Carlos Alberto Montaner Hugo Chávez va a estatizar las siderúrgicas y las grandes fábricas de cemento de Venezuela. En lugar de hacer una revolución comunista, la está comprando a plazos con su río particular de petrodólares. No se propone fusilar a los capitalistas sino, simplemente, comprarles sus propiedades. Ya lo hizo con la electricidad de Caracas y la compañía de teléfonos, y planea repetir el ejemplo con todos los sectores importantes de la economía. El ecuatoriano Rafael Correa y el boliviano Evo Morales, cada uno a su ritmo, van por el mismo camino. Esta gente es incapaz de aprender de la experiencia ajena. En las veinte sociedades más prósperas del planeta todo el aparato productivo cae dentro del ámbito privado. Son países permanentemente estimulados por la competencia y regidos por el imperio de la ley. En este tipo de sociedad el rol del Estado es clarísimo: no es un jugador, sino un árbitro justo y un factor de estímulo que crea las condiciones para que surjan empresas cada vez más sofisticadas y complejas que le agreguen valor a la producción. ¿Cómo logran esos objetivos? Hay cinco tareas básicas: Generando un marco legal que atraiga a los inversionistas y favorezca la supervivencia de las empresas. Perfeccionando el Poder Judicial para que los inevitables conflictos que surgen en el curso de las relaciones humanas puedan solucionarse rápida y razonablemente conforme al derecho. Favoreciendo el desarrollo general de la educación y la salud para propiciar la disponibilidad de un robusto capital humano capaz de sostener un aparato productivo de complejidad ascendente. Manteniendo los equilibrios macroeconómicos con una prudente política fiscal y monetaria. Concesionando o ''tercerizando'' todos los servicios que puedan realizarse en el ámbito de la empresa privada. Le corresponde al gobierno decidir cuáles son las infraestructuras que se necesitan construir o los servicios que se deben poner en marcha. Sin embargo, la experiencia nos enseña que la manera más eficiente y económica de convertir estas necesidades en obras duraderas es adjudicar su ejecución, manejo y mantenimiento a empresas surgidas en el seno de la sociedad civil. ¿Por qué? Hay, por lo menos, cinco razones que explican por qué el Estado es un pésimo empresario: Porque siempre es más costoso e ineficiente. Las empresas públicas, en general, son enormes focos de corrupción. En el peor de los casos, los políticos y funcionarios venales se apoderan de tajadas sustanciales de los presupuestos. En el mejor, convierten a las empresas públicas en sitios dedicados a contratar y favorecer amigos y partidarios, sobredimensionando las plantillas con trabajadores innecesarios. En las empresas públicas no es posible establecer fórmulas de incentivar a los buenos trabajadores o de penalizar a los incompetentes. Como nadie se beneficia o perjudica directamente con los resultados de la gestión de los trabajadores, se destruyen los fundamentos de la meritocracia. La empresa pública es mucho más vulnerable que la privada cuando surgen conflictos laborales. Despedir a un mal trabajador del sector público suele ser un calvario. Corregir su indisciplina es punto menos que imposible. Dado que cualquier enfrentamiento entre el empleador y el empleado tiene un costo político, la tentación de la administración pública es siempre a ceder, incluso ante las situaciones y demandas más injustas. La empresa privada tiene incentivos positivos y negativos para cumplir las metas pactadas en los contratos (el lucro si hace bien su trabajo y multas que pueden llegar a la pérdida de la concesión si defrauda a los usuarios), mientras que el Estado carece de esos mecanismos de recompensa o punición. Cuando un Estado es el responsable directo de brindar cierto servicio y no cumple o cumple mal sus objetivos, pareciera que nadie es responsable de esos fracasos. En cambio, si esos servicios se pactaron con una empresa privada a la que le fueron adjudicados mediante un contrato transparente y detallado, cualquier incumplimiento tiene nombre y apellido e inmediatas consecuencias negativas. Si partimos de la base de que uno de los objetivos clave de los gobiernos es estimular la creación y sostenimiento de un tejido empresarial denso y creciente, una de las vías para lograrlo es concesionar, ''tercerizar'' todo aquello que pueda realizarse en el ámbito privado. Esto, además, tiene otro componente adicional muy beneficioso: una parte de los beneficios del concesionario regresa al tesoro público por la vía de los impuestos. Hoy sabemos, en fin, cómo se alcanzan la prosperidad y el progreso colectivos. Chávez, Correa y Morales van en dirección contraria. Por el camino que han elegido van a hundir más a sus pueblos. El camino del desastre
La otra China
Alvaro Vargas Llosa
Washington, DC—El paso de la antorcha olímpica ha galvanizado a la opinión pública internacional en contra de Beijing. No está mal, si se piensa que el mundo ha pasado más tiempo festejando los deslumbrantes logros de la economía china en los últimos años que recordando que los hombres a cargo de esa burocracia son responsables de la supresión de las libertades civiles y políticas de una quinta parte de los habitantes del planeta.
