lunes, septiembre 12, 2011

Wall Street cambia de rumbo y cierra con un avance del 0,63 % en el Dow Jones

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Wall Street cambió hoy el rumbo bajista de la jornada en la recta final de la sesión y finalmente el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, cerró con un avance del 0,63 % con el que reconquistó la barrera de los 11.000 puntos perdida el viernes pasado.

Según datos provisionales al cierre de la sesión, ese indicador, que agrupa a treinta de las mayores empresas cotizadas en EEUU, sumó 68,99 puntos para terminar en 11.061,12 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 subió el 0,7 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq ganó el 1,1 %.

Grecia: ¿y si hay un ‘default’?

Las tensiones financieras sobre Grecia, lejos de calmarse, están a flor de piel. Y la incertidumbre sobre los posibles efectos para el resto de la zona euro no para de agravarse. Los expertos auguran un ‘default’ por capítulos.

El primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandréu (d), y el ministro de Finanzas de Grecia, Evangelos Venizelos, el domingo.

El primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandréu (d), y el ministro de Finanzas de Grecia, Evangelos Venizelos, el domingo.

Lo cierto es que Alemania ya habla abiertamente de un ‘default ordenado’. Y los analistas consultados por Expansión.com ven más que probable que la quita que se acordó en julio sea la primera de una lista más larga… Así sería la secuencia.

1. ANTES DEL 'DEFAULT', MÁS REESTRUCTURACIONES DE DEUDA:

El canje de bonos, que se acordó el pasado 21 de julio en el segundo rescate del país heleno, supone para los acreedores privados una quita del 21%, pero implica también que los bonos pasan a estar respaldados por el Fondo de Estabilidad Financiera. Esta primera restructuración se ha limitado al sector privado y se ha lanzado como una opción voluntaria. De hecho, de momento sólo el 70% de los bancos habrían mostrado su disponibilidad y hasta octubre no se espera que Grecia haga formalmente la oferta de canje.

En este contexto, las dudas sobre la capacidad de la economía griega para hacer frente a sus pagos hacen que reaparezca el fantasma del 'default'. Sin embargo, los expertos de Nomura auguran más reestructuraciones de deuda antes de llegar a una quiebra formal.

Para el banco de inversión Nomura, la situación que atraviesa el país heleno es “potencialmente muy grave, pero seguimos pensando que lo más probable es que Grecia no se verá abocada al ‘default’ en esta etapa”.

Eso sí, “todavía hay incertidumbre acerca de si los inversores privados que van a participar en los acuerdos de canje de deuda del segundo rescate de Grecia son suficientes”, explica el banco de inversión en un informe. “Podemos predecir que la reestructuración prevista seguirá adelante”, pero “no creemos que ésta sea la última quita que sufre el sector privado”, añade el análisis de Nomura.

También Santiago Carbó, asesor de la Fed de Chicago y profesor de la Universidad de Granada, ve más que probable que las quitas se multipliquen. “Seguramente de magnitud mayor a la planteada en el segundo rescate, pero también incorporarían importantes provisiones para pérdidas”. Es decir, que se trataría de elevar la solvencia bancaria para amortiguar el impacto de la pérdida por el 'default' griego.

Joaquín Maudos, investigador del Ivie y catedrático de la Universidad de Valencia, asimismo calcula que la quita del 21% actual aumentará. “Ni a Grecia ni a la zona euro le interesa una quiebra total, pero una deuda del 180% del PIB es insostenible”, asegura.

En el caso de que haya más reestructuraciones de deuda se podrían seguir diferentes fórmulas. Entre las opciones: realizar otra quita, como en el segundo rescate o más amplia, pero que afectara a todos los acreedores y no sólo al sector privado; o aplazar los vencimientos de la deuda como se hizo en Uruguay en 2003.

2. APOYO A LOS BANCOS:

Para Carbó, los bancos alemanes y los franceses pueden soportar un cierto nivel pérdidas sin apoyo público, “pero el impacto sobre sus balances dependerá de la magnitud de la recapitalización que se acometa en estos países. En Alemania parece que es donde se están realizando los planes más específicos, mientras que en Francia y otros países está aún por ver. Y toda la zona euro podría verse afectada si no se toman las medidas oportunas”.

Pero no sólo los mayores tenedores de bonos griegos sufrirían. “Incluso teniendo una exposición reducida a la deuda griega (como es el caso de España) habría que plantear una recapitalización bancaria muy sólida para estar preparados para las acometidas secuenciales que probablemente tendrá el ‘default’ griego”. A juicio de Carbó, todos los países del euro deberían estar ya planteándose recapitalizaciones bancarias en mayor o menor medida.

3. SI ES INEVITABLE, ¿EL CAOS?:

Pero no hay que olvidar que, a pesar de intentar solucionar los problemas con reestructuraciones suaves, Grecia podría acabar incurriendo en ‘default’. De hecho, un vistazo a la historia económica más reciente apoya esta tesis. En 2001 Argentina trató de poner fin a las turbulencias con dos reestructuraciones ampliando los vencimientos de su deuda, pero a finales de ese mismo año no pudo evitar el 'default'. La cosa no quedó ahí y en 2005 Argentina tuvo que afrontar otra reestructuración, esta vez más severa y con una quita de entre el 64% y el 82%.

Más dificultades para financiarse
Federico Steinberg, estratega del Real Instituto Elcano, cree que la zona euro podría evitarlo, aunque destaca la falta de cohesión y de los trámites políticos aún necesarios para la puesta en marcha del segundo rescate griego. Eso sí, afirma que si finalmente se produce, el golpe sobre los países rescatados (Irlanda y Portugal) y los periféricos (Italia y España) en los mercados sería aún más duro.

Impacto en la banca
Joaquín Maudos opina que un ‘default’ sería una catástrofe para la banca europea y no es el único. El economista jefe del banco danés Saxo, Steen Jakobsen, cuantifica en unos 2 billones de euros las necesidades de recapitalización de la banca europea en una hipotética quiebra de Grecia, informa Efe. En concreto, Francia cuenta con el 37%, unos 53.000 millones, mientras que Alemania con 36.000 millones, según Joaquín Maudos, del Ivie.

El caso de España es residual: siete grupos bancarios españoles tienen inversiones en bonos helenos, que suman en total 448 millones de euros, apenas el 0,27 % del total de su cartera de deuda europea, según datos del Banco de España.

No tendría por qué significar su expulsión del euro
Santiago Carbó, por su parte, cree que el ‘default’ no implicaría necesariamente su salida del euro aunque quedaría en una posición muy delicada. “Sería un evento financiero grave que va a poner a Grecia las cosas aún más difíciles pero que también sirve para recordar a los socios europeos que el plan de ayuda al país heleno quizás deba ser más a largo plazo y más realista para que Grecia pueda ver alguna luz al final de un largo y duro túnel que deberá pasar”, asegura.

Además, destaca: “La zona euro tampoco se rompería por el ‘default’ griego pero ya estamos teniendo serios avisos sobre la necesidad de una reforma urgente de la gobernanza que compagine una cesión de soberanía fiscal con mecanismos de apoyo mutuo más reforzados”.

Jakobsen, de Saxo Bank, coincide en este punto. “La moneda europea podría sobrevivir si Grecia entra en 'default'. Incluso si lo hacen uno o dos países más”, opina Jakobsen.

Sin embargo, para Silvio Peruzzo, economista de Royal Bank of Scotland (RBS), "el 'default' no puede ser concebido de una forma ordenada, sobre todo, porque es imposible de precisar cuáles son las implicaciones para los estados miembros de la eurozona a través de los numerosos canales de contagio. Son varios los escenarios posibles, incluyendo situaciones en las que el shock podría ser más contenido, pero también, potencialmente, podría producirse una ruptura del euro".

