sábado, mayo 31, 2008

La mujer que evitó que Lehman Brothers fuera otro Bear Stearns

Erin Callan es la ejecutiva con el rango más alto en Wall Street

Por Susanne Craig
The Wall Street Journal

En una conferencia telefónica sobre resultados en marzo, Lehman Brothers Inc. tenía su futuro en las manos de Erin Callan, su directora general de finanzas. En esos momentos, las especulaciones de que la firma de Wall Street podría caer en desgracia como su rival Bear Stearns Cos. crecían cada vez más.

Después de explicar los números durante casi una hora, Callan respondió con la mayor serenidad del mundo más de 20 preguntas de los analistas. Más tarde ese mismo día, los corredores de bonos la ovacionaron de pie, un rito de Wall Street que normalmente está reservado para los presidentes ejecutivos. Las ganancias se habían derrumbado, pero las acciones de Lehman habían saltado 46%.

Después de seis meses en uno de los trabajos más difíciles de un banco de inversión, Callan, de 42 años, está surgiendo como una fuerza impulsadora en Lehman. También es la mujer con el rango más alto en Wall Street y muchos en Lehman creen que está entre los ejecutivos que compiten para algún día presidir la firma.

A diferencia de los dos jefes financieros anteriores de Lehman, Callan no es contadora y nunca trabajó en el departamento financiero.

No le huye a las apariciones en televisión y recibe un reporte financiero diario menos detallado que sus antecesores, dependiendo más directamente de los contactos que desarrolló en el piso de negociaciones de Lehman, firma en la que lleva trabajando 13 años.

"Tenemos excelente personal financiero aquí", dice. "Como jefa financiera en este ambiente, creo que es importante poder ver la suma total de la información con rapidez y probar las conclusiones, así como leer los informes en mi escritorio". El ascenso de Callan, una abogada tributaria que construyó una reputación como banquera de inversión, también demuestra que la fórmula para eludir una crisis de confianza como la que hundió a Bear Stearns, amenazó a Lehman y que aún flota en Wall Street implica tanto habilidades de ventas como inteligencia.

Para reducir los temores de que Lehman podría enfrentar los mismos problemas de liquidez de Bear (que ahora está siendo adquirida por J.P. Morgan Chase & Co.), Callan ha mantenido cientos de reuniones personales y conferencias telefónicas con inversionistas y socios de negociación. La ejecutiva erradica agresivamente rumores y al mismo tiempo presiona a sus jefes para que sean más abiertos con la información financiera de la firma.

De todas maneras, el desempeño de Lehman Brothers ha sido cuestionado. En el último trimestre, la firma reportó ganancias difíciles de repetir por US$1.600 millones, lo que llevó a que algunos inversionistas dudaran de la capacidad de Lehman para generar utilidades a largo plazo. Lehman responde que tiene un modelo de negocios diversificado y que espera ganar participación de mercado cuando las cosas mejoren. Meredith Whitney, una analista de la firma de inversión Oppenheimer & Co., está impresionada con el desempeño de Callan hasta ahora.

"Está asumiendo el riesgo de ofrecer más transparencia sobre las ganancias, el negocio y la estrategia de Lehman", dice Whitney. "Siempre y cuando las cosas se den de acuerdo con sus directrices, consolidará su reputación entre los inversionistas".

Los analistas e inversionistas dicen que el enfoque franco de Callan es un cambio refrescante para Lehman, que a pesar de su cultura corporativa agresiva, con frecuencia ha sido criticado por sus proyecciones financieras demasiado optimistas.

Aunque algunas veces su franqueza no es infalible. En enero, Callan proyectó que el retorno sobre el capital de Lehman estaría entre el 15% y el 19%. Ahora está cerca del 9% por causa, en parte, de la decisión de la firma de reducir su deuda.

Algunos ejecutivos de Lehman al principio estaban escépticos sobre su decisión de acudir a los mercados de deuda en enero para conseguir US$4.000 millones. En ese momento, sus contactos en el piso de negociación sentían que sería cada vez más difícil para Lehman acceder a los mercados de deuda, y eso fue lo que ocurrió. "El consejo que recibí del piso de negociación fue que las condiciones no iban a mejorar y seguimos adelante con el acuerdo", dice ella. "Resultó ser una buena decisión".