La cuestión que sacó a los manifestantes a las calles –de París a San Francisco— fue la represión de las manifestaciones tibetanas por parte del gobierno de Beijing. El blanco inmediato de la furia de los manifestantes, por tanto, fue el nacionalismo chino, no el socialismo chino. Muy apropiado para un gobierno que se despojó hace largo tiempo de su reivindicación socialista y la reemplazó con un discurso nacionalista que lo presenta como único garante de la integridad de la nación. Resulta también profundamente irónico que el Partido Comunista de China, que llegó al poder en 1949 tras una guerra civil contra el nacionalismo del Kuomintang, se haya metamorfoseado en un partido nacionalista que no difiere mucho del que huyó a Taiwán tras la victoria de Mao.
Esa no es la única metamorfosis destacable sufrida por el comunismo chino. La otra tuvo lugar en diciembre de 1978, en el Décimoprimer Congreso del Comité Central, cuando se anunció el comienzo de la liberalización económica que, excepto por un breve período tras la masacre de la Plaza de Tiananmen, ha continuado sin interrupción hasta hoy. Bajo Deng Xiaoping, los comunistas chinos se volvieron travestis políticos, adoptando los ropajes de la derecha asiática: la combinación de dictadura política y empresa privada que Corea del Sur, Singapur y Taiwán habían experimentado bajo Park Chung-hee, Lee Kuan Yew y Chiang Kai-Shek respectivamente.
Es indudable, como quiera medírselo, el auge económico que la fórmula mercado-dictadura ha gatillado en China. En 1978, el sector privado representaba menos de un tercio de la producción industrial de China, mientras que hoy día representa dos tercios de la producción total. Considerando los precios relativos entre los Estados Unidos y China, el ingreso per capita de China, medido en dólares, se multiplicado diez veces.
Muchas áreas de la economía permanecen bajo un control sofocante, particularmente los mercados de capitales y el sistema bancario, razón por la cual el 70 por ciento de los préstamos otorgados por los bancos estatales se destina a las empresas del Estado aun cuando producen sólo un tercio de los bienes y servicios. Y existen grandes diferencias en cuanto a libertad de mercado —y desempeño económico— entre provincias como Guandong y Zhejiang, situadas a lo largo de la costa, y Xinjiang en el noroeste. Pero, así y todo, se estima que las reformas inauguradas en 1978 han sacado a cientos de millones de chinos de la extrema pobreza.
El despertar económico de China ha generado sentimientos encontrados alrededor del mundo. Por una parte, ha servido para colocar al tema de la reforma política y los derechos humanos en un segundo plano. Por otra, ha generado temor a la competencia, tanto económica como militar, particularmente en los Estados Unidos, donde hay incesantes presiones para que se adopten medidas contra las importaciones chinas y donde el último presupuesto militar, un tercio del cual está pensado para contrarrestar el gasto chino en materia de defensa nacional, pone gran énfasis en la “modernización estratégica”.