Eso sí, hay analistas que prefieren ni plantearse este escenario. José Luis Martínez, estratega de Citi en España, no descarta que va a haber más reestructuraciones de la deuda griega si es necesario, pero no se plantea la posibilidad de 'default'. “Mi escenario pasa por un acuerdo entre Grecia y el resto, dotándole de mayor flexibilidad (en tiempo) para el ajuste. También pasa por una mayor cohesión fiscal, que muestre el convencimiento de que no hay alternativa al euro”, explica este analista.

Por su parte, Antonio Garcia Pascual, Julian Callow y Marion Laboure, de Barclays Capital, valoran positivamente el paquete de reformas que anunció el Ejecutivo griego este fin de semana, que implica un nuevo impuesto inmobiliario y la bajada del sueldo a los altos funcionarios. “Aunque estas medidas no podrán hacer cumplir el superávit primario que se preveía para 2012, puede corresponder las demandas que realizaba la ‘troika’ [BCE, UE y FMI, para que reciba el sexto tramo de ayuda del primer rescate]”, indica. La troika suspendió la semana pasada las negociaciones al ver que no cumplían con el recorte previsto. “Como la Comisión Europea indicó, es probable que la revisión del programa de ajuste esté a mediados de septiembre y, en función de las reformas, la ‘troika’ complete su análisis a finales de septiembre”, añade Barclays.

Es probable que Grecia resuelva con éxito este capítulo de crisis, logre el sexto tramo del rescate y pueda cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Sin embargo, el culebrón griego no tiene pinta de acabar de ahí. Conforme se acerque el final del año, si no antes, Grecia volverá a protagonizar las tensiones porque será el momento de medir de nuevo su cumplimiento y ver si se merece el siguiente tramo de ayuda, que está previsto para diciembre.

¿Qué busca Pemex en Repsol?

¿Qué busca Pemex en Repsol? Le interesa su tecnología y su presencia internacional

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La petrolera mexicana Pemex ha escalado posiciones en Repsol con el objetivo de acceder a tecnología que le permita incrementar su producción y reservas, así como de adquirir una dimensión internacional y acceder a países como Estados Unidos, India, Colombia o Cuba.

Estos objetivos aparecen recogidos en un informe de la petrolera mexicana titulado 'Contexto del aumento de participación de Pemex en Repsol', del que se hace eco el diario La Jornada. En él, la compañía muestra su interés por actividades que van desde la construcción de buques en Corea hasta la participación en la exploración de hidrocarburos en Colombia.

La compra de un 5% de Repsol para alcanzar un 9,8% y la sindicación de esta participación con el 20% de Sacyr se inscribe en una estrategia para trasladar varias operaciones al exterior. El paralelo, Pemex prevé abrir una oficina su sociedad de comercialización PMI en Singapur.

En Asia, el grupo espera aprovechar su posición en Repsol y esta nueva representación comercial para iniciar las exportaciones de petróleo a nuevos mercados como los de India y China, así como para cerrar acuerdos de construcción de buques de última generación en los astilleros coreanos.

Incidir en decisiones estratégicas

Pemex justifica la inversión en Repsol con el argumento de que, según La Jornada, será posible "incidir en decisiones estratégicas y operativas". Además, podrá "ejercer influencia suficiente para incidir en decisiones" de una petrolera sin necesidad de comprar al menos el 50%, lo que le habría obligado a desembolsar entre 10.000 millones y 30.000 millones de dólares (entre 7.500 millones y 22.000 millones de euros), señala.

Pese a consolidarse como tercer accionista, por detrás de Sacyr y La Caixa, Pemex será la única gran petrolera del capital, lo que le permitirá "alinear visiones y apalancar fortalezas y oportunidades de ambas empresas".

La alianza con Repsol le permitirá tener acceso a una amplia cartera tecnológica, incluido el programa de interpretación sísmica Caleidoscopio, creado en 2007 y capaz de procesar quince veces más rápido las imágenes que el resto de aplicaciones. Este programa fue desarrollado en colaboración con IBM, la Universidad de Stanford y la Universidad Politécnica de Barcelona (UPC).

Pemex desea utilizar este programa en la exploración de aguas profundas y en los campos de alta complejidad como Chicontepec, y acceder además a otras herramientas como el proyecto Sherlock, que combina geología, geoquímica y química analítica de alta resolución y que permite disminuir el riesgo geológico y aumentar la probabilidad de éxito exploratorio.

Oportunidades en refino

Pemex también aprecia oportunidades estratégicas en refino y, más en concreto, en el suministro por parte de Repsol en Ecuador de productos petrolíferos y en un posible acuerdo en el que se intercambien barriles de crudo Maya, que irían a las unidades de coque de España, por barriles rusos, que se suministrarían a clientes de PMI.

Junto a esto, Pemex espera aprovechar el diferencial de precios de la gasolina entre Europa y el Golfo de México a través de estrategias de almacenamiento y contratos de plazo. El país, que importa el 40% de la gasolina, podría acceder a una capacidad de refino de cerca de 800.000 barriles diarios.

Dentro de esta área, podrían realizarse asociaciones petroquímicas en cadenas rentables para ambas partes, así como la aplicarse un programa de transformación de operaciones y de personal de Pemex en refinerías de Repsol.

Contratos para Repsol

Además del encaje estratégico para Pemex, el informe también aprecia aspectos positivos en la inversión para Repsol, que podrá participar bajo los nuevos esquemas de contratación en los contratos integrales de exploración y producción, inicialmente concebidos para los campos maduros.

Para Pemex, la alianza le ofrece oportunidades de acceder a fuentes adicionales de reservas y producción de manera directa o a través de alianzas en exploración y explotación en Brasil, Colombia, en aguas estadounidenses del Golfo de México en la parte estadunidense y en Cuba, donde Repsol dispone de una importante cartera de exploración.

El Ibex 35 cierra con otra dura caída del 3,41%

El Ibex 35 cierra con otra dura caída del 3,41%, y se sitúa en los 7.640,7 puntos

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Nueva jornada negra en los mercados bursátiles europeos, marcados por los temores sobre la inminente quiebra de Grecia y cómo afectará a la banca europea. El selectivo español cerró con una caída del 3,41%, hasta las 7.640,7 puntos, tras oscilar entre un máximo de 7.786,9 puntos y un mínimo de 7.592,4 puntos, mientras los inversores negociaron 2.765 millones de euros. El euro se mantiene sin apenas cambios frente al dólar., mientras la prima de riesgo de España se dispara hasta los 358 puntos.

"Con hueco y fuerte volumen de negocio, el Ibex 35 ha perforado una nueva zona de soporte para marcar un nuevo mínimo de los últimos meses ", comentaba Carlos Doblado, director de estrategia de Ágora A. F., en Ecotrader.

"La posibilidad de una vuelta a un mercado bajista en todas las inercias relevantes, algo que debemos tener periódicamente debido a la pérdida de soportes clave de fondo como los 9.200 puntos, ya se abrió el pasado lunes con la ruptura del 8.000; aunque la sobreventa de muy corto plazo permitiera un rebote como el que podría conceder el mercado también en breve por la misma circunstancia. Pero esta vez, como la semana pasada, se requiere de un cierre del hueco semanal desplegado para que el rebote tenga un mínimo de relevancia técnicamente hablando", añadía Doblado.

De nuevo, como el viernes pasado, el sector financiero francés ha sido el más castigado por su exposición a Grecia y por los rumores de una posible rebaja de rating de Moody´s. Así, BNP perdió un 12,35%, Société Générale un 10,75% y Credit Agricole un 10,64%. La aseguradora Axa retrocedió un 9,73%. Otros bancos europeos también sufrieron: Unicredit cayó un 10,91%, Intesa un 9,54%, ING un 8,59% y Deutsche Bank un 7,3%.