Hija de un policía de la ciudad de Nueva York, Callan entró a Lehman en 1995 después de trabajar en la firma de abogados Simpson Thatcher & Bartlett.

Los banqueros de Wall Street son recordados por sus grandes acuerdos. Callan participó en 2000 en la compra de Pillsbury (de Diageo PLC) por parte de General Mills Inc., una transacción de US$10.500 millones.

En junio de 2006, en medio del auge de los fondos de cobertura, Callan fue puesta a cargo de las relaciones de la banca de inversión de Lehman con dichos fondos, un cargo de alto perfil. En diciembre pasado fue ascendida a la dirección de finanzas.

Callan dice que tiene poco tiempo para pensar sobre el significado de ser la mujer más poderosa de Wall Street. La semana anterior a que fuera ascendida en Lehman, la presidenta de Morgan Stanley Zoe Cruz fue obligada a renunciar.

Sin duda, Callan es una mujer que anda a la moda. Tiene una compradora personal que le envía tandas de ropa a su casa, ya que su frenético horario le impide ir a las tiendas.

Whitney, la analista de Oppenheimer, bromea diciendo que Callan es la directora general de Finanzas con mejores accesorios en Wall Street.

La otra cara de Gadhafi: adalid de las reformas de libre mercado

Por Jay Solomon


Cinco años después de que fueran levantadas las sanciones de Naciones Unidas sobre Libia, el coronel Moammar Gadhafi está al frente de una vasta reforma económica en su país. Alimentado por un petróleo que supera los US$120 por barril, está reduciendo considerablemente la burocracia estatal, privatizando activos e invirtiendo miles de millones de dólares en carreteras, puentes y puertos.

Libia, en todo caso, no ha acompañado su transformación económica con reformas políticas significativas, dicen activistas y diplomáticos. La voluntad de Gadhafi de abrir la política de su país al igual que la economía podría determinar si Libia se convierte en un estado moderno a partir de uno visto históricamente como un paria.

El deseo de Gadhafi de encabezar un vuelco económico fue develado en un discurso anual que hizo en marzo en el que fustigó la burocracia libia por corrupción e ineficiencia. El hombre fuerte de 66 años, que no tiene un puesto formal en el gobierno, dijo que el país debe reducir el tamaño del Estado y traspasar la riqueza petrolera de Libia a manos de la población. Agregó que las empresas del sector privado están en mejores condiciones que el gobierno para proveer servicios al público.

"El petróleo se ha vuelto un commodity necesario y pienso que los países ricos en crudo podrían tener problemas a menos que encuentren una solución al dinero que han ganado de una manera que satisfaga a la gente", le dijo Gadhafi al Comité General Popular en marzo.

El Fondo Monetario Internacional proyecta que la economía libia se expandirá casi 9% este año, comparado con el 6,8% de 2007. Las reservas extranjeras de Trípoli, hinchadas por el auge del petróleo, probablemente se duplicarán a US$115.000 millones en 2008, comparado con dos años antes.

Funcionarios y consultores que trabajan en la política económica de Libia dicen que un componente fundamental de la reforma de Gadhafi será una drástica reducción de las 900.000 personas del aparato del Estado, quizá hasta un tercio, mediante retiros anticipados y programas alternativos de empleo. En meses recientes, Libia también privatizó dos bancos que quedaron en manos de Arab Bank, de Jordania, y el francés BNP Paribas SA.

Mientras tanto, la Junta de Vivienda e Infraestructura de Trípoli trabaja con firmas de todo el mundo, incluyendo de Latinoamérica, para implementar un programa de cinco años de US$50.000 millones.

Gadhafi estableció un fondo soberano el año pasado con US$50.000 millones, uniéndose a otros países de Medio Oriente ricos en petróleo.

Las autoridades del fondo dicen que están dirigiendo una gran parte de sus inversiones a África y Europa, pero también se están uniendo con firmas locales y extranjeras para fomentar el desarrollo de la floreciente industria petrolera del país. "Libia sufrió sin justificación" durante la época de las sanciones, dijo Mohamed Layas, el responsable del fondo soberano de inversión de Libia. "Pero ahora no hay restricciones y podemos invertir con las mejores compañías".