Ambas actitudes —la omisión moral de parte de quienes creen que la liberalización económica es suficiente y la paranoia de parte de quienes no comprenden los saludables poderes de la competencia— son erradas. El primer grupo está en lo correcto al creer que la creciente prosperidad china beneficia a todos; sin embargo, bajo las actuales condiciones, su actitud ayuda a reforzar la perniciosa idea de que la libertad puede ser rebanada convenientemente para satisfacción de quienes pretenden perpetuarse en el poder. El segundo grupo acierta al tender una mirada crítica hacia la burocracia de Beijing, pero se equivoca al pensar que China es esencialmente una amenaza económica o militar contra el resto del mundo: como lo indica cada acto de represión, el gobierno chino es una amenaza mucho mayor para el propio pueblo chino.
Mucha gente asume que, tarde o temprano, la liberalización económica y el surgimiento de la clase media conducirán a una reforma política en aquel país. Pero la lección del siglo 20 no fue que el cambio económico desova automáticamente un cambio político. La lección fue que la libertad sólo se da cuando la gente lucha por ella y que la libertad política y económica son dos caras de la misma moneda. Recordarle al Partido Comunista de China que ya es hora de respetar los derechos humanos y las libertades civiles, como lo hicieron los manifestantes de tantos lugares recientemente, es un hecho saludable.
Llegó el momento de "tender mano de ayuda" a Latinoamérica
Barack Obama aseguró el viernes en Miami que en caso de llegar a la presidencia de Estados Unidos, cambiará radicalmente la política de Washington hacia América Latina, incluyendo una nueva estrategia con Cuba que alentará la "diplomacia directa", autorizará los viajes de familiares a la isla y el envío de remesas sin límites.
Advirtió también que no tolerará que las Fuerzas Armadas Republicanas de Colombia (FARC) reciban ayuda de los gobiernos de países vecinos, y destacó que los fondos destinados a la iniciativa de Mérida no son suficientes.
Asimismo, criticó duramente la política del gobierno del presidente George W. Bush hacia Latinoamérica y la posición del virtual candidato republicano a la presidencia, John McCain.
En un almuerzo organizado por la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), Obama manifestó que su gobierno se comprometerá de manera directa con el hemisferio americano para alentar la democracia y lanzará una iniciativa regional de seguridad para combatir el narcotráfico, la corrupción y la delincuencia.
"Es hora de una nueva alianza de las Américas", dijo Obama en su presentación ante unos 850 asistentes que pagaron 150 dólares para almorzar mientras escuchaban al precandidato demócrata a la presidencia. "Es hora de que los Estados Unidos vuelva a extender una mano de ayuda y sea un rayo de esperanza", consideró.
"Después de ocho años de políticas fracasadas necesitamos liderazgo nuevo para el futuro. Después de décadas de promover reformas desde arriba, necesitamos una agenda que promueva la democracia, la seguridad, y la oportunidad desde las raíces", expresó en una indirecta referencia a la política aplicada por el gobierno de Bush.
Obama, que en el pasado dijo que se reuniría con el presidente cubano Raúl Castro sin precondiciones, expresó el viernes que sólo lo hará cuando tenga "la oportunidad de impulsar los intereses de los Estados Unidos y avanzar en la libertad del pueblo cubano".
El precandidato presidencial demócrata, que supera a su rival Hillary Clinton en número de delegados y en voto popular, señaló asimismo que cualquier encuentro sucederá "en el momento y en el lugar" que él elija.
Ante una audiencia de mayoría cubana-estadounidense que aplaudió sus declaraciones, Obama expresó que si llega a la presidencia mantendrá el embargo existente, pero permitirá de manera inmediata los viajes de familiares y el envío de remesas a la isla sin límite.
"Es hora de permitir a los cubano-americanos ver a sus madres y padres, sus hermanas y hermanos. Es hora de dejar que el dinero cubano-americano disminuya la dependencia de sus familiares del régimen de Castro", sostuvo.
Las declaraciones de Obama provocaron un fuerte rechazo del Comité Nacional Republicano, que criticó un presunto cambio de posición del precandidato demócrata.