En España, las mayores caídas fueron para Mediaset, con un 6,39%, seguido de Sacyr, con un 6,08%. Los bancos también sufrieron mucho, aunque menos que los europeos: BBVA perdió un 5,34% y Santander un 4,69%.

Entre el resto de grandes valores la sesión no fue mucho mejor. Telefónica perdió un 3,75%, Iberdrola un 3,58% y Repsol lo hizo un 2,73%. Inditex fue el mejor valor del día, con una caída de sólo el 0,29%. (Un vistazo al Ibex 35, al Eco 10 y al resto del mercado)

"Lo que sucede es, por tanto, la repetición de la jugada; aunque con soportes que en este caso son de orden superior y que para caer de forma firme piden, al menos, un cierre semanal bajo los mismos. Hablamos de una directriz alcista de largo plazo, de la base de un eventual canal bajista de medio-largo, así como de la zona que supone una corrección bajista al 78,6%", concluía Doblado.

Nicaragua: La Constitución Apócrifa de Daniel Ortega – por Félix Maradiaga

Este mes de septiembre se cumple un año de la pulverización del estado de Derecho en Nicaragua, marcado por la insólita orden del Presidente Daniel Ortega al Diario Oficial La Gaceta, de publicar una versión de la Constitución Política, que no fue aprobada por la Asamblea Nacional de este país. Pocos nicaragüenses parecen recordar, que el 16 de septiembre pasado, luego de las largas vacaciones decretadas por el gobierno, los medios de comunicación despuntaron con una noticia que fácilmente podría ser una broma del Día de los Inocentes. El Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a través de legisladores de su partido, el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), ordenó la publicación de un texto alterado de la Constitución, sin pasar por ninguna discusión legislativa.

Lo que en cualquier democracia moderna habría sido un escándalo nacional de mayúsculas consecuencias para un gobierno, en Nicaragua pasó casi desapercibido. Para colmo, pocas semanas después, los diputados del FSLN y sus aliados tomaron por sorpresa a los opositores y aprobaron una moción que supuestamente legalizaba la referida publicación. Recuerdo que esa misma semana, recibí desde el exterior varias consultas de personas sorprendidas por la inverosímil noticia del “Gacetazo” y la dócil actitud de la oposición. En palabras de un colega académico europeo, eso sólo podría ser “una broma de mal gusto” que quizás explicaba porque los diputados prefirieron reírse antes de actuar.

Le respondí al colega que muchos nicaragüenses se han acostumbrado a un Presidente bromista que recurrentemente se refiere a Hugo Chávez como el mesías y a Fidel Castro como un santo. Los ciudadanos de este hermoso país centroamericano despertamos todos los días rodeados por cientos de gigantescos afiches con el sonriente rostro d Daniel Ortega y por árboles de Navidad instalados a lo largo de todo el año en las calles de la capital. La lista de excentricidades de Ortega es larga. En el 2009 reconoció a Osetia del Sur como República independiente y en otra oportunidad le insinuó al periodista David Frost en un reportaje para Al Jazeera, que aspiraba seguir en el poder hasta pasados los noventa años de edad. La semana pasada, durante el acto del 32 aniversario del Ejército de Nicaragua, abrió su discurso diciendo que si las armas atómicas hubiesen existido en el siglo XIX, las fuerzas de la Unión Americana las habrían utilizado contra el ejército sureño de la Confederación en la Guerra Civil de Estados Unidos.

Sin embargo, le dije a mi alarmado amigo que a muchos otros ciudadanos esas locuras no nos hacen ninguna gracia. La publicación de una versión apócrifa de la Constitución no es el producto de un gobernante con dotes de comediante. Es, más bien, un acto de extrema ilegalidad deliberada perpetrada por el Presidente de la República de Nicaragua, que es la misma nación Centroamericana que durante la década de los años ochenta sufrió una cruenta guerra civil que costó más de cincuenta mil vidas.

La publicación de una versión apócrifa de la Constitución por el mismo Presidente que gobernó el país en los años de guerra no debería tomarse a la ligera y más bien merece una acción de rechazo permanente. El Presidente no tenía ninguna facultad legal para ordenar la impresión de la constitución apócrifa, ya que la misma ley establece que sólo la Junta Directiva de la Asamblea Nacional puede instruir a La Gaceta la impresión del nuevo texto, una vez que haya recibido la aprobación de la Comisión de Justicia y del Plenario del Poder Ejecutivo.

El argumento de los operadores políticos de Ortega es tan irracional que debería provocar todo, menos risas. Argumentan que a la imprenta se le “olvidó” incluir la segunda parte del artículo 201. La verdad es que esa sección de la Constitución de 1987 que se denomina “Artículos Transitorios” caducó automáticamente en el momento en que entró en vigencia la Constitución reformada. Ese artículo, en su segunda parte ya prescrita dice: “El Presidente y el Vicepresidente de la República y los Representantes ante la Asamblea Nacional, elegidos el cuatro de noviembre de 1984, ejercerán sus cargos en el período que termina el diez y el nueve de enero de mil novecientos noventa y uno.” Agrega que “Los miembros de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo Supremo Electoral y las demás autoridades y funcionarios de los diversos poderes continuarán en el ejercicio de sus cargos mientras no tomen posesión quienes deben sustituirlos de acuerdo a la Constitución”. No hace falta mayor explicación. Este Artículo colocado bajo una sección denominada “Transitoria” cumplió su término en el momento en que las autoridades correspondientes asumieron sus cargos.

¿Cuál es el propósito que persigue el Presidente Daniel Ortega? Sucede que él tuvo que inventarse la vigencia de un artículo constitucional inexistente, como la única forma para justificar su candidatura presidencial ilícita, ya que la constitución actual no sólo exige la renuncia al cargo un año antes de inscribir una nueva candidatura sino que explícitamente prohíbe un tercer periodo constitucional. En su intento por justificar su ilegal candidatura, Ortega también recurrió ante magistrados de la Corte Suprema de Justicia cuyos términos de ley en el cargo también estaban vencidos y que se ampararon en el texto constitucional apócrifo para continuar en sus posiciones.

De igual forma, los magistrados de facto del actual Consejo Supremo Electoral—el órgano rector de los procesos electorales en Nicaragua—están usurpando funciones y no pueden ser considerados legítimos. Esta situación no es nada cómica ya que los nicaragüenses tendremos elecciones nacionales el 6 de Noviembre de este año, con uno de los candidatos en abierta ilegalidad. Además de que Ortega no podía postularse como candidato presidencial, las autoridades electorales que aceptaron su inscripción, ya tenían sus propios cargos vencidos.

Este excéntrico y arbitrario hecho del Presidente Ortega fue un golpe demoledor al Estado de Derecho y un paso hacia un gobierno sin ley. Lo único más alarmante que esta decisión, es la pasividad con que la misma oposición y la ciudadanía han respondido a este acto descabellado que no se puede tomar en serio. Quizás las fiestas patrias que se avecinan en ocasión de un aniversario más de la Independencia—y las elecciones nacionales de Noviembre—son una oportunidad para que aquellos que nos gusta que nos vean la cara de payasos, le recordemos al Presidente y sus aliados que no compartimos su pésimo sentido del humor.

Venezuela se convirtió en punto de tránsito de droga a EEUU y Europa, según ONG – by Ramón Sahmkow

Ubicada a las puertas del Atlántico y con una porosa frontera, Venezuela se convirtió en lugar de tránsito de cocaína hacia mercados internacionales, según la ONG International Crisis Group, que atribuyó además el fenómeno a la corrupción y a una ineficaz vigilancia estatal.

“Venezuela se ha convertido en un lugar de transbordo del transporte de cocaína hacia los mercados internacionales”, especialmente Europa y Estados Unidos, dijo el miércoles el director para América Latina de International Crisis Group, Javier Ciurlizza.