Hasta ahora, sin embargo, Gadhafi ha ofrecido escasas señales de que permitirá una transformación del sistema político del país que vaya de la mano con el ritmo de liberalización económica. Los grupos de derechos humanos acusan a Trípoli de continuar utilizando la tortura cuando encarcela a activistas políticos sin un juicio. El fracaso del gobierno en desarrollar un código penal apropiado le otorga a las fuerzas policiales del país una libertad de acción casi infinita a la hora de definir quién es un subversivo.

El gobierno de Estados Unidos no concuerda con Trípoli sobre el estatus del activista político Faith al-Jahmi, otrora gobernador de una provincia que ha sido detenido intermitentemente desde 2002, luego de que denunció a Gadhafi. Al-Jahmi, de 66 años, está detenido actualmente en un hospital estatal en Trípoli. Human Rights Watch, un grupo activista de EE.UU., dice que podría morir a menos que busque atención médica en el extranjero.

International

GM informó que cerca de 19.000 empleados en EE.UU., o casi 25% de su fuerza laboral en ese país, aceptaron su oferta de indemnización por despido o jubilación anticipada y dejarán la compañía a partir del primero de julio. La automotriz, que enfrenta una pronunciada caída en las ventas de vehículos todoterreno en Norteamérica, anunciará nuevos recortes de costos la próxima semana.

Bradley Birkenfeld, un ex banquero de UBS, acordó declararse culpable en un caso de evasión fiscal en EE.UU. y, según fuentes al tanto, colaborará con una investigación del Departamento de Justicia revelando nombres de clientes acaudalados que usaron el banco suizo para evadir impuestos. No se revelaron más detalles del acuerdo.

El Banco Mundial anunció la creación de un fondo de US$1.200 millones para ayudar a los países pobres a paliar de forma más rápida los efectos del alza de precios en los alimentos. El fondo destinará US$200 millones, hasta US$10 millones por país, para que los gobiernos compren fertilizantes y desarrollen programas de subsidios de alimentos. El resto será distribuido en forma de préstamos.

Un informe auspiciado por la ONU y la OCDE concluyó que los altos precios de los alimentos permitirán que agricultores de países emergentes en Asia y América Latina inviertan en la mejora de la producción. A su vez, algunos países de África verán un incremento en la pobreza.

La CFTC, agencia reguladora de los mercados de commodities de EE.UU., reveló que investiga una supuesta manipulación de precios en el mercado de petróleo y advirtió que planea incrementar la supervisión del mercado energético. El anuncio ocurre en momentos en que el gobierno de EE.UU. es criticado por no tomar medidas que combatan el alza del crudo y hay crecientes sospechas de que especuladores están contribuyendo con la escalada de precios.

Dell, fabricante de computadoras de EE.UU., reportó una ganancia neta de US$784 millones en su primer trimestre fiscal, que terminó el 2 de mayo. El resultado, un avance de 3,7% frente al mismo lapso de 2007, se dio gracias a un alza en la demanda de laptops y una reducción en los costos operativos.

La economía de EE.UU. creció más de lo esperado en el primer trimestre, gracias a una mejora de la balanza comercial y a un impulso en el gasto de las empresas. Según el Departamento de Comercio, el PIB subió a una tasa anualizada de 0,9%; su previsión inicial era de un crecimiento de 0,6%.

Vladimir Potanin, principal accionista de la minera rusa Norilsk Nickel, y Alisher Usmanov, magnate de Metalloinvest, estudian una compleja transacción en la que unirían sus negocios para luego proponer una fusión con el gigante de aluminio Rusal.Si se concreta el plan, la fusión crearía un coloso del sector de metales cuyo valor de mercado alcanzaría US$160.000 millones.

Oi, operadora celular de Brasil, invertirá US$18.000 millones en los próximos cinco años para impulsar sus operaciones locales e internacionalizarse, anunció su presidente ejecutivo Luiz Eduardo Falco. La mitad de los recursos se invertirá fuera de Brasil, especialmente en mercados de habla portuguesa y Latinoamérica.

Vale dijo que destinará US$110 millones para desarrollar su mina de cobre Papomono en Chile. La minera brasileña espera que Papomono empiece a operar en 2009 con una producción de 18.000 toneladas de cátodos de cobre al año.

Pemex espera producir 2,9 millones de barriles al día este año en vez de los 3,1 millones que había previsto, informó su director general Jesús Reyes Heroles. Problemas en un oleoducto redujeron la producción de la estatal mexicana en abril.

Fitch Ratings otorgó el grado de inversión a Brasil, una decisión que, según la calificadora de crédito, refleja la impresionante mejora de las finanzas en el sector público y privado del país.