"Está muy claro lo que el senador Barack Obama quiso decir con respecto a reunirse durante su primer mandato sin condiciones con los líderes de países de Irán, Cuba, Siria, Venezuela y Corea del Norte", manifestó Hessi Hernández, portavoz del CNR en Washington refiriéndose a la respuesta del legislador de Illinois en un debate de julio del 2007, cuando le preguntaron si se reuniría sin precondiciones con los líderes de esos países. "Un Presidente de los Estados Unidos junto a un tirano como (Fidel) Castro, (Hugo) Chávez o (Mahmud) Ahmadinejad sería el mensaje equivocado a nuestros enemigos", sostuvo en una comunicación telefónica con la AP.
Fernández consideró que las declaraciones del viernes "eran inconsistentes a lo dicho anteriormente y lo que muestra por seguro es su inexperiencia en temas sobre política exterior".
Los dirigentes de la FNCA, en cambio, aplaudieron el discurso de Obama y expresaron su satisfacción con los planes del precandidato demócrata.
"Estamos extraordinariamente satisfechos", dijo José Hernández, presidente de la fundación, en una improvisada rueda de prensa realizada tras el almuerzo. "Es el compromiso más grande que ha hecho Obama", declaró y de inmediato aclaró que no se opone a que Obama hable directamente con Raúl Castro porque "es mejor hablar antes que quedarse de brazos cruzados".
Hernández sostuvo que su organización espera "que cumpla su palabra y levante todas estas restricciones (económicas y a los viajes) absurdas" que rigen actualmente. Dijo asimismo que la FNCA ha invitado a McCain y los dirigentes se reunirán con él la próxima semana en el estado de Luisiana.
A lo largo los años, la FNCA ha respaldado tanto a candidatos demócratas como a republicanos, aunque tradicionalmente los cubanos estadounidenses suelen apoyar más a los republicanos.
En La Habana, los disidentes entregaron a la prensa internacional copias de dos cartas que enviaron a Obama durante su visita a Miami.
En una de las misivas, Oscar Espinosa y Miriam Leiva le dijeron al senador demócrata que consideran "muy acertadas sus responsables iniciativas" de aliviar las restricciones a los viajes de cubanos-estadounidenses y el envío de asistencia económica a familiares y amigos. Le manifestaron también sus aspiraciones de que "progresivamente se suspendan las demás prohibiciones".
Durante su alocución, Obama advirtió que su gobierno llamará la atención "a cualquier apoyo que reciban las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que provenga de gobiernos vecinos" y dijo que ese tipo de comportamiento debe ser denunciado internacionalmente, "aislado al nivel regional (...) porque esta situación "no puede seguir así".
"Apoyaremos completamente la lucha de Colombia contra las FARC", sostuvo.
En una referencia indirecta al Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con Colombia, que permanece estancado a la espera de que el Congreso estadounidense lo apruebe, rechazó "por completo el punto de vista Bush-McCain (de) que cualquier acuerdo comercial es un buen acuerdo".
De inmediato, agregó que "si John McCain cree _como dijo el otro día_ que el 80% de los americanos piensan que estamos en rumbo negativo como país porque no hemos aprobado libre comercio con Colombia, no entiende al pueblo americano".
Asimismo, sobre la Iniciativa Mérida que procura combatir el narcotráfico, el crimen organizado y la violencia en México y Centroamérica _Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá_, admitió que no dedica suficientes recursos, y destacó que Estados Unidos tiene que trabajar "aún más al sur".
En ese sentido, dijo que destinará más recursos económicos a la región para combatir la pobreza.
Estados Unidos no puede "ignorar el sufrimiento a nuestro sur, ni permitir la globalización de los estómagos vacíos", consideró, y anunció que entre sus planes figura el de aumentar "de manera significativa nuestra ayuda para las Américas".
Tirofijo habría muerto, dice ministro colombiano de Defensa
El legendario dirigente guerrillero colombiano Manuel Marulanda, conocido como "Tirofijo", estaría muerto, dijo el ministro de Defensa colombiano.