“Es un fenómeno que ha ocurrido en los últimos cuatro años y ha aumentado de una manera geométrica”, agregó el investigador al presentar un estudio sobre la violencia en Venezuela, que recoge decenas de entrevistas y estudios de campo en Caracas y los estados fronterizos.

Pese a no ser un país cultivador de hoja de coca ni un productor de droga, Venezuela, al norte de Suramérica y con salida al océano Atlántico, tendría condiciones favorables para ser una ruta del tráfico de drogas como cocaína y marihuana, explicó Ciurlizza, en un encuentro con la prensa en Caracas.

Las rutas del Caribe y el Pacífico y los caminos terrestres, vigilados de cerca por los operativos antinarcóticos de Colombia, Estados Unidos y México, “dejan al Atlántico como la ruta más barata” para lograr que la cocaína llegue a su destino, señaló el investigador.

Pero además, el estudio cita como otras causas la corrupción, debilidades en el gobierno venezolano para aplicar la ley, la supuesta colaboración de altos rangos militares con las bandas criminales y una porosa frontera con Colombia, el mayor productor de cocaína en el mundo, con 350 toneladas en el 2010, según cifras de la Organización de Naciones Unidas.

“Es una combinación de todo eso (…) y del hecho de que no haya un enfrentamiento categórico por parte del Estado”, señaló Silke Pfeiffer, directora del programa Andes de Crisis Group.

Por su lado, el gobierno venezolano defendió precisamente el miércoles su combate contra el tráfico de drogas.

El ministro del Interior, Tareck El Aissami, destacó la “política clara, seria y transparente” del gobierno “en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas y contra las organizaciones criminales que pretenden utilizar nuestro territorio para este delito”.

El gobierno estadounidense sostiene que Venezuela ha fracasado en la lucha antinarcóticos, pero Caracas asegura que esa acusación forma parte de una “política de agresión” en contra del presidente Hugo Chávez, que ordenó la expulsión de la DEA (la oficina antidrogas estadounidense) en el 2006.

Las autoridades venezolanas decomisaron 29,750 kilos de droga en lo que va de año, informó El Aissami, al dar a conocer los resultados de un operativo contra el narcotráfico en la frontera con Colombia.

En Venezuela podrían participar bandas nacionales e internacionales vinculadas a grupos colombianos o a grandes carteles mexicanos como Los Zetas y el de Sinaloa, según el estudio de esta ONG presidida por Louise Arbour, ex Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.

A pesar de ello, el auge del narcotráfico no ha incidido directamente en la violencia en Venezuela, a diferencia de México, donde 41,000 personas han sido asesinadas desde diciembre del 2006 por la lucha entre cárteles y el enfrentamiento con las autoridades, dijeron los investigadores.

“En Venezuela hay muchas oportunidades para un comercio de la criminalidad organizada que no necesita ejercer la violencia todavía para imponerse”, dijo Ciurlizza.

Pero sí advierten que el narcotráfico ha sido un catalizador indirecto de la violencia promovida por bandas que luchan por el control del “microtráfico” en las barriadas populares de Venezuela, un país donde en el 2010 hubo al menos 14,000 asesinatos, según datos oficiales.