Michelle Bachelet, presidenta de Chile, dijo que el sábado anunciará medidas para contrarrestar los efectos del alza en los precios del crudo. La industria del transporte está presionando al gobierno para que elimine el impuesto al diesel. A su vez, la Confederación Nacional de Dueños de Camiones convocó una huelga nacional para el 3 de junio.

Bombardier, fabricante canadiense de aviones y trenes, invertirá US$250 millones en una planta en Querétaro, México, para producir partes de su jet ejecutivo Learjet 85, informó el presidente ejecutivo Laurent Beaudoin.

Las últimas horas de Bear Stearns

A la firma de valores no le quedó otra que caer en manos de J.P. Morgan

Por Kate Kelly

Había sido un día arduo, pero cuando Alan Schwartz se dirigía a su casa el viernes 14 de marzo, el presidente ejecutivo de Bear Stearns Cos. pensó que tendría un mes para encontrar un comprador para su alicaída firma.

Un préstamo preparado a toda velocidad, garantizado por el gobierno de Estados Unidos por un máximo de 28 días, había permitido que la empresa de corretaje abriera sus puertas esa mañana. La acción, sin embargo, continuaba cayendo, los clientes huían y los socios se esfumaban. Al secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, le pareció cada vez más obvio que Bear Stearns no sobreviviría el fin de semana. Era hora de tener una conversación delicada.

Schwartz viajaba en su auto de Manhattan a Greenwich, Connecticut, cuando recibió una llamada de Paulson y Timothy Geithner, presidente de la Reserva Federal de Nueva York. "Tienes que sellar un acuerdo antes del domingo por la noche", dijo Paulson, un experimentado ex ejecutivo de Wall Street. Schwartz quedó atónito. Tendría que buscar la mejor oferta posible para eludir la bancarrota. La confusión acerca del financiamiento era un testamento a la velocidad con que Bear Stearns se había desmoronado y la urgente necesidad que sintieron los funcionarios del gobierno de amortiguar el impacto sobre el sistema financiero.

Los reguladores creían que, en el peor de los escenarios, una declaración de quiebra podría desatar temores globales, derrumbar otras instituciones financieras y provocar una caída de 2.000 puntos en el Promedio Industrial Dow Jones.

La llamada a Schwartz cerraba una semana de vértigo y presagiaba otros 10 días de caos. Entrevistas con más de dos docenas de ejecutivos y otras personas directamente envueltas en los acontecimientos muestran que Bear Stearns casi murió, no una, sino dos veces.

Una venta rápida

En una conferencia telefónica con inversionistas al mediodía del 14 de marzo, después de haber pasado más de 24 tensas horas en su oficina, Schwartz informó que si bien el efectivo a disposición se había "deteriorado", el financiamiento de la Fed, a través de J.P. Morgan Chase & Co., permitiría que la firma volviera a la normalidad.

De hecho, equipos de J.P. Morgan y J.C. Flowers & Co., firma dedicada a las adquisiciones apalancadas, ya estaban en las oficinas de Bear Stearns en la Avenida Madison, revisando sus cuentas.

Pero era evidente que nada de esto estaba logrando el efecto deseado. El rescate orquestado por la Fed era visto como una señal de debilidad más que una de esperanza. Al término de ese día, casi 190 millones de acciones de Bear Stearns habían cambiado de manos —17 veces el promedio diario— y el precio había caído 47% a US$30 la acción.

El director financiero de Bear Stearns, Samuel Molinaro Jr., cansado y con el mismo traje con el que había salido de su hogar 36 horas antes, había parado en una estación de servicio camino a su casa en New Canaan, Connecticut, cuando Schwartz lo llamó ese viernes por la noche para darle las malas noticias. Paulson y Geithner querían un acuerdo para el domingo a más tardar, antes de que abrieran las bolsas asiáticas. "Debes estar bromeando", respondió Molinaro. "Pensé que teníamos 28 días". "Yo también", contestó Schwartz. "Ahora tenemos que tener un acuerdo hecho este fin de semana". A las ocho de la mañana del día siguiente, los dos estaban de vuelta en la oficina reunidos con ejecutivos de J.P. Morgan.