En una entrevista publicada el sábado por la revista Semana, el ministro Juan Manuel Santos dijo que Marulanda habría muerto en marzo, de acuerdo con "una fuente que nunca nos ha fallado".
Agregó que según esa fuente, "Tirofijo" murió de un ataque cardíaco. Pero añadió que desde marzo la fuerza aérea bombardeó tres veces la zona donde suponen estaba el líder está activa la guerrilla.
Marulanda, de 78 años, dirige las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde hace 40 años. Fue visto por última vez durante las frustradas negociaciones de paz con el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002).
El gobierno colombiano intenta corroborar la versión. En los últimos años anunció varias veces la muerte del líder guerrillero, pero en todos los casos se comprobó después que "Tirofijo" seguía con vida.
"No sabemos (cómo murió). En esas fechas hubo tres bombardeos fuertes en donde se pensaba que estaba 'Tirofijo'. La guerrilla dice que de paro cardíaco. No tenemos pruebas ni de lo uno ni de lo otro", precisó Santos.
Añadió que a Marulanda posiblemente sea sucedido por Alfonso Cano, el estratega político de las FARC y fundador del partido clandestino Movimiento Bolivariano, en abril de 2000.
La guerrilla acostumbra a dejar pasar un tiempo antes de anunciar la muerte de alguno de sus líderes, pero hasta ahora no se ha conocido pronunciamiento alguno.
El general retirado y ex comandante de las fuerzas armadas Manuel José Bonnet aseguró en entrevista a Caracol Radio que Marulanda "era un hombre anacrónico, con unas ideas de hace 50 años".
Manifestó que de confirmarse la muerte del jefe guerrillero, "tendría un significado mas que todo simbólico, porque él representaba la unión alrededor de unas ideas y de una forma de dirigir la guerra".
Para Bonnet, ahora catedrático universitario, las FARC basan su guerra en conceptos campesinos y eso facilitó que dieran el salto al narcotráfico. "No fue difícil porque ellos siempre han buscado el abastecimiento desde el punto de vista agrario".
De confirmarse la muerte de "Tirofijo" en combate o en un bombardeo sería el segundo miembro del Secretariado de las FARC en caer por acción de las tropas oficiales. El primero fue Raúl Reyes, durante una incursión del ejército colombiano el 1 de marzo a un campamento del guerrillero en territorio ecuatoriano.
Un tercer integrante de la cúpula, Iván Ríos, fue asesinado por su jefe de seguridad, alias "Rojas" a principios de marzo, cuando éste le dio un tiro en la frente.
"Rojas" se entregó a las autoridades militares con la mano derecha de Ríos, como prueba de su muerte. Por el jefe guerrillero se ofrecía una recompensa de unos 2,5 millones de dólares.
Exuberancia irracional en la industria automotriz
May 21, 2008 4:33 a.m.
Por Neal E. Boudette y James R. Hagerty
The Wall Street Journal
DETROIT—Esta década ya ha visto estallar burbujas en las acciones de empresas de tecnología, bienes raíces y crédito. Al parecer, la exuberancia irracional ha cobrado una nueva víctima: el mercado automotor de Estados Unidos.
Al igual que los inversionistas que enviaron por los cielos los precios de las viviendas y de las acciones de empresas puntocom, las automotrices de EE.UU. alcanzaron volúmenes de venta inusitados en los últimos 10 años. Invitaron a sus clientes a comprar autos con los descuentos que ofrecían a los empleados, otorgaron préstamos sin intereses por hasta seis años y vendieron una cantidad sin precedentes de vehículos a las empresas de alquiler de coches. Estas estrategias, dicen algunos analistas, levantaron las ventas de autos en EE.UU. a alturas artificiales.