El significado de la Revolución Americana

Por John Adams

La Revolución Americana no fue un acontecimiento corriente. Sus efectos y consecuencias ya han resultado colosales para una gran parte del Globo ¿Y cuándo y dónde van a cesar?
¿Pero qué significa para nosotros la Revolución Americana? ¿Nos referimos a la Guerra Americana? La Revolución se llevó a cabo antes de que comenzara la Guerra. La Revolución estaba en las mentes y los corazones de la gente, era un cambio en sus sentimientos religiosos acerca de sus labores y obligaciones. Mientras se creyó que el Rey, y toda autoridad que de él dimanaba, gobernaba con justicia y piedad, de acuerdo con las leyes y la constitución derivada del Dios de la naturaleza y a él transmitida por sus antecesores, se sentía una obligación de orar por el rey y la reina, y todas las autoridades, como los ministros de Dios, lo hacían por su bien; pero cuando vieron que esos poderes renunciaban a todos los principios de autoridad y se inclinaban por la destrucción de toda seguridad en sus vidas, libertades y propiedades, pensaron que era su obligación orar por el congreso continental, los trece congresos estatales, etc.
Pudo haber y hubo otros que pensaron menos en la religión y la conciencia, pero que tenían ciertos sentimientos habituales acerca de la lealtad derivados de su educación, que creían que la lealtad y la protección deben ser recíprocos y pensaron que cuando la protección desapareció, la obligación de lealtad también lo hizo.
Otra alteración fue común a todos. La gente de América ha sido educada habitualmente en un cariño hacia Inglaterra, como su madre patria, y mientras pensaron en ella como una madre cariñosa y tierna (aunque bastante erróneamente, puede que nunca fue una madre de este tipo) no pudo haber un afecto más sincero. Pero cuando encontraron en ella una cruel bruja, que deseaba como Lady Macbeth “estrellarle los sesos” no sorprende que sus afectos filiales desaparecieran y se sustituyeran por indignación y horror.
Este cambio radical en los principios, opiniones, sentimientos y afectos de la gente fue la auténtica Revolución Americana.
Pero lo que significa esta grande e importante alteración en el carácter religioso, moral, político y social de la gente de trece colonias, todas distintas, desconectadas e independientes entre sí, lo que se comenzó, se persiguió y consiguió, es sin duda interesante para la humanidad que sea investigado y perpetuado para la posterioridad.
Para este fin, sería deseable que los jóvenes letrados de todos los Estados, especialmente de los trece originales, se pusieran a la laboriosa, pero sin duda interesante y entretenida tarea de buscar y recopilar todos los documentos, panfletos, periódicos e incluso octavillas que hayan contribuido en alguna forma a cambiar el humor y la perspectiva de la gente y les impulsó hacia una nación independiente.
Las colonias han crecido bajo constituciones de gobierno muy diversas, hay una gran variedad de religiones, están compuestas por naciones muy diferentes, sus costumbres, educación y hábitos se parecen poco y sus interrelaciones han sido tan escasas y su conocimiento entre sí tan imperfecto, que unirlas en los mismos principios teóricos y el mismo sistema de acción, era ciertamente una muy difícil empresa. Su absoluto cumplimiento en un periodo de tiempo tan corto y mediante el uso de medios tan simples fue posiblemente un ejemplo único en la historia de la humanidad. Se hizo sonar a la vez trece relojes –una perfección mecánica que ningún artista había realizado hasta entonces.
En esta investigación, la gloria de personalidades individuales y de los distintos Estados es de poca importancia. Los medios y las medidas son los objetos adecuados de investigación. Éstos pueden usarse para la posterioridad, no sólo en esta nación, sino en Sudamérica y en todos los demás países. Pueden enseñar a la humanidad que las revoluciones no son insignificantes, que nunca deben iniciarse temerariamente, ni tampoco sin consideración ponderada ni reflexión serena, ni tampoco sin una base sólida, inmutable y eterna de justicia y humanidad, ni sin gente que posea la inteligencia, fortaleza e integridad suficientes para llevarlas a cabo con serenidad, paciencia y perseverancia, a través de todas las vicisitudes de la fortuna, las fieras dificultades y los tristes desastres que puedan tener que afrontar.
El pueblo de Boston instauró pronto una plegaria anual el 4 de julio, en conmemoración de los principios y opiniones que contribuyeron a producir la revolución. He escuchado muchas de estas plegarias y he leído todas las que he podido obtener. Aparece mucha ingenuidad y elocuencia en cada uno de los asuntos, excepto cuando tratan de esos principios y opiniones. La de mi honrado y amigable vecino, Josiah Quincy, me parece que es la que apunta más directamente al propósito de la institución. Dichos principios y opiniones deben remontarse a doscientos años atrás y encontrarse en la historia del país desde las primeras plantaciones en América. Tampoco deberían olvidarse los principios y opiniones de ingleses y escoceses hacia las colonias durante todo este periodo. La perpetua discordancia entre los principios y opiniones británicos y los de América, al año siguiente de la supresión del poder francés en América, cayeron en una crisis y produjeron una explosión.
No fue hasta después de la aniquilación de dominio francés en América que algún ministro británico se atreviera a gratificar sus ambiciones y el deseo de de la nación, proyectando un plan formal para crear un impuesto nacional a América a través de una tasa aprobada parlamentariamente. La primera manifestación importante de este proyecto se realizó mediante la orden de llevar a cabo mediante estrictas ejecuciones aquellas actas del Parlamento, que son bien conocidas por el nombre de actas de comercio, que han generado letra muerta sin ejecutar durante medio siglo y en algunos casos, creo que por cerca de un siglo entero.
Esto produjo, en 1760 y 1761, un despertar y un renacimiento de los principios y opiniones americanos, con un entusiasmo que fue incrementándose hasta que, en 1775, irrumpió como violencia abierta, hostilidad y furia.
Los personajes más conspicuos, los más ardientes e influyentes de este renacimiento, de 1760 a 1766, fueron, en primer lugar y principalmente, antes y por encima de todos, James Otis, junto a él estuvo Oxenbridge Thatcher, junto a él, Samuel Adams, junto a él, John Hancock, después el Dr. Mayhew, después el Dr. Cooper y su hermano. De la vida de Mr. Hancock, de su carácter, su generosa naturaleza, sus grandes y desinteresados sacrificios y sus importantes servicios, si tengo fuerzas, me gustaría escribir un libro. Pero esto, espero, lo hará alguna mano más joven y más hábil. Mr. Thatcher, cuyo nombre y méritos son menos conocidos, no debe ser olvidado en absoluto. Este caballero fue un eminente abogado, con tanta experiencia como el que más en Boston. No había ciudadano en ese pueblo más generalmente querido por su conocimiento, ingenuidad, todas las virtudes domésticas y sociales y su correcta conducta en cada aspecto de la vida. Su patriotismo era tan ardiente como sus progenitores eran ilustres y respetados en este país. Hutchison decía a menudo, “Thatcher no nació plebeyo, pero está decidido a morir como uno”. En mayo de 1763, creo, fue elegido por el pueblo de Boston como uno de sus representantes en la legislatura, siendo colega de Mr. Otis, que había sido miembro desde 1761, y continuó siendo reelegido anualmente hasta su muerte en 1765, cuando Mr. Samuel Adams fue nombrado para ocupar su lugar. En ausencia de Mr. Otis, acudió al Congreso de Nueva York. Thatcher se había mostrado envidioso de la ilimitada ambición de Mr. Hutchinson, pero cuando encontró que éste, no contento con el puesto de Gobernador, con el mando de la plaza y emolumentos, con el de Juez del Condado de Suffolk, con un escaño en el Consejo de su Majestad en la Legislatura, con su cuñado como Secretario de Estado por designación del rey, con un hermano de este Secretario de Estado como Juez de la Corte Suprema y miembro del Consejo, ahora, en 1760 y 1761, solicitaba y obtenía el puesto de Justicia Mayor de la Corte Suprema de la Judicatura, concluyó, igual que Mr. Otis y como haría cualquier otro amigo informado de este país, que lo que veía era una administración con el deliberado propósito de fallar todas las causas a favor del ministerio en St. James y su servil Parlamento.
Su indignación contra él desde este momento hasta 1765, año de su muerte, no tuvo más límites que la verdad. Hablo con conocimiento de causa. Puesto que, de 1758 a 1765 acudí a cada corte superior e inferior de Boston y no recuerdo ninguna ocasión en la cual no me invitara a su hogar a pasar la tarde con él, cuando me hacía conversar con él lo mejor que podía, sobre todos los aspectos de religión, moral, derecho, política, historia, filosofía, bellas artes, teología, mitología, cosmogonía, metafísica –Locke, Clark, Leibniz. Bolingbroke, Berkeley-, la armonía preestablecida del Universo, la naturaleza de la materia y el espíritu y el eterno establecimiento de coincidencias entre sus operaciones, el destino, la predestinación y razonamos acerca estos inacabables asuntos tan elevados como la gente de Milton en el pandemónium, y los comprendíamos tan bien como ellos, aunque no mejor. A estos terribles misterios él añadía las noticias del día y los cotilleos del pueblo. Pero su materia favorita era la política y el pendiente y temible sistema de tasación parlamentario y gobierno universal de las colonias. Este asunto le ponía tan nervioso y agitado, que no tengo duda de que fue la causa de su muerte prematura. Desde el momento en que discutió la cuestión de los mandatos de asistencia a su muerte consideró que el rey, los ministros, el parlamento y la nación de Gran Bretaña estaban determinados a remodelar las colonias desde sus cimientos, a anular todos sus fueros, a constituir en ellos gobiernos reales para obtener beneficios de América mediante impuestos del Parlamento, para aplicar esas ganancias a pagar los salarios de gobernadores, jueces y otros oficiales de la corona y después de esto, obtener tanto beneficio como pudieran para aplicarlo a propósitos nacionales en el Tesoro de Inglaterra, y más adelante establecer obispos y toda la estructura de la Iglesia de Inglaterra, diezmos incluidos, a través de toda la América británica. Este sistema, decía, si se le permite prevalecer, extinguiría la llama de la libertad en todo el mundo, y América se emplearía como una máquina para aplastar todos los diminutos restos de libertad en Gran Bretaña e Irlanda, donde sólo quedaría una apariencia de ella. Consideraba enteramente fieles a este sistema a todos los Hutchinsons, los Olivers y sus conexiones, dependientes, adheridos, lamebotas, etc. Afirmaba que todos ellos estaban comprometidos con los oficiales de la Corona en América y los subordinados del Ministerio en Inglaterra, en una profunda y traicionera conspiración para suprimir las libertades de su país, para sus propios engrandecimiento privado, personal y familiar. Sus filípicas contra la ambición y avaricia sin principios de todos ellos, pero especialmente de Hutchinson, eran desenfrenadas, no sólo en conversaciones privadas y confidenciales, sino en cualquier compañía y ocasión. Dio a Hutchinson el sobrenombre de “Summa Potestatis”, y raramente la mencionaba si no era con el nombre de “Summa”. Su libertad de expresión no era un secreto para sus enemigos. Me he preguntado muchas veces por qué no fue expulsado de los tribunales, como hicieron poco después con el mayor Hawley. Aunque le odiaban más que a James Otis o Samuel Adams, y le temían más, porque no tenían posibilidad de acusarle de afán de revancha por la decepción de su padre por no obtener un puesto superior, como hicieron con Otis, el carácter de Thatcher a través de su vida fue tan modesto, decente y comedido, su moral tan pura y su religiosidad tan reverente que no se atrevieron a atacarle. En su despacho se formaron para actuar en los tribunales dos eminentes personalidades, el juez Lowell y Josiah Quincy, apropiadamente llamado “el Cicerón de Boston”. El cuerpo de Mr. Thatcher era delgado y de constitución delicada; ya sea porque sus médicos sobrecargaron sus vasos sanguíneos de mercurio cuando sufrió la viruela o porque se vio sobrepasado por las preocupaciones y esfuerzos públicos, la viruela le dejo en un estado de debilidad del que nunca se recuperó. Poco antes de su muerte envió por mí para que me hiciera cargo de algunos asuntos en el tribunal. Le pregunté si había visto las resoluciones de Virginia: “¡Oh, sí! ¡Qué hombres! ¡Son espíritus nobles! Me mata pensar en el letargo y la estupidez que prevalecen aquí. Deseo estar fuera. Quiero salir. Quiero salir. Iré a la corte y haré un discurso que será leído después de mi muerte, como mi último testimonio contra esta infernal tiranía que nos están trayendo”. Viendo la violenta agitación que le producía, intenté cambiar de tema lo antes posible y me retiré. Estuvo sin salir durante algún tiempo. Si se hubiera encontrado fuera entre la gente, no hubiera protestado de esa forma tan dramática acerca del “letargo y la estupidez que prevalecen”, puesto que el pueblo y el país estaban vivos, y en agosto se mostraron suficientemente activos, y algunos cometieron injustificados excesos, que son más lamentados por los patriotas que por sus enemigos. Mr. Thatcher murió pronto, lo que fue profundamente lamentado por todos los amigos de su país.
Otro caballero que tuvo una gran influencia en el inicio de la Revolución fue el Doctor Jonathan Mayhew, descendiente del antiguo gobernador de Martha’s Vineyard. Este reverendo se había ganado una gran reputación tanto en Europa como en América mediante la publicación de un volumen de siete sermones durante el reinado de Jorge II, en 1749, y por muchos otros escritos, particularmente un sermón de 1750, del 30 de enero, acerca de la obediencia pasiva y la no resistencia, en el cual se consideran la santificación y el martirio del rey Carlos I, adornados con un ingenio y sarcasmo superiores a los de Swift o Franklin. La leyó todo el mundo, siendo celebrado por los amigos y denigrado pro los enemigos. Los reinados de Jorge I y Jorge II, los de los Estuardo, los dos Jaime y los dos Carlos resultaron una desgracia general para Inglaterra. En América siempre se han considerado con aborrecimiento. Las persecuciones y crueldades sufridas por sus ancestros durante estos reinados habían sido transmitidas por la historia y la tradición, y Mayhew pareció levantarse para revivir todas sus animosidades contra la tiranía, en la Iglesia y el Estado, y al mismo tiempo para destruir su intolerancia, fanatismo e incoherencia. No había aparecido todavía la convincente, elegante, fascinante y falaz apología de David Hume, en la que disimulaba los crímenes de los Estuardo. Para describir el carácter de Mayhew haría falta escribir una docena de volúmenes. Su genio trascendente se transmite a la totalidad de su país en 1761 y se mantiene allí con su celo y ardor hasta su muerte, en 1766. En 1763 se inicia la controversia entre él y Mr. Apthorp, Mr. Caner, el Doctor Johnson y el Arzobispo Secker, sobre el fuero y la conducta de la Sociedad de Propagación de la Palabra de Dios en el Extranjero. Para hacerse una idea de este debate, les ruego que se dirijan hacia una revisión completa, impresa en ese momento y escrita por Samuel Adams, aunque algunos de una forma absurda y equivocada, la atribuyen a Mr. Apthorp. Si no me equivoco, se descubrirá un modelo de candor, sagacidad, imparcialidad y, en fin, de razonamiento correcto.
Si algún caballero supone que esta controversia no supone nada para el presente propósito, está tremendamente equivocado. Extendió una alarma general contra la autoridad del Parlamento. Provocó una prevención justa y generalizada que los obispos y las diócesis, y las iglesias, y los sacerdotes, y los diezmos nos fueran impuestos por el Parlamento. Se sabía que ningún rey, ni ministro, ni arzobispo podría nombrar obispos en América sin un acto de Parlamento, y si el Parlamento pudiera establecernos impuestos, podría establecer la Iglesia de Inglaterra, con todos los credos, artículos, criterios, ceremonias y diezmos y prohibir otras iglesias, como fuentes de sectarios o cismáticas.
Tampoco debe olvidarse a Mr. Cushing. Su buen sentido y sólido juicio, la urbanidad de sus maneras, su buen carácter general, sus numerosos amigos y conocidos y su continuo trato con todo tipo de gente, añadido a sus constante adhesión a las libertades de su país, le proporcionó y una gran y saludable influencia desde los inicios de 1760.
Permítame recomendar estas pistas a la consideración de Mr. Writ, cuya “Vida de Mr. Henry” he leído con sumo placer. Pienso que después de una investigación seria se convencerá de que Mr. Henry no “dio el primer impulso al baile de la independencia”, y que Otis, Thatcher, Samuel Adams, Mayhew, Hancock, Cushing y miles de otros estuvieron trabajando durante bastantes años antes de que el nombre de Henry fuera escuchado más allá de los límites de Virginia.