J.C. Flowers, por su parte, había presentado una propuesta tentadora: compraría un 90% de la compañía por US$3.000 millones en efectivo. Pero el acuerdo sería posible sólo si lograba conseguir US$20.000 millones en préstamos para financiar las operaciones de Bear Stearns. Horas después, J.P. Morgan reveló que estaría dispuesto a pagar entre US$8 y US$12 la acción por el 19,9% de Bear Stearns, lo que asignaría a la firma un valor de entre US$944 millones y US$1.400 millones.

La mañana del domingo, J.P. Morgan envió el borrador de un plan de fusión con el precio de la acción en blanco. Flowers, al mismo tiempo, tenía dificultades para conseguir los fondos operativos. Schwartz intuía que la oferta de J.P. Morgan iba a triunfar.

Pero, aproximadamente a las 10 de la mañana, J.P. Morgan inesperadamente retiró su oferta. La compra de Bear Stearns era demasiado arriesgada, le informó el banco a Gary Parr, banquero de inversión de Bear Stearns. Un acuerdo con J.C. Flowers tampoco parecía probable. Para el medio día del domingo, la empresa de adquisiciones ya sabía que sería imposible recaudar US$20.000 millones tan rápido.

Enseguida, sin embargo, J.P. Morgan estaba de regreso, sugiriendo un precio de US$4 por acción. Bajo este plan, la Fed se haría responsable de US$30.000 millones en valores difíciles de vender de Bear Stearns. Los directores de la firma se pusieron furiosos. ¿Cómo podía ser que el precio del acuerdo cayera de US$8 a US$4 en cuestión de horas? El presidente de la junta, James Cayne —un gran accionista y presidente ejecutivo por 14 años hasta que fue obligado a dejar el puesto en enero— estaba iracundo. "Vamos a jugar la carta de la bancarrota", le dijo al grupo reunido en la Avenida Madison.

Un gran equipo de abogados ya se encontraba en el edificio preparando una posible declaración de quiebra, lo que técnicamente le daría tiempo a Bear Stearns para resolver sus problemas con los acreedores. Pero no era una opción práctica.

A lo largo del fin de semana, Geithner había estado en contacto con Paulson, un ex banquero de inversión que dirigió a Goldman Sachs Group Inc. por siete años, antes de asumir la Secretaría del Tesoro. Después de una conversación el domingo por la tarde, decidieron que Paulson debería llamar a James Dimon, presidente ejecutivo de J.P. Morgan. En aquel momento, el banco consideraba un precio de US$4 ó US$5 por acción. "Me parece alto", dijo Paulson. "Creo que esto debería hacerse a un precio bajo".

Debido al nivel de involucramiento sin precedentes del gobierno en el rescate de Bear Stearns, Paulson no quería dar la apariencia de estar rescatando a los inversionistas de Wall Street en momentos en que muchas personas estaban perdiendo sus casas. A media tarde, Parr recibió una llamada de Doug Braunstein, director de banca de inversión de J.P. Morgan. "La cifra es de US$2", dijo Braunstein. Parr sabía que ese precio sería una píldora difícil de tragar. "Debo interrumpirlos y darles una actualización de J.P. Morgan", dijo a los directores de Bear Stearns. Los directores quedaron sorprendidos. Cayne dijo que no había forma de que aprobaran un acuerdo por US$2 la acción.

Schwartz, no obstante, no quería enfrentarse al Tesoro y la Fed ni quería que los trabajadores de la empresa se encontraran con que les habían cancelado su sueldo y cerrado las oficinas a la mañana siguiente. "Dos dólares es mejor que nada", dijo a los inversionistas. Un precio de US$2 y el derecho de que los accionistas voten, explicó, era mejor que un precio de cero y acogerse a la bancarrota. Schwartz miró a cada director. "¿Hay alguien que se oponga?" preguntó. Nadie respondió. A eso de las 6:30 de la tarde, el acuerdo se aprobó por unanimidad. Los asesores de Bear Stearns notificaron a J.P. Morgan, que realizó una conferencia telefónica con los accionistas para tratar el pacto. El domingo en la noche, los ejecutivos de la Fed de Nueva York organizaron una conferencia telefónica con los presidentes ejecutivos de las firmas de Wall Street. Geithner y Dimon hablaron brevemente, señalando que J.P. Morgan respaldaría las deudas de Bear Stearns y que si el acuerdo no se hubiera concretado, el impacto en el mercado habría sido catastrófico.