Durante la mayor parte de los años 90, las automotrices vendían unos 15 millones de autos y camionetas al año en EE.UU. A fines de esa década, todo cambió. El precio de la gasolina aún era bajo y millones de estadounidenses tenían las billeteras infladas gracias al auge de las acciones tecnológicas. Como resultado, las ventas se dispararon. Alcanzaron su récord en 2000, con 17,4 millones de unidades vendidas, y se mantuvieron cerca de los 17 millones anuales por otros cinco años.
Ejecutivos de General Motors Corp. y Toyota dijeron que EE.UU. estaba entrando en una era dorada. En 2003, el director de ventas de Toyota en Norteamérica predijo que la industria pronto estaría vendiendo 20 millones de vehículos por año.
Se equivocaron. Las ventas empezaron a caer en 2006 y este año probablemente volverán a donde estaban en los años 90, apenas por encima de los 15 millones. La semana pasada, la firma de investigación de mercado Global Insight Inc. redujo su previsión de ventas de vehículos en EE.UU. en 2008 a menos de 15 millones. Global Insight ahora cree que no volverán a máximos previos hasta 2012, un año después de lo previsto inicialmente. "De aquí en adelante, un año con 16 millones es un buen año", asegura Ron Harbour, cuya firma, Harbour Consulting, estudia la producción de autos.
Los cálculos erróneos del sector repercuten en la economía. La industria automotriz es el principal sector manufacturero de EE.UU., representando cerca de un 4% del PIB y empleando a unos 2,5 millones de personas, en forma directa o indirecta.
Una burbuja ocurre cuando los participantes de un mercado empujan los precios de ciertos activos —acciones, casas, tulipanes— por encima de lo que sus valores intrínsecos parecen indicar. La industria automotriz no se ajusta a la fórmula clásica de una burbuja, pero hubo una euforia similar: los fabricantes creían que podían vender vehículos en números mucho mayores que los que el mercado podía absorber.
Tony Cervone, vocero de GM, dice que la empresa no sobreestimó la demanda, y atribuye las recientes caídas en las ventas al enfriamiento de la economía de EE.UU. Hace unos años, agrega, todas las tendencias en ingresos familiares y capacidad de gasto apuntaban a un crecimiento sostenido. Un vocero de Chrysler señala que la automotriz busca el crecimiento de largo plazo en EE.UU., de la mano de aumentos en su población y niveles de ingresos.
En 2000, ya había estallado la burbuja puntocom y la economía comenzaba a enfriarse. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, los consumidores, atónitos, dejaron de comprar. Los concesionarios estaban vacíos. Con la esperanza de revitalizar la economía de EE.UU., GM inició una promoción donde ofrecía financiación sin intereses durante cinco años.
Las ventas tomaron vuelo otra vez. Ford, Chrysler y otros fabricantes respondieron con sus propios incentivos. A fines de 2002, muchos rivales de GM se quejaban de que los descuentos estaban destruyendo la rentabilidad de todos. El presidente ejecutivo de GM, Rick Wagoner, respondió en una conferencia de 2003: "Dejen de llorar y jueguen el partido".
GM, Ford, Chrysler y otras automotrices habían redescubierto otra manera de inflar los volúmenes: vender a las agencias de alquiler de autos. Cada una de las automotrices grandes tenía una participación en algunas de las empresas de alquiler, a quienes les ofrecían sus coches a precios de liquidación. En 2005, por ejemplo, un quinto de los coches que vendieron Ford y GM en EE.UU. fueron a flotas de alquiler.
La carrera de los incentivos continuó. En 2005, GM, Ford y Chrysler estaban ofreciendo descuentos de hasta US$8.000 en algunos modelos. Poco después, las tres lanzaron promociones que permitían a clientes comunes comprar autos al mismo precio que las automotrices ofrecían a sus trabajadores. Las ventas volvieron a subir, durante algunos meses, con una particularidad: EE.UU. estaba en recesión. "La economía se enfriaba y las ventas de vehículos se mantenían altas", dice Emily Kolinsky Morris, economista de Ford. "Era una dinámica de la industria totalmente distinta". Cuando todos esos compradores finalmente desaparecieron del mercado, las ventas se congelaron.