Liberalismo e izquierda

Por Emilio Alonso

Después de leer un artículo publicado en la bitácora Radicalmente Liberal, donde se comentaban las afinidades ideológicas de cierto liberalismo radical, ora con el PP, ora con el PSOE, de cara a un posible acuerdo entre un pequeño partido radical y uno de los grandes partidos mayoritarios, me he planteado, como tantas otras veces, la pregunta: ¿tiene sentido una alianza entre liberales y socialistas? O, más bien, ¿se puede ser liberal y de izquierdas? Sin embargo, antes de poder responder a una pregunta como esa parece necesario formarse una definición clara de “Liberalismo” y otra de “Izquierda política”, porque si no se corre el riesgo, (riesgo en el que cae de lleno, según mi modesta opinión, el artículo citado), de confundir la gimnasia con la magnesia.

El Liberalismo, en cualquiera de sus manifestaciones, se caracteriza antes que nada por reconocer al individuo como protagonista de la escena política, jurídica y social, como sujeto único de derechos y agente básico del funcionamiento de la sociedad por medio de la libre acción humana. El único límite aceptable para dicha acción es la órbita de los derechos del resto de los hombres; fuera de dicho límite, todas las actuaciones son perfectamente lícitas y, debido a la fuerte tendencia antropológica de procurarse la felicidad que anida en el corazón humano, dichas actuaciones irán generalmente dirigidas a satisfacer las apetencias y necesidades de los individuos que las lleven a cabo. Como quiera que en sociedades grandes, complejas y tecnificadas los individuos no son materialmente capaces de auto-proveerse de todos aquellos bienes y servicios existentes de los cuales obtendrán el bienestar y la felicidad, deben acudir aquéllos al intercambio de sus respectivas realizaciones o habilidades por medio de relaciones libres. Este sistema de intercambio es el denominado Mercado o, no sin cierto abuso de la sinécdoque, Capitalismo.

Como consecuencia de dicha idea fundamental, el Liberalismo mira con enorme desconfianza cualquier estructura supraindividual cuya interacción con el individuo se imponga de forma coactiva; dicha estructura se identifica con el Estado y, obviamente, su propia esencia, objetivo y modus operandi la convierten en un contrapeso, en un limitador de la libertad de los individuos.

Como es lógico, este principio puede llevarse al extremo (como hacen los llamados anarco-capitalistas, que abominan de la existencia de cualquier tipo de Estado y sólo confían en el asociacionismo libre como fuente de cualquier agrupación humana) o puede considerarse desde un punto de vista más moderado (cabe decir: menos liberal) en términos históricos, sociales y de política real, propugnando la reducción (no la desaparición) del Estado y de los impuestos que lo sustentan, y defendiendo la desregulación de los mercados, la competencia y la devolución a los individuos del protagonismo en la vida social, despojando de dicho protagonismo a un Estado que quedará reducido a la provisión de ciertos servicios de difícil privatización, como son el Ejército, la Justicia la Policía y algunos otros cuyo costo de producción a escala general los vuelve rentables, mientras que dejarían de serlo si tuvieran que adaptarse a la producción discriminada, o al menos así lo afirman ciertas corrientes liberales moderadas. En consecuencia, y en términos de mera aproximación empírica, los Liberales suelen mirar con muy buenos ojos a los Estados Unidos que es la nación donde, probablemente, más se han aproximado los ideales liberales a su aplicación.