Sin embargo, el apresurado acuerdo tenía un resquicio jurídico que les otorgaría a los irritados accionistas de Bear Stearns una poderosa arma para buscar un precio más alto. J.P. Morgan se había comprometido a financiar las operaciones de corretaje de Bear Stearns durante un año, aunque los accionistas rechazaran la compra. Tras otra larga semana de negociaciones, el domingo Schwartz llamó a Dimon. "Hay un límite psicológico", dijo. Los directores de Bear Stearns sólo se sentirían cómodos con un precio de venta de dos dígitos. "No vuelva con una oferta de US$9,99", le advirtió a Dimon. Antes que los mercados abrieran a la mañana siguiente, J.P. Morgan respondió con una oferta final: cerca de US$10 la acción por un 39,5% del capital, que valoraba a Bear Stearns en US$1.200 millones. El acuerdo fue aprobado por la junta directiva.

Ayer, los accionistas de Bear Stearns dieron la puntada final con su visto bueno por una mayoría de 84%.

Avanza demanda a favor de los viajes a Cuba

La demanda contra el gobierno de Estados Unidos para finalizar las restricciones de viajes a Cuba impuestas en el 2004, avanzó un paso más en un tribunal federal de Vermont.

La querella --interpuesta por la Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU en inglés)-- se presentó el pasado marzo en Vermont y alega que las restricciones de viajes son inconstitucionales, pues violan los derechos de los cubanoamericanos a mantener lazos estrechos con sus familiares en la isla. El capítulo de la ACLU en Florida se adscribió a la acción legal este mes.

El juez de distrito en Burlington, William K. Sessions, dedicó una tarde a escuchar argumentos del gobierno y de los abogados de ACLU sobre el tema. Los abogados del gobierno pedían que el juez desestimara el caso, mientras que los de la ACLU pedían que el juez concediera una medida preliminar para que los demandantes pudieran viajar a Cuba a visitar a sus familiares.

La demanda fue presentada en nombre de cuatro personas: Jared K. Carter, un estadounidense estudiante de Leyes, de 27 años; su esposa Yurisleidis Leyva Mora, de 23; el superintendente escolar Armando Vilaseca, de 51; y la profesora de música Maricel Lucero Keniston, de 49.

Carter y Leyva se quejan de que no pudieron viajar para celebrar su matrimonio con la familia de ella que permanece en la isla. Una tía de Vilaseca está muriendo de cáncer en Cuba, pero él no puede visitarla porque no es considerada familia inmediata.

Sin embargo, el juez no concedió ninguna de las peticiones, y dio 30 días más a ambas partes para que presentaran más información sobre datos específicos de las medidas, impuestas por la administración de George W. Bush en el verano del 2004.

La administración de Bush no ofreció comentario sobre el caso, pero el congresista republicano de Miami Lincoln Diaz-Balart dijo que la administración piensa mantener las restricciones, y señaló que su levantamiento pondría en peligro la Ley de Ajuste Cubano (CAA).

''Es incoherente querer mantener vigente una ley porque existe una tiranía y las personas necesitan huir de ese régimen, y al mismo tiempo querer regresar cada vez que se quiere al país de esa tiranía comunista'', afirmó el congresista.

Por otro lado, Joe García, aspirante demócrata que se enfrenta a Mario Díaz-Balart por el puesto en el Congreso (distrito 25 de la Florida), manifestó que las restricciones de viaje deben ser eliminadas.

''Es un argumento absurdo. Una cosa no tiene nada que ver con la otra'', aseveró el candidato. ``Nadie de la disidencia dentro de Cuba apoya las restricciones, que no han hecho más que quitarles derechos a los constituyentes que ellos [los congresistas republicanos de Miami] representan''.

La demanda argumenta que las restricciones violan el derecho a igual protección bajo la ley, ya que el gobierno estadounidense hace excepciones a esta norma sólo si la persona que se visita en la isla no es cubano.

El caso se refiere a las restricciones implementadas por el gobierno estadounidense, que limitan los viajes de los cubanoamericanos a la isla a sólo una vez cada tres años, y sólo para visitar a familiares directos.