Aprueba EU Plan Mérida con reservas El Senado de Estados Unidos aprobó ayer la asignación de esa cantidad para respaldar al gobierno de México en su lucha contra los cárteles de la droga. La enmienda, que contempla la asignación de 350 millones de dólares para México y 100 millones para Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, fue aprobada por 75 votos a favor y 22 en contra, lo que le permitirá superar un eventual veto. La iniciativa tendrá que ser armonizada en una conferencia bicameral y aprobada por la Cámara de Representantes. Después, el presidente de ese país, George Bush, puede promulgarla o vetarla. En este sentido, el embajador de EU en México, Antonio Garza, subrayó que el contenido de la Iniciativa Mérida podría cambiar significativamente, debido a diferencias en las versiones del proyecto de ley de la Cámara de Representantes y del Senado. “Se espera que el proceso legislativo continúe durante las próximas semanas, antes de que se envíe el proyecto final al presidente”, dijo. Por su parte, el senador por Vermont y presidente del Subcomité de Asignación de Fondos para Operaciones de Estado y Extranjeras, Patrick Leahy, aseguró que los fondos de la iniciativa estarán condicionados a la anticorrupción y al respeto de los derechos humanos. En un mensaje de “pan con cordonazo”, Leahy aseguró que el gobierno de Estados Unidos tendrá que asegurarse de que “los destinatarios de nuestra ayuda permanecerán ajenos a casos de corrupción o violación de derechos humanos”, y que los miembros del Ejército y la policía en México y Centroamérica que transgredan la ley podrán ser llevados ante los tribunales de justicia. “Creo que es nuestro deber insistir en el respeto de principios fundamentales de justicia”, aseguró.
WASHINGTON.— México recibirá 350 millones de dólares de la Iniciativa Mérida sólo si el gobierno estadounidense estima que inició reformas judiciales, y que las unidades policiales y militares apoyadas con recursos sean ajenas a violaciones a los derechos humanos o corrupción.
''Farcpolítica'' sacude vida de colombianos
BOGOTA
Los políticos colombianos y de otros países que serán investigados por presuntos nexos con las FARC, según anunció ayer el Fiscal General Mario Iguarán, respondieron casi de inmediato tanto en Colombia como en Ecuador y Venezuela. La Asamblea Constituyente ecuatoriana y el Parlamento Latinoamericano se solidarizaron con ellos, y lo mismo hizo el presidente ecuatoriano Rafael Correa.
Los medios colombianos llaman ''Farcpolítica'' a este nuevo escándalo que sacude la vida política del país que mantiene una guerra interna con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, desde hace más de 40 años.
La senadora Piedad Córdoba, del Partido Liberal, afirmó a la prensa que el caso es ''una cortina de humo más para tapar no solo la Yidis-política, sino a miembros cercanos al gobierno'', en referencia a la investigación que lleva la CSJ por el trámite de la reelección presidencial, que según la ex parlamentaria Yidis Medina fue abordada para ofrecerle prebendas políticas a cambio de su voto favorable.
Por su parte, el congresista Wilson Borja expresó en un comunicado de prensa que una vez sea notificado por la Corte ejercerá su ``derecho de defensa para demostrar que soy un ciudadano honorable''.
Iguarán ha explicado que los investigadores de la policía judicial no solo se han dedicado a ver el ``enunciado que hay en un computador de una persona, sino que han encontrado referencias que podrían estar indicando algo mucho más que una gestión en aras de la paz''.
Fue una referencia al hallazgo de los computadores de Raúl Reyes, que murió en una ataque del ejército colombiano a un campamento que las FARC habían levantado en territorio fronterizo ecuatoriano. Según el gobierno del presidente Alvaro Uribe, la documentación extraída de esos computadores ha involucrado a las personas por las cuales se ha pedido la investigación judicial.
El presidente Correa afirmó que en lugar de investigar a ecuatorianos, Bogotá debería investigar los nexos del narcotráfico y el paramilitarismo con políticos que es lo que ``invade a Colombia''.