Uno de los grandes encantos del Liberalismo es que no se trata de una ideología, sobre todo en su vertiente menos anarquista: no nos propone la “solución” apriorística a ningún problema, sino que presupone que el individuo es quien se halla en la mejor disposición para procurarse sus propias soluciones, puesto que es quien mejor conoce sus propios problemas, y que la mejor forma de permitirle buscar dichas soluciones es dejarle obrar en libertad. En ese sentido, el Liberalismo no son meras especulaciones y, a diferencia de la mayor parte de las ideologías, ha probado su eficacia: existen numerosos estudios donde se ponen en relación el nivel de libertad de mercado de los países con sus respectivos niveles de prosperidad, justicia, educación y satisfacción de las necesidades humanas de toda índole, hallando que un mejor nivel de lo primero se corresponde invariablemente con mejores niveles de lo segundo.
Dicho esto, ¿qué propugna la Izquierda política? Para responder a esa pregunta debemos hacer un poco de memoria y recordar de dónde procede y cómo se ha manifestado esa ideología.

La Izquierda como hoy la conocemos deriva de una u otra forma de las teorías políticas y económicas de Marx y de su plasmación práctica a través de los procesos revolucionarios del s. XX. Aunque puede enlazarse también con determinadas corrientes sociales y políticas anteriores (como el socialismo utópico y el tercer estado, o ala extrema de la Revolución Francesa, de donde le viene el nombre de Izquierda), es Marx quien sintetiza en su extensa obra toda la ideología de la Izquierda, y la revolución bolchevique el proceso donde esa ideología se lleve de la potencia al hecho. Dicha ideología se basa, fundamentalmente, en la crítica del Capitalismo como sistema básicamente injusto que permite la existencia de ricos (dueños de los medios de producción) y de pobres (o proletariado, dueño del recurso económico por excelencia, el trabajo), y en la propuesta de otro sistema, no por azar llamado comunismo, donde los medios de producción sean comunes y la acción de los hombres se supedite al interés de un ente supraindividual, la sociedad, identificada aquí con el proletariado. Como, según esta ideología, el sistema que permite a los agentes concurrir en libertad no genera consecuencias justas y tolera la desigualdad, es preciso diseñar un órgano diferente de los individuos que planifique las actividades desarrolladas por estos: un Estado planificador que elimine tanto el beneficio como el riesgo, y que proporcione la satisfacción de todos sobre la base de su mutua igualdad. La idea central de la Izquierda, por tanto, será la puesta en valor del colectivo por encima del individuo como sujeto de derechos o intereses de rango superior a los que cabe atribuir a este último.

Como en el caso del Liberalismo, la ideología izquierdista (en este caso, sí cabe hablar de ideología, por cuanto propugna una serie de medidas apriorísticas como mejores medios para procurar al hombre lo que necesita) puede llevarse al extremo, como en el caso de los colectivismos comunistas (Cuba, Corea del Norte) donde, por voluntad del Estado, no existen ni la propiedad privada ni el mercado; o puede atemperarse mucho, como sucede en el caso de las socialdemocracias occidentales, que reconocen el Capitalismo y conceden a los ciudadanos una alta cota de libertad individual, pero tienen un contenido social muy acusado y propugnan medidas tendentes a favorecer la igualdad por encima de la libertad a través de medidas dirigidas a la redistribución de la riqueza, la preservación de ciertos sectores o funciones productivas en contra de las leyes mecánicas del mercado, etc.

Deliberadamente empleo el término Izquierda porque es sobre ese término sobre el que se edifica toda la tesis, en respuesta a la pregunta inicial: ¿se puede ser liberal e izquierdista? aunque me consta su carácter equívoco en este contexto, donde el término más apropiado sería socialismo, incluso colectivismo, más que el término más indefinido y vago de Izquierda. Prueba de ello es que las notas características aludidas como de la Izquierda definen también, de modo notablemente fiel, ciertos colectivismos tradicionalmente calificados como “de derechas”, tales son los casos del Nazismo o el Fascismo. No es objeto de este comentario demostrar que, en suma, y desde un punto de vista puramente clasificatorio, Nazismo, Fascismo y Comunismo son regímenes muy similares y que su ubicación en extremos opuestos del espectro político deriva de un simple error metodológico inducido por causas históricas y propagandísticas. Quede, en todo caso, apuntada aquí la tesis.

Por tanto, atendidas sus características, es obvio que el Liberalismo y la Izquierda preconizan, precisamente, cosas opuestas, cabe decir que incluso cosmovisiones opuestas, y que todo acercamiento a la Izquierda comporta un paralelo alejamiento del Liberalismo, por lo que muy mal se podrá ser “liberal y de izquierdas”. O se es liberal o se es de izquierdas o, asumido que es imposible la plasmación material de cualquiera de ambas posturas en su pureza teórica, se deambula por algún punto del largo camino que separa a ambas.

Quedan, entonces, dos preguntas pendientes de contestar, preguntas que surgen dialécticamente de las conclusiones planteadas más arriba. La primera pregunta es que, si el Liberalismo es lo contrario de la Izquierda, ¿equivale por tanto a la Derecha? La segunda pregunta, que va muy al hilo del artículo mencionado más arriba, es si, entonces, apoyar el libre comercio y consumo de drogas, el aborto libre, el matrimonio entre homosexuales o la investigación con células madre es “antiliberal”.

Hemos empezado diciendo que, para debatir con algo de rigor sobre opciones políticas, es necesario aplicarse primero a construir un criterio taxonómico que nos acerque a la definición de las opciones mismas. Si “Izquierda” es un término vago y difuso, generalmente identificable con realidades sociológicas e ideológicas de índole indefinida, “derecha” es un término incluso más difícil de encuadrar y definir porque, a diferencia de “Izquierda”, muy pocos grupos quieren hacerlo suyo, situarse bajo su paraguas clasificatorio. Haciendo un complejo ejercicio de abstracción, y considerando que en aquellos países donde existe el juego partidista podamos considerar “Derecha” simplemente todo aquello que “no es Izquierda”, encontraremos que la derecha suele manifestarse por medio de principios de acción política que, en parte, coinciden con el Liberalismo tal como se ha enunciado más arriba: defensa del Mercado como sistema de confluencia de los intereses de los individuos, reducción del Estado y de los impuestos, fomento de la iniciativa privada, supresión de la industria de titularidad pública, etc.

Esto, naturalmente, no significa que el Liberalismo sea “de derechas”; significa, más bien, que la Derecha, o lo que suele entenderse por Derecha, es frecuentemente liberal además de reunir otras connotaciones (cristiana, conservadora) que conviven, generalmente en difícil tensión, con el Liberalismo, pero que no necesariamente se le contraponen como sí el colectivismo izquierdista. Obviamente, y no es ocioso repetirlo, habrá que descartar el mito absurdo de que el Nazismo o el Fascismo son manifestaciones extremas de la derecha política; como queda dicho, ambas ideologías y las formas de gobierno a que dieron lugar tienen muchos más puntos de contacto con el socialismo y el comunismo que con cualquier otra forma de gobierno.

Muy bien, entonces ¿qué pasa con esas reivindicaciones tradicionalmente asociadas a la Izquierda y que muchos liberales hacen suyas? ¿No significará eso que el Liberalismo participa de algún modo de los ideales de la Izquierda, es decir, que al fin y al cabo sí existe un Liberalismo izquierdista?

En primer lugar, habrá que dejar claro que esas reivindicaciones no recaen sobre aspectos fundamentales del debate ideológico o político, sino sobre aspectos muy concretos o parciales, cuando no irrelevantes, del mismo, o sobre hechos relacionados con la esfera moral que no deben ser objeto en modo alguno de interés para una teoría de la acción política. Por otra parte, la Izquierda ha hecho suyas muchas de esas reivindicaciones con un propósito meramente propagandístico o táctico, no porque coincidan mínimamente con sus fundamentos ideológicos.