EEUU: demócratas buscan acuerdo para reponer delegados

El presidente del Comité Nacional Demócrata, Howard Dean, habla antes de que un subcomité decida, el sábado 31 de mayo de 2008, la suerte de los delegados de Florida y de Michigan, descalificados de participar en la nominación presidencial por haber sido elegidos en primarias anticipadas.
Susan Walsh / Foto de AP
El presidente del Comité Nacional Demócrata, Howard Dean, habla antes de que un subcomité decida, el sábado 31 de mayo de 2008, la suerte de los delegados de Florida y de Michigan, descalificados de participar en la nominación presidencial por haber sido elegidos en primarias anticipadas.

Los demócratas trataban el sábado de arribar a un compromiso para que delegados de Michigan y Florida puedan participar en la convención nacional que nominará al candidato presidencial, con el propósito de poner fin a la maratónica competencia entre Barack Obama y Hillary Rodham Clinton.

El desafío es "lograr la unión al concluir el día", dijo Howard Dean, presidente del Comité Nacional Demócrata a miembros del comité de normas del partido congregados en un hotel situado frente a la Casa Blanca.

Obama necesita apenas 42 delegados para obtener los 2.026 delegados necesarios a fin de asegurarse la nominación, de acuerdo a un conteo de The Associated Press. El senador por Illinois parece en condiciones de concretar su tarea en los próximos días.

Clinton va a la zaga de Obama con unos 200 delegados menos. Ella ha presionado para que las delegaciones de Michigan y Florida puedan incorporar a todos sus representantes. La senadora por Nueva York ganó en las primarias de ambos estados, pero cómo la contienda se libró en una fecha no aceptada por el comité nacional demócrata, fue declarada nula. Inclusive en Michigan, Obama decidió previamente retirar su postulación, acatando así el dictamen del partido. Al principio Clinton aceptó esa actitud, pero luego cambió de idea, pues de esa manera podría acortar la diferencia en la cifra de delegados y en la votación popular.

Varios centenares de manifestantes partidarios de Clinton realizaron una ruidosa pero pacífica demostración en la vereda del hotel donde se reunieron los dirigentes del partido.

Alexis Herman, quien lidera el comité de normas y procedimientos, señaló que la descalificación de los delegados de ambos estados era "la máxima sanción". Eso es considerado un eufemismo, teniendo en cuenta que ha causado una batalla épica entre Obama y Clinton.

En total, 368 delegados están en una especie de limbo, 211 de Florida, y 128 de Michigan. A eso se suman 26 superdelegados de Florida y otros 29 superdelegados de Michigan.

A diferencia de los delegados, que van con mandato de sus electores de votar por un precandidato determinado en la convención nacional, los superdelegados pueden votar como quieran.

El partido de Chávez perdería las elecciones en ciertas plazas clave

Hugo Chávez
Eraldo Peres / AP
Hugo Chávez

Los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), al que pertenece el presidente Hugo Chávez, elegirán el domingo sus candidatos a alcalde y gobernador para las elecciones del noviembre.

Algunos sondeos han indicado que el partido oficialista puede resultar derrotado en algunas plazas clave.

En total, unos cinco millones de afiliados podrán participar en estas primarias que, según el partido, es un método que refleja la democracia y la transparencia que rigen en esa organización.

''Este proceso interno impacta a todo el país y a la moral colectiva. Es un gran ejemplo de cómo se construye la verdadera democracia'', declaró Chávez, presidente del PSUV, el jueves por la noche en un acto con militantes de su partido.

Según el mandatario, estas elecciones, pese a su carácter local, son ''estratégicas'' y las ''más importantes de los últimos años'' en el país.

El mandatario ya perdió en diciembre el referéndum sobre su proyecto de reforma constitucional, su primera derrota en nueve años, y no puede permitirse ceder terreno de nuevo.

Actualmente la oposición venezolana gobierna en dos estados, sobre un total de veintitrés más el Distrito Capital, y no tiene representación parlamentaria.

''Estos comicios lucen regionales pero son nacionales. Están sobre el tapete temas como la seguridad, educación, salud y también espinosos asuntos como los derechos humanos, la justicia o la descentralización'', explicó la concejal de oposición Soledad Morillo, en un artículo de opinión publicado este viernes.

Para ser candidatos del PSUV, los aspirantes deberán conseguir más de 50 por ciento de los votos en las primarias, además de marcar una diferencia de por lo menos un 15 por ciento con su más cercano competidor.

Los casos en los que no se logre esa ventaja serán sometidos a la decisión de la dirección del PSUV o del propio presidente Chávez.

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