viernes, marzo 21, 2008

Coletazos de la crisis financiera frenan el alza en los precios de los 'commodities'

Por Aaron Lucchetti y Carolyn Cui

El descalabro en los mercados de bonos, la contracción de crédito y las preocupaciones por el estado de la economía estadounidense están empezando a contener el alza en los precios de las materias primas.

Los inversionistas que han sido víctimas de apuestas fallidas en los mercados de crédito, como los bonos respaldados por hipotecas u obligaciones de deuda colateralizada, se están viendo obligados a colocar más efectivo como colateral para cubrir el dinero que tomaron prestado para realizar sus transacciones, un proceso conocido en la jerga financiera como "desapalancamiento". Para recaudar capital, algunos inversionistas y fondos de cobertura han tenido que vender parte de sus portafolios de commodities.

"Es una transacción clásica de desa‐palancamiento", explica Bill O'Neill, socio en la firma de asesoría de inversiones Logic Advisors. El estratega dice que la venta de estas posiciones en materias primas ha ocurrido a lo largo de buena parte de esta semana, especialmente durante la primera mitad.

Este proceso está golpeando a varias materias primas. Los precios han caído cerca de 10% desde el jueves de la semana pasada, después de un alza de 18% desde principios de año.

El oro y la plata fueron los más vapuleados. La cotización del metal dorado cedió 2,7% ayer en la Bolsa Mercantil de Nueva York, para ubicarse en US$919,60 la onza. La plata, por su parte, cayó 8,6%.

El oro, una de las inversiones estelares de este año, acumula un descenso de 8,3% desde su punto máximo de US$1.003,20 por onza, alcanzado el martes pasado. El petróleo ha bajado 7,7% desde su récord de US$110,33 establecido la semana pasada, cerrando ayer a US$101,84 el barril en Nueva York.

Las firmas de corretaje y las bolsas en Wall Street han elevado el dinero que exigen como colateral para transar futuros en respuesta a la mayor volatilidad en los mercados de acciones y bonos. Los futuros son contratos para comprar o vender materias primas u otros activos financieros en períodos específicos y, a menudo, se compran con dinero prestado.

Cuando reina la calma en los mercados, las bolsas y firmas de corretaje que regulan la cantidad que puede tomarse prestada son generalmente más flexibles. Cuando imperan los nervios y las acciones registran violentas oscilaciones, obligan a los inversionistas a apartar más dinero por cada dólar que invierten.

La Bolsa Mercantil de Nueva York, por ejemplo, ha elevado los requisitos para transar futuros de oro de US$3.000 a US$3.500 por contrato. El 26 de febrero, la bolsa elevó el colateral que exige para negociar futuros de petróleo de US$4.500 a US$5.250, un alza de 17%.

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Por lo general, los inversionistas tienen que dejar entre un 5% y un 15% del valor de un contrato como depósito, que sirve como protección contra los movimientos diarios de precios. Las bolsas son responsables por parte de eso, mientras que las firmas de corretaje que operan en una bolsa a menudo piden a sus clientes una cantidad adicional.

Otra parte de este proceso de desapalancamiento proviene de los fondos de cobertura y otras entidades que poseen inversiones relacionadas con hipotecas. Estas instituciones financian parte de estas operaciones de alto riesgo tomando dinero prestado de sus corredores. Pero con el descenso en el valor de los bonos, los bancos están más preocupados y obligan a los fondos de cobertura que destinen más efectivo para capear la tormenta en los mercados de crédito.

"Todo esto está relacionado con la crisis de liquidez", explica Rich Feltes, director de investigación de commodities de MF Global Ltd., en Chicago. "A medida que los bancos reducen el valor contable de sus activos, necesitan apuntalar sus portafolios exigiéndole más dinero a los fondos de cobertura que negocian commodities".

En todo caso, no hay que perder de vista los fundamentos: la oferta y la demanda. Algunos analistas creen que los aumentos de precio de los commodities en febrero y principios de marzo provenían de inversionistas que acumulaban materias primas porque pensaban que los precios de petróleo y los granos continuarán subiendo en el largo plazo a causa de la fuerte demanda asiática y los suministros limitados.

"Estamos reduciendo parte de la codicia en el mercado", dice Feltes. "Estos mercados subieron más de lo que justificaban los fundamentos y ahora están cayendo más" de lo que ameritan los fundamentos.

Los analistas apuntan que algunos consumidores habituales de commodities, como compradores de joyería, compañías de alimentos o dueños de fábricas, han disminuido sus compras creyendo que los precios habían subido demasiado rápido. Los compradores de cobre en China, por ejemplo, han dejado de comprar el metal y están esperando que los precios bajen, dice O'Neill.

Otros consideran que los precios van a aumentar. "Este es un fuerte repliegue cíclico" en medio de "un alza estructural liderada por los altos costos de agregar nueva capacidad de producción", dice David Greely, economista de energía en Goldman Sachs. Greely concuerda en que algunos inversionistas han abandonado los mercados de commodities para ganar dinero en otras áreas.

Desde finales de enero, la Bolsa Mercantil de Nueva York ha elevado sus requerimientos de depósito cuatro veces para las transacciones de platino y paladio. La Bolsa de Granos de Minneapolis ha aumentado los requisitos de futuros de trigo cuatro veces este año.

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