Tal es el caso de la legalización de ciertas drogas. Este afán liberalizador parece más bien una excepción dentro del complicado sistema de reglas planificadoras que caracterizan a la Izquierda y de su constante preocupación por el bienestar de los individuos, aun a costa de su libertad. Si la Izquierda ha abrazado la causa de la legalización de las drogas no se debe a que la causa en sí sea verdaderamente “izquierdista”, sino porque en ella ha percibido la oportunidad de aglutinar el voto de determinados sectores de la juventud que ven con muy buenos ojos el comercio libre de drogas, no por causa de una visión liberal objetiva, sino por un deseo subjetivo de acceder con mayor facilidad a las drogas, de las que son potencial o realmente consumidores. En dicha aspiración, el debate sobre la libertad simplemente no existe: sólo el debate sobre la conveniencia inmediata.

Siendo así, sorprende en todo caso que los radicales se conformen, al menos programáticamente, con la liberalización del cannabis, cuando lo razonable desde una perspectiva puramente liberal es abrir el mercado a todas las drogas, con sus preceptivos controles sanitarios de pureza y salubridad y con sus lógicas restricciones de acceso para proteger a los menores, como sucede con el alcohol o los medicamentos. Esta medida no sólo colma la aspiración liberal de dejar al individuo el control sobre sus propios actos y la decisión sobre aquello que es mejor o peor para sí, sino que eliminaría el serio problema de seguridad que las drogas y su tráfico ilegal significan en el mundo. Por si fuera poco, la economía formal de numerosos países como Colombia o Afganistán recibiría un espaldarazo sensacional. Choca por tanto, cuando menos, que se limite la iniciativa a la parte menos significativa y, de hecho, más aceptada ya socialmente, como es el comercio de cannabis.

Otro tanto sucede con el matrimonio homosexual. La Izquierda ha hecho bandera de esa reivindicación, no porque esté en sus “genes” ideológicos (y basta comprobar el comportamiento de regímenes izquierdistas, como el cubano, con los homosexuales), sino porque ha percibido la oportunidad estratégica de captar el voto de numerosas personas subjetivamente vinculadas a la iniciativa (homosexuales deseosos de acceder al régimen jurídico privilegiado del matrimonio). Además, la Izquierda ha visto en esta reivindicación una buena oportunidad de polemizar con la Derecha (en su vertiente cristiana y conservadora), esgrimiendo la legalización del matrimonio homosexual como una causa por la libertad, cuando en realidad la libertad no está en modo alguno en cuestión: desde un punto de vista liberal, cualquiera puede elegir libremente su régimen de convivencia sin necesidad de involucrar al Estado para que regule dicha elección libre, regulación detrás de la que se oculta la mera y simple busca de un régimen de privilegio. Por otra parte, las implicaciones jurídicas que conllevaría la consideración de las uniones homosexuales o cualquier otra unión humana affectio causa dentro del régimen matrimonial, y su influencia en el concepto y naturaleza mismos de matrimonio, hacen especialmente necesario el estudio de dicha reivindicación de forma independiente y rigurosa.

Afirmar que estas reivindicaciones son “de izquierdas” no es más que un espejismo donde se confunden lo sustantivo con lo contingente y los principios con la mera táctica; decir que el Liberalismo, por hacerlas suyas, se vuelve izquierdista, es simplemente un disparate.

No menos notable es el exquisito cuidado con que los radicales dejan fuera del debate otras reivindicaciones que el Liberalismo más o menos ortodoxo incluye en su particular vademecum, como sea la libertad de tener y portar armas. Este derecho, que en las democracias occidentales ha sido subrogado en el Estado como depositario del “monopolio de la coacción física legítima”, en palabras de Schumpeter, no parece digno de la atención de los radicales, acaso porque choca frontalmente con los predicados tradicionales de la Izquierda, dado que ninguna razón metodológica o ética parece postergar este derecho frente a los citados más arriba. En este caso, la estrategia radical parece descansar, más que en una defensa de sus convicciones, en un cierto e injustificable entreguismo acrítico a la Izquierda.

Harina de otro costal son el aborto o la investigación con células madre embrionarias. Definir ambos como “asuntos de pura libertad individual” es ignorar el debate filosófico científico que alienta detrás de ambos.

En el caso del aborto (o de la utilización de embriones con fines científicos; el hecho es, desde un punto de vista ético y jurídico, más o menos equivalente), el debate subyacente no es si se respeta o no la libertad de la madre, sino que se trata de saber si el feto es ya un ser humano o no. En el primer caso, el feto es tan sujeto de derechos como la madre o como cualquier otra persona, tan luego del derecho primordial que es el derecho a vivir, y por tanto ningún interés de la madre será de rango suficiente como para privar al nasciturus de su derecho, no ya a nacer, sino a vivir. Sólo en el segundo caso, es decir, en el caso de considerar que el feto no es un ser humano individual sino una parte del cuerpo de la madre, cabrá considerar que ésta obra dentro de la autonomía de su libertad eliminándolo.

Desde un punto de vista puramente científico, parece innegable que el feto es, desde el momento mismo de la concepción, un ser humano, con todas las condiciones para ser considerado tal, y por tanto, desde un punto de vista ético jurídico, sujeto de todos los derechos inherentes a la persona. No existe un solo criterio que permita adjudicarle el feto la condición de “parte del cuerpo de la madre” que lo convierta, por tanto, en objeto de la libre disposición de ésta, y no siendo así, el feto es por fuerza un ser humano independiente. Sustraerle su condición humana no puede por menos que ser visto como un acto arbitrario y caprichoso, ajeno a cualquier criterio ético o científico; en observancia de idénticos criterios podríamos llegar a privar de la condición de personas a, por ejemplo, los discapacitados o los mayores de 90 años. Por otra parte, llama mucho la atención que el aborto se moteje de “progresista”, cuando ya en el Principado Romano se consideraba el feto parte del cuerpo de la madre; fueron los avances científicos (aparte los avances éticos derivados de la extensión del cristianismo) los que nos fueron descubriendo la naturaleza individual del feto, independiente de la de la madre, que lo caracterizaban como persona y como sujeto, por tanto, de derechos.

Una vez más, no nos encontramos ante iniciativas donde Liberalismo e Izquierda coincidan en defensa de la Libertad frente a una Derecha negadora de la misma: cabe decir más bien que, en este caso, la tradición cristiana defendida por cierta Derecha coincide con el conocimiento filosófico científico que nos informa sobre la naturaleza esencialmente independiente y humana del feto.
Como conclusión de todo lo dicho, y a manera de respuesta a la reflexión leída en el artículo ya varias veces citado: creo que no se puede, sin caer en grave inconsistencia ideológica, proclamar la existencia de un Liberalismo de izquierdas, verdadera contradictio in termini fruto de una simple confusión entre los elementos constitutivos de la ideología de Izquierda y ciertos componentes circunstanciales de su acción política, adoptados por mera conveniencia estratégica, los cuales, en muchos de los casos, ni siquiera pueden vincularse con facilidad al Liberalismo. El afán que muchos radicales sienten por asociarse nominalmente a la Izquierda parece por tanto, más que verdadera afinidad ideológica, producto de un indisimulado intento de desvincularse de cierto concepto de Derecha que les resulta más o menos vergonzante para echarse en brazos de una Izquierda mucho más correcta y glamourosa; o incluso de una lamentable obsesión de originalidad que se traduce en el permanente deseo de constituirse en algo así como un tertium genus de la escena política que irremisiblemente les condena a la irrelevancia en el ámbito de la confrontación partidista y, con ellos, a buena parte de las esperanzas del Liberalismo real de hacerse con su propio territorio en la difícil batalla por la conquista de la opinión pública.

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