó este jueves de que las autoridades de su país lograron abortar un plan para asesinarlo, el cual podría estar promovido por mercenarios irlandeses, búlgaros y bolivianos. "Posiblemente tengo los días contados", ha asegurado el mandatario.

Morales, que se encuentra en Caracas para participar en VII Cumbre de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), dijo que informaciones de inteligencia habían advertido de la llegada de un grupo de mercenarios, entre ellos irlandeses, búlgaros y bolivianos, para atentar contra él y el vicepresidente con "bombas y armamento sofisticado".

Tres hombres abatidos a tiros

El mandatario boliviano confirmó también que la Policía boliviana abatió a tiros a tres presuntos terroristas, dos húngaros y un boliviano, supuestamente relacionados con la explosión de un artefacto explosivo delante de la casa del cardenal Julio Terrazas en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, donde además fueron detenidos otros dos terroristas.

Morales dijo el pasado domingo que tenía sospechas de que existía un nuevo plan para atentar contra su vida y que estaba siendo organizado por la oposición con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en La Paz.

"Posiblemente tengo los días contados porque se van preparando. Si pasa algo con Evo, con Álvaro (García Linera) u otros ministros será culpa de la derecha fascista que está organizando con el apoyo de la embajada de Estados Unidos, (lo) tenemos registrado", advirtió en una entrevista a los medios locales.

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