''¡Qué osadía investigar a ciudadanos ecuatorianos!'', dijo el presidente en Brasilia, durante la cumbre de la Unasur.
En Ecuador, la asambleísta oficialista María Augusta Calle admitió el viernes haber entrevistado y conocido a gente de las FARC, pero adujo que ello no es un delito, mientras que la Asamblea Constituyente votó una resolución en que califica como una agresión al Ecuador lo actuado por la fiscalía colombiana.
En tanto, el periodista y sociólogo Iván Larrea, consideró que se trata de ''una cacería de brujas'', y señaló que el fiscal colombiano busca ''escalar un conflicto entre los dos países, en función de la crisis política interna que sufre el gobierno del presidente Uribe''. El aludido es hermano del ministro ecuatoriano de Seguridad, Gustavo Larrea.
En Caracas, el parlamentario latinoamericano Amílcar Figueroa, del partido oficialista, expresó que ``todo es una gran patraña por parte del gobierno de Uribe. Es un montaje que pretende distraer a la opinión publica por un lado, y por otro vincular al gobierno de Venezuela en los asuntos internos de Colombia''.
Añadió que las autoridades colombianas están tratando de tapar el ``conflicto interno que tiene Colombia con todo el tema de la cercanía que tiene el presidente Uribe en cuanto a los nexos con la parapolítica y el narcotráfico''.
El Fiscal explicó ayer que en principio solo se está investigando delitos cometidos en Colombia, pero que ``también hay excepciones a ese principio de la territorialidad''.
En una entrevista con la emisora Caracol explicó que para delitos como atentar contra la seguridad nacional, concierto para delinquir o el auxilio y financiación del terrorismo, la Fiscalía es competente para ``averiguar, así el delito ocurra en el extranjero ``.
Adujo que tales circunstancias podrían darse en este caso.
Manifestó que los fiscales colombianos determinarán si hacen uso o no de los mecanismos de cooperación internacional para solicitar la extradición de los extranjeros mencionados en esta investigación.
Se multiplican los crímenes ligados a las mafias en México
MEXICO
Los asesinatos vinculados al crimen organizado y el narcotráfico han aumentado 47 por ciento en lo que va del 2008, informó el procurador general Eduardo Medina.
El funcionario federal dijo ayer en entrevista a Radio Fórmula que de enero a la fecha se han registrado 1,378 asesinados, frente a los 940 en el mismo periodo del año pasado.
Refirió que en los poco más de 17 meses del gobierno del presidente Felipe Calderón se ha registrado un total de 4,152 asesinados, de los cuales 450 son policías, fiscales y miembros de las fuerzas armadas.
Medina dijo que los estados norteños de Chihuahua, Sinaloa y Baja California han visto un ''aumento significativo'' en los asesinatos, aunque aseguró que han bajado en otros como Michoacán, Nuevo León, Guerrero y Ciudad de México, que en los últimos años habían resentido una ola de violencia.
Aseguró que este nivel de violencia ''refleja no fortaleza, sino debilidad'', porque a juicio del gobierno es resultado de que los carteles de la droga y los grupos del crimen organizado han perdido capacidad para realizar sus actividades.
''Evidentemente que cuando se acota y se les va debilitando tienen que tener una respuesta violenta'', dijo Medina.
El gobierno no había dado a conocer anteriormente cifras tan precisas sobre ese tipo de crímenes. Sólo había mencionado que en el 2007 el número había ascendido a aproximadamente 2,500.
México ha vivido un repunte de la violencia en lo que va del año con reportes de asesinatos prácticamente a diario. El gobierno mantiene desplegados a más de 20,000 soldados y policías federales para intentar contener esa violencia.
Una de las localidades que ha padecido más el embate del narcotráfico es Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua y fronteriza con Texas, donde comenzó a circular un correo electrónico con la advertencia de que este fin de semana será el más sangriento, lo cual ha provocado alarma entre algunos.
Las autoridades informaron que ocho personas fueron asesinadas en las últimas 24 horas.